Asia
Buda Amoghasiddhi, un momento de iluminación
Un lugar en el que podrás meditar y encontrar tu paz interior.
Existen viajes espirituales que nos hacen reflexionar acerca de nuestra existencia. Algunas veces basta con caminar al templo local, pero en otras es necesario recorrer largos caminos para llegar a ese lugar mágico que nos enfrenta a nosotros mismos. Hoy hablaremos del Buda Amoghasiddhi, un gran ejemplo de la liberación del ser.
Ciertas personas afirman que el budismo no es una religión ya que carece de una deidad principal, idea que ha sido concebida mayormente por occidentales quienes la adoptaron simplemente como una filosofía de vida.
Sin embargo, para los habitantes del continente asiático el budismo representa la práctica religiosa más extendida y aquella que les permite mantenerse en paz .
¡Buda no es un dios!
Según las tradiciones orales, el Budismo nació en el siglo V A.C. gracias a las enseñanzas de Siddhartha Gautama conocido como el primer “iluminado”.
De hecho el término “Buda” no se refiere solo a él, sino todos los que le precedieron y que pasaron a otro nivel de conciencia.
Tal es el caso del Buda Amoghasiddhi quien cuenta con una estatua monumental a las afueras del centro de Hong Kong.
Partir desde las agitadas calles de la metrópoli Hongkonesa con destino a un monasterio budista, es una experiencia que nos lleva desde el nivel más superficial de los sentidos hasta la más profunda paz interior.
Dos caminos, una sola dirección …
Podemos elegir entre dos caminos, el autobús o el teleférico, ambos cuentan con magníficas vistas de la bahía; pero es el segundo sin lugar a dudas el que nos da una mejor panorámica.
Una vez que hemos entrado a la cabina lo primero que podremos observar a través del cristal, será el mar y la jungla debajo de nosotros.
Entonces comienza el ascenso, algunos edificios dispersos pasan a nuestro lado pero poco a poco comienzan a desaparecer dándole paso a la naturaleza, ¿Quién iba a pensar que en esta ciudad tan famosa por sus rascacielos existieran tantos espacios abiertos y llenos de vegetación?.
Y subir y subir, tal parecería que el cable no tiene fin, se eleva hasta alturas insospechadas, sorteando montañas y cortando la neblina.
Justo antes de llegar al final de nuestro trayecto por fin podemos verlo, es el Gran Buda Amoghasiddhi sentado en la punta más alta de Ngong Ping, cerro perteneciente a la isla Lantau.
Su presencia es imponente, pareciera que nos dijera “Aquí estoy, ven a mí”.
El Buda Amoghasiddhi
El pacífico coloso de 34 metros de altura es la representación de los cinco budas de la sabiduría de acuerdo a la tradición Vajrayana del budismo.
Para llegar a sus pies es necesario subir los 240 escalones que lo separan de la estación.
Su construcción fue planeada como una extensión del monasterio Po Lin y simboliza la unión del hombre con la naturaleza. Nada mal para una estructura que se encuentra en una isla rodeada de árboles y flores de todos los colores.
Fue inaugurado en el año 1993 y para celebrar el evento fueron invitados monjes de todo el mundo, el buda es un gigante de bronce que mira al norte por encima del pueblo Chino.
Cierra los ojos no para ausentarse sino para hacerse consciente, las diosas de la inmortalidad que lo acompañan a su alrededor parecen ser sus cómplices.
Cada una de ellas hace los ofrecimientos especiales necesarios para entrar al Nirvana o estado de liberación: incienso, una lámpara, ungüento, fruta, y música.
El Buda levanta la mano derecha representando la eliminación del dolor y su mano izquierda descansa sobre su pierna, sinónimo de generosidad.
No solo es un viaje, es una experiencia
Para algunos visitantes representa sólo un punto más en el mapa donde tomarse la foto con un buda gigante. Para otros es todo un recorrido espiritual que conlleva a la meditación y al deseo de iluminación.
Sea como sea no podemos negar la paz, la tranquilidad y vibra positiva que se siente en su presencia, no te pierdas la oportunidad de acceder al interior del monumento.
También es llamado Buda Tian Tan debido a que su base es una réplica del Altar del Cielo en Tian Tan, Beijing. Asimismo se puede visitar el monasterio y para los que así lo deseen, comprar un par de souvenirs.
Representaciones de Buda sentado hay muchas, pero ninguna es tan grande como ésta. Es un punto obligado al adentrarse en la dinámica ciudad de Hong Kong para hacer una pausa y contemplar su tamaño, belleza y espiritualidad.
Podrás meditar junto a él, práctica que muchos consideran de iluminación y paz interior. #Nuncadejesdeviajar.
Asia
NYEPI, el DÍA DEL SILENCIO en Bali, Indonesia
En Bali, la “Isla de los Dioses”, cada mes de marzo se celebra Nyepi, un día donde la isla se mantiene en absoluto silencio.
En medio del océano Índico de Indonesia, nos encontramos con Bali. Una isla conocida por sus enormes volcanes, sus acantilados y Nyepi, el Día del Silencio que da inicio al nuevo año balinés.
Nyepi, o el Día del Silencio, es, en pocas palabras, un día donde los habitantes de Bali mantienen mutismo voluntario durante un día entero. Esta tradición comenzó por una arraigada creencia en los malos espíritus, por lo que los pobladores optaron por utilizar el silencio para pasar desapercibidos y hacerles creer que Bali era una isla despoblada. Esto les ayudaría a que así su nuevo año estuviera limpio de cualquier energía negativa.
Y es que, en Bali, se cree que los espíritus no ven el movimiento, por lo que sí durante 24 horas no logran escuchar nada, pensarían que en la isla no hay gente a la cual atormentar, haciendo que se alejen en busca de otros lugares.
¿Cómo se PREPARAN LOS BALINESES para este gran día?
Este año, Nyepi se celebrará el 29 de marzo. Para esto, los nativos comienzan a prepararse tres días antes, bañándose en playas, ríos o lagos para purificarse y deshacerse de toda la suciedad energética que les pueda impedir conseguir la pureza física y mental.
La playa de Melasti es el lugar más concurrido para los baños de purificación. La mayoría de los balineses van en forma de procesión, llevando ofrendas y realizando oraciones. Al terminar su baño, continúan rezando a la orilla del mar.
Ofrendas A LOS DIOSES
Después de los baños, los pobladores de Bali realizan el Tawur Agung Kesanga, una ceremonia que se hace un día antes del Día del Silencio, en donde, mediante ofrendas, se les pide a los dioses que mantengan el equilibrio de la naturaleza y de la vida humana en la isla.
Seguido de ello, va el Ngerupuk, un ritual por la tarde (después del Tawur Agung Kesanga). Aquí se ahuyentan los espíritus que pueda haber aún en las casas de los balineses. Para esto, recorren su casa haciendo todo el ruido posible para asustar a los espíritus. El ritual termina poniendo antorchas en los patios mientras tiran arroz. Este ritual es tan común que los hoteles, restaurantes y locales comerciales también lo realizan.
OGOH-OGOH, la NOCHE ANTES del DÍA DEL SILENCIO
Para poder iniciar el Día del Silencio, esa misma noche antes se celebra el Ogoh-Ogoh, un desfile de figuras enormes que representan demonios u objetos que perturban a la vida de los humanos. Estas figuras están hechas de bambú, papel y pegamento.
Es común que el desfile pase por las intersecciones de los caminos, pues se cree que es justo ahí en donde los demonios reposan. Una vez terminado el recorrido, las figuras son quemadas en un cementerio para así acabar con el mal.
Inicia el Nyepi… el DÍA DEL SILENCIO
Y es justo a las 06:00 de la mañana cuando comienza Nyepi. Con una duración de 24 horas, la mayoría de las actividades cotidianas están prohibidas: no se trabaja, no se utiliza luz, no se sale de casa. Los únicos que trabajan ese día son la policía, que realiza recorridos por las calles asegurándose de que todos estén respetando la festividad.
La mayoría de los balineses aprovechan este día para descansar y meditar. Pasadas las 24 horas, Bali vuelve a la normalidad.
Con el permiso de poder salir de sus casas, finalmente los nativos celebran el Ngembak Geni, en donde pueden visitar a sus familiares, compartir la comida con ellos, perdonarse del daño que pudieron hacerles durante el año pasado y así poder iniciar el Año Nuevo con buenas energías.
NYEPI… celebrando FUERA DE LO COMÚN
Nyepi es una festividad de Año Nuevo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados y que, afortunadamente, aún se mantiene vigente.
Actualmente, muchos hoteles que se encuentran en Bali ofrecen la experiencia de vivir el Día del Silencio de una forma acogedora y cómoda, respetando con gran fervor esta tradición ancestral.
Con meditaciones, yoga, servicio a la habitación y piscinas en donde relajarte, el Día del Silencio en Bali será ideal para pasar unos días desconectado del estrés, alejado en su totalidad de la tecnología y rodeado de naturaleza con hermosos paisajes y mucho silencio.
Y tú… ¿Te atreverías a vivir el Día del Silencio en Bali?
#NuncaDejesDeViajar
Asia
MACACOS del PARQUE JIGOKUDANI. Los más MONITOS de Japón
Famoso por sus aguas termales, nos encontramos con el valle de Jigokudani, que por años ha sido el espacio donde familias de monos disfrutan de las cálidas aguas. ¡Qué monito!
Quién diría que el animal más zen de Japón no practica yoga ni bebe té matcha, sino que simplemente se sumerge en el agua sin ninguna preocupación. Así son los días en el Jigokudani Yaen Koen —o Parque de los macacos de nieve—, donde vive una población de primates japoneses que disfrutan de un chapuzón en las aguas del lugar. Sin embargo, lo interesante viene cuando las temperaturas descienden hasta -10°C, ya que no bajan a divertirse ni a jugar, si no para calentarse en las estancias termales del parque.
Un día en el SPA-RAÍSO de los MONOS
Llegar al parque no es tan complicado… para hacerlo, tendrás que caminar aproximadamente 35 minutos por un sendero rodeado de árboles nevados y bellos paisajes montañosos. Además, en los alrededores se encuentran pequeños pueblos en los que podrás alojarte e igual que los monos, disfrutar de las aguas termales de la zona.
Al ingresar al parque, podrás ver muy de cerca a los macacos mientras socializan, juegan y se bañan en las aguas termales. Sobre todo encontrarás a las hembras y a sus crías bañándose, ya que este comportamiento está asociado a su rol social. En cambio, los machos no suelen sumergirse tanto en el agua, porque su rol es priorizar actividades como la búsqueda de alimento y cuidar su entorno de cualquier posible amenaza.
En promedio, los monos suelen llegar en grupos de 40, pero pueden variar, ya que también se ha tenido registro de grupos desde 10 hasta 161 miembros. Comen casi de todo, desde semillas, plantas, frutas o hasta el folleto de algún turista que atraviesa el lugar. ¡Ponte abusado! porque ese turista podrías ser tú.
Los MONITOS de LEJITOS se ven más BONITOS
El parque de los monos de Jigokudani se creó en 1964; sin embargo, no fue hasta 1970 que la revista Life dedicó su portada a estos curiosos habitantes. A partir de ese momento, el parque comenzó a tomar relevancia entre los turistas para ver con sus propios ojos a estos singulares pequeñitos bañarse en los spas naturales del parque.
Sin embargo, algo que ha caracterizado al parque desde sus inicios es el respeto por estos micos; esto significa que al visitarlos, no los alimentes o los intentes tocar. ¡Respétalos!
PARQUE JIGOKUDANI… el rostro de la RELAJACIÓN
Una de las características más lindas de los monos del parque Jigokudani es su expresión de relajación en el agua, donde el vapor los rodea como si estuvieran en un spa de lujo. Algunos estudios han demostrado que este tipo de baño no sólo les ayuda a regular su temperatura corporal, sino que también a reducir el estrés.
Sin duda, el parque Jigokudani es más que un lugar para ver monos; también es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza. Los monos de nieve enseñan e inspiran a detenernos y respirar en un mundo donde el estrés y las prisas son cosa de cada día.
Como ellos, quizá también podamos encontrar nuestro propio onsen o “fuente cálida”… un lugar que caliente nuestros corazones y permita que nuestras preocupaciones se desvanezcan como vapor en el aire. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Asia
Los especiales BAÑOS TURCOS: la incomodidad en FORMA DE HIGIENE
Con una interesante cultura, y confundidos por cientos de usuarios al año, los baños turcos ya han ganado gran popularidad.
Los hammam, o también conocidos como baños turcos, son básicamente baños de vapor, utilizados con el fin de limpiar y relajar el cuerpo. Se dice que vienen de la cultura romana, por allá del siglo VII, fungiendo como punto de reunión social y de higiene —de ahí el hecho de que aún sigan existiendo—. Sin embargo, comúnmente abundan en Turquía.
Pero ahora, dentro de los tiempos actuales, los baños turcos han tomado gran relevancia, esto debido a que sus anuncios han sido confundidos frecuentemente con sesiones de spa, baños termales o incluso masajes.
¿Cómo son los BAÑOS TURCOS?
Los baños turcos usualmente se llevan a cabo en habitaciones de mármol, amplias, acondicionadas con piletas, bancas para reposar y una enorme mesa de mármol que posa en medio del lugar.
En pocas palabras, los baños turcos son enormes saunas, pero con algunas variantes que ponían en práctica los antiguos baños romanos. A la hora de solicitar un baño turco, podrás elegir si hacerlo en habitaciones mixtas o divididas, aunque hoy en día también existen espacios privados para aquellas parejas que quieran compartir la experiencia. De igual forma, puede existir tanto un horario para mujeres, como un horario para hombres.
Una vez que hayas decidido, tendrás que quitarte toda la ropa, y en su lugar la sustituirás con un taparrabos o ropa desechable que te darán en el lugar (sí, eso será lo único que usarás momentáneamente).
El inicio de LA EXPERIENCIA
Después, entrarás al espacio de baño, ¿recuerdas la enorme mesa de mármol? Pues ahí será donde ocurrirá toda la magia. Tendrás que recostarte —tendrás que quitarte el taparrabos, quedando completamente desnudo— y permanecerás un rato ahí, mientras dejas que el vapor del lugar te provoque sudoración.
Al suceder esto, es cuando inicia el baño turco. El personal del lugar (dependiendo de tu género: mujer con mujer, hombre con hombre) te dará un baño. ¡Sí! Frotará todo tu cuerpo de manera vigorosa con algún exfoliante; enjuagará con agua tibia y volverá a frotar tu cuerpo, pero esta vez con abundante espuma, que según cuentan muchos, es la mejor parte de los baños turcos.
Una vez enjuagado y limpio, lo común es que pases a una sala a sentarte y disfrutar de una deliciosa infusión, o te sumerjas en una pequeña piscina, que dará por finalizada tu nueva experiencia. Es importante que sepas que un baño turco es implícitamente un masaje, en donde todas tus articulaciones se pueden liberar.
Los BENEFICIOS de un BAÑO TURCO
Aunque pueda parecer una experiencia algo incómoda, iniciando por estar desnudo frente a mucha gente o dejar que un extraño limpie cada parte de tu cuerpo, los baños turcos son una nueva experiencia donde podrás sentirte como todo un romano, pero con los mimos y cuidados que recibíamos cuando mamá nos bañaba de pequeños.
Además, no son solo un capricho, ya que cuentan con múltiples beneficios, ayudándonos a controlar y disminuir el estrés, eliminar las tensiones musculares e incluso expulsar toxinas.
Así que lo único que necesitas para probar esta experiencia es la valentía para hacerlo. ❖
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