

Chihuahua
Los rarámuris y el valle de los monjes, Chihuahua
Un valle lleno de misterio donde se dice que los monjes se petrificaron y aguardan quietos a que alguien los visite.
Mientras disfrutaba el camino serpenteado por los extensos bosques visualicé a lo lejos el Valle de los Monjes,Chihuahua, un desfile de imponentes rocas que nos remontan a la evangelización que ocurrió hace cuatrocientos años en la zona escarpada de las Barrancas del Cobre.
Era el encuentro con la naturaleza y la solemnidad de la religión ¿Qué habrá detrás de estas enormes figuras que los tarahumaras escogieron como lugar sagrado?
Aún tengo las imágenes frescas de uno de los Valles más encantadores que he conocido: el Valle de los Monjes, un territorio que bien podría salir de una pintura surrealista.
El inicio de la aventura
Todo comenzó con una visita a la Ciudad de Chihuahua en donde me aventuré a conocer sus principales alrededores: los campos menonitas, la ruta de la manzana y subir al tren de pasajeros (El Chepe).
Dicho tren recorre las Barrancas del Cobre para llegar a mi primera parada en Creel, un maravilloso Pueblo Mágico que tiene varias sorpresas guardadas para los aventureros que desean descubrir la magia que guarda la sierra y sus paisajes naturales.
Sabemos que los tarahumaras -o rarámuris- son ese grupo que definió vivir en lo alto de las montañas, conocidos como “pies veloces” debido a su condición de correr por los lugares más escarpados del bosque de altura.
Los tarahumaras son una etnia que ha aprendido a sobrevivir por generaciones a pesar de las extremosas condiciones de la montaña. Pero ahí arriba, cazando y cultivando son felices de guardar sus tradiciones.
En Creel podemos conocer y convivir con los tímidos rarámuris, sobre todo aquellas mujeres que salen a vender sus artesanías.
Ellas no te miran a los ojos debido a sus costumbres de respeto. Ofrecen manualidades que elaboran con las espinas tejidas de los árboles de coníferas, además de pequeños Souvenirs en forma de animales y personajes tarahumaras hechas con maderas, estambres y telas.
¿En dónde encontrar a los rarámuris?
Los tarahumaras son una cultuta interesante de la cual debemos aprender.
Debemos entender y respetar lo que nos ofrece la naturaleza pero sin destruir el bosque, ni invadir el territorio de los demás, además de no ser ventajosos o “chabochis” como los llaman los rarámuris.
Conforme vas conociendo esta etnia, te atrapan sus costumbres y leyendas, sus rituales y su forma de vida; ellos se encuentran en lo más alto de la Sierra Madre Occidental o Sierra Tarahumara (2400 msnm.)
Se dejan ver también muy cercanos en las poblaciones de Creel y Divisaderoen donde llegan los viajeros atraídos por el instinto de realizar fotografías de sus hábitos y vestimentas.
Una vez alojado en Creel, decidí realizar un paseo guiado para conocer una parte de los alrededores, así que me aventuré a visitar los sitios naturales y boscosos conocidos como: El Valle de las Ranas, el Valle de los Hongos, y el Valle de los Monjes, Chihuahua.
Los Valles de las Ranas y Los Hongos
Ambos lugares me dejaron impresionado por las enormes formaciones que siluetaban anfibios y setas que son parte de la aventura del paseo.
Ahí pude ver varias mujeres rarámuris que se acercaban para ofrecerme sus productos, o los grupos de niños pidiendo un dulce o alguna galleta, cosa que no es recomendable darles ya que al no tener todos los servicios médicos -como los de un dentista comunitario-, sólo les afectaríamos en su salud.
Continuando con el viaje, realicé otra parada en una antigua cueva en donde todavía acostumbra a vivir una familia de rarámuris, (hoy habitan en cabañas).
Amablemente me recibieron y contestaron algunas preguntas con su poco español y me pude enterar cómo la cocina en donde sale el humo de la madera quemada, está dividida de la recámara por sólo unas cuantas piedras, y frente a éstas tienen un espacio para platicar mientras tejen.
Afuera algunas gallinas y animales de carga son parte de la vida cotidiana, los niños juegan como si no hubiera un mañana, algunas parcelas de maíz y frijol también son parte del entorno.
Un panorama inigualable
Aprendí que si los árboles se tiñen de amarillo, es señal de que pasa el viento con más fuerza y no es posible asentarse ni sembrar ahí, porque el frio acabaría con la cosecha.
Todo ese entorno me dejó pensando en la transculturización que hemos promovido en los pueblos alejados. Los rarámuris han estado ahí a lo largo de las generaciones, soportando las condiciones climáticas y viviendo al día.
Erróneamente creemos que al observar su pobreza, necesitan ayuda y buscamos la manera de proveerlos de despensas o cobijas, cuando ellos no conocen otra forma de vida. Han aprendido a vivir como hombres y mujeres de montaña con los recursos que la naturaleza les otorga y aún así, son felices.
Después de disfrutar de sus miradas honestas y amables, y entender un poco más de su modo de vida, me dirigí a mi última parada y tercer valle, mi objetivo de ese día era encontrar ese lugar del que tanto me han hablado.
El impresionante Valle de Los Monjes, Chihuahua
Antes de llegar me enfrenté en el camino con grandes rocas verticales enfiladas como soldados de 20 metros de altura formando una gran muralla.
Sé que estoy cerca, es momento de dejar el transporte y seguir a pie: Ahí están, en medio del silencio y el olor a pino, el Valle de los Monjes en Chihuahua te atrapa desde lo lejos y te deja con la boca abierta conforme te acercas.

Valle de los monjes, Chihuahua. Foto Archivo.
Ciertamente parecen decenas o centenas de monjes encapuchados, pero son rocas labradas por el tiempo y el viento, dispersas en pequeños grupos de 5 o diez columnas, parece que se enfilan a una procesión como si se tratara de ir evangelizando mientras crees escuchar sus cantos.
Pero la calma reina. Sólo es interrumpida por las aves del lugar.
El Valle de los Monjes me recuerda cómo los misioneros Franciscanos llegaron en el siglo XVI a estas tierras con la encomienda de convertir a los habitantes de la montaña y el desierto en seguidores de la religión cristiana, pero sin tener éxito.
Después los misioneros Jesuitas llegaron a Chihuahua para establecer una relación de confianza, aprender la lengua de los rarámuris y formando la jerarquía a la que estaba acostumbrada la sociedad. Así se fundaron las misiones en el siglo XVII.
¡Rocas que se formaron en más de 20 millones de años!
Los Monjes son grandes rocas calcáreas que han sido erosionadas por la lluvia y el aire, estas formaciones tardaron más de veinte millones de años en lograrse y verdaderamente semejan figuras humanas con su cabeza y su sotana.
Por las tardes cuando el sol abandona el valle, deja las sombras de los monjes libres para darle paso a las leyendas de cómo quedaron petrificados en su labor de evangelización.
De acuerdo a los rarámuris quizás son Dioses que están dispuestos a escuchar a quien pide consejos.
El lugar es ideal para hacer senderismo, rappel y ciclismo, pero sobre todo para tener un encuentro con la naturaleza, disfrutar del silencio y aprecio por lo que la madre tierra nos regala con sólo tomar la decisión de hacer un viaje por el estado de Chihuahua.

Ciclismo en Valle de los Monjes. Foto Archivo.
Me he quedado horas contemplando el Valle de los Monjes, Chihuahua y he encontrado nuevas figuras que sólo los locales pueden describir.
He meditado tanto de esta fastuosa tierra y sus bondades, que por algo esta etnia fue elegida para cuidarla.
Ahora estoy listo para continuar mi viaje hacia mi próxima parada en Divisadero, y sorprenderme más de las bellezas que tienen las Barrancas del Cobre. No te pierdas de Chihuahua y #Nuncadejesdeviajar
GALERÍA DE IMÁGENES
Chihuahua
PUEBLO MÁGICO de BATOPILAS, Chihuahua
Rodeado por majestuosas montañas y bañado por el río Batopilas, este pintoresco pueblo se destaca por su rica historia, su arquitectura colonial bien conservada y su belleza natural.

Siendo el estado más grande de México, al suroeste de Chihuahua se encuentra Batopilas, un Pueblo Mágico con una de las vegetaciones más impresionantes del estado… árboles frutales por todos lados, montañas rodeando la zona y el río Batopilas descansando en sus tierras. Sin duda es algo que no te querrás perder en tus próximas vacaciones por el norte del país… ¡Acompáñanos a descubrirlo!

El ENCANTO NORTEÑO de México
El famoso río Batopilas —que se traduce del tarahumara como río encajonado— forma parte de la sierra Tarahumara. Durante el siglo XVIII, su importancia para la minería nacional fue enorme, haciendo que en la zona vivieran cerca de 50,000 personas, aunque curiosamente hoy en día viven apenas 1,000 habitantes.

Aquí el arte es constante y presente en todos los lugares a los que voltees; hay unos grandiosos murales en el Palacio Municipal que narran la historia de los primeros habitantes, cuya cultura y tradiciones aún permanecen vivas.

Además, en el museo de Sitio se encuentran exhibidos manuscritos y un libro de contabilidad de 1881, que proporciona información sobre los ingresos y egresos de las minas de la época. A pesar de eso, la historia de Batopilas se ve afectada por desastres naturales, como inundaciones, que han destruido registros históricos, lo que hace que los documentos que aún existen sean considerados un tesoro.

La ZONA del RÍO
La zona del río es un atractivo natural donde los visitantes pueden nadar y socializar, especialmente durante la temporada de calor, aunque en época de lluvias el cauce del río se desborda. Este lugar es popular entre los locales, quienes disfrutan de actividades recreativas y la oportunidad de relajarse junto al agua.

Y a pocos minutos de Batopilas, se encuentra la comunidad de Satevo, que es conocida por su impresionante iglesia y su atractivo visual para los visitantes. La iglesia de Satevo es una de las más grandes y elaboradas en la Sierra Tarahumara, lo que la convierte en un punto de interés histórico significativo.

La HACIENDA de SAN MIGUEL
También podrás visitar la ex Hacienda de San Miguel, que se trata de un lugar emblemático, y que fue parte de la compañía minera de Batopilas. Es conocida por su producción de plata durante su época de mayor bonanza; esta aún conserva su estructura y es un testimonio del legado minero de la región, donde se extrajeron más de 25 millones de onzas de plata. La hacienda se ha deteriorado con el tiempo, pero sigue siendo un lugar fascinante para explorar y reflexionar sobre el pasado de la minería en la región.

¿Dónde ALOJARTE en BATOPILAS?
Para el alojamiento, la mejor opción es el hotel Copper Canyon Riverside Lodge, que ha sido renovado y que cuenta con más de 200 años de historia. Esta fue una parte fundamental del pasado de Batopilas, albergando la tienda del pueblo que abastecía a los habitantes antes de su renovación. De hecho, en la decoración de las habitaciones podrás ver fotografías antiguas, que contribuyen a un ambiente nostálgico y único del lugar.

Como puedes ver, descubrir Chihuahua no podría ser posible si antes no visitas Batopilas, que sin duda es uno de los espacios más importantes del estado, e incluso de México. Algo que sin duda tendrás que visitar en tu próximo viaje al norte del país… ❖

#NuncaDejesDeViajar
Chihuahua
Semana Santa RARÁMURI, la celebración más grande de la SIERRA TARAHUMARA, Chihuahua
Esta ocasión nos lanzamos hasta la sierra, hogar de los Rarámuris en donde tuvimos la fortuna de presenciar su ritual durante la Semana Santa.

La Semana Santa es una experiencia que nos regala una muestra de la cultura y tradiciones religiosas, superando muchas veces el área espiritual. Y seas creyente o no, no podemos negar que la manera en la que se recrean las procesiones, se realizan oraciones o se cocinan algunos platillos es todo un arte. Y es que estas costumbres religiosas no se detienen por nada, o ese es el caso de la comunidad rarámuri en Chihuahua, que nos invita a ver la belleza de la región a través de la fe.

¿Quiénes son los RARÁMURI?
Antes de conocer las tradiciones de Semana Santa de los rarámuri, tenemos que conocerlos mejor. En pocas palabras, los rarámuri son un pueblo de unas 50 mil personas, aproximadamente. Viven en la sierra Tarahumara, al sur de Chihuahua, y mantienen un estilo de vida muy antiguo y ancestral.

A pesar de que también son conocidos como los tarahumaras, ellos mismos se nombran a sí mismos como “rarámuris”, que en su lengua se traduce como “pies ligeros”, pues parte de su cultura y adaptación al espacio tiene que ver con correr por la sierra.

La SEMANA SANTA para los RARÁMURIS
Ahora, es muy importante saber que los rarámuris ven a la Semana Santa como una oportunidad de mezclar sus creencias ancestrales con las creencias religiosas católicas. Esto se debe a que Semana Santa está paralela al ciclo agrícola para sus cosechas.

Lo sorprendente es que esta población reitera y refuerza la relación que tienen con Dios mediante su festejo: agradecen y reconocen la presencia de un ser todopoderoso. Es por eso que en las actividades se representan dos bandos: el de Dios y el Diablo. Aquí, Dios creó a los rarámuris, mientras que el Diablo creó al hombre blanco.

Esto hace que, para la representación, los rarámuri se dividan en 2: los fariseos, que representan a los súbditos del Diablo y se caracterizan por estar pintados de blanco, con agua y cal; y los capitanes, que representan a los soldados de Dios, caracterizados con la ropa típica tarahumara. Y así, caracterizados, es como realizan danzas, ritos y rezos. Durante este festival de Semana Santa, los visitantes pueden gozar de conciertos de música tradicional, danzas y cuentos indígenas, entre muchas otras actividades.

Una de las danzas más representativas es “La Danza de los Pintos”, donde los pintos bailan con banderines a las afueras de la iglesia.

De hecho, en los bailes se ofrece tesgüino, una cerveza artesanal preparada a base de maíz fermentado, que es parte de los grupos indígenas del norte. Es considerada como una bebida social y sagrada.

Cuando CAMINAMOS en CÍRCULOS
“Comonorirawachi”, así es como llaman los rarámuris al periodo de la Semana Santa, que significa “cuando caminamos en círculos”, ya que la mayor parte de la celebración es dar la vuelta alrededor de cada iglesia que hay en la zona. Esto se hace en forma de procesión, mientras bailan, alaban y cantan, pues tienen la creencia de que el destino del universo descansa en la espalda de los tarahumaras, y de este modo impiden que el Diablo triunfe sobre Dios.

La LUCHA de los FARISEOS Y SOLDADOS
Para el último día de festejo, se hace una representación de lucha entre los fariseos y los soldados, simbolizando la eterna pelea entre el bien y el mal… el cielo y el infierno. En este punto, los sacerdotes católicos guardan distancia, respetando las creencias y tradiciones de la comunidad tarahumara.

Para poder participar en la representación, los soldados y faraones hacen un ayuno de tres días, que se rompe al finalizar la pelea y las danzas, obteniendo como recompensa un “tónari”, que es carne de res, pollo, pescado o conejo, cocida en agua y preparada por quien haya sido elegido como el anfitrión para poder brindar esta ofrenda.

La QUEMA DE JUDAS
Una vez finalizados los rituales y la épica batalla contra el Diablo, viene la “quema de Judas”. Esta quema es muy similar a las que se realizan en la ciudad; la diferencia es que el Judas no se hace de cartonería, sino de tela y pasto… Una figura de Judas a tamaño real, hecho con ropa cocida y rellena de pasto seco, similar a un espantapájaros. Según la tradición, si los soldados no queman esta figura, puede haber desgracias en la comunidad.

¿Se puede VISITAR a los RARÁMURIS en SEMANA SANTA?
La respuesta a esta pregunta es sí. Cualquier persona puede visitar a los rarámuris en cualquier fecha. Para esto, tendrás que adentrarte en la Sierra Tarahumara. Claro que, si deseas presenciar sus ritos de Semana Santa, te recomendamos que solicites un permiso previo a la máxima autoridad de su comunidad, que es conocido como síriame.

Para esto, tendrás que respetar y no interferir en los ritos y tradiciones que se hagan y, por lo general, al aceptar tu presencia, te pedirán una contribución con alimentos para la comunidad.

Sin duda, la Sierra Tarahumara es un destino ideal para todos aquellos que buscan un viaje religioso más fuera de lo común. Es solo para gente que ama conocer culturas y sus riquezas… gente que además ama ver paisajes maravillosos, y eso es algo que solo nos puede regalar el estado de Chihuahua.

#NuncaDejesDeViajar
Chihuahua
NAICA: la capital mundial de LAS BRUJAS en CHIHUAHUA
Al sur del país nos encontramos con un municipio lleno de misterios, leyendas y temor, donde las brujas y las desapariciones son cosa de cada día.

En Chihuahua, en el municipio de Saucillo, está Naica, un pueblo dedicado a la minería donde nos encontramos con la conocida cueva de los cristales más grandes del mundo. Fue descubierta en la Sierra de Naica en el 2001, mientras los trabajadores de la mina hacían un túnel para realizar extracción de plomo.

Su exploración no está permitida más que para investigadores y científicos; pero algo a considerar es que se encuentra a 300 metros bajo tierra y con temperaturas que oscilan entre los 40° y 50° centígrados. En cualquier escenario, estas serían las condiciones normales de una cueva en Chihuahua; sin embargo, en Naica existe una leyenda que va más allá de los rumores, cambiando por completo la experiencia de los viajeros…

Las BRUJAS de NAICA
Los nativos del lugar cuentan, de una forma muy natural, cómo han visto brujas volar desde lo más alto del cerro hacia el pueblo. Algunos otros incluso las han visto entrar en las cuevas mineras; sí, la de los cristales más grandes del mundo.

Y es que los habitantes de Naica tienen como costumbre estar dentro de sus casas antes de las 10:30 de la noche, porque se dice que a esa hora empieza la cacería de las brujas, en donde salen de la cueva en forma de bolas de fuego para volar sobre el poblado en busca de mujeres jóvenes para raptarlas y hacerlas parte de su aquelarre (reunión de brujas) o niños para algunos de sus rituales.

Incluso las campanas de la iglesia del pueblo se tocan a las 10:30 pm en punto, como señal de que todos deben de estar resguardados en sus casas.
La CUEVA de las BRUJAS y el PORTAL al INFRAMUNDO en NAICA
Otro lugar de reunión de brujas en Naica es ni más ni menos que la Cueva de las Brujas, ubicada en la misma Sierra de Naica. Actualmente, a la mitad del recorrido se encuentra una reja que evitar su acceso, pues la gente solía perderse dentro —o al menos eso cuentan—.

Además, su entrada está custodiada por un cartel que da anuncio de los peligros al ingresar. La gente que ha entrado, o que vive cerca del cerro de Naica, aseguran que por las noches se escuchan cantos y llantos que salen de la cueva, e incluso emanan luces de colores.

Se sabe que en los lugares en donde hay cristales o minerales de más de 500 millones de años, siempre están llenos de energía, algo ideal para las personas que se dedican a la sanación holística. Comúnmente les llaman santeros o brujas blancas, y utilizan las cuevas para hacer rituales en ellas.

Esto lo han confirmado visitantes que han recurrido a este tipo de “sanaciones”, contando que la energía en las minas es tan fuerte y el calor tan insoportable, que es similar a la entrada al inframundo. Todas estas situaciones inexplicables le han dado a Naica una perturbadora fama como la Capital Mundial de las Brujas, atrayendo cada 31 de octubre, a las 11:30 de la noche, a brujas de todo el mundo, que se reúnen para hacer rituales.
¿Y tú te atreverías a entrar a las cuevas? ❖

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