

Turismo Cultural
Port Royal la ciudad sumergida en Jamaica, donde navegaban los Piratas
El lugar que fue conocido en su tiempo como “El pueblo más malévolo de la cristiandad”. Port Royal la ciudad sumergida en Jamaica
Port Royal la ciudad sumergida en Jamaica; se ha especulado acerca de la Atlántida, esa mítica ciudad sumergida en el océano que a muchas personas les gustaría encontrar, desafortunadamente hasta el momento no hay prueba de su existencia.
De lo que sí hay evidencia es de Port Royal, una antigua ciudad en Jamaica que fue devorada por el mar después de un terremoto. Esta es parte de su historia y de las razones por la que debes visitarla.
Si te pidiéramos que pensaras en el Caribe seguramente se te vendrían a la cabeza interminables playas de arena blanca y su característico mar color turquesa, un verdadero paraíso ¿No? Sin embargo no siempre fue así, de hecho hubo una época llena de peligro.

Los verdaderos Piratas del Caribe
Port Royal era una ciudad muy ajetreada ubicada muy cerca de lo que hoy es Kingston. Por allá del siglo XVII contaba muchas actividades marítimas, pero por lo que más se le recuerda es por su alta concentración de piratas, de hecho el gobierno británico alentaba su existencia.
¿Has escuchado del Capitán Morgan? No nos referimos al ron sino al famoso corsario que ataco puertos de Cuba y Panamá, ¡Ah! pues el hizo de esta su ciudad ya que le permitía esconderse después de haber practicado sus fechorías.

Port Royal la ciudad sumergida en Jamaica: fue el Sodoma del nuevo mundo
Fue tanta la concentración de piratas en Port Royal que prácticamente dominaban la isla, quienes la visitaron en esa época la describieron como Sodoma ya que la mayoría de sus hombres eran maleantes y sus mujeres prostitutas.
Sus calles vieron de todo, en especial el derroche de dinero que se hacía por los pretextos más extraños, como comprar un barril de vino y colocarlo en la calle para obligar a los transeúntes a beberlo.

Nada es para siempre
Todo era mil sobre hojuelas para los malhechores, vivan tan felices en su paraíso que tal vez nunca imaginaron lo que les esperaba: un gran terremoto que terminaría con la vida de miles de personas y que hundiría la ciudad hasta en el fondo del mar.
¿Te imaginas de qué intensidad fue el movimiento?. Por si no hubiera sido poco también le siguieron varios tsunamis que terminaron por desvanecer lo que llego a ser una de los puertos más importantes del continente.
Afortunadamente algunas partes aún se conservan en la profundidad. Lo que permite que los arqueólogos investiguen como era la vida en durante su apogeo.

Port Royal la ciudad sumergida en Jamaica: hoy en día
Queda muy poco de lo que algún día fue el puerto, en nuestros días solo existe un pequeño poblado de no más de 2,000 personas. Si deseas visitarlo puedes contratar un tour donde te contarán algunas leyendas ancestrales.
También recorrerás el hospital naval, el fuerte Charles, la oficina de correos y otros edificios históricos. Para visitar las ruinas de Port Rotal hay que pedir unos permisos especiales del gobierno jamaiquino.

Si no deseas complicarte también puedes observar algunos vestigios recuperados por investigadores que se encuentran en el Museos de Historia y de Etnografía del Instituto de Jamaica en Kingston. Mayores informes instituteofjamaica.org.jm.
No dejes pasar la oportunidad de bucear por las ruinas de una leyenda perdida y mientras lo haces, trata de imaginar todas las historias que sucedieron entre sus paredes.

Si tienes la oportunidad, sumérgete y conoce esta ciudad
También puedes aprovechar para visitar los demás atractivos de la isla, desde cascadas impresionantes hasta shopping y vida nocturna.
Kingston se encuentra a solo 7 horas de la Ciudad de México, existen varias aerolíneas que vuelan diariamente a la capital de la isla con escala en Panamá y Miami principalmente.
En Jamaica se habla inglés y se usa el dólar jamaicano. Y recuerda, “Nunca dejes de viajar“.

Baja California
MUSEO del TACO en TIJUANA: Un HOMENAJE al PLATILLO más AMADO de MÉXICO
Si eres un amante de los tacos —como lo es todo mexicano— entonces este museo es una visita obligatoria: Un lugar donde conviven los sabores, la historia y los antojitos.

Al norte de México, en la siempre animada ciudad de Tijuana, existe un lugar que todo amante del taco tiene que visitar al menos una vez en su vida, y se trata del inigualable Museo del Taco. Aquí el taco no solo se saborea, sino que también se celebra, se honra y se le demuestra amor…

¿Qué hay en el MUSEO del TACO?
El Museo del Taco nace en Baja California, Tijuana, en el año 2024, como una forma de homenajear a los tacos, que son bien queridos en cualquier parte de México. En él, podrás conocer todo lo relacionado a esta legendaria comida: sobre su preparación, sus ingredientes y su origen.

Se divide en 9 salas, donde aprenderás, de forma interactiva e inmersiva, cómo es que se crea un buen taco al estilo tijuanense. Y es que el taco en Baja California es un símbolo no solo de sabor, sino también de cultura, trabajo e historia.

La SALA del CARBÓN
Cada sala del museo lleva el nombre de un ingrediente o paso clave en la preparación del taco. El viaje empieza en la Sala del Carbón, donde aprenderás cómo se enciende un carbón como lo hacen los verdaderos maestros parrilleros. Lo mejor es que no solo lo ves… también lo sientes: el humo, el aroma y el ambiente te meten de lleno en la experiencia, donde tú eres el carbón.

La SALA de la TORTILLA
La segunda parada es la Sala de la Tortilla, donde conocerás el proceso para preparar la base de todo buen taco mexicano. Aquí podrás participar para crear tu propia tortilla a mano, utilizando una bolita de masa, una prensa de tortillas y un enorme comal.

SALA de la CARNE
La tercera sala en el Museo del Taco le rinde homenaje a la res, que es uno de los mayores amigos del taco. Esta sala es perfecta para conseguir las mejores fotos de tu visita, ya que se basa en un spot con iluminación y colores llamativos, que honran a la res con cada destello.

SALA del AGUACATE
Siendo una de las salas más bonitas del museo, la Sala del Aguacate celebra aquella costumbre norteña de nunca escatimar con el aguacate para los tacos. Hay pantallas gigantes con imágenes de esta deliciosa fruta, y lo más divertido es que puedes jugar con tus amigos lanzándote pequeñas esponjas que simulan su semilla.

SALA de la SALSA
Sin salsa no hay taco, y el Museo del Taco lo sabe muy bien, y para eso está la Sala de la Salsa. Esta parte del recorrido está llena de lámparas rojas que simulan el rojo brillante de las picosas salsas. Las paredes con espejos que hacen parecer un cuarto sin fin. Además, hay música que de verdad te pone a mover los pies. ¡Picoso pero sabroso!

SALA de la CEBOLLA
Una de las partes favoritas en el Museo del Taco es, sin duda, la Sala de la Cebolla. A pesar de que se dice que la cebolla es muy fuerte, en esta sala se siente un ambiente relajado y divertido, donde el color blanco predomina en las paredes. Cuenta con una alberca de pelotas y unas cebollitas cambray giratorias, con las que seguro te vas a entretener un buen rato.

SALA de las TAQUERÍAS
Es de buen mexicano tener una taquería de confianza… esa que nunca falla. Es por eso que en esta parte del Museo del Taco se rinde homenaje a las taquerías más emblemáticas de la ciudad, donde se habla un poco de su historia y esencia. Además, puedes ponerte un mandil como el de los taqueros tradicionales y tomarte una foto junto al trompo iluminado que adorna la sala.

PASILLO de la ADOBADA y la ALBERCA de PELOTAS
Para cerrar con broche de oro, llegamos al Pasillo de la Adobada, donde tendrás que elegir entre dos opciones que han sido, por siempre, un dilema en los tacos: sin salsa o con todo. La primera opción te dirige a un elevador que te llevará directo a la salida. La segunda opción te llevará a un tobogán que cae directo a una alberca de pelotas.

Y después de recorrer todas las salas, lo más seguro es que ya traigas antojo… así que lo mejor que puedes hacer es lanzarte a la taquería del museo, donde podrás probar unos buenos tacos de asada y una bebida bien preparada de su barra de drinks.

HORARIOS y PRECIOS del MUSEO del TACO
El Museo del Taco se encuentra en la Avenida Revolución, en la Zona Centro de Tijuana, y está abierto casi todos los días del año, de lunes a jueves de 02:00 p.m. a 10:00 p.m., y de viernes a domingo desde la 01:00 p.m. hasta las 10:00 p.m. Si eres de Baja California, la entrada te costará $149 pesos mexicanos, mostrando tu identificación local ($8 USD). Pero si vienes de otro estado o país, el boleto tiene un precio de $179 MXN ($9 USD). Puedes comprarlos en taquilla.

Es importante mencionar que, para entrar al Museo del Taco, tendrás que quitarte los zapatos, lo que significa que necesitarás calcetines antiderrapantes. Si no tienes unos, puedes comprarlos ahí mismo, por $49 pesos mexicanos ($2.5 USD).

Como puedes ver, el Museo del Taco ha reinventado no solo la forma en la que se crea un museo, sino también la forma en la que conocemos el taco. Conociéndolo como es… viéndolo desde dentro… una experiencia que solo vas a poder vivir en Baja California. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Museos
KENNEDY SPACE CENTER VISITOR COMPLEX: Un viaje en las AVENTURAS ESPACIALES de la NASA
Si alguna vez has querido saber cómo son los viajes espaciales, entonces debes visitar este lugar, donde en cada paso te sentirás un poco más cerca de las estrellas…

A menos de una hora en auto de Orlando, Florida, se encuentra el Kennedy Space Center Visitor Complex, un lugar que se ha ganado el corazón de varios viajeros, gracias a sus atracciones únicas, donde, a través de simulaciones y exposiciones, podrás vivir una experiencia similar a la que han vivido los astronautas de la NASA a lo largo de la historia…

Una ZONA de LANZAMIENTOS
Cuando la NASA fue creada en 1958, los lanzamientos espaciales se realizaban desde Marshall, Alabama. Su zona de lanzamientos consistía en unos cuantos edificios en el área industrial de Cabo Cañaveral; sin embargo, John F. Kennedy tenía la idea de que, para lograr el alunizaje antes de 1970, se requería una expansión en el lugar de operaciones. Fue así como en 1962 la NASA adquirió más de 300 kilómetros cuadrados de terreno y negoció con Florida unos 200 kilómetros más, creando el Kennedy Space Center.

Este lugar fue el escenario de lanzamientos de distintas misiones espaciales, entre las que se encuentran 13 lanzamientos del Saturno V, 10 misiones Apolo y lanzamientos y aterrizajes del Transbordador Espacial. Con tanta historia encima, años después se abrió un asombroso Centro de Visitantes…

¿Cómo es el KENNEDY SPACE CENTER VISITOR COMPLEX?
Visitar el Kennedy Space Center Visitor Complex es toda una experiencia, empezando por la zona de Gateway, donde podrás observar cómo es que funcionan las naves que existen en la NASA, como si estuviéramos dentro de las propias instalaciones espaciales. Aquí las pantallas te sumergen en una experiencia inmersiva, donde verás cómo es que los viajes han ido evolucionando con el paso de los años y qué es lo que le podemos esperar del futuro.

Pero si lo que quieres es viajar al espacio, puedes visitar el área de Spaceport KSC, donde podrás experimentar algunas simulaciones de viaje, ya sea ir a Marte, a Trappist-1, a una nebulosa Cabeza de Cabello, a Saturno o Júpiter.

Y si te interesan los transbordadores espaciales, todo lo que necesitas saber lo encontrarás en el sector del Transbordador Espacial Atlantis. En esta exposición se habla de los 30 años de arduo trabajo que ha existido para innovar estos tipos de naves que pueden cumplir diferentes funciones: desde llevar a bordo a personas hasta cargar satélites, equipo tecnológico o módulos espaciales, donde te acompañará el veterano de la NASA Charles Bolden.

También podrás encontrar un homenaje a los 14 astronautas que lamentablemente perecieron durante el incidente de los orbitadores Challenger y Columbia. Para la exposición fueron recuperados varios objetos personales de los involucrados, haciendo que la NASA se replanteara la forma de viajar en transbordadores.

Y no puede quedar de lado la experiencia de vivir el despegue de un transbordador, que podrás experimentar gracias a una simulación que dura ocho minutos y medio, donde estarás a bordo del Shuttle Launch Experience. Es considerada, por muchos veteranos, una de las experiencias más cercanas de viajar en transbordadores.

PLANET PLAY: Diversión para los más PEQUEÑOS
Esta atracción está dirigida especialmente a los niños entre 2 y 12 años, pues se encuentran diversos juegos interactivos con los que aprenderán del mundo espacial. Es un lugar en donde los adultos pueden supervisarlos mientras se refrescan tomando una deliciosa bebida, como un café, una cerveza o un vino.

HÉROES y LEYENDAS espaciales
En esta área se conmemora a todas las personas que han sido partícipes en las misiones espaciales de Estados Unidos, a través del Salón de la Fama de los Astronautas. Podrás conocer la historia de todos aquellos protagonistas que se atrevieron a explorar el espacio y que fueron parte de proyectos importantes.

El JARDÍN de COHETES: Un rincón lleno de GIGANTES
En otros parques, tal vez podrás ver jardines con árboles y flores, pero en el Kennedy Space Center Visitor Complex podrás observar al Rocket Garden, un jardín compuesto de cohetes que fueron partícipes de los programas Mercury, Gemini y Apollo de la NASA, y que sirve para poder admirar los cambios de la ingeniería aeroespacial con el paso del tiempo.

Desde podrás ingresar al Centro Apollo/Saturn V, en el cual se puede ver una recreación de cómo fue la cuenta regresiva del lanzamiento de la tripulación de Apollo, aparte de ver el Saturn V, el cohete más grande jamás volado.

Actividades que no paran en el KENNEDY SPACE CENTER VISITOR COMPLEX
Si visitas la página oficial del Kennedy Space Center Visitor Complex, podrás encontrar un calendario donde conocerás un enorme itinerario que marca los días de la semana en los que podrás asistir a pláticas de algún veterano, comandante, piloto o especialista que haya trabajado en la NASA. En ellas escucharás sus anécdotas, experiencias y descubrimientos durante sus años de trabajo.

Y por último, pero no menos importante, en este centro puedes entrar al Hyperdeck: un juego en realidad virtual de 8 jugadores (el cual necesitas reservar previamente); un área dedicada a todas las investigaciones que se han hecho sobre Marte, acompañada de algunos robots que han pisado el planeta rojo.

Un Teatro Universo, donde podrás ver algunas exposiciones; un Cine IMAX donde todos los días se proyectan películas espaciales; la zona de Ad Astra Per Aspera: un homenaje a los tripulantes del Apolo 1: Gus Grissom, Ed White y Roger Chafee; y una tienda de souvenirs donde puedes encontrar ropa, libros, tazas, termos o cualquier recuerdo de esta experiencia que te transporta a las estrellas.

Una experiencia INCLUSIVA
Verificado como Centro Autista Certificado por la International Board of Credentialing and Continuing Education Standards (IBCCES), las atracciones del Kennedy Space Center están aseguradas para no provocar una reacción negativa en las percepciones sensoriales de los visitantes que tengan algún trastorno del espectro autista.

Para obtener esta certificación, el centro de visitantes tuvo que contar con trabajadores capacitados, que supieran auxiliar a los visitantes con autismo, tener una guía sensorial con explicación de cada área y qué reacciones pueden ocasionar. Una señalización para ayudar a la orientación sensorial de los turistas y que en el sitio existan Zonas Sensoriales Designadas, que son rincones libres de cualquier interacción estimulante, destinada a tomar un descanso durante la visita.

Y es que estos últimos años, el sector turístico en Estados Unidos se ha preocupado más por la inclusión. Iniciativas como la ONU han declarado el Día Mundial de Concientización del Autismo —el cual es el 2 de abril—, ayudando a que cada vez existan más lugares preparados para los viajeros con autismo.

Todo lo que NECESITAS saber ANTES DE TU VISITA
El Kennedy Space Center Visitor Complex abre sus puertas en un horario de 09:00 a.m. a 05:00 p.m. No hay transporte público que llegue de manera directa al recinto, pero hay diversos paquetes turísticos en Orlando donde salen viajes rumbo al lugar.

Si tu opción es ir en automóvil, te aconsejamos que cuando busques la dirección en cualquier app de GPS, fijes el destino en: Kennedy Space Center Visitor Complex para evitar que te mande al Kennedy Space Center, que es una ubicación diferente.
Los costos aproximados de admisión son los siguientes:
- Admisión general para adultos: $75 USD ($1,470 MXN).
- Admisión general para niños de 3 a 11 años: $65 USD ($1,275 MXN).
- Pase por 2 días para adultos: $89 USD ($1,745 MXN).
- Pase por 2 días para niños: $79 USD ($1,550 MXN).

Como puedes ver, el Kennedy Space Center Visitor Complex es toda una experiencia, donde se respira la historia espacial de Estados Unidos. Algo que seguramente no podrás dejar pasar en tu próximo viaje a Florida; ¿listo para tocar las estrellas? ❖

#NuncaDejesDeViajar
Asia
El TEMPLO DE POTALA en el TÍBET: Lamer las PAREDES como acto de FE
A más de 3,700 metros de altura, este palacio ha sido un recinto religioso importante desde hace varios siglos atrás, donde los creyentes demuestran su fe lamiendo sus paredes.

El famoso Tíbet es una de las 5 regiones autónomas de China. Esta se encuentra al norte de Nepal y Bután. Es conocida por ser una de las zonas más montañosas gracias a sus enormes cumbres, colinas y montañas, que se comparten con la cordillera del Himalaya y que le dan una gran altitud geográfica. Es ahí, en la Colina de Rojo en la capital de Lhasa, en donde se encuentra el Templo de Potala.

Un PASADO turbulento
El Templo de Potala contiene un sinfín de historia, siendo construido en el lejano año 631 por el rey tibetano Songtsen Gampo, quien lo utilizaría con fines militares y actividades religiosas. Su presencia duró muchos años hasta que fue casi destruido en su totalidad por conflictos civiles en la caída del Reino de Tubo, además de haber sido el lugar de un impacto de rayo.

No fue hasta el año 1645 que Ngawang Lobsang Gyatso, mejor conocido como el quinto Dalai Lama, construyó en el lugar otros edificios, que servirían como un centro de refugio para los lamas y un centro de administración religiosa.

Tiempo después, y tras varias destrucciones, restauraciones y fortalecimientos, el Templo de Potala se convirtió en un palacio que alberga miles de escritos y objetos que cuentan gran parte de la historia de la región. En 1994, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad, y en el 2017 se restauró de manera exhaustiva, convirtiéndose en todo un centro de visitas, llegando a recibir a casi 1.47 millones de viajeros al año.

El PALACIO BLANCO
El Templo de Potala se divide en dos palacios; el primero es el Palacio Blanco, donde se ubicaba la residencia de invierno de los dalai lama. Aquí pasaban su tiempo meditando y analizando diversos asuntos políticos. Hay diversas oficinas y espacios que fueron utilizados para diversas actividades culturales, en donde se destacan los salones del Sol, del Oeste y el Este.

En la parte superior se encuentra la habitación donde descansaba el Dalai Lama en turno, donde destaca una decoración viva e interesante. Al lado de esta zona, hay un edificio amarillo con una fachada adornada con banderas bordadas de símbolos sagrados, con el objetivo de recibir el año nuevo.

El PALACIO ROJO
La segunda parte del Templo de Potala es el Palacio Rojo, constituido de 9 pisos. Este palacio estaba más relacionado con los actos religiosos; además, es el único lugar del templo que aún mantiene pequeñas partes de la primera construcción del año 631.

Todo el tejado está bañado de bronce dorado; hay cinco estupas dedicadas al quinto, séptimo, octavo, noveno y decimotercer Dalai Lama. También se encuentra el Salón Shangjie Xingsheng, donde hay una cantidad grande de retratos de los diferentes emperadores que existieron en la Dinastía Qing y diferentes sutras budistas.

PEREGRINOS y VISITANTES del TEMPLO de POTALA
A pesar de ya no ser un centro político, el Templo de Potala aún es un lugar de veneración religiosa, donde viven algunos pocos monjes que realizan cantos todos los días; igual es un lugar de visita para los peregrinos, que encienden una linterna para orar; sin embargo, existe otra forma de veneración un tanto extraña, que consiste en lamer las paredes.

Y es que cada año, después de las temporadas de lluvia, que usualmente son durante el mes de octubre, las paredes del Templo de Potala son pintadas por voluntarios antes de que llegue la temporada de nieve. Para pintar utilizan leche, miel, azúcar y azafrán. La miel, la leche y el azúcar ayudan a crear una pintura blanca y pegajosa que seca rápido, mientras que el azafrán ayuda a mantener alejados a moscas y otros insectos.

Este proceso de pintura dura aproximadamente una semana, y se dice que deja un aroma fresco y delicioso en el ambiente, haciendo que la gente se acerque al muro a lamer las paredes. Muchos dicen sentir el sabor de la leche, mientras que otros mencionan, que las paredes tienen sabor a lima. Esto es algo que no todos los viajeros hacen, aún así, también se dice que es un acto para conseguir bendiciones, pues son paredes sagradas.

¿Cómo VISITAR el TEMPLO de POTALA?
Si quieres visitar el Templo de Potala, tendrás que llegar a la ciudad de Lhasa. Para esto, puedes viajar tanto en avión como en tren desde China. La duración de los viajes depende de desde dónde lo tomes, con vuelos de 3 hasta 6 horas, o viajes terrestres que pueden durar de 24 hasta 55 horas. Este último puede ser mucho más tardado, pero es más barato y te permite disfrutar paisajes hermosos.

Otra opción es tomar un vuelo desde Nepal, específicamente saliendo de la ciudad de Katmandú. Es una opción mucho más rápida, ya que el vuelo puede durar entre 1 a 1 hora y media. Tienes que considerar que para poder entrar al Tíbet, necesitarás tramitar un permiso de entrada; si sales de China, aparte de eso tendrás que tener el visado chino. Si en tu caso decidiste ir desde Nepal, no necesitarás visa, pero sí tendrás que quedarte en el país por 3 o 4 días.

Así que, si quieres probar (literalmente) una experiencia llena de cultura y fe, entonces viajar al Tíbet y conocer el Templo de Potala debería de ser una de tus principales opciones. ❖

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