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Quema del “año viejo” en Ecuador, una pícara y purificante fiesta.

Quema del "año viejo" en Ecuador Foto. Etienne Le Cocq

Quema del "año viejo" en Ecuador Foto. Etienne Le Cocq

Durante la víspera de año nuevo, en diversas ciudades de Ecuador, tales como Quito, Guayaquil y Cuenca se despide el año que está por terminar; agradeciendo por todo lo bueno que haya pasado y liberando todo lo malo se quema el “año viejo” en Ecuador 

El Año viejo en Ecuador. Foto Joe Ross

El incendiar un muñeco, es una costumbre que data de finales del siglo XIX, básicamente se trata de cerrar un ciclo y recibir el  año entrante totalmente purificados de cualquier negatividad, por lo que se ganaría la mayor energía positiva posible para impulsar a la personas a lograr sus propósitos y metas para este nuevo periodo.

Elaborando el monigote o “año viejo”

El año viejo se materializa: se trata de  un monigote de cartón u otro tipo de materiales de fácil incineración, como ropa vieja y papel. El “año viejo”,  se adquiere o se crea en casa por las propias familias ecuatorianas.

Posteriormente se rellena de materiales inflamables, tales como papel periódico, pólvora y algunos artefactos pirotécnicos, para que sea fácil quemarlo.

El Año viejo en Ecuador. Foto Joe Ross

Por lo regular el ritual se lleva  acabo  las 24:00 horas del 31 de diciembre o, en su defecto, a lo largo de ese mismo día.

Quema del “año viejo” en Ecuador

El origen de la tradición de la quema del “año viejo” se remonta a 1895, cuando la fiebre amarilla acechaba a los habitantes de la ciudad porteña de Guayaquil.

Al final de cada año se recomendaba hacer montículos de ramas amontonadas o paja envueltos con las prendas de los fallecidos para posteriormente incinerarlos en las calles como una medida de protección sanitaria.

El Año viejo en Ecuador. Foto Bill Herndon

Se tenía desde entonces la esperanza de que cosas buenas vendrían con el año entrante.

Con el tiempo, la tradición naturalmente se ha ido adaptando según la época, hasta hoy en día que incluso ha logrado traspasar hacia otras ciudades ecuatorianas.

Despedida entre locas viudas y pirotecnia

Durante la tarde del 31 de diciembre e incluso desde días antes, las denominadas “locas viudas” salen al acecho. Son  hombres ecuatorianos de todas las edades que salen a las calles vestidos femeninamente y de forma provocativa.

Con mucha picardía mediante coquetos bailes y bromas los participantes piden apoyos monetarios a los transeúntes, choferes de automóviles y camiones.

El Año viejo en Ecuador. Foto Bill Herndon

El dinero ya sea para la confección de sus “años viejos” o simplemente para tener un extra para seguir con la celebración del día.

Se dice que durante la quema del “año viejo”, las locas viudas tienen el papel de llorarles a estos mientras son incinerados, sin embargo, por la naturaleza chusca y cómica de la tradición en la mayoría de las ocasiones estas aprovechan para juguetear y brincotear entre las llamas desprendidas por los monigotes.

Un espectáculo para pasar un fin de año distinto

¿Tienes ganas de ir a algún lugar donde poder tener una experiencia de año nuevo totalmente distinta?, no cabe duda de que Ecuador es justamente lo que estás buscando.

El Año viejo en Ecuador Foto Joe Ross

A lo largo de esta temporada, las ciudades ecuatorianas se preparan también para recibir a una gran cantidad de turistas que asisten año con año a presenciar la quema del “año viejo”, ya que con el folklore y particular atractivo propios de la tradición,  resulta todo un espectáculo visual.

Además actualmente, los monigotes están tematizados de todo tipo de figuras, ya sea animales, políticos, videojuegos, personajes de series de televisión o películas, entre muchos otros.

El Año viejo en Ecuador. Foto David Meyer

Incluso algunas personas aprovechan la picardía de la celebración para crear un monigote semejante a algún vecino.

Por lo tanto el año viejo en ecuador es maravilloso no?

Hay monigotes “años nuevos” de una gran diversidad de tamaños, parten desde el medio metro hasta algunos que bien podrían ser calificados como colosales que llegan a medir incluso más de 5 metros de altura, aunque por precaución, estos últimos son sólo quemados bajo la supervisión de los bomberos, normalmente el día 6 de enero.

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