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un viaje de padre e hijo por Costa Rica. Foto: A Diesel Work Lemon un viaje de padre e hijo por Costa Rica. Foto: A Diesel Work Lemon

América

Un viaje de padre e hijo por Costa Rica: el “casado”, playas y recuerdos

Cada año viajo al extranjero con mi papá, esta ocasión fue un viaje de padre e hijo por Costa Rica ¡Un viaje inolvidable!

Cada año mi papá y yo realizamos un viaje a algún país en el extranjero con el fin de probar y conocer nuevos lugares, esta vez fue un viaje de padre e hijo por Costa Rica

San José, parte de nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Axel Peralta
San José, parte de nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Axel Peralta

Me entusiasmaba la idea de conocer otro país que no fuera México o Cuba, así que comenzamos a buscar hoteles y qué sitios iríamos a visitar en Costa Rica.

Selva Internacional Foto: Axel Peralta
Selva Internacional Foto: Axel Peralta

Mi papá quería relajarse y dejar atrás el estrés de la ciudad, por lo que buscaría playas para poder nadar y estar bajo el sol un buen rato.

Atardecer en Costa Rica. Foto: luis Alvarez

Yo quería encontrar buenos restaurantes para poder conocer la gastronomía y los sabores de este viaje de padre e hijo por Costa Rica.

¡Manos a la obra!

Mi papá encontró los vuelos y el hotel en el que nos hospedaríamos, pero le propuse que, como Costa Rica tiene a un lado el Caribe y el Pacífico, fuéramos a ambas playas para saber la diferencia.

Hotel Costa Rica. Foto: Cameron

Él aceptó y buscamos hoteles u hostales en los que pudiéramos quedarnos por una noche y que contara con conexión a internet.

Comienza el viaje a Costa Rica

Para el viaje tuvimos que tomar dos vuelos, el primero a Panamá y cuándo aterrizamos, mi papá y yo entramos en conflicto, pues no sabíamos en dónde estaba la puerta por la que salía nuestro siguiente vuelo.

Teníamos una hora para encontrar el hangar y formarnos para entrar, pero íbamos de un lado al otro perdiendo el tiempo.

¡A quién no le ha pasado algo similar en un viaje!

Hasta que un guardia nos señaló la forma rápida de llegar a la puerta, ¡Aún le agradezco! Afortunadamente pudimos llegar y abordamos el avión sin tanto problema…

Comenzaron las complicaciones en el viaje a Costa Rica

Perdimos el primer día de seis que estaríamos en nuestro viaje a Costa Rica debido a la revisión de maletas, y cuando nos entregaron las maletas ya eran las 9 de la noche.

Al salir del aeropuerto, tomamos un camión que nos dejaría en el centro de la capital.

CostaRica. Foto: Jeremy Simmons
CostaRica. Foto: Jeremy Simmons

El trayecto fue de unos 30 minutos aproximadamente, y cuando estuvimos en las calles de San José buscamos un taxi para poder llegar al hotel.

Taxi. Foto: Marie Skeie Lobo

Lo malo fue que el taxista nos perdió ¡Y tardamos 1 hora más en llegar! No tuvimos oportunidad de hacer mucho.

El “casado”, la gastronomía de Costa Rica en el viaje familiar

El hambre no nos dejaba en paz, los mapas de los celulares no indicaban nada abierto y teníamos que aventurarnos a viborear entre las calles para encontrar algo.

Casado Platillo Foto: Mexiticas
Casado Platillo Foto: Mexiticas

Cómo un milagro, encontramos un local y aquí vendían “guisados” típicos de Costa Rica: casados, arroz, frijoles, pollo, pescado y res.

Probablemente tengas una pregunta, y la hice qué era el “casado” y resultó ser una “comida corrida” típica, incluye: arroz con plátano frito, ensalada de lechuga con jitomate, frijoles y un guisado.

En nuestro viaje a Costa Rica conocimos el “casado”. Foto: Archivo
En nuestro viaje a Costa Rica conocimos el “casado”. Foto: Archivo

Así que pedí uno con pollo y me lo entregaron en menos de 5 minutos, mi papá, pidió un plato con pollo y preguntó si había tortillas… y ¡Rápidamente nos identifican como mexicanos!

El “casado” venía acompañado de una salsa que los locales afirmaban picaba demasiado, pero al probarla en la carne del pollo no se sentía demasiado el picor, en fin, mexicanos.

El sabor del pollo se compensaba bastante con la salsa y el arroz, los tonos neutros de la ensalada hacían juego con los tonos salados y poco picantes de la carne.

El “casado” es un plato con muchas variantes. Foto: Archivo
El “casado” es un plato con muchas variantes. Foto: Archivo

El plátano encaja con el sabor neutro del arroz, pero ésta variante era más dulce, por lo que para los paladares delicados y no tolerantes al picante, el plátano será ideal para contrarrestar el sabor del chile.

Casado picante. Foto: Matthew T. Bradley
Casado picante. Foto: Matthew T. Bradley

El platillo de mi papá no parecía fuera de lo común, venía acompañado con ensalada solamente, y era parecido a un pollo frito, pero sin capear.

Con el estómago lleno nos regresamos al hotel y dormimos, ya que al día siguiente iríamos a Puerto Viejo, ya mi profesión gastronómica había tenido sus primeras experiencias.

un viaje de padre e hijo por Costa Rica. Foto: Bailinho Festa

Mochilazo en Puerto Viejo

Para llegar, tuvimos que tomar un autobús que nos llevara hasta allá, y ¡El viaje duraba 5 horas! Pues teníamos que llegar hasta el Caribe y nosotros estábamos en el centro.

Mochilazo. Foto: Justin Burger

El viaje no se hizo tan pesado, así que llegamos con energía y ganas de conocer Puerto Viejo, que la verdad es muy parecido a Cancún o Acapulco, como un viaje de padre e hijo por Costa Rica pero con esencia mexicana.

Puerto Viejo. Foto: Mike Saleem
Puerto Viejo. Foto: Mike Saleem

La gente es amable, el sol toca tu piel con gentileza, el calor hace que te de sed, la arena era suave, tersa y caliente, ¡Era como estar en casa!

Costa Rica. Foto: Del

Al bajar del autobús, buscamos el hostal en el que nos quedaríamos y desempacar las mochilas, pero antes pasamos a un mini súper, compramos un par de cervezas y unas cuantas botanas.

Playa Puerto Viejo Foto: Axel Peralta
Playa Puerto Viejo Foto: Axel Peralta

Fuimos a la playa y estuvimos bastante tiempo disfrutando de la relajación que tanto habíamos buscado, ¡Al fin! al anochecer buscamos un restaurante que nos habían recomendado los lugareños.

La Playa Negra era un establecimiento que ofrecía comida caribeña con el toque y sazón de Costa Rica, por lo que ya ansiaba probar dichos manjares.

Visitamos esta hermosa playa en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: My Guide Costa Rica
Visitamos esta hermosa playa en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: My Guide Costa Rica

Los manjares de la comida caribeña

Mi papá pidió un Cerdo en Salsa Caribeña y yo volví a pedir un Casado; la salsa del cerdo era agridulce, tenía tintes dulces y unos cuantos poco picantes.

Casado. Foto: Gustavo Miranda

La carne era suave y parecía estar marinada en una salsa similar ya que tenían un sabor parecido, aunque era ajeno a ella.

Venía acompañado de un tazoncito de frijoles negros, arroz blanco y ensalada.

Plato Casado Foto: Vivi L.
Plato Casado Foto: Vivi L.

Mi casado fue similar al de San José, sin embargo, lo probé con carne de res; el toque caribeño estaba presente en cada bocado, se sentía diferente al de la capital, más tradicional, y elaborado, ¡Un gran sabor!

Regresamos al hostal y vimos una película para quedarnos dormidos ya que al día siguiente iríamos en bicicleta a una de las playas vecinas, ¡Nuestro viaje a Costa Rica seguía!

Playa Costa Rica. Foto: A Diesel Work Lemon

Una bici que me lleva a todos lados

Siempre me ha gustado andar en bicicleta, pero casi nunca he podido, así que no desperdicié la oportunidad en nuestro viaje a Costa Rica, y le propuse a mi papá ir a pedalear un rato.

Viaje en bicicleta Foto: Jorge Peralta
Viaje en bicicleta Foto: Jorge Peralta

Rentamos unas bicicletas y nos fuimos por la mañana, pudimos admirar la vegetación de la selva y llegamos a la Playa Manzanillo.

Nos empapamos en la lluvia que salió de la nada, platicamos de muchas cosas, tomamos muchas fotos del camino, incluso disfrutamos de una bajada un tanto pronunciada.

Obviamente gritamos bastante y nos reímos de cómo sonábamos, ¡Nuestro viaje padre e hijo a Costa Rica estaba siendo una maravilla!

Playa Manzanillo Foto: Axel Peralta
Playa Manzanillo Foto: Axel Peralta

Llegamos a Manzanillo y resultó ser una reserva natural, caminamos por los senderos que iban y venían a las distintas playitas que había dentro de la reserva, ¡Y tomamos muchas fotos de éste maravilloso escenario!

Al terminar el día devolvimos las bicis, recogimos nuestras mochilas en el hostal y subimos al autobús para regresar a San José.

Ya que al día siguiente ¡Nos esperaba otra aventura!

Playa Manzanillo Foto: Jorge Peralta
Playa Manzanillo Foto: Jorge Peralta

Puntarenas, una visita en nuestro viaje a Costa Rica

Al día siguiente despertamos temprano y fuimos directo a la central camionera para llegar a Puntarenas, fue un viaje sin tantas complicaciones.

Llegando a nuestro destino, notamos que la experiencia sería totalmente diferente a lo que nosotros queríamos: el cielo estaba nublado, no había playas en las que pudiéramos estar.

Puntarenas Foto: Axel Peralta
Puntarenas Foto: Axel Peralta

Aún esperanzados de que todo fuera bien, caminamos en busca del hotel en el que nos quedaríamos.

Tomamos un camión que nos dejó en la esquina del hotel y entramos a registrarnos, éste era elegante y se veía que llevaba pocos años en funcionamiento, pues se veía limpio, nuevo y con poco uso.

Nuestra habitación y era enorme, tenía una cama King size, cafetera, un pequeño refrigerador y una televisión enorme; era la definición correcta del “cuarto perfecto para descansar”.

Puntarenas es uno de los lugares que visitamos en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Jorge Peralta
Puntarenas es uno de los lugares que visitamos en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Jorge Peralta

Continúa la experiencia gastronómica…

En el centro de la ciudad había varios restaurantes o “fondas”, entramos a una y nos atendió una señora muy amable, que nos llevó a nuestra mesa y nos reconoció como extranjeros.

Le recomendó a mi papá una sopa de mariscos, él accedió muy convencido de querer probar la sopa y yo volví a pedir un casado, ya teníamos una relación.

Mi casado fue diferente a los anteriores, en éste el arroz era amarillo, mi carne de cerdo estaba jugosa y se acoplaba bien a los demás sabores, los frijoles parecían estar refritos y hacían juego con el plátano frito.

Arroz Amarillo Foto: Cocina delirante
Arroz Amarillo Foto: Cocina delirante

Quedé maravillado de que los casados varían entre cada región o lugar; depende del toque personal o la manera de prepararlos lo que lo define.

La sopa de mi papá se veía diferente a lo que habíamos pensado; era un caldo blanco con cilantro encima, trozos de pescado dentro, y lo curioso del asunto ¡Lo servían con un plátano!

La mesera nos dijo que el plátano le daría más sabor a la sopa, mi papá le creyó y se lo agregó.

Caldo de Pescado Foto: Axel Peralta
Caldo de Pescado Foto: Axel Peralta

Lo comió sin tanto problema y al terminar dijo que el sabor del plátano no afectaba tanto al de la sopa, pues no era dulce sino neutro.

Regresamos al hotel y vimos una película, platicamos un rato y nos dormimos para el día siguiente ir a Playa Naranjo.

Una vista asombrosa en el ferry

Cuando despertamos, mi papá me comentó que el hotel incluía un desayuno de 7 am hasta las 11 am, nos cambiamos rápidamente y alistamos todo para llevarnos las mochilas con nosotros.

Pedimos indicaciones a la recepcionista sobre cómo llegar al ferry y resultó ser más rápido de lo que habíamos pensado.

Compramos los boletos y subimos a la parte superior del ferry para poder apreciar la marea, las olas y el mar, ¡Una gran experiencia!

Viaje en Ferry  Foto: Jorge Peralta
Viaje en Ferry Foto: Jorge Peralta

El viaje fue de hora y media y cuando llegamos el guía del grupo comentó que había varias playas a las cuales ir, pero había que esperar un transporte.

Mi papá, como buen mexicano, dijo que lo haríamos a nuestra manera, así que caminamos al contrario que la gente que esperaba el transporte y encontramos un camino a una playa y un bar llamado “El Perla Negra”.

Unos tragos aquí nos regalaron amistades en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: My Guide Costa Rica
Unos tragos aquí nos regalaron amistades en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: My Guide Costa Rica

La playa y la medusa

Tomamos unas cuantas bebidas y nos hicimos amigos del dueño, quien nos platicó sobre sus ideas de hacer un hotel sobre el bar e incluso nos lo mostró.

Terminamos nuestras bebidas, bajamos a la playa tal y como el dueño nos había explicado, pero no era una playa como las que habíamos visitado, sino que tenía piedras en vez de fina arena y pasto cerca de la orilla.

Playa Naranjo Foto: Viatgelovers
Playa Naranjo Foto: Viatgelovers

Nos sentamos a platicar y el oleaje trajo una medusa; de lejos parecía una bolsa transparente pero cuando nos dimos cuenta sacamos los pies del agua para prevenir un accidente.

Medusa en la playa. Foto: Nazaret GD
Medusa en la playa. Foto: Nazaret GD

La sacamos del agua con ayuda de una rama que estaba cerca y la dejamos lejos de la orilla, por mera curiosidad recorrimos la costa viendo qué más podía haber, pero no encontramos nada excepto piedras porosas.

Piedras. Foto: MIguel Castro

Nos sentamos a terminar de platicar y cuando dieron las 5 pm regresamos a donde estaba el ferry.

Con nuestras maletas en mano, subimos al pequeño barco y llegamos a Puntarenas de nuevo, solo para tomar aire y correr para tomar el camión a San José.

Último día: adiós, Costa Rica

Llegando al hotel arreglamos todo para regresar a México al día siguiente, pero le dije a mi papá “No nos podemos ir sin regresar a los casados del primer día”.

Fuimos de nuevo y encontramos a las mismas personas que nos atendieron la ocasión pasada, así que comenzamos a platicar sobre cómo había estado nuestro viaje y qué lugares habíamos visitado.

Casados Cena Foto: Buen día Teletica
Casados Cena Foto: Buen día Teletica

Nos dijeron que nuestros recorridos habían estado bien porque habíamos visitado lo más característico de cada lugar.

Para comer, mi papá pidió el mismo casado que yo, y ésta vez le agregué más salsa de la que debía, ¡Terminé enchilando demasiado y mi papá se empezó a reír de mí!

un viaje de padre e hijo por Costa Rica. Foto: Del

Ya era la hora de regresar

Por la mañana nos recomendaron un restaurante típico del centro en el que servían un “Hot Cake de maíz”, lo servían con crema, queso y su sabor era parecido a los panqués de elote que tenemos en Mexico

Era un platillo muy grande y muy delicioso, la crema y el queso le hacían juego porque le daban un toque fresco, cremoso y salado que contrastaba con la dulzura del maíz.

Hot Cake de Maíz Foto: Axel Peralta
Hot Cake de Maíz Foto: Axel Peralta

Cuando terminamos de desayunar, nos dirigimos al hotel por nuestras cosas y de ahí al aeropuerto, estuvimos esperando, hasta que nuestro vuelo estuvo listo para abordar y llegamos a Panamá.

Mi papá regresó por sus tenis que había visto en el vuelo de ida y parecía niño pequeño con su juguete nuevo.

Llegamos a la CDMX casi a las 11 pm y cuando finalmente estuvimos en casa, nos fuimos directamente a dormir.

Playa Negra fue uno de nuestros destinos en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Archivo
Playa Negra fue uno de nuestros destinos en nuestro viaje a Costa Rica. Foto: Archivo

Éste viaje a Costa Rica me dejó un recuerdo muy bonito junto a mi papá, sin dudarlo es uno de mis favoritos.

Atrévete a visitar Costa Rica y recuerda, ¡Nunca dejes de viajar!

Nunca dejes de viajar. Foto: Pilar Tomasin

América

Entre REJAS y MEMORIA. Conoce el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé

Lo que antes fue una cárcel femenil, ahora es un sitio turístico en donde podrás aprender sobre la vida dentro de la cárcel en Argentina.

Por

MUSEO PENITENCIARIO ANTONIO BALLVÉ EN ARGENTINA

En pleno corazón del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, Argentina, se alza un edificio que guarda más de dos siglos de historia. Se trata del Museo Penitenciario Antonio Ballvé: un lugar que alguna vez funcionó como cárcel de mujeres y que después abrió sus puertas como museo. Sus muros de piedra, pasillos estrechos y celdas silenciosas transportan al visitante a un tiempo donde la privación de la libertad convivía con la disciplina religiosa, las luchas sociales y los cambios en la justicia

1. Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - Alamy
Museo Penitenciario. Foto – Alamy

De misión jesuítica a CÁRCEL de MUJERES

La historia de este edificio comienza en 1735, cuando los jesuitas iniciaron la construcción de un complejo que incluía iglesia, colegio y casa de ejercicios espirituales. Tras la expulsión de la orden en 1767, el inmueble atravesó distintos usos: depósito, hospital y prisión de deudores. No fue sino hasta finales del siglo XIX que el lugar fue destinado al Asilo Correccional de Mujeres, bajo la congregación del Buen Pastor.

2. Asilo Correccional de Mujeres. Foto - Argentina.gob.ar
Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Argentina.gob.ar

Allí convivieron mujeres procesadas por delitos comunes, menores de edad y hasta internas consideradas de “vida disipada” (exceso y libertinaje). Con el tiempo, la institución pasó a manos del Servicio Penitenciario Federal, que en 1978 trasladó a las reclusas a otra unidad en Ezeiza. Ese hecho marcó el inicio de una nueva etapa: la transformación del espacio en un museo.

3. Asilo Correccional de Mujeres. Foto - Servicio Penitenciario Federal (Facebook)
Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Servicio Penitenciario Federal (Facebook)

Finalmente, en 1980 se inauguró oficialmente el Museo Penitenciario, en honor a Antonio Ballvé, quien fue director de la antigua Penitenciaría Nacional y pionero en la organización del sistema penitenciario argentino.

4. Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - CARPE DIEM (Colaboración en Google Maps)
Fachada del Museo Penitenciario. Foto – CARPE DIEM (Colaboración en Google Maps)

¿Qué encontrarás en el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé?

Hoy, los visitantes del Museo Penitenciario pueden recorrer un sitio donde la arquitectura colonial se mezcla con la memoria carcelaria. Algunos de sus atractivos más destacados son la Capilla de Nuestra Señora del Carmen: uno de los espacios mejor conservados del antiguo complejo jesuita.

5. Capilla de Nuestra Señora del Carmen. Foto - @nilda_gomez1 (Instagram)
Capilla de Nuestra Señora del Carmen. Foto – @nilda_gomez1 (Instagram)

También hay salas que exhiben trajes a rayas, grilletes, mobiliario carcelario y herramientas utilizadas por internos y autoridades. Hay documentación histórica que incluye fotografías, expedientes criminológicos, revistas y publicaciones penitenciarias. Esto se complementa con recorridos guiados que te permiten comprender el rol de la prisión en la historia argentina y el impacto social que tuvo la reclusión femenina.

6. Celda en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - Tiempo Argentino
Celda en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto – Tiempo Argentino

El museo no solo exhibe objetos, sino que también ofrece una mirada crítica sobre la evolución del sistema penitenciario, el papel de la religión en la disciplina y el lugar de la mujer dentro de estas instituciones.

7. Grilletes en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - Tiempo Argentino
Grilletes en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto – Tiempo Argentino

Una visita PRÁCTICA y ENRIQUECEDORA

El Museo Penitenciario Argentino Antonio Ballvé se encuentra en Humberto Primero 378, San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es gratuita; sin embargo, solamente abre dos días a la semana: martes y sábados de 11:00 a.m. a 03:00 p.m.

8. Visitantes en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
Visitantes en el Museo Penitenciario. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)

El recorrido suele tomar entre 30 y 45 minutos, siendo ideal para combinarlo con otros atractivos de San Telmo, como el Mercado, la Plaza Dorrego o el Museo de Arte Moderno. Es una visita recomendable para quienes disfrutan del turismo cultural e histórico, y en especial para aquellos interesados en la memoria social y las transformaciones urbanas de Buenos Aires.

9. Visitantes en el Museo Penitenciario Antonio Ballvé. Foto - Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
Visitantes en el Museo Penitenciario. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)

Y es que el Museo Penitenciario es mucho más que un conjunto de salas con objetos antiguos: es un espacio de reflexión sobre la privación de la libertad, las políticas penitenciarias y la condición femenina en épocas pasadas de Argentina. La reconversión de una cárcel en un centro cultural lo convierte en un símbolo de transformación, donde los muros que antes callaban ahora se dedican a contar historias…

10. Asilo Correccional de Mujeres. Foto - Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)

Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
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América

¿Cómo volar en ALA DELTA en RÍO de JANEIRO? Vive una AVENTURA libre en el CIELO

Deslízate entre montañas, mar y selva en una experiencia que combina adrenalina, paisajes únicos y la emoción de volar en los cielos brasileños.

ALA DELTA EN RÍO DE JANEIRO

¿Te imaginas flotar sobre playas, montañas y la jungla urbana con una vista única del Cristo Redentor? Pues esto es posible con la popular experiencia de volar en ala delta por los cielos de Río de Janeiro, en Brasil. Y aquí te contamos cómo puedes vivir ese momento de libertad aérea que muchos sueñan tener…

Experiencia Ala Delta en Brasil. Foto – civitatis.com
Experiencia ala delta en Brasil. Foto – civitatis.com

Ala Delta: La MAGIA de VOLAR SIN MOTOR

El ala delta es una modalidad de vuelo libre donde el piloto va suspendido en un arnés bajo un ala rígida. No hay motor, solo viento y control aerodinámico. En Río de Janeiro, esta experiencia se realiza en tándem (conjunto de dos personas), junto a un instructor experto que se encarga del despegue, el planeo y el aterrizaje, mientras tú disfrutas el paisaje sin preocuparte por nada más.

Vuelo Ala Delta. Foto – aviaciondigital.com
Vuelo en ala delta. Foto – aviaciondigital.com

Cómo LLEGAR al punto de DESPEGUE

La aventura del ala delta comienza mucho antes del vuelo. Lo más común es que te encuentres con tu instructor en la Playa de São Conrado, donde te llevará en transporte hasta la cima de Pedra Bonita. El recorrido sube por la Estrada das Canoas: una ruta pavimentada de unos 7 km llena de curvas y vistas panorámicas. En pocos minutos estarás en la pista de lanzamiento, con la ciudad a tus pies y el corazón acelerado.

Playa de São Conrado. Foto – expedia.mx
Playa de São Conrado. Foto – expedia.mx

El punto más famoso para practicar ala delta en Río es la rampa de Pedra Bonita, ubicada dentro del Parque Nacional de la Tijuca. Desde allí te lanzas directo hacia el océano y aterrizas en la Playa de Pepino, en el barrio de São Conrado. La vista es simplemente espectacular, aquí se combinan varios escenarios que parecen sacados de una postal.

Pedra Bonita. Foto – travelandtourworld.es
Pedra Bonita. Foto – travelandtourworld.es

La EXPERIENCIA del VUELO: De la PLAYA al CIELO

Una vez en la cima, comienza la emoción. Tu instructor de ala delta te colocará un arnés de seguridad, te explicará los movimientos y harán unas carreras de prueba. Luego, llega el gran momento: cuentan hasta tres y… ¡A volar!

Preparacion de la experiencia Ala Delta. Foto – faro.travel
Preparacion de la experiencia ala delta. Foto – faro.travel

El impulso inicial te eleva sobre el bosque, y en cuestión de segundos estás flotando sobre Río. Sientes el viento en la cara, el silencio del aire y una calma increíble. El piloto se encarga de controlar el ala, mientras tú solo disfrutas del paseo. Los vuelos suelen durar entre 8 y 15 minutos, dependiendo del clima y la fuerza del viento.

Experiencia Ala Delta. Foto – flickr.com
Experiencia en ala delta. Foto – flickr.com

PAISAJES que TE DEJAN SIN ALIENTO

Durante el vuelo en Ala Delta, verás lo mejor de Río desde una perspectiva privilegiada: el Cristo Redentor, la Bahía de Guanabara, el Atlántico y los contrastes entre la jungla y la ciudad. El aterrizaje es suave, justo sobre la arena de la Playa. Además, muchas empresas incluyen fotos y videos GoPro, así que podrás revivir ese momento una y otra vez.

Experiencia Ala Delta. Foto – getviagens.com
Experiencia en ala delta. Foto – getviagens.com

Un DATO CURIOSO sobre el Ala Delta en Río

¿Sabías que Río de Janeiro es uno de los destinos más visitados del mundo para practicar ala delta? Cada año, miles de viajeros llegan solo para lanzarse desde Pedra Bonita: un punto tan icónico que ha aparecido en documentales internacionales. Además, la Federación Brasileña de Vuelo Libre organiza aquí campeonatos y eventos, consolidando a Río como el epicentro del turismo de aventura en Brasil.

Experiencia Ala Delta. Foto – tripadvisor.com
Experiencia Ala Delta. Foto – tripadvisor.com

PRECIOS y DETALLES del ala delta en RÍO de JANEIRO

El costo promedio de un vuelo en ala delta ronda entre $800 y $880 BRL (aproximadamente $2,750 y $3,000 MXN o $150 y $165 USD o) dependiendo del tipo de cambio. Algunos paquetes incluyen transporte, video, fotografías y certificado de vuelo. La mayoría de los instructores acepta reservas con anticipación y pagos en línea.

Aterrizaje del Ala Delta. Foto – freepik.es
Aterrizaje del ala delta. Foto – freepik.es

Si te mueve la aventura y quieres ver Río de Janeiro desde otra perspectiva, el ala delta es una experiencia que simplemente debes vivir. No necesitas experiencia previa, solo ganas de volar y de dejarte llevar por la magia de los paisajes de Brasil.

Río de Janeiro, Brasil. Foto – pestana.com
Río de Janeiro, Brasil. Foto – pestana.com

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PANIOLOS: Los vaqueros HAWAIANOS que conquistaron el PACÍFICO

Cuando piensas en cowboys, seguramente imaginas el Viejo Oeste o las extensas haciendas mexicanas. Sin embargo, a cientos de kilómetros, en medio del océano Pacífico, Hawái también tiene su propia tradición vaquera.

Por

PANIOLOS

La historia de los Paniolos comienza en 1793, cuando el capitán y explorador británico, George Vancouver, regaló al rey Kamehameha I un pequeño grupo de reses. La idea del rey era prohibir su caza durante 10 años para que estos se reprodujeran, pero aquellos animales, sin depredadores naturales en Hawái, se multiplicaron rápidamente y comenzaron a causar estragos en la vida cotidiana de las aldeas hawaianas, arrasando los cultivos y dañando los campos.

Ante la magnitud del problema, el rey permitió cazarlos, pero la tarea era complicada y se necesitaba un método más organizado para controlarlos

1. Retrato del rey Kamehameha I. Foto - r/SnapshotHistory (Reddit)
Retrato del rey Kamehameha I. Foto – r/SnapshotHistory (Reddit)

La llegada de los VAQUEROS MEXICANOS

En 1832, durante el reinado de Kamehameha III, se invitó a expertos en manejo de ganado provenientes de California, entonces territorio mexicano. Ellos trajeron consigo la doma del caballo, el uso del lazo, la construcción de corrales y todo el conocimiento del mundo vaquero. Los hawaianos los llamaban “Españoles”, y con el paso del tiempo esa palabra se transformó en “Paniolo”. Desde entonces, la tradición vaquera quedó arraigada en el corazón de las islas.

2. Vaqueros mexicanos alrededor de 1885. Foto - reeneesart (Etsy)
Vaqueros mexicanos alrededor de 1885. Foto – reeneesart (Etsy)

Y aunque las técnicas iniciales eran las de los vaqueros mexicanos, los hawaianos pronto las adaptaron a su entorno volcánico y a su cultura. Los sombreros se tejían con fibras locales y se adornaban con guirnaldas de flores; las monturas se enriquecían con artesanía propia y hasta la música cambió: la guitarra, introducida por aquellos vaqueros mexicanos, se fusionó con melodías isleñas, dando origen al célebre estilo slack-key guitar.

3. Vaquero Paniolo hawaiano. Foto – etsy.com
Vaquero Paniolo hawaiano. Foto – etsy.com

Incluso en la alimentación dejaron huella, pues se popularizó la pipikaula: una carne de res salada y seca que servía como alimento práctico para largas jornadas en el campo. Pero el reconocimiento internacional de los paniolos no llegó hasta 1908, cuando tres jinetes hawaianos participaron en el rodeo de Cheyenne, Wyoming.

Entre ellos, Ikua Purdy sorprendió al mundo al ganar la prueba de lazo de novillos, demostrando que los cowboys del Pacífico podían estar a la altura de los más experimentados del continente.

4. (Montados de izquierda a derecha) Ikua Purdy, Archie Ka'au'a y Willie Spencer, Paniolos. Foto - HONOLULU
(Montados de izquierda a derecha) Ikua Purdy, Archie Ka’au’a y Willie Spencer, Paniolos. Foto – HONOLULU

¿Dónde ver a los PANIOLOS hoy en DÍA?

En la actualidad, la tradición paniola sigue viva y forma parte esencial del turismo cultural de Hawái. En la Gran Isla se encuentra el Parker Ranch, uno de los ranchos más antiguos y extensos de Estados Unidos. Ahí es posible recorrer exposiciones históricas, ver colecciones de sillas, lazos y trajes originales, además de participar en actividades relativas a la cultura paniola.

5. Paniolos en Parker Ranch, Hawai. Foto - Parker Ranch, Inc. (Facebook)
Paniolos en Parker Ranch, Hawai. Foto – Parker Ranch, Inc. (Facebook)

En la isla de Maui, la región de Upcountry conserva el ambiente ranchero, y en el pueblo de Makawao aún se celebran rodeos y festivales donde los Paniolos muestran sus destrezas. También en distintas islas se organizan las llamadas Pā‘ū Parades: coloridos desfiles en donde los jinetes visten sus trajes tradicionales y cabalgan caballos decorados con flores. Las mujeres también son parte fundamental de la cultura paniola.

6. Mujer participando en Pā‘ū Parades. Foto - Nā Kamehameha Commemorative Pāʻū Parade & Ho‘olaule‘a (Facebook)
Mujer participando en Pā‘ū Parades. Foto – Nā Kamehameha Commemorative Pāʻū Parade & Ho‘olaule‘a (Facebook)

Pero para quienes buscan una experiencia más cercana, existen empresas turísticas que ofrecen cabalgatas guiadas por paisajes volcánicos. Aquí podrás sentirte parte del legado paniolo mientras recorres praderas, respiras el aire fresco de las montañas y aprendes sobre el día a día de los vaqueros isleños.

Estas actividades permiten ver de primera mano que, más allá de las playas y el surf, Hawái también es tierra de caballos y lazos.

7. Paseos a caballo en Kualoa Ranch. Foto - @hahahaleyz (Instagram)
Paseos a caballo en Kualoa Ranch. Foto – @hahahaleyz (Instagram)

Los PANIOLOS: El legado que CABALGA en el PACÍFICO

Los Paniolos no solo solucionaron un problema de ganado en el pasado de Hawái, sino que también dieron a las islas una identidad única que combina influencias mexicanas con el espíritu hawaiano. Hoy, recorrer sus ranchos, asistir a un rodeo o escuchar la música que nació en sus fogatas es descubrir una cara distinta y sorprendente de Hawái: un lugar donde el vaquero lleva sombrero de flores y cabalga al ritmo de las olas… ❖

8. Paniolo. Foto - asahi-spoon.co
Paniolo. Foto – asahi-spoon.co
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