Europa
Croquembuche, ¡una torre de sabor!
Este postre es visualmente impresionante, crujiente y suave al paladar, y ofrece una combinación deliciosa de sabores.
¿Tú conoces el Croquembouche? Si lo conoces, ¿te gustaría saber un poco más sobre él? Déjanos contarte que este postre es muy complejo por su elaboración y creatividad; detrás de esta delicia se esconde una asombrosa historia.
Si no lo has probado te podemos asegurar que lo vas a amar, pues te gustará su asombrosa textura delicada y crujiente, que hará una explosión de sabores en tu boca.
¿Quieres saber por qué el croquembouche es el postre para las bodas y para las personas que se aman? Pues quédate a leer esta nota, y descubre la historia y receta para hacer este platillo de estructura escultórica.
Croquembouche: Historia
El postre de la nobleza, como también se le conoce, es una pirámide de profiteroles rellenos de crema pastelera sostenidos con riquísimos hilos de caramelo.
El corquembouche esconde una historia llena de amor, pues fue elaborado para la nobleza de Francia. Este postre se hizo especialmente para una boda, en la que los novios solicitaron al chef Antoine Careme hacer un pastel nunca antes visto, pues querían que su matrimonio fuera recordado por ser diferente.
El chef Careme y su creación fueron la novedad para su época, y lo siguen siendo. Los nobles franceses que asistieron a esa boda quedaron tan encantados y sorprendidos que lo solicitaban y querían para sus bodas, por lo que el corquembouche se hizo característico de estas celebraciones.
Antoine Careme, el creador del Croquembouche
El chef pastelero Marie-Antoine Careme, de orígenes franceses, nació en el año de 1784 y es considerado el padre de la pastelería moderna, por sus postres tan sofisticados y deliciosos.
Careme tenía un amor por el arte y la arquitectura, que influenciaba mucho en la elaboración de sus creaciones. Fue tan querido que su fama lo llevó a cocinarle a los reyes.
En la actualidad, prevalece su sabor y su técnica en varias recetas, y siguen siendo de las más importantes de la gastronomía moderna en pastelería.
Ingredientes
Para los profiteroles:
- 500 ml de agua
- 500 ml de leche
- 11 huevos
- 600 g de harina
- 400 g de mantequilla
- 10 g de sal
- 10 g de azúcar
Para la crema pastelera:
- 2 l de leche
- 400 g de azúcar
- 12 yemas de huevo
- 180 g de Maizena
- Corteza de limón
- Canela en rama

Para el caramelo:
- 350 ml de agua
- 1kg de azúcar
- Jugo de limón (1 cucharadita)
Elaboración
Para elaborar el croquembouche lo primero que hay que hacer es preparar la pasta choux y hornear los profiteroles, que luego se rellenarán con crema pastelera o a tu preferencia.
La manera correcta de armar la torre de profiteroles es con moldes cónicos o cartulinas, para tener la forma más perfecta posible. Si utilizas cartulinas, cúbrelas con aluminio, para que, cuando los quites del pastel, sea más fácil retirar y puedes irlos pegando con caramelo o chocolate.
Cuando ya tengas la torre de profiteroles bien elaborada tienes que agregar el caramelo por todo el pastel en forma de hilo; esto le dará lo crujiente. Igual puedes agregar chocolate para que le dé otro sabor.
No te desesperes si no te sale a la pirámide, puedes despegar los profiteroles y comenzar a hacerlo otra vez, lo importante es que te diviertas al hacer este postre. Como dato curioso, te platicamos que el chef Marie-Antoine Careme podía hacer un pastel con una ¡altura de un metro!
El croquembouche es un postre que se comparte y se disfruta en compañía. Al servirlo en una reunión o celebración, estarás invitando a tus seres queridos a pasar un momento especial juntos.
¡Te invitamos a probar el delicioso croquembouche! Este pastel francés es una verdadera obra de arte culinaria, con su estructura escultórica y su sabor exquisito.
#NuncaDejesDeComer
Europa
POOH CORNER: La cafetería oficial de WINNIE the POOH
Este encantador espacio en Reino Unido combina cafetería, tienda de regalos y museo, todo inspirado en el universo del oso más querido de la literatura infantil.
A pesar de que el escritor británico Alan Alexander Milne intentaba dejar su huella literaria en el teatro y las novelas serias, fue en 1926 que aparecería en su vida un pequeño osito llamado Winnie the Pooh. Se trataba de un oso de trapo y juguete favorito de su pequeño hijo Christopher Robin. Milne comenzó a utilizar al peluche como inspiración para contar cuentos fantásticos para su hijo, lo que definió su vida como uno de los más grandes escritores infantiles.
Con el tiempo, los libros de Winnie the Pooh, ilustrados por el caricaturista E. H. Shepard, se ganarían el corazón de la gente, haciendo que Walt Disney lo adaptara… Y el resto es historia.

La fama de Winnie the Pooh ascendió como la espuma, dejándonos a todos recuerdos imborrables. Ese pequeño oso que nació como un peluche es ahora un símbolo de la infancia que se ha ido abriendo paso en todos lados. Y en esta ocasión, conoceremos a Pooh Corner: la única cafetería oficial de Winnie…

Ubicada en un edificio que data del año 1703, y con un aire acogedor y tradicional, Pooh Corner está situada en Reino Unido, específicamente justo en la entrada del Ashdown Forest: el bosque real que inspiró a A. A. Milne para crear el famoso “Bosque de los Cien Acres”, en donde transcurren las aventuras de Pooh, Piglet, Ígor, Tigger y Christopher Robin.
Pooh Corner se ha convertido en un punto de encuentro tanto para fanáticos de los libros como para familias que desean disfrutar un día rodeados de nostalgia, naturaleza y un toque de magia literaria.

¿Qué hay en POOH CORNER?
Una de las principales atracciones del lugar es Pooh Corner Tearoom: un salón de té tradicional con una decoración inspirada en los dibujos originales de E. H. Shepard, el ilustrador que dio vida visual a los personajes de Winnie the Pooh. Las paredes están adornadas con ilustraciones, citas de los libros y objetos antiguos que transportan a los visitantes a la época en que el escritor británico, A.A. Milne, escribió las historias de Winnie.

Cuenta con un menú que ofrece clásicos británicos, como el cream tea —té acompañado de panecillos scones con mermelada y crema—, pasteles caseros, sopas y platillos ligeros. También hay opciones vegetarianas, veganas y sin gluten. Sin embargo, uno de los favoritos es el “Pooh Toast”: una rebanada de pan con forma del tierno oso, servida con miel y mantequilla, perfecta para acompañar con una taza de té o chocolate caliente.

La cafetería funciona con un sistema sencillo: no requiere reservación (excepto en temporadas altas o para disfrutar del “Afternoon Tea”). Los horarios suelen ir de 11:00 a.m. a 05:00 p.m., aunque el servicio de comida termina una hora antes del cierre; lo demás es puro disfrute del lugar…. Ah, y por cierto, es pet friendly.

Jugar, recordar y aprender con WINNIE the POOH
Más allá del salón de té, Pooh Corner guarda un pequeño museo conocido cariñosamente como el “Pooh’seum”. Ahí se exhiben objetos relacionados con la historia del personaje y su autor. Hay primeras ediciones de los libros, fotografías, cartas y artículos inspirados en las aventuras del grupo del Bosque de los Cien Acres.

También hay una tienda temática con artículos de colección, juguetes, ropa y recuerdos únicos. Cada rincón del lugar está pensado para despertar emociones. Para los más pequeños, hay espacios decorados con colores brillantes, murales de los personajes y juegos visuales que los invitan a sentirse dentro del cuento. El ambiente es familiar y relajado. No hay prisas: los visitantes pueden disfrutar su té, hojear un libro o conversar mientras el reloj parece detenerse.

Consejos antes de visitar POOH CORNER
Llegar a Pooh Corner es muy fácil. Se encuentra en el pueblo Hartfield, a poco más de una hora y media en auto desde Londres. El sitio cuenta con estacionamiento, aunque en fines de semana o días festivos suele llenarse rápido, así que conviene llegar temprano. El lugar también está muy cerca de los senderos del Ashdown Forest, por lo que muchos visitantes aprovechan para dar un paseo entre los árboles después de visitar la cafetería.
Recuerda que es el mismo paisaje que inspiró a Milne y a su hijo Christopher Robin cuando exploraban juntos el bosque que, años más tarde, convertirían de un sueño a la realidad… Y a ti, ¿te gustaría ser parte de ese sueño? ❖

#NuncaDejesDeViajar
Curiosidades
La BATALLA del VINO: La celebración que TIÑE de ROJO a España
Con más de 50 mil litros de vino, locales y visitantes inician una contienda donde mancharse de escarlata es el objetivo.
Cada 29 de junio, las calles y colinas de Haro, en La Rioja España, se inundan de alegría y de dulce y delicioso vino. Y es que, de forma rara y un tanto extravagante, miles de personas se reúnen para participar en una de las festividades más singulares del país: la famosa Batalla del Vino, una celebración que llena a los corazones de tradición, diversión y pasión por esta bebida emblemática de la región.
La BROMA que se volvió TRADICIÓN
La Batalla del Vino nació de una antigua peregrinación en honor a San Felices de Bilibio. Con el paso del tiempo, aquella romería religiosa se transformó en una gran fiesta popular, siendo una oportunidad única para reunirse amigos y familia. Y para finales del siglo XIX, los asistentes comenzaron a lanzarse vino a modo de broma… ¿El inicio de la broma? Un tanto desconocido. Desde entonces el “bautizo de vino” se volvió la parte más divertida de la celebración. Lo que empezó como un juego espontáneo, terminó convirtiéndose en una tradición donde el vino es el protagonista.
HARO: La CAPITAL del vino de La Rioja
Haro no solo es el escenario de esta colorida batalla, también es considerada la capital enológica de La Rioja. Sus calles están llenas de bodegas, viñedos que tiñen el paisaje de tonos verdes y dorados, y un ambiente lleno de tradición en cada rincón. Aquí, esta bebida representa parte de la identidad local, un símbolo de orgullo y una forma de vida que se celebra con cada copa y cada sonrisa durante la Batalla del Vino.
Desde muy temprano, los participantes comienzan a subir al monte de los Riscos de Bilibio vestidos completamente de blanco, con el tradicional pañuelo rojo al cuello. En las manos llevan botellas, mochilas y cubos repletos de vino tinto, listos para usar como munición en una guerra que nadie pretende ganar. Cuando el primer chorro de vino vuela por el aire, la fiesta comienza oficialmente, y en cuestión de minutos todos terminan empapados de pies a cabeza.
El ambiente es puro descontrol: música, risas y un aroma inconfundible a vino recién derramado llenan el aire. Nadie se salva de una buena “bañada” y, entre carcajadas, locales y turistas comparten tragos, selfies y abrazos teñidos de rojo. Es una experiencia que entrelaza el espíritu festivo con la tradición riojana de celebrar la vida y el vino con pasión.
REGLAS y CONSEJOS para DISFRUTAR de la batalla
El objetivo de la Batalla del Vino es manchar de vino al prójimo. Para conseguir este colorido efecto, te aconsejamos seguir estas sencillas normas:
- Vestir de blanco, con el pañuelo rojo típico de las fiestas.
- Usar “armas” para salpicar a más personas, como botellas, calderos, pistolas de agua o cualquier recipiente que pueda contener líquidos.
- Si ves a alguien con alguna parte de su ropa todavía blanca, conviértelo en tu objetivo primordial.
- Y lo más importante: no dejar de reír, cantar y disfrutar mientras dure la contienda.
Se estima que durante la Batalla del Vino se derraman más de 50 mil litros de esta deliciosa bebida, dejando colinas y calles teñidas completamente de rojo. Al finalizar la contienda, los participantes regresan a la ciudad para continuar la fiesta con música, comida típica y bailes tradicionales, disfrutando del ambiente agudo e ingenioso que convierte a Haro en un lugar inolvidable.
Si quieres ser parte de una tradición única, la Batalla del Vino en Haro es una experiencia que merece la pena experimentar. Cada año, locales y visitantes participan entre risas, melodías y copas compartidas, disfrutando de una jornada llena de color y diversión.
Visita España y descubre por ti mismo esta celebración donde el vino se convierte en la estrella de momentos inolvidables. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Curiosidades
El FESTIVAL del BAILE del OSO: una TRADICIÓN SALVAJE que emociona a Rumania
Cada invierno, los montes rumanos rugen al compás de los tambores y los pasos de “osos danzantes”, llenando las calles de color, música y energía para despedir el año viejo…
El Festival del Baile del Oso (o en rumano, Jocul urșilor, que se traduce como “El Juego de los Osos”) es una fiesta que se celebra cada año en la región de Moldavia, especialmente en la localidad rural de Comănești, al norte de Rumania, entre el 25 y el 30 de diciembre. Durante estos días, hombres, mujeres y niños se visten con auténticas pieles de oso —algunas heredadas por generaciones— y recorren las calles realizando una danza tradicional que simboliza la muerte y el renacimiento del ciclo natural.

Esta antigua costumbre tiene sus raíces en las creencias precristianas de los dacios, quienes consideraban al oso un animal sagrado, protector y símbolo de fuerza. Se creía que, al bailar como osos, las personas podían ahuyentar los espíritus malignos del invierno y atraer la buena suerte para el año que estaba por comenzar.

Del ritual al ESPECTÁCULO CULTURAL
Con el paso del tiempo, esta “práctica ritual” se transformó en una gran celebración folclórica, donde la música, los tambores, los cantos y los trajes elaborados son los protagonistas. Cada grupo de bailarines ensaya durante semanas, preparando coreografías que simulan los movimientos y rugidos del animal. Después de eso empieza el baile. Puede darse en un escenario formal, o en caminando entre las calles con ferocidad, torpeza y rudeza características en un oso.

Hoy, el Festival del Baile del Oso se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de Rumania y atrae cada vez a más visitantes curiosos de todo el mundo. Lo que alguna vez fue un rito espiritual, ahora es también un espectáculo visual impresionante que combina tradición, identidad y orgullo comunitario. Aquí nadie queda fuera, ya sea como espectador o participante.

Además, al asistir al festival, también puedes disfrutar de desfiles, danzas, ferias gastronómicas y mercados navideños. Y aprovechando la época decembrina, es casi obligatorio recorrer los pueblos de la región, que encienden sus chimeneas y posan frente a las montañas nevadas.

El FESTIVAL del BAILE del OSO recordando lo ANCESTRAL
Al ritmo de tambores y pasos que se repiten desde tiempos inmemoriales, el Festival del Baile del Oso en Rumania, nos recuerda que las tradiciones no solo cuentan el pasado: nos enseñan a renacer. En cada piel, en cada rugido y en cada sonrisa compartida por la comunidad, late la prueba de que el miedo se enfrenta con arte, que lo antiguo puede abrazar lo nuevo y que, juntos, preservamos la memoria y la esperanza.
Venir a este festival no es solo ver un espectáculo, es ser parte de un círculo que celebra la vida, despide lo que ya no sirve y abre la puerta a un año lleno de fuerza y buena fortuna… Todo eso a través de osos. ❖
#NuncaDejesDeViajar
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