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Cena a ciegas con Club Premier. Foto Pxhere Cena a ciegas con Club Premier. Foto Pxhere

CDMX

Mi primer cena a ciegas. Una cucharada de realidad con Club Premier

Una experiencia gourmet que cambiara la forma en que percibes al mundo y a ti mismo. Déjame contarte de mi experiencia en la cena a ciegas organizada por Club Premier.

Cuando los de Club Premier me invitaron a participar en una cena a ciegas lo primero que imaginé es que nos taparían los ojos con un antifaz y nos harían probar diferentes platillos.

Para mi sorpresa la experiencia fue mucho más grande y gratificante que solo… apagar la luz y la cita fue en el restaurante Astrid y Gaston de Polanco.

El salón del restaurante Astrid y Gaston nos estaba esperando. Foto: El País.

Cena a ciegas con Club Premier

Los anfitriones fueron muy insistentes con el horario, puesto que una vez iniciada la cena no se podría ingresar. Solo fue cuando llegamos que nos dimos cuenta el porqué.

Una sección entera del restaurante había sido acondicionada para el evento. Bueno, al menos así lo parecía ya que las mantas del techo al suelo no dejaban ver más allá.

Cena a ciegas con Club Premier. Foto Helena Lopes
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Helena Lopes.

Algunas personas tomaban una copa en el bar de la entrada mientras esperábamos que nos llamaran. El ambiente era como si los viejos conocidos se hubieran reunido para ponerse al día.

De hecho, algunas personas si se conocían de eventos anteriores, ya que, como mencionamos, la cena a ciegas fue organizada por Club Premier.

Y fue exclusiva para sus socios como parte de su programa “Experiencias”. Programa que busca ofrecer opciones de entretenimiento originales para sus afiliados.

Reencontrarse debió ser grato para ellos. Foto: Helena Lopes.

Más que cenar sin luz

Algunas personas comentaban que se sentían nerviosas de lo que podría pasar. ¿Pues qué será? Pensaba yo. ¿Solo cenaremos a obscuras y ya, no? .

¡Ah qué equivocado estaba! No podía imaginar lo que estaba a punto de presenciar en mi primer cena a ciegas. Uno a uno nos fueron llamando.

De no entrar agarrados del hombro no habríamos llegado a nuestros asientos Foto bbc.
De no entrar agarrados del hombro no habríamos llegado a nuestros asientos. Foto: bbc.

Al parecer tendríamos que entrar en grupos y tomados del hombro para no caernos. Pronto llego mi turno y para mi sorpresa no nos vendaron los ojos.

La obscuridad dentro del área era tal que aunque me pusiera la mano frente a mi cara no la podía ver. Debo de aceptar que los primeros minutos me sentí algo ansioso.

Jamás pensé que la ausencia absoluta de luz me pudiera afectar de esa manera. Después de un rato, decidí que lo mejor era cerrar los párpados para no forzar la vista.

Cena a ciegas con Club Premier. Foto Food and Pleasure.
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Food and Pleasure.

Primer acercamiento a las sorpresas de la noche

Fue entonces cuando me di cuenta que en realidad estaba abriendo los ojos hacia el interior. Al no contar con la vista, lo único que nos quedaba era afinar todos los demás sentidos.

Empezamos a platicar sin buscar el celular. A oler tratando de adivinar los aromas y a tocar la mesa para identificar los cubiertos, los platos y las copas.

Cena a ciegas con Club Premier. Foto Nenad Maric
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Nenad Maric.

Pronto se acercó una chica quien nos atendería, su nombre era Nancy. Nos contó que era invidente y que sería la encargada de guiarnos a cada momento. ¡Y vaya que nos hacía falta!.

Era como si hubiéramos permanecido en la selva por mucho tiempo y de repente nos llevaran a la civilización. Todo era nuevo, diferente o envuelto en una nube de misterio.

Nos colocaron el primer plato frente a nosotros, o al menos esos nos comentaron puesto que no nos percatamos en qué momento lo sirvieron.    –¿Qué es?–, pregunté, y alguien a lo lejos me dijo –¡Quién sabe! Pruébalo”–.

El tener la guía de nuestra mesera me tranquilizaba bastante de la primer impresión. Foto: Archivo.

Que comience la cena a ciegas

En ese momento me di cuenta de lo que era vivir con ceguera, no era ningún juego ni una cena de algunos minutos. Era olvidarse del mundo como lo conocía y volver a aprender de él, pero con otras habilidades.

El primer bocado fue el verdadero reto. Resultó muy divertido tratar de adivinar qué era lo que estaba masticando. La textura era lo más sencillo.

Cena a ciegas con Club Premier. Foto Twm
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Twm.

Bastaba con llevarlo a la boca para saber si era solido, grumoso, liquido o crocante. Desafortunadamente mi paladar no está acostumbrado a separar individualmente el sabor de cada platillo, eso sí, sabía delicioso.

Pero fue hasta que terminamos que nos dijeron que se trataba de un cebiche con leche de tigre acompañado de granada. Una verdadera delicia fusión peruano-mexicana.

El maridaje fue la parte más complicada y emocionante, teníamos tres copas frente a nosotros y debíamos  tomar la adecuada para ese momento.

Me imagino que nuestro primer platillo se pudo haber visto algo así. Foto: Astrid & Gastón.

Los retos de nuestra cena a ciegas con Club Premier

Tuvimos que ser muy cuidadosos al deslizar nuestras manos torpes por la mesa para encontrar la bebida adecuada sin derramar ni una gota. Al final, la recompensa fue ese sabor fresco del vino blanco.

El siguiente plato de la cena a ciegas estuvo lleno de sorpresas, solo meter el tenedor para descubrir qué contenía era todo un desafío. Hubo quien de plano metió los dedos para sentir qué era lo que se llevaría a la boca

Todo un desafío el encontrar la copa para el primer maridaje. Foto: Archivo.

¿Te imaginas tener meter tu dedo a la comida cada vez que quieras comer? Pero supongo que la seguridad de comer sin saber a ciencia cierta lo que te estás llevando a la boca, es una habilidad que se desarrolla con el tiempo.

Cada que daba un mordisco pensaba que de no ser por la vista, seguramente me daría la oportunidad de comer más cosas que hasta el momento no me había atrevido.

Seamos sinceros, todos juzgamos el sabor de un alimento por cómo se ve. Así, entre pláticas y risas llegó la hora del plato fuerte.

Cena a ciegas con Club Premier.Foto Maria Orlova.
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Maria Orlova.

Fase final: plato fuerte y postre

Había tres diferentes alimentos, pero hizo falta que los probáramos para descubrir qué se trataba de: un rollito primavera, una empanada calientita y un tamal de maíz.

La combinación de sabores despertaba la boca como si nunca hubiera sido utilizada, como si estuviera yo comiendo por primera vez.

De nuevo, mi conjetura es que nuestro plato fuerte en la cena pudo verse así. Foto: Archivo.

La culminación de la noche fue el postre, pero antes de probarlo tuve que preguntar a mis compañeros si no tenía chocolate. Ya que desde algún tiempo para acá, lo tengo prohibido.

Una vez más tuve una probadita de realidad, la imposibilidad de no saber qué tenía frente a mí me ayudó a no dar por sentado ninguno de mis sentidos.

Además, valoré el trabajo excepcional de los meseros ciegos quienes estaban haciendo su mejor esfuerzo por atendernos.

El hecho de no poder apreciar a las personas me hizo replantear algo, la vista. Foto: Taras Chernus.

Más allá de la vista

Ninguno de ellos sabría quienes éramos ni cómo lucíamos, pero a cada momento estuvieron pendientes de que nada nos faltara.

La entrega de nuestros meseros a nuestra experiencia me conmovió. Foto: Archivo.

Al momento de prender la luz, todos en la mesa nos miramos con otros ojos, el hecho de habernos acompañado solo con la voz nos permitió conocernos de una forma que tal vez no hubiéramos permitido.

Al final de la noche no solo nos fuimos con una cena deliciosa, sino también con una nueva conciencia acerca de uno mismo y del valor que debemos de dar a las personas que viven con algún tipo de incapacidad.

Con Club Premier te dejarán con el mejor sabor de boca Foto: Anastasia Shuraeva.

Si deseas vivir una cena a ciegas como esta, más vale que te pongas al pendiente de las noticias de Club Premier ya que no se llevan a cabo con mucha regularidad, pero esperarlas vale mucho la pena.

No olvides comentarnos si has tenido una experiencia de este tipo o si te gustaría vivirla.  Y recuerda… ¡#NuncaDejesDeSorprenderte!

Cena a ciegas con Club Premier. Foto Pixabay
Cena a ciegas con Club Premier. Foto: Pixabay.

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Tierra de Iyari: Sabores ancestrales en C.U.

Un viaje culinario frente a la Sala Nezahualcóyotl en C.U., y experimenta el sabor auténtico de nuestras tradiciones.

PORTADA Tierra de Iyari

Hay un lugar en Ciudad Universitaria, justo enfrente de la Sala Nezahualcóyotl, donde la comida no solo llena tu estómago, sino que también te lleva a un viaje por la historia y tradiciones de nuestro país. Ese lugar es Tierra de Iyari, un restaurante que te conquistará desde el momento en que cruces la puerta.

Desayuno en Iyari. Foto-FB
Desayuno en Iyari. Foto-FB

El Corazón de Tierra de Iyari

“Iyari” en huichol significa “corazón”. Esta elección no es casualidad, ya que el restaurante, ubicado en un lugar muy artístico y cultural de C.U., busca ser el núcleo donde convergen las emociones y experiencias culinarias de sus comensales. “En la Tierra de Iyari, cada plato es un cuento donde los sabores y las texturas son el argumento”.

Iyari significa Corazón. Foto-FB
Iyari significa Corazón. Foto-FB

Platillos que cuentan historias

En Tierra de Iyari, el sabor es rey, pero la calidad y cuidar el planeta también son parte de la esencia. Aquí, todo gira en torno a lo fresco y lo local: ingredientes que vienen directo de productores locales. Puedes saborear el queso Ocosingo de Chiapas o el pan de pulque de Coahuila; cada pedacito es un tributo a lo mejor de la cocina mexicana.

Platillos que cuentan historias. Foto-Web
Platillos que cuentan historias. Foto-Web

El menú de Iyari es como un collage de los clásicos: el caldo tlalpeño que te abraza el alma o un mole oaxaqueño que te lleva volando al sur. Cada bocado es una fiesta de sabor que te harán recordar las comidas de tu abuela o te van a sorprender con mezclas nuevas que le darán vida a tu gusto por comer.

Guacamole. Foto - Tierra de Iyari
Guacamole. Foto – Tierra de Iyari

Sabor prehispánico

Manteniendo una conexión profunda con las tradiciones culinarias prehispánicas, Tierra de Iyari ofrece una experiencia auténtica y única. Los atoles, preparados con masa y cacao, sin leche, son un reflejo de las bebidas que caracterizaban a los mexicanos antes de la llegada de los españoles. En su menú de bebidas, se encuentran estas delicias ancestrales, que conectan con nuestras raíces más profundas.

Sabores prehispánicos. Foto-Web
Sabores prehispánicos. Foto-Web

En Tierra de Iyari no solo se trata de comer para llenar el estómago, sino que también es una experiencia que alimenta el alma y te conecta con tus raíces. Es un lugar donde puedes disfrutar de la mejor gastronomía mexicana en un ambiente cálido y acogedor, rodeado de arte y cultura.

#NuncaDejesDeComer

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CDMX

El Palacio Postal en el centro histórico de CDMX

Descubre el Palacio Postal, que este año cumple 117 años desde su inauguración en 1907.

Sin duda el centro histórico de la Ciudad de México es de los imperdibles para recorrer, por ser de los lugares más emblemáticos de la ciudad y sobre todo por la cantidad innumerable de actividades que se pueden realizar. Y uno de los lugares a los cuales tienes que ir es el Palacio Postal, el cual este año cumple
117 años desde su inauguración en 1907.

El 14 de septiembre de 1902 comenzó la construcción del Palacio Postal en la esquina de las calles que hoy se conocen como Tacuba y Eje Central, en el predio que ocupaba el Hospital de Terceros de San Francisco.

Palacio Postal. Foto por CONCANACO.

Un dato muy interesante es que más tarde, nuestro Palacio Postal fue declarado Monumento Artístico de la Nación el 4 de mayo de 1987.

El Palacio Postal es también conocido como La Quinta Casa de Correos, ya que la institución ocupó antes cuatro inmuebles ubicados en las calles Del Parque, Santa Teresa, San Francisco y Moneda, en el centro de la Ciudad de México.

La mañana del 17 de febrero de 1907, los periódicos en México anunciaban que ese día el país tendría un nuevo y suntuoso Palacio Postal, el cual inauguraría el presidente Porfirio Díaz. Aquel edificio es hasta el día de hoy, a 111 años de abrir sus puertas, uno de los símbolos de la Ciudad de México, por su belleza arquitectónica y la gran función que aún ofrece.

Palacio Postal. Foto por CONCANACO.

La construcción del Palacio Postal duró poco menos de cinco años y estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari y el ingeniero mexicano Gonzalo Garita. Los estilos acordados para la construcción del edificio fueron el Plateresco e Isabelino y es por la combinación de ambos, que el estilo sea considerado ecléctico.

El edificio consta de cuatro niveles. Sus cinco fachadas están revestidas con cantera de Chiluca finamente labrada y en ellas sobresalen las gárgolas, farolas y el reloj monumental de manufactura alemana que fue ensamblado en nuestro país.

Reloj monumental. Foto por Local MX.

Dentro, destacan, la señorial escalinata del recibidor realizada con mármoles mexicanos y herrería de bronce trabajada por la Fondería Pignone de Florencia, que también realizó los detalles de los pórticos y ventanillas.

En el Palacio Postal se encuentran los frescos pintados por Bartolomé Gallotti, en la sala que lleva su nombre. Además, en su interior, destaca la Biblioteca Postal que resguarda documentos que permiten conocer la historia del Correo en nuestro país, desde el establecimiento del Oficio de Correo Mayor en 1580.

Biblioteca Postal. Foto por Animal Político.

En la torre principal de la construcción se encuentra el reloj monumental importado de Alemania y ensamblado en México, que mezcla mecanismos de cuerda con aparatos eléctricos y transmisiones hidráulicas con poleas, contrapesos y cables, así como un carrillón de seis campanas.

El periódico El Mundo Ilustrado, que ahora se puede ver en la exposición permanente que se ubica en la entrada del Palacio Postal, señala que la Quinta Casa de Correos de México abriría sus puertas en el espacio que antiguamente ocupó el antiguo Hospital de Terceros de San Francisco.

Lo primero que hay que visitar del Palacio Postal es su fachada de cantera de Chiluca que invita a todos los viajeros a tomar imágenes desde su exterior. En la entrada principal, conocida como pan coupé, hay un elegante alfíz mudejar que representa el espíritu de sacrificios y a los que trabajan en silencio por los demás.

Palacio Postal. Foto por Vive CDMX.

Dicha entrada también está rematada por un reloj alemán. Una vez adentro sorprende la belleza del mármol de portoro italiano y la herrería de bronce, que decora las ventanillas en las que aún se manda el correo.

Si caminas un poco hacia la parte central del edificio, te encontrarás con las escaleras y el elevador, que es uno de los tres primeros que se instalaron en la Ciudad de México.

Domo de cristal. Foto por México City CDMX.

Este edificio con estilo ecléctico fue obra del arquitecto italiano Adamo Boari, quien también diseñó grandes proyectos como el Palacio de Bellas Artes.

En el Patio de los Carteros en donde te recomendamos pararte en el centro y mirar hacia arriba para apreciar el domo de cristal, el cual tenía como función brindar de luz natural a los trabajadores durante la época que este lugar no tuvo luz eléctrica.

Aunque debes de saber que también este palacio fue de los primeros edificios en el país en contar con este servicio.

Palacio Postal. Foto por MXCity.

Aunque pocos conocen, el interior de este edificio alberga la Biblioteca Postal, en la cual existen documentos para conocer la historia del Correo en nuestro país, desde el establecimiento del Oficio de Correo Mayor en 1580 hasta el día de hoy.

Saliendo de la biblioteca debes detenerte un momento a observar la obra de arte “La Tarasca” una obra de Pablo González Magaña elaborada con más de 48 mil estampillas canceladas, en donde se observa a una mujer en el paisaje de Teotihuacan. La obra tardó más de 30 años en realizarse, por el tiempo que el artista tardó en conseguir todas las estampillas.

Palacio Postal. Foto por Maspormas.

A un costado de las escaleras, es posible ver 44 banderas dentro del Palacio de Correos, las cuales representan a los países que formaban parte de la Unión Postal Universal en 1907.

Este edificio vale la pena visitarlo, fotografiarlo y conocer su historia. Sin duda este palacio dorado es uno de los iconos de la ciudad. Podrás visitarlo de lunes a sábado de 8am a 4pm y sábados de 8am a 12pm.
¿Vamos el siguiente fin? #Nuncadejesdeviajar!

Palacio Postal. Foto por Estampas de México.
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Consiente a mamá en el museo Yugen CDMX

Lánzate a conocer Yugen y descubre toda la magia de la cultura nipona.

Japón es un país lleno de misterio y en esta nueva experiencia te adentrarás en su belleza y en sus tradiciones. Lánzate a conocer Yugen y descubre toda la magia de la cultura nipona. Y acercándose la fecha especial de mamá, ¿por qué no consentirla con un plan único, mágico y diferente transportándote hasta el otro lado del mundo? Presta atención si eres amante de Japón o un aventurero en busca de conocer nuevas culturas.

A través de 6 salas temáticas multisensoriales, Yūgen – Japón inmersivo te permitirá percibir elementos tradicionales del país, de una forma única. Además, el lugar cuenta con la Yūgen Dokkoi Japan Store, donde podrás adquirir un recuerdo de tu visita, dulces o bebidas.

Por un costo adicional a tu entrada, podrás tomar el taller de origami o Taiken Zone, en el que aprenderás a hacer un Tsuru (grulla japonesa) con papel especial, asesorado por un guía experto en este arte japonés.

Museo Yugen. Foto por Time Out.

Japón Inmersivo es una experiencia inmersiva que la está rompiendo en CDMX y que definitivamente no querrás perderte. Yūgen en japonés se puede interpretar –porque no hay una traducción literal al español– como: “las emociones de lo místico y profundo de la vida”; y esta exposición logra transmitirnos eso.

Sumérgete en esta experiencia zen para recordarte los elementos tradicionales de la cultura japonesa con la ayuda de la tecnología.

Museo Yugen. Foto por CDMX Secreta.

En esta experiencia podrás tener momentos de relajación y contemplación. Es una oportunidad para desconectarte del mundo exterior y explorar la cultura japonesa con otros ojos.

Te sentirás como en las leyendas japonesas donde todo tiene una magia misteriosa y sutil. Es un gran espacio para olvidarte del ruido cotidiano, dejarte sorprender y divertirte descubriendo cada rincón de los elementos más icónicos de la cultura nipona, como la lluvia, el bosque de bambú, las lámparas de papel y el árbol de sakura.

Museo Yugen. Foto por Hidrocalido digital.

Si te interesa componer una melodía para ahuyentar a los malos espíritus con esferas que reaccionan con sonidos y luces cuando las tocas, en la sala Furin podrás hacer esto y mucho más. Chouchin es un infinity room que hará que te sientas en un mercado de noche con las tradicionales linternas rojas.

Obon, en esta sala podrás interactuar con el video mapping proyectado en las paredes, agarrar una linterna y soltarla para pedir un deseo. Además, no te puedes perder la foto obligada en el puente japonés y el tradicional torii (¡la puerta roja a la entrada de los templos!).

Las tradicionales linternas rojas. Foto por Dailymotion.

Para sacar a tu panda interno entra a un bosque de bambús que se iluminan y hacen sonidos únicos en cuanto te acercas a ellos, Shakus te va a encantar.

¿Quieres sentirte como si estuvieras paseando por Tokio bajo la lluvia?, aprovecha para sentir la purificación del agua y lo divertido que puede ser jugar en un día lluvioso en la sala Ame. ¿O qué tal el espacio más mágico de toda la experiencia? y que sin duda con la que todo mundo queda maravillado.

Es tan bonita que pusieron puffs para que te puedas recostar y relajarte dentro de esta sala 360°, esta sala de nombre Sakura tendrás que descubrirla por ti mismo y dejarte llevar por la magia que hay dentro.

Disfruta los talleres de origami. Foto por Dailymotion.

También podrás experimentar la zona Taiken Zone o de talleres, donde podrás elaborar un origami (papiroflexia) de un tsuru (grulla japonesa) con papel especial para origami y con la guía de Nakamura sensei experto en este arte japonés.

Y finalmente podrás deleitarte con la tienda japonesa Yūgen Dokkoi Japan Store, donde podrás encontrar artículos, dulces, bebidas y productos japoneses, además de la única y exclusiva merch de Yūgen.

Museo Yugen. Foto por CDMX Secreta.

Se encuentra en Av. Patriotismo 615, col. Cd. de los Deportes. Está abierto de martes a viernes de 12:30 a 20:00 y sábados y domingos de 11:00 a 20:00. Si vienes en coche, hay un estacionamiento a dos cuadras que tiene convenio para un precio especial; o está a 4 cuadras de Metro San Antonio.

Te recomendamos adquirir tus boletos con anticipación ya que la experiencia dura aproximadamente 45 minutos + 30 minutos de taller de origami.

Se pide que llegues a la hora de tu turno para asegurar tú recorrido, en caso contrario el ingreso estaría sujeto a disponibilidad en otros días y horarios.

Yugen. Foto por CDMX Secreta.

El boleto sencillo entre semana tiene un costo de $290 por persona y en fin de semana $340. Mientras que el boleto con taller en fin de semana cuesta $450, el cual incluye acceso a la experiencia Yūgen, a la tienda de artículos, el taller de origami, un kit con 5 papeles especiales para hacer origami en casa y una estampa de Yūgen.

También cuentan con taquilla en el lugar pero los boletos están sujetos a disponibilidad. Recuerda que tu boleto es contactless, por lo que no requieres imprimirlo.

Yugen. Foto por Coolture.

Mamá disfrutará esta actividad completamente y además de aprender y conocer el tiempo en familia estoy segura será el plus de este recorrido.

Y si vienes de viaje a CDMX, te recomiendo que antes te des una vuelta por la pagina de Autotur. Ahí, vas a encontrar todo lo necesario para disfrutar de transporte cómodo y seguro. #Nuncadejesdeviajar!

Rentar un autobús para tus vacaciones. Foto: Autotur
Viaja con Autotur. Foto Archivo.
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