

América
Quema del “año viejo” en Ecuador, una pícara y purificante fiesta.
Conoce la tradición de los ecuatorianos de incinerar “lo malo” y dar la bienvenida a los buenos augurios, esto en una fiesta colosal llena de pirotecnia.
Durante la víspera de año nuevo, en diversas ciudades de Ecuador, tales como Quito, Guayaquil y Cuenca se despide el año que está por terminar; agradeciendo por todo lo bueno que haya pasado y liberando todo lo malo se quema el “año viejo” en Ecuador

El incendiar un muñeco, es una costumbre que data de finales del siglo XIX, básicamente se trata de cerrar un ciclo y recibir el año entrante totalmente purificados de cualquier negatividad, por lo que se ganaría la mayor energía positiva posible para impulsar a la personas a lograr sus propósitos y metas para este nuevo periodo.
Elaborando el monigote o “año viejo”
El año viejo se materializa: se trata de un monigote de cartón u otro tipo de materiales de fácil incineración, como ropa vieja y papel. El “año viejo”, se adquiere o se crea en casa por las propias familias ecuatorianas.
Posteriormente se rellena de materiales inflamables, tales como papel periódico, pólvora y algunos artefactos pirotécnicos, para que sea fácil quemarlo.

Por lo regular el ritual se lleva acabo las 24:00 horas del 31 de diciembre o, en su defecto, a lo largo de ese mismo día.
Quema del “año viejo” en Ecuador
El origen de la tradición de la quema del “año viejo” se remonta a 1895, cuando la fiebre amarilla acechaba a los habitantes de la ciudad porteña de Guayaquil.
Al final de cada año se recomendaba hacer montículos de ramas amontonadas o paja envueltos con las prendas de los fallecidos para posteriormente incinerarlos en las calles como una medida de protección sanitaria.

Se tenía desde entonces la esperanza de que cosas buenas vendrían con el año entrante.
Con el tiempo, la tradición naturalmente se ha ido adaptando según la época, hasta hoy en día que incluso ha logrado traspasar hacia otras ciudades ecuatorianas.
Despedida entre locas viudas y pirotecnia
Durante la tarde del 31 de diciembre e incluso desde días antes, las denominadas “locas viudas” salen al acecho. Son hombres ecuatorianos de todas las edades que salen a las calles vestidos femeninamente y de forma provocativa.
Con mucha picardía mediante coquetos bailes y bromas los participantes piden apoyos monetarios a los transeúntes, choferes de automóviles y camiones.

El dinero ya sea para la confección de sus “años viejos” o simplemente para tener un extra para seguir con la celebración del día.
Se dice que durante la quema del “año viejo”, las locas viudas tienen el papel de llorarles a estos mientras son incinerados, sin embargo, por la naturaleza chusca y cómica de la tradición en la mayoría de las ocasiones estas aprovechan para juguetear y brincotear entre las llamas desprendidas por los monigotes.
Un espectáculo para pasar un fin de año distinto
¿Tienes ganas de ir a algún lugar donde poder tener una experiencia de año nuevo totalmente distinta?, no cabe duda de que Ecuador es justamente lo que estás buscando.

A lo largo de esta temporada, las ciudades ecuatorianas se preparan también para recibir a una gran cantidad de turistas que asisten año con año a presenciar la quema del “año viejo”, ya que con el folklore y particular atractivo propios de la tradición, resulta todo un espectáculo visual.
Además actualmente, los monigotes están tematizados de todo tipo de figuras, ya sea animales, políticos, videojuegos, personajes de series de televisión o películas, entre muchos otros.

Incluso algunas personas aprovechan la picardía de la celebración para crear un monigote semejante a algún vecino.
Por lo tanto el año viejo en ecuador es maravilloso no?
Hay monigotes “años nuevos” de una gran diversidad de tamaños, parten desde el medio metro hasta algunos que bien podrían ser calificados como colosales que llegan a medir incluso más de 5 metros de altura, aunque por precaución, estos últimos son sólo quemados bajo la supervisión de los bomberos, normalmente el día 6 de enero.
#Nunca dejes de Viajar
América
Bañado LA ESTRELLA: El humedal MÁS HERMOSO de Argentina
Con más de 400 mil hectáreas, este espacio combina espejos de agua, palmares, bosques inundados y una biodiversidad difícil de igualar.

Ubicado al norte de Argentina, en la provincia de Formosa, se encuentra el Bañado La Estrella, el segundo humedal más grande del país. Y si tenemos que describirlo de alguna forma, tendríamos que decir que no es un lugar fijo ni estático, pues cambia constantemente.

Sus aguas provienen principalmente de las lluvias y del desborde del río Pilcomayo. Es por eso que, según la época del año, el visitante puede encontrarse con grandes zonas anegadas o con áreas más secas. Esta dinámica natural hace que cada visita sea distinta, mágica y especial.
Si quieres una guía más rápida, durante el verano, es temporada de lluvias, y podrás encontrar zonas llenas de agua. Mientras que en invierno, hay más espacios secos, para poder caminar.

Su majestuosidad le valió ser elegido en 2019 como una de las Siete Maravillas Naturales de Argentina. Aquí la flora incluye palmas caranday, juncos, totoras y árboles típicos del monte chaqueño. En cuanto a la fauna, se pueden observar yacarés, carpinchos, osos hormigueros, boas y más de 200 especies de aves.

¿Qué hacer en el BAÑADO LA ESTRELLA?
Más allá de su belleza natural, el Bañado La Estrella ofrece múltiples actividades para quienes lo visitan. Aquí podrás encontrar paseos en bote o canoa, que permiten recorrer sus canales y lagunas. También hay safaris fotográficos, ideales para capturar la fauna y su icónico paisaje cambiante. Esto incluye avistamiento de aves, con guías locales que te ayudarán a identificar las especies.

A los alrededores, podrás realizar visitas a comunidades indígenas y criollas de la zona, que muestran cómo han aprendido a convivir con este retador ecosistema. Sin embargo, una de las actividades más populares es el camping, que te permite pasar una noche en el bañado, disfrutando un cielo despejado y lleno de estrellas…
Esto incluye fogatas, canotaje nocturno y recorridos que te permiten mirar la otra cara de la naturaleza… Más salvaje, más hermosa y más única. Este humedal nos muestra algo puro, que en estos tiempos es muy difícil de encontrar.

El AROMA con olor a VERDE
El Bañado La Estrella no es simplemente naturaleza, pues ahí también viven comunidades que forman parte de la historia del lugar. Entre ellas se encuentran los Pilagá: uno de los pueblos originarios de Formosa, que, a pesar del avance inevitable de la modernización, aún han mantenido intacta su cultura. Para muchos visitantes, conocer estas comunidades enriquece la experiencia, porque les permite entender la relación que los locales mantienen con el humedal.

De hecho, La Estrella fue declarado como Reserva Natural Provincial en 2005, lo que ayuda a proteger su biodiversidad y controlar las actividades humanas que podrían afectarlo. Por su parte, la designación como una de las Siete Maravillas Naturales de Argentina llegó hasta el 2019, y no solo fue un premio simbólico, sino también una manera de darle visibilidad y promover un turismo sustentable.

Ahora el desafío es lograr que más gente conozca el Bañado La Estrella sin poner en riesgo su equilibrio ecológico, fortaleciendo la infraestructura turística y garantizando que el desarrollo beneficie tanto a los visitantes como a las comunidades locales.

¿Cómo llegar al BAÑADO LA ESTRELLA?
Llegar al Bañado La Estrella es un viaje complicado, pero vale totalmente la pena. Primero tienes que llegar a la provincia de Formosa. Desde ahí, tendrás que tomar un camión a Las Lomitas, la ciudad centro de la provincia, y a más o menos 45 kilómetros se encuentra “El Vertedero”, uno de los accesos más populares del bañado.

Y si recorres 20 kilómetros más, se encuentra el acceso “Fortín La Soledad”. En estos dos accesos comienzan la mayoría de los recorridos. Considera que, al tratarse de una zona natural enorme, no hay transportes públicos que lleguen hasta allá. Puedes hacerlo con tu propio auto o un servicio turístico.

Eso sí, es fácil perderse en el lugar, así que tendrás que unirte a las visitas guiadas. Depende de la actividad; tienen un costo diferente. Por ejemplo, la excursión en canoa por el bañado cuesta alrededor de $30,000 ARG ($380 MXN o $21 USD). También hay paquetes que te incluyen varias noches en el lugar, con costos que pueden alcanzar hasta los $803,000 ARG ($10,172 MXN o $552 USD).

Descubriendo el BAÑADO LA ESTRELLA
Aunque todavía es un destino poco explorado en comparación con otros lugares turísticos de Argentina, el Bañado La Estrella tiene todo para crecer. Su belleza natural, su riqueza biológica y su valor cultural lo convierten en un sitio único para quienes buscan una experiencia diferente, donde la naturaleza y el paisaje se transforman con cada estación…

#NuncaDejesDeViajar
América
Entre REJAS y MEMORIA. Conoce el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé
Lo que antes fue una cárcel femenil, ahora es un sitio turístico en donde podrás aprender sobre la vida dentro de la cárcel en Argentina.

En pleno corazón del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, Argentina, se alza un edificio que guarda más de dos siglos de historia. Se trata del Museo Penitenciario Antonio Ballvé: un lugar que alguna vez funcionó como cárcel de mujeres y que después abrió sus puertas como museo. Sus muros de piedra, pasillos estrechos y celdas silenciosas transportan al visitante a un tiempo donde la privación de la libertad convivía con la disciplina religiosa, las luchas sociales y los cambios en la justicia…

De misión jesuítica a CÁRCEL de MUJERES
La historia de este edificio comienza en 1735, cuando los jesuitas iniciaron la construcción de un complejo que incluía iglesia, colegio y casa de ejercicios espirituales. Tras la expulsión de la orden en 1767, el inmueble atravesó distintos usos: depósito, hospital y prisión de deudores. No fue sino hasta finales del siglo XIX que el lugar fue destinado al Asilo Correccional de Mujeres, bajo la congregación del Buen Pastor.

Allí convivieron mujeres procesadas por delitos comunes, menores de edad y hasta internas consideradas de “vida disipada” (exceso y libertinaje). Con el tiempo, la institución pasó a manos del Servicio Penitenciario Federal, que en 1978 trasladó a las reclusas a otra unidad en Ezeiza. Ese hecho marcó el inicio de una nueva etapa: la transformación del espacio en un museo.

Finalmente, en 1980 se inauguró oficialmente el Museo Penitenciario, en honor a Antonio Ballvé, quien fue director de la antigua Penitenciaría Nacional y pionero en la organización del sistema penitenciario argentino.

¿Qué encontrarás en el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé?
Hoy, los visitantes del Museo Penitenciario pueden recorrer un sitio donde la arquitectura colonial se mezcla con la memoria carcelaria. Algunos de sus atractivos más destacados son la Capilla de Nuestra Señora del Carmen: uno de los espacios mejor conservados del antiguo complejo jesuita.

También hay salas que exhiben trajes a rayas, grilletes, mobiliario carcelario y herramientas utilizadas por internos y autoridades. Hay documentación histórica que incluye fotografías, expedientes criminológicos, revistas y publicaciones penitenciarias. Esto se complementa con recorridos guiados que te permiten comprender el rol de la prisión en la historia argentina y el impacto social que tuvo la reclusión femenina.

El museo no solo exhibe objetos, sino que también ofrece una mirada crítica sobre la evolución del sistema penitenciario, el papel de la religión en la disciplina y el lugar de la mujer dentro de estas instituciones.

Una visita PRÁCTICA y ENRIQUECEDORA
El Museo Penitenciario Argentino Antonio Ballvé se encuentra en Humberto Primero 378, San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es gratuita; sin embargo, solamente abre dos días a la semana: martes y sábados de 11:00 a.m. a 03:00 p.m.

El recorrido suele tomar entre 30 y 45 minutos, siendo ideal para combinarlo con otros atractivos de San Telmo, como el Mercado, la Plaza Dorrego o el Museo de Arte Moderno. Es una visita recomendable para quienes disfrutan del turismo cultural e histórico, y en especial para aquellos interesados en la memoria social y las transformaciones urbanas de Buenos Aires.

Y es que el Museo Penitenciario es mucho más que un conjunto de salas con objetos antiguos: es un espacio de reflexión sobre la privación de la libertad, las políticas penitenciarias y la condición femenina en épocas pasadas de Argentina. La reconversión de una cárcel en un centro cultural lo convierte en un símbolo de transformación, donde los muros que antes callaban ahora se dedican a contar historias…

Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
América
¿Cómo volar en ALA DELTA en RÍO de JANEIRO? Vive una AVENTURA libre en el CIELO
Deslízate entre montañas, mar y selva en una experiencia que combina adrenalina, paisajes únicos y la emoción de volar en los cielos brasileños.

¿Te imaginas flotar sobre playas, montañas y la jungla urbana con una vista única del Cristo Redentor? Pues esto es posible con la popular experiencia de volar en ala delta por los cielos de Río de Janeiro, en Brasil. Y aquí te contamos cómo puedes vivir ese momento de libertad aérea que muchos sueñan tener…
Ala Delta: La MAGIA de VOLAR SIN MOTOR
El ala delta es una modalidad de vuelo libre donde el piloto va suspendido en un arnés bajo un ala rígida. No hay motor, solo viento y control aerodinámico. En Río de Janeiro, esta experiencia se realiza en tándem (conjunto de dos personas), junto a un instructor experto que se encarga del despegue, el planeo y el aterrizaje, mientras tú disfrutas el paisaje sin preocuparte por nada más.
Cómo LLEGAR al punto de DESPEGUE
La aventura del ala delta comienza mucho antes del vuelo. Lo más común es que te encuentres con tu instructor en la Playa de São Conrado, donde te llevará en transporte hasta la cima de Pedra Bonita. El recorrido sube por la Estrada das Canoas: una ruta pavimentada de unos 7 km llena de curvas y vistas panorámicas. En pocos minutos estarás en la pista de lanzamiento, con la ciudad a tus pies y el corazón acelerado.
El punto más famoso para practicar ala delta en Río es la rampa de Pedra Bonita, ubicada dentro del Parque Nacional de la Tijuca. Desde allí te lanzas directo hacia el océano y aterrizas en la Playa de Pepino, en el barrio de São Conrado. La vista es simplemente espectacular, aquí se combinan varios escenarios que parecen sacados de una postal.
La EXPERIENCIA del VUELO: De la PLAYA al CIELO
Una vez en la cima, comienza la emoción. Tu instructor de ala delta te colocará un arnés de seguridad, te explicará los movimientos y harán unas carreras de prueba. Luego, llega el gran momento: cuentan hasta tres y… ¡A volar!
El impulso inicial te eleva sobre el bosque, y en cuestión de segundos estás flotando sobre Río. Sientes el viento en la cara, el silencio del aire y una calma increíble. El piloto se encarga de controlar el ala, mientras tú solo disfrutas del paseo. Los vuelos suelen durar entre 8 y 15 minutos, dependiendo del clima y la fuerza del viento.
PAISAJES que TE DEJAN SIN ALIENTO
Durante el vuelo en Ala Delta, verás lo mejor de Río desde una perspectiva privilegiada: el Cristo Redentor, la Bahía de Guanabara, el Atlántico y los contrastes entre la jungla y la ciudad. El aterrizaje es suave, justo sobre la arena de la Playa. Además, muchas empresas incluyen fotos y videos GoPro, así que podrás revivir ese momento una y otra vez.
Un DATO CURIOSO sobre el Ala Delta en Río
¿Sabías que Río de Janeiro es uno de los destinos más visitados del mundo para practicar ala delta? Cada año, miles de viajeros llegan solo para lanzarse desde Pedra Bonita: un punto tan icónico que ha aparecido en documentales internacionales. Además, la Federación Brasileña de Vuelo Libre organiza aquí campeonatos y eventos, consolidando a Río como el epicentro del turismo de aventura en Brasil.
PRECIOS y DETALLES del ala delta en RÍO de JANEIRO
El costo promedio de un vuelo en ala delta ronda entre $800 y $880 BRL (aproximadamente $2,750 y $3,000 MXN o $150 y $165 USD o) dependiendo del tipo de cambio. Algunos paquetes incluyen transporte, video, fotografías y certificado de vuelo. La mayoría de los instructores acepta reservas con anticipación y pagos en línea.
Si te mueve la aventura y quieres ver Río de Janeiro desde otra perspectiva, el ala delta es una experiencia que simplemente debes vivir. No necesitas experiencia previa, solo ganas de volar y de dejarte llevar por la magia de los paisajes de Brasil. ❖
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