Comida Prehispanica
Podcast Taller Zirita con cocineras tradicionales
Descubre las deliciosas recetas de la cocina prehispánica mientras aprendes de mujeres que se han encargado de poner el nombre de México en alto.
Te invitamos a conocer el concepto de Zirita. También escucha este Podcast del Taller Zirita que tenemos para ti.
En Michoacán hay una nueva forma de hacer turismo gastronómico. La nueva modalidad es aquella en donde las cocineras indígenas muestran su forma de cocinar platillos con mas de 400 años de tradición culinaria.
Todos podemos aprender a cocinar, rescatar las recetas y técnicas que son la herencia más preciada, misma que hoy es reconocida ante la UNESCO como Patrimonio inmaterial de la Humanidad.
¡No te pierdas de esta experiencia michoacana!
Con este taller podrás aprender técnicas prehispánicas que quizás nunca hubieras podido aprender en otro lugar.
Los talleres duran entre 6 a 7 horas dependiendo de cual elijas, toda esta experiencia la podrás vivir en Morelia, Michoacán.
Empezará con un recorrido por el mercado de “San Juan”, un lugar colorido con mas de 400 locatarios.
Ahí aprenderás a escoger frutas y verduras para poder cocinar mejor. Este taller tiene pensado absolutamente todo.
Te enseñarán desde lo mas básico hasta lo mas complicado y es por eso que su duración puede llegar a parecer larga. A pesar de ello, estamos seguros de que no te arrepentirás de cursarlo.
Escucha nuestro podcast y #Nuncadejesdecomer.
Comida Mexicana
JUEVES POZOLERO: La historia del pozole guerrerense
El pozole de Guerrero, preparado con maíz cacahuazintle, es un símbolo de unión y tradición, especialmente en los ‘jueves pozoleros’.
El pozole, uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana, tiene una historia rica y variada en el estado de Guerrero.
Preparado principalmente con maíz cacahuazintle, el pozole guerrerense es un platillo lleno de tradición, historia y sabor, que en las festividades patrias adquiere un protagonismo especial.
En Guerrero, su versión actual incluye ingredientes que lo han transformado en una exquisitez digna de cualquier celebración.
El pozole, cuyo nombre deriva del náhuatl “pozotl” (caldo de maíz), tiene un origen prehispánico y estaba destinado originalmente a los dioses y gobernantes, quienes lo consideraban un manjar celestial.
Los famosos “jueves pozoleros”
El pozole guerrerense tiene un día especial: los jueves. Se cuenta que la tradición de los “jueves pozoleros” surgió en las montañas del estado, cuando las comunidades se unían para apoyar a aquellos que habían tenido malas cosechas.
Los miércoles por la noche, se reunían los sobrantes de las cosechas y se preparaba una gran “comilona comunitaria” que se extendía hasta el jueves, haciendo de este día una celebración de solidaridad y abundancia.
Hoy en día, esta costumbre ha perdurado, y cada jueves es común encontrar familias y amigos reunidos en torno a un delicioso plato de pozole.
El “abrazo de Acatempan” y el pozole guerrerense
Un dato histórico curioso es que el pozole guerrerense estuvo presente en un momento crucial de la historia de México.
En 1821, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide sellaron su alianza en el célebre “Abrazo de Acatempan”, en el pueblo de Teloloapan, Guerrero.
Para celebrar este evento, Guerrero ordenó un banquete especial, donde se sirvió el ancestral “potzotl”, enriquecido con carne de cerdo desmenuzada, dando origen al pozole tal como lo conocemos hoy.
Pozole… ¿verde?
En las costas de este estado, se prepara una deliciosa versión del pozole, el pozole verde guerrerense.
Este se distingue por su caldo hecho a base de tomates verdes, epazote y pepita de calabaza.
Acompañado de una variada botana que puede incluir chiles rellenos de queso, tacos de requesón, tostadas, chalupitas de pollo, chicharrón de cerdo y rábanos, el pozole verde es una verdadera explosión de sabores.
Todo esto, por supuesto, se marida a la perfección con un buen mezcal guerrerense.
Así que, ya sea en un jueves pozolero o durante las festividades patrias, no dejes de probar este delicioso platillo que ha trascendido el tiempo.
#NuncaDejesDeViajar
Comida Mexicana
Quesadilla… ¿con o sin queso? ¡Descubre su historia!
¡Desde la quesadilla de harina en el norte, hasta la tlayuda en Oaxaca!
¿Alguna vez te has preguntado por qué es tan especial? Y, sobre todo, ¿por qué ha generado uno de los debates culinarios más intensos de todos los tiempos: debe o no debe llevar queso? La quesadilla, un platillo tan sencillo pero tan versátil, ha sido un pilar de la gastronomía mexicana desde tiempos inmemoriales.
Cada bocado te transporta a través de siglos de historia, cultura y tradición. Un viaje donde cada sabor te cuenta una historia, cada textura te lleva a un lugar diferente. Ese viaje comienza con la humilde pero poderosa quesadilla.
Quesadilla: Historia
Se dice que los antiguos mexicanos ya preparaban un tipo de tortilla conocida como “tlaxcalli”, que se hacía con maíz. Estas tortillas se rellenaban con una variedad de ingredientes, tales como frijoles, carne, hierbas y flores.
La quesadilla mexicana más auténtica es originaria de las regiones del centro-sur de México. Con la llegada de los españoles, la manera en que se preparaban las quesadillas empezó a cambiar. Se empezó a incorporar ingredientes como el queso, traído por los conquistadores, y se generalizó el uso de diversos rellenos, como pollo, chorizo y verduras.
Con el tiempo, la tortilla de harina se hizo muy común en las quesadillas y otros alimentos de la cocina mexicana. Las tortillas de harina, inspiradas en las tortillas de maíz, están hechas de harina de trigo en lugar de maíz. Estas quesadillas se calentaban en comales de piedra.
¿Con queso o sin queso?
Es muy popular que en la Ciudad de México se tenga establecido que cualquier alimento puede o no llevar queso, mientras que, en el resto del país, la quesadilla debe llevar queso. ¡Entonces, vamos a descubrir la verdad!
Vayamos por partes; primero, cabe destacar que la palabra “quesadilla” es de origen español, por lo tanto, es una derivación del vocablo “quesada”, añadiendo “illa”, refiriéndose a un pastel pequeño de queso.
Por otra parte, esta palabra también puede referirse a diferentes alimentos, ya sea a un tipo específico de pastel elaborado con queso y masa, a un dulce elaborado como un pequeño pastel que se rellena con almíbar u otra delicia.
Este postre se realizaba desde el siglo XVIII, solo que era reservado para festejos especiales y exclusivo para familias adineradas.
Una tradición gastronómica
Cada estado tiene su forma de prepararlas; por ejemplo, en el norte del país se pueden encontrar las quesadillas preparadas con tortilla de harina, mientras que, en Oaxaca, se prepara la famosa “quesadilla de tlayuda”, que lleva ingredientes como tasajo, chorizo, nopales y salsa de chile.
¡Parece ser que este debate no tiene fin! Pero en lo que todos estamos de acuerdo es que las quesadillas son parte de una tradición gastronómica y lo que las caracteriza es su gran evolución, adaptándose a los ingredientes y sabores de cada región.
#NuncaDejesDeComer
Comida Mexicana
POZOLE: Del palacio de Moctezuma a tu mesa
Este platillo emblemático con raíces prehispánicas ha evolucionado en más de 10 variantes a lo largo del país.
Hoy te queremos hablar sobre uno de los platillos más emblemáticos y deliciosos de la gastronomía mexicana: el pozole. ¡Este manjar nos transporta a tiempos ancestrales con cada cucharada!
El pozole tiene raíces prehispánicas, y su historia es tan rica como su sabor. La carne de cerdo es el ingrediente estrella en más de 10 variantes de pozole que se disfrutan en todo el país. ¡Y no es de extrañar, ya que el consumo per cápita de carne de cerdo en México es de 22.1 kilos al año!
Un platillo ceremonial
La leyenda del pozole es fascinante. Se dice que el emperador Moctezuma tenía un favorito, el “Pozotl” de Guerrero, que se enriquecía con carne de xolochcuintle, venado o de guerreros para hacerse más fuerte. ¡Incluso se menciona que los sacerdotes lo usaban en ceremonias! La carne de cerdo se incorpora a este platillo hasta la llegada de los españoles.
Todas sus versiones
Cada región de México tiene su propio pozole único. En Guerrero, te enamorarás del blanco, simple pero delicioso. Jalisco y Michoacán te conquistarán con su pozole rojo, picoso y aromático. Si buscas algo fresco, el verde de Guerrero te va a gustar.
Este platillo no se limita al cerdo. Hay de frijol, con una textura cremosa que te dejará sin palabras. En Colima, puedes probar el pozole seco, ahumado y suave. Michoacán te ofrece el pozole batido, cremoso y lleno de sabor. Y si te gustan los mariscos, no te pierdas el de mar y tierra de Colima y Jalisco, una combinación única de sabores.
También hay opciones vegetarianas como el pozole negro o vegetariano, que es perfecto para quienes prefieren una versión libre de carne, pero llena de sabor y nutrientes.
Un platillo que conquista todos los paladares
Ya sea blanco, rojo, verde o de mariscos, el pozole es un platillo que conquista a todos los paladares. Su versatilidad y riqueza de sabores lo convierten en un verdadero tesoro de la gastronomía mexicana. Así que, ¡alista tu cuchara y prepárate para disfrutar de este platillo que es pura historia en cada bocado!
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