América
Cataratas de Iguazú ¡Con un nudo en la garganta!
Vive la majestuosidad del agua a su máximo esplendor. Déjate atrapar por la naturaleza.
La majestuosidad de las cataratas de Iguazú en Argentina tiene un secreto que quiere contarte, pero con un rugido.
La experiencia de encontrarme frente a la furia del agua es incomparable a cualquier video, fotografía o descripción anterior a lo que viví.

Ese pedazo de tierra roja y escenarios verdes salidos de un libro de ciencia ficción en donde la bruma y la selva hacen el mejor esfuerzo, nos invitan a exhalar un inesperado ¡Wow! a todo aquel visitante que lo ya ha visto todo.
Una aventura a la selva argentina, Cataratas de Iguazú
Mi experiencia comenzó con tres vuelos partiendo de la Ciudad de México hasta Iguazú, en territorio argentino.

Tuve que volar alrededor de 14 horas que se convirtieron casi en 20 por la espera en las conexiones.
Pensé que nunca llegaría y esta situación me hacía la constante pregunta ¿Valdrá la pena un recorrido para observar al agua buscando una salida hacia el mar? Era cuestión de esperar.

Después de un México – Lima – Buenos Aires (Cambio de aeropuerto) Buenos Aires – Iguazú, terminé alucinando las indicaciones de las sobrecargos que se habían convertido en mis nanas.
Ellas hacían todo lo posible para que mi viaje fuera confortable apapachándome con deliciosas comidas y snacks.
Además, de unos buenos menús de entretenimiento, mi respectiva cobija y una almohada para perderme en un profundo sueño.

Llegando a tierras argentinas
Durmiendo cual bebé en el último vuelo, el capitán de la nave finalmente dijo la tan esperada frase: “en breve aterrizaremos”.
Ahí, sentado junto a la ventanilla tras un puñado de amarradas nubes que me fueron dando a cuenta gotas un escenario maravilloso.

El sol se reflejaba sobre un caudaloso rio a manera de bienvenida, se trataba de una serpiente dorada que se arrastraba en medio de la abundante selva.
Un aeropuerto pequeño en forma de coqueta cabaña nos recibía a mí y a un grupo de despeinados viajeros que pedían a gritos darse un baño y llegar a reconocer el lugar.

La entrega de maletas fue breve ya que afuera nos esperaba Jala, la representante de la operadora de viajes quien tenía listo todo para trasladarnos al hotel.
El trayecto de una media hora fue ameno mientras ella nos contaba todo acerca de la maravillosa tierra que estábamos pisando y parte de la provincia argentina de Misiones.

Una vez instalado en una habitación con vista al rio, ya me sentía aclimatado con los pulmones llenos de aire puro y listo para conocer el pueblo.
Hito Tres Fronteras en Cataratas de Iguazú
Así que me aventuré a salir a caminar y ver cómo la gente vive feliz en un lugar lleno de naturaleza en donde lo único que les preocupa es si lloverá por más de una hora.

En mi andar pude ser testigo del caudaloso pero apacible rio Iguazú el cual divide a los tres países Argentina, Brasil y Paraguay; un hito que marcaba ese objeto de viaje.
Mientras pensaba en cómo se verían de cerca esas caídas de agua de las que tanto me han hablado.

También, si el río ya en su estado apacible se veía impresionante, todo indicaba que la espera a la experiencia sería una garantía a la tierra prometida.
También me entró la curiosidad de cuál sería el escenario ideal para apreciar estas cataratas de Iguazú, son pocos los lugares que tienen esta bondad de ser compartidos por tres países.

Ansiedad por ese primer encuentro a las Cataratas de Iguazú
Cercano a esta frontera encontré un escenario al aire libre para conciertos, un malecón para disfrutar de esa magia y una virgen que con su tierna postura cuidaba el andar de los viajeros y residentes.
Mientras, el constante olor a tierra mojada y el agradable clima ya me habían atrapado, me sentía como todo un explorador, ansioso, con cámara en mano.

Pero con la diferencia que solo era un viajero más. ¿Los demás habrán sentido lo mismo?
Así llegue al centro en donde ya me esperaban unas viandas argentino-brasileiras como: asado, chorizos, quesos, empanadas.

También, con las famosas picañas eran preparadas en una zona conocida como la Feirinha, en donde la alegría y amabilidad del pueblo se hacen presentes.
Debo reconocer que a pesar de que no soy tan fan de la carne, estas picañas estaban bastante buenas; por algo la fama de la carne argentina es una de las mejores para asar.

Encuentro con la vida misma
Después de experimentar un tremendo jetlag, descansé profundamente en el Hotel Raíces Esturión y así salir muy temprano a la mañana siguiente para mi encuentro con el agua.
Jala -la guía- me comentó que habría que mojarse, así que me preparé con una muda extra de ropa, mi traje de baño y mi impermeable.

Parece increíble cómo volvemos a ser niños con el simple hecho de cosas tan sencillas como “mojarse” nos hacen tan felices.
Así que siendo parte de un grupo de entusiastas viajeros, me dejé llevar hacia la experiencia llegando al Parque Nacional Cataratas de Iguazú en donde te puedes quedar todo el día.

Hay tantas actividades qué hacer y seguramente ¡Te faltará tiempo! Así que en mi caso decidí priorizar y conocer las principales caídas de agua.
Recorrido por arriba de las cataratas de Iguazú
Mi primer recorrido consistió en realizar el “Circuito Superior” en donde a través de un sendero de 650 metros entre la selva y un andamio comienzas la aventura de admirar las cascadas desde una perspectiva por encima de ellas.

Lo primero que ves de reojo son las famosas “Dos hermanas”, un par de cascadas gemelas que con su furia te dan la bienvenida y son el preámbulo de que algo fantástico está por suceder.
Así, continuando por un resbaloso pero seguro andamio de metal comienzas a pasar por encima de las cascadas Salto Chico, Salto Bossetti, los saltos de Adan y Eva hasta llegar al salto Mbugia
En este lugar el sentimiento de conquista te embargará, es el punto final para apreciar el resto de las cataratas del lado argentino, frente a estas, se encuentra la hermosa isla San Martin.

La vista es impresionante, el poder del agua y la brisa están presentes, he llegado a mi destino.
Cortinas de espuma
Mis ojos no pueden abrirse más de la admiración, el verde esta por todos lados, la turbia agua color marrón frente a mi, corre como si se tratara de una presa que libera miles de litros cúbicos por segundo.
Las cataratas son cortinas fantásticas que se tornan espumosas y tienen vida y esta, corre buscando una salida hacia al mar, ¿A quién se le ocurrió realizar esta belleza?
Varios viajeros como yo disfrutamos un momento de paz, de reflexión, de agradecimiento a la vida… la naturaleza te deja sin habla, sin aliento.

Adrenalina compartida
Una vez que he pasado un buen rato admirando esta belleza es momento de disfrutar el lugar ¡Pero desde las faldas de las cataratas!
Me esperaba entonces otro paseo: “Gran Aventura”, el cual consiste en subirme a un bote y llegar a los pies de las cascadas.

Me hablaron tanto de la “Garganta del Diablo” que se me ha vuelto una obsesión estar cerca de ahí en un abismo que te llama como si fueras a entrar a otra dimensión.
Para llegar ahí me dispuse a tomar un transporte “todo terreno” y primero andar por la jungla en el sendero Yacaratía para reconocer animales locales.

Tucanes, monos y capibaras -los roedores más grandes del mundo que pesan alrededor de 80 kilos- además de las distintas especies de plantas y árboles de la jungla y palmeras, forman este ecosistema.
Ahí aprendí bastante del entorno gracias al guía quien se encargó de hablarnos de las bondades de la selva argentina.

Embarcación a la garganta
Al descender del transporte seguí un sendero y al resto de los viajeros, todos estábamos listos para bajar unos doscientos escalones rumbo al embarcadero Macuco.
Ahí nos custodiaban cientos de mariposas naranjas y amarillas mientras nos colocábamos los chalecos salvavidas y abordábamos la embarcación.

Posterior a las instrucciones necesarias, la motorizada lancha comenzó su recorrido por el río Iguazú.
Conforme avanzaba iba aumentando la velocidad mientras se acercaba a las imponentes paredes selváticas por donde descendían distintos saltos de agua.

De pronto, nos acercábamos a ese remolino de niebla espesa, era la brisa de las cascadas que nos envolvía como si entráramos a toda velocidad a una densa nube, los gritos no se hacen esperar… la adrenalina era colectiva.
La emoción se hacía presa de nosotros, mientras una lluvia de brisa nos hace reaccionar con gritos de júbilo mientras alzamos los brazos.

No es la montaña rusa, es la naturaleza que nos abrazaba con su gloriosa estela de agua, estábamos mojados hasta el último rincón de nuestra ropa.
Habíamos llegado felices hasta el punto en donde ya no nos podíamos acercar más debido a la seguridad de no ser devorados por la garganta del diablo.

Isla San Martín en Iguazú
Después de ese memorable instante vamos rodeando a la Isla San Martin para conquistar otro salto del mismo nombre, la emoción se repite un par de veces más.
Con dos cascadas que nos dejan exhaustos y liberados de la tensión que veníamos arrastrando desde nuestra ciudad de origen.

El regreso por el río hacia el embarcadero nuevamente fue apacible y de contemplación, ya era el momento para la comida.
Así que ya en tierra, tomé el sendero de vuelta a una estación donde nos esperaba Jala quien me hizo saber de no acercarme mucho a los coatíes que son como una plaga de curiosos marsupiales de garras y dientes filosos.

Tan solo un rasguño bastaran unas once inyecciones que dolerán más que la misma herida, los anuncios por todo el parque son muy claros.
Una vez cargado de combustible en un buffet bien servido en el restaurante, sacié mis instintos de mi nuevo ser carnívoros con los cortes argentinos y recuperé energías para hacer mi última travesía en el parque.

De la misma forma aproveché para comprar un bonito souvenir de las aves que habitan en las Cataratas de Iguazú
San Bernabé
Se trata del circuito inferior, el cual debo confesar que estaba seguro que ya no me sorprendería nada después de la gran aventura en lancha.

Este circuito consiste en recorrer las cataratas nuevamente entre la selva pero con la vista hacia arriba, es decir, tenerlas de frente y admirar la majestuosidad de su interminable arrebato para robarte la vista.
Aquí la fotografía es única y la sorpresa es quizás es mayor desde los distintos balcones de contemplación.

Seguí entonces el andamio ya que la fuerza del agua cada vez era mayor y curiosamente me sentía atraído.
Llegué hasta la punta del sendero, un grupo de viajeros temerosos por acercarse a ese salto conocido como “San Bernabé”, no quería avanzar más, quizá para no mojarse o para cuidar sus cámaras o celulares.
Mis ojos no podían creerlo, la belleza del agua era única, no podía quedarme ahí parado con tantas horas de viaje para no vivir la experiencia de sentir rugir el agua en su máximo esplendor.

Lleva ropa de más
Así que avancé sin importar si mi muda de ropa limpia y seca se mojaría, me sentía seducido por el abrigo de la brisa que comenzó a envolverme.
Desde el momento que decidí dejar atrás a los temerosos a un resfriado y me dejé atrapar por el velo de San Bernabé.

Ahí adentro de semejante huracán de lluvia, te cuesta trabajo el respirar ya que la constante brisa es un baño frio.
Debo confesar que regresé a mi infancia por unos instantes recordando el cómo me gustaba estar bajo la lluvia sin importar los regaños y castigos de mis padres.

El momento es irrepetible, era el climax de mi viaje, estaba ahí solo frente a este “Santo Aguacero” se debería llamar.
Apenas si podía gritar de la emoción de sentirme vivo por ese encuentro total con la naturaleza, me sentía completamente liberado.
Unos minutos después, emprendí mi camino hacia la salida pasando de frente por varios saltos y disfrutando cada instante en este maravilloso parque.

El momento de irme había llegado, la sensación de querer seguir en el lugar era constante.
Después de esta experiencia única en una de las siete maravillas naturales, era momento de conocer más de Puerto Iguazú.
Con sus tiendas, restaurantes, bares y tiendas de Souvenirs en donde a muchos viajeros ya les anda por las compras.

Más de Iguazú
Mientras, yo me dediqué a buscar la tan anhelada y aromática yerba mate, dicen que en este lugar argentino es donde se produce la mejor yerba gracias a su humedad.
Llegar a mi habitación y dormir profundamente era parte de la experiencia; A la mañana siguiente me entró el “no me quiero ir” hay tanto qué hacer y motivos por regresar.

Seguramente convivir con las comunidades guaraníes o ir a las famosas minas de Wanda para ver la extracción de piedras preciosas, son experiencias llenas de emociones.
Así que de camino al aeropuerto, mirando por la ventana del transporte me despedían las grandes hojas de los árboles con un movimiento de ¡hasta pronto!

Cientos de coloridas mariposas -entre ellas la blue morpho símbolo de Iguazú y patrimonio del país-, revoloteaban por doquier de una forma delicada como su propio aleteo.
Visitar este lugar ¡Claro que vale la pena! me hace pensar en lo diminutos que somos ante la majestuosidad de la vida, y el agua es vida.
También he reflexionado que el tiempo que vivimos en la tierra es tan fugaz que debemos aprocharlo en lo que nos gusta.

Definitivamente viajar es una experiencia que nos sensibiliza, nos conmueve y nos deja con un nudo en la garganta.
Guía rápida de las Cataratas de Iguazú
Con quien viajar: Julia Tours Operadora Mayorista o consulta tu agente de viajes y pregunta por ellos. También puedes consultar el sitio web del Parque Nacional Iguazú. Donde hospedarse: Hotel Raíces Esturión & Lodge.

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América
Conoce el GAYADO: El asombroso hockey INCA
Sin hielo, al ras de la tierra y en lo alto de los Andes peruanos… Este deporte es considerado una tradición que aún perdura en el tiempo.
El deporte ha sido una práctica importante para la sociedad desde tiempos antiguos, siendo una pieza principal para unir comunidades y conectar culturas. Y en la cordillera de los Andes peruanos, donde las alturas se mezclan con siglos de historia y tradiciones, florece el gayado: un deporte ancestral que, pese a no ser tan conocido, tiene un profundo significado para la cultura inca.

El GAYADO: Un deporte ANCESTRAL
El denominado gayado (o chiukos) es el deporte practicado desde el antiguo imperio inca. Y aunque también se le conoce como futbol inca, comparte más similitudes con el hockey. Pero más que un deporte, era considerado un ritual o celebración; se creía que al practicarlo los participantes podrían alcanzar su potencial físico y espiritual. Los registros colocan sus raíces en la cultura moche, desarrollada entre los siglos II y VII al norte de Perú.

Para jugar el gayado, se necesitan 12 participantes distribuidos en dos equipos. Lo más interesante de todo es que este juego no discrimina a nadie; pueden participar hombres, mujeres y niños, incluso en el mismo partido. Las reglas son claras: con un palo de madera y una pelota de hasta 4 kilos —hecha a base de piel de camélido o madera—, los participantes tendrán que avanzar hasta el territorio contrario para anotar puntos.

Este entretenido juego tiene como uniforme oficial el poncho tradicional y chullos (los icónicos gorros tejidos que caracterizan la cultura inca). Pero la parte más divertida del gayado es la preparación para un partido importante. Antes del partido, los participantes se reúnen a beber juntos chicha: una bebida fermentada a base de maíz, considerada una cerveza ligera en Sudamérica. O la dulce frutillada: una bebida refrescante a base de fresa, azúcar y aguardiente de caña.

El TORNEO ANUAL que revive las tradiciones
El gayado, aunque es un juego poco conocido, se sigue practicando en el sur de Perú, en comunidades como Quiqui jana o Cusi pata, en donde se lleva a cabo un torneo anual cada 2 de noviembre para celebrar el aniversario del pueblo. La gente se reúne y comparte un momento de alegría mientras mantienen viva la esencia de sus ancestros a través de este juego.

Además, es importante decir que en el gayado no hay trofeos o medallas, como en cualquier otro deporte. Lo que lo vuelve especial es la convivencia, las risas y que los ganadores son bendecidos por Pachamama, la diosa de la tierra, asegurando buenas cosechas para todo el equipo ganador.

El mundo moderno: GAYADO vs. el HOCKEY CANADIENSE
El gayado muestra que no es necesario contar con equipamiento sofisticado; lo único que necesitas es creatividad y espíritu para mantener vivas las tradiciones. Hasta la actualidad, este deporte ha demostrado unir comunidades enteras, e incluso ha tenido un importante alcance internacional que ha permitido partidos con jugadores profesionales de hockey de Canadá, que en ocasiones se reúnen para mostrar sus culturas y pasar un momento que permite ampliar la perspectiva de lo que el deporte implica. ❖

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Conociendo el MUSEO MARIPOSAS del MUNDO: Un paraíso ALADO en Buenos Aires
Esta colección privada de más de 70 mil especies, te lleva a un recorrido inmersivo entre colores y alas, en donde la naturaleza se vuelve arte en un pequeño rincón escondido en Argentina.
El Museo Mariposas del Mundo es una joya única para quienes aman la naturaleza y la entomología (ciencia que estudia los insectos). Se trata de un espacio que ofrece una experiencia fascinante que combina educación, conservación y belleza. Al recorrer sus salas, los visitantes se sumergen en un universo de especies provenientes de todos los continentes: mariposas de tonos eléctricos, alas translúcidas que parecen de cristal y ejemplares tan grandes como la palma de una mano…

¿Qué ver en el MUSEO MARIPOSAS del MUNDO?
Algo importante que tenemos que mencionar antes de visitar al Museo Mariposas del Mundo es que no se trata de un espacio grande. Todo lo contrario; el museo está instalado en una casa en la ciudad de San Miguel, en Buenos Aires, Argentina. Eso no significa que tenga poco que ver, pues entre sus paredes podrás encontrar una colección privada de más de 70,000 ejemplares de mariposas disecadas.

Podrás ver mariposas provenientes de Cuba, Brasil, México, Colombia y hasta Venezuela. Pero también hay mariposas que han volado en Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Afganistán… Bueno, de todo el mundo. También hay escarabajos y otros insectos e invertebrados exóticos, que son sumamente raros de ver en Latinoamérica, y que seguro se quedarán bien grabados en tu memoria.

La dinámica en el Museo Mariposas del Mundo es bastante sencilla. Al llegar, se te entregará una lupa, con la que podrás ver mejor los detalles de cada especie de mariposas. Después podrás escanear un código QR, que te ofrecerá una visita audioguía desde tu celular. Esta te irá narrando y contando sobre cada grupo de especies; el recorrido tiene una duración aproximada de una hora. La razón de esto es que el museo tiene el objetivo de concientizar y promover la protección de la naturaleza, y si no la conoces, no la sabrás cuidar.

¿Dónde encontrar el MUSEO MARIPOSAS del MUNDO?
Este museo se ubica en la calle Italia, número 650, en la ciudad de San Miguel, dentro de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Su ambiente es tranquilo, luminoso y cuidadosamente ambientado para resaltar cada detalle de las exhibiciones. El acceso al museo tiene un costo de $7,000 pesos argentinos ($150 MXN / $5 USD), y las entradas se compran directamente en el recinto. Está abierto de lunes a sábados en un horario de 10:00 a.m. a 06:00 p.m.
Hay varias formas de llegar en transporte público. Desde Caballito se puede tomar el colectivo 53, y desde Puente Saavedra, el colectivo 203. Ambos te dejarán cerca del museo y son una opción cómoda y económica, ideal para quienes disfrutan moverse por la ciudad sin complicaciones.

Al visitarlo, no podrás llevar contigo bolsos grandes, mochilas, mascotas o alimentos y bebidas. Tendrás que dejarlas en recepción, por protección de las piezas en exhibición. Además, se pueden organizar visitas grupales o escolares. Y suelen darse distintos cursos, como el curso de Jardines de Mariposas, en donde aprenderás a crear un jardín con plantas que atraigan a estos hermosos seres.

Una EXPERIENCIA que deja ALAS
El Museo de las Mariposas del Mundo no solo sorprende por la diversidad de ejemplares que alberga, sino también por la facilidad con la que visitantes internacionales pueden llegar a Buenos Aires. Hoy en día, la conectividad aérea permite que viajeros mexicanos se acerquen con comodidad a la capital argentina; vuelos regulares de Aeroméxico enlazan la riqueza natural y cultural de este museo, acercando a más personas a descubrir su magia.
Visitar el Museo Mariposas del Mundo es más que una simple salida cultural; es una invitación a conectar con la naturaleza y a maravillarse con la delicadeza de estos seres alados. Cada rincón transmite respeto por la biodiversidad y un deseo profundo de preservarla. Si buscas un plan diferente, educativo y visualmente deslumbrante, considera este museo, que es un viaje al corazón de la naturaleza, pero sin salir de la ciudad. Y es que aquí, entre alas de mil colores, es fácil comprender que la belleza más grande puede habitar en las cosas más pequeñas. ❖

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Conoce el FESTIVAL BOLAS de FUEGO: Una tradición que ARDE
En un ambiente digno del mismo infierno, en El Salvador podrás presenciar una tradición única, que envuelve historia, euforia e identidad.
Nejapa quizá no sea el destino más conocido de El Salvador, pero en su interior sí que alberga un enorme corazón ardiente. Y es que esta pequeña localidad guarda un secreto que atrae a los viajeros que visitan al Pulgarcito de América… Una tradición centenaria conocida como el Festival Bolas de Fuego.

La BELLEZA de una tradición CENTENARIA
Se cuenta que esta tradición se puede explicar a través de dos relatos centrales: La primera es una historia más mística y relacionada con la fe, donde se nos cuenta la lucha legendaria entre San Jerónimo y el Diablo, quienes se enfrentaron arrojándose bolas de fuego: un ritual que los pobladores de Nejapa comenzaron a replicar hasta la actualidad.

Por otro lado, la versión más conocida tiene sus raíces en un acontecimiento histórico: la erupción del volcán de San Salvador en 1917. A pesar de su fuerza devastadora y de provocar la huida de los pobladores, sorprendentemente no dañó parte alguna de la población, convirtiéndose en un evento milagroso que se celebra cada año. Lo cierto es que el festival actual es una unión de estas creencias, dando lugar a este festejo único en el mundo.

Cuando NEJAPA se tiñe de rojo
Cada 31 de agosto, en la localidad de Nejapa, se lleva a cabo el Festival Bolas de Fuego, que prácticamente consiste en dos bandos que se lanzan bolas encendidas de fuego. Estas peculiares municiones son hechas con tela de algodón, amarradas con alambre o hilo —para darles forma— y bañadas en gasolina. Pero antes de comenzar el combate, se acostumbra a tener presentaciones artísticas, car shows, desfiles y muestras gastronómicas.

Y finalmente, cuando el sol se oculta en el horizonte, los participantes de la batalla empiezan con el espectáculo, muchos de ellos disfrazados, maquillados o caracterizados. En plena oscuridad, prenden las bolas de fuego, dándole una rojiza luz a la noche, haciendo que las calles parezcan un caos infernal. Todo esto, mientras los asistentes se protegen con ropa húmeda, guantes de lona no carnaza y los rostros cubiertos con paños o máscaras.

Los combatientes se ponen frente a la iglesia, y la acción inicia cuando se lanza la primera bola de fuego, creando una desenfrenada multitud que ambienta el lugar con gritos, emoción y la intensidad de las llamas mismas. Y aunque todo parezca un escenario descontrolado, no debes preocuparte, pues gracias a las regulaciones, la presencia de médicos de emergencia y a la supervisión de líderes comunitarios, las lesiones y tragedias suelen ser muy raras.
Y después de un rato de combate, el Festival Bolas de Fuego termina de la forma más segura posible: con un baño de extintores de espuma.

¿Cómo vivir el FESTIVAL de BOLAS de FUEGO?
Llegar a Nejapa es fácil; te recomendamos que lo hagas desde San Salvador. Ahí, tendrás que tomar el Boulevard Constitución, que te dejará tranquilamente en la localidad. Otra opción es seguir la carretera Panamericana en dirección a Quetzaltepeque, guiándote por los rótulos que indican el camino hacia Nejapa.
Si quieres disfrutar de una experiencia más completa, te sugerimos llegar un día antes, el 30 de agosto, para poder disfrutar de festivales de danza, shows, presentaciones de orquesta, entre muchas otras cosas más. Usualmente, los eventos principales del festival se llevan a cabo en el Parque Central de Nejapa.

Y ten en cuenta que solo podrás presenciar el Festival de Bolas de Fuego, ya que si quieres ser un “bolero” (que es como se les conoce a los contrincantes), tendrás que ser parte de la comunidad. Eso no significa que no lo vivirás como cualquier otro asistente. Ahora sí, embárcate hacia una nueva aventura, en una tradición que combina lo religioso y lo folclórico. Y es que en Nejapa, una explosión de emociones, de sabores y de música te estará esperando en tu próxima visita. ¡Vive El Salvador y déjate envolver en su ardiente cultura! ❖

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