

América
Un viaje de padre e hijo por Costa Rica: el “casado”, playas y recuerdos
Cada año viajo al extranjero con mi papá, esta ocasión fue un viaje de padre e hijo por Costa Rica ¡Un viaje inolvidable!
Cada año mi papá y yo realizamos un viaje a algún país en el extranjero con el fin de probar y conocer nuevos lugares, esta vez fue un viaje de padre e hijo por Costa Rica

Me entusiasmaba la idea de conocer otro país que no fuera México o Cuba, así que comenzamos a buscar hoteles y qué sitios iríamos a visitar en Costa Rica.

Mi papá quería relajarse y dejar atrás el estrés de la ciudad, por lo que buscaría playas para poder nadar y estar bajo el sol un buen rato.

Yo quería encontrar buenos restaurantes para poder conocer la gastronomía y los sabores de este viaje de padre e hijo por Costa Rica.
¡Manos a la obra!
Mi papá encontró los vuelos y el hotel en el que nos hospedaríamos, pero le propuse que, como Costa Rica tiene a un lado el Caribe y el Pacífico, fuéramos a ambas playas para saber la diferencia.

Él aceptó y buscamos hoteles u hostales en los que pudiéramos quedarnos por una noche y que contara con conexión a internet.
Comienza el viaje a Costa Rica
Para el viaje tuvimos que tomar dos vuelos, el primero a Panamá y cuándo aterrizamos, mi papá y yo entramos en conflicto, pues no sabíamos en dónde estaba la puerta por la que salía nuestro siguiente vuelo.
Teníamos una hora para encontrar el hangar y formarnos para entrar, pero íbamos de un lado al otro perdiendo el tiempo.

Hasta que un guardia nos señaló la forma rápida de llegar a la puerta, ¡Aún le agradezco! Afortunadamente pudimos llegar y abordamos el avión sin tanto problema…
Comenzaron las complicaciones en el viaje a Costa Rica
Perdimos el primer día de seis que estaríamos en nuestro viaje a Costa Rica debido a la revisión de maletas, y cuando nos entregaron las maletas ya eran las 9 de la noche.
Al salir del aeropuerto, tomamos un camión que nos dejaría en el centro de la capital.

El trayecto fue de unos 30 minutos aproximadamente, y cuando estuvimos en las calles de San José buscamos un taxi para poder llegar al hotel.

Lo malo fue que el taxista nos perdió ¡Y tardamos 1 hora más en llegar! No tuvimos oportunidad de hacer mucho.
El “casado”, la gastronomía de Costa Rica en el viaje familiar
El hambre no nos dejaba en paz, los mapas de los celulares no indicaban nada abierto y teníamos que aventurarnos a viborear entre las calles para encontrar algo.

Cómo un milagro, encontramos un local y aquí vendían “guisados” típicos de Costa Rica: casados, arroz, frijoles, pollo, pescado y res.
Probablemente tengas una pregunta, y la hice qué era el “casado” y resultó ser una “comida corrida” típica, incluye: arroz con plátano frito, ensalada de lechuga con jitomate, frijoles y un guisado.

Así que pedí uno con pollo y me lo entregaron en menos de 5 minutos, mi papá, pidió un plato con pollo y preguntó si había tortillas… y ¡Rápidamente nos identifican como mexicanos!

El “casado” venía acompañado de una salsa que los locales afirmaban picaba demasiado, pero al probarla en la carne del pollo no se sentía demasiado el picor, en fin, mexicanos.
El sabor del pollo se compensaba bastante con la salsa y el arroz, los tonos neutros de la ensalada hacían juego con los tonos salados y poco picantes de la carne.

El plátano encaja con el sabor neutro del arroz, pero ésta variante era más dulce, por lo que para los paladares delicados y no tolerantes al picante, el plátano será ideal para contrarrestar el sabor del chile.

El platillo de mi papá no parecía fuera de lo común, venía acompañado con ensalada solamente, y era parecido a un pollo frito, pero sin capear.
Con el estómago lleno nos regresamos al hotel y dormimos, ya que al día siguiente iríamos a Puerto Viejo, ya mi profesión gastronómica había tenido sus primeras experiencias.

Mochilazo en Puerto Viejo
Para llegar, tuvimos que tomar un autobús que nos llevara hasta allá, y ¡El viaje duraba 5 horas! Pues teníamos que llegar hasta el Caribe y nosotros estábamos en el centro.

El viaje no se hizo tan pesado, así que llegamos con energía y ganas de conocer Puerto Viejo, que la verdad es muy parecido a Cancún o Acapulco, como un viaje de padre e hijo por Costa Rica pero con esencia mexicana.

La gente es amable, el sol toca tu piel con gentileza, el calor hace que te de sed, la arena era suave, tersa y caliente, ¡Era como estar en casa!

Al bajar del autobús, buscamos el hostal en el que nos quedaríamos y desempacar las mochilas, pero antes pasamos a un mini súper, compramos un par de cervezas y unas cuantas botanas.

Fuimos a la playa y estuvimos bastante tiempo disfrutando de la relajación que tanto habíamos buscado, ¡Al fin! al anochecer buscamos un restaurante que nos habían recomendado los lugareños.
La Playa Negra era un establecimiento que ofrecía comida caribeña con el toque y sazón de Costa Rica, por lo que ya ansiaba probar dichos manjares.

Los manjares de la comida caribeña
Mi papá pidió un Cerdo en Salsa Caribeña y yo volví a pedir un Casado; la salsa del cerdo era agridulce, tenía tintes dulces y unos cuantos poco picantes.

La carne era suave y parecía estar marinada en una salsa similar ya que tenían un sabor parecido, aunque era ajeno a ella.
Venía acompañado de un tazoncito de frijoles negros, arroz blanco y ensalada.

Mi casado fue similar al de San José, sin embargo, lo probé con carne de res; el toque caribeño estaba presente en cada bocado, se sentía diferente al de la capital, más tradicional, y elaborado, ¡Un gran sabor!
Regresamos al hostal y vimos una película para quedarnos dormidos ya que al día siguiente iríamos en bicicleta a una de las playas vecinas, ¡Nuestro viaje a Costa Rica seguía!

Una bici que me lleva a todos lados
Siempre me ha gustado andar en bicicleta, pero casi nunca he podido, así que no desperdicié la oportunidad en nuestro viaje a Costa Rica, y le propuse a mi papá ir a pedalear un rato.

Rentamos unas bicicletas y nos fuimos por la mañana, pudimos admirar la vegetación de la selva y llegamos a la Playa Manzanillo.
Nos empapamos en la lluvia que salió de la nada, platicamos de muchas cosas, tomamos muchas fotos del camino, incluso disfrutamos de una bajada un tanto pronunciada.
Obviamente gritamos bastante y nos reímos de cómo sonábamos, ¡Nuestro viaje padre e hijo a Costa Rica estaba siendo una maravilla!

Llegamos a Manzanillo y resultó ser una reserva natural, caminamos por los senderos que iban y venían a las distintas playitas que había dentro de la reserva, ¡Y tomamos muchas fotos de éste maravilloso escenario!
Al terminar el día devolvimos las bicis, recogimos nuestras mochilas en el hostal y subimos al autobús para regresar a San José.
Ya que al día siguiente ¡Nos esperaba otra aventura!

Puntarenas, una visita en nuestro viaje a Costa Rica
Al día siguiente despertamos temprano y fuimos directo a la central camionera para llegar a Puntarenas, fue un viaje sin tantas complicaciones.
Llegando a nuestro destino, notamos que la experiencia sería totalmente diferente a lo que nosotros queríamos: el cielo estaba nublado, no había playas en las que pudiéramos estar.

Aún esperanzados de que todo fuera bien, caminamos en busca del hotel en el que nos quedaríamos.
Tomamos un camión que nos dejó en la esquina del hotel y entramos a registrarnos, éste era elegante y se veía que llevaba pocos años en funcionamiento, pues se veía limpio, nuevo y con poco uso.
Nuestra habitación y era enorme, tenía una cama King size, cafetera, un pequeño refrigerador y una televisión enorme; era la definición correcta del “cuarto perfecto para descansar”.

Continúa la experiencia gastronómica…
En el centro de la ciudad había varios restaurantes o “fondas”, entramos a una y nos atendió una señora muy amable, que nos llevó a nuestra mesa y nos reconoció como extranjeros.
Le recomendó a mi papá una sopa de mariscos, él accedió muy convencido de querer probar la sopa y yo volví a pedir un casado, ya teníamos una relación.
Mi casado fue diferente a los anteriores, en éste el arroz era amarillo, mi carne de cerdo estaba jugosa y se acoplaba bien a los demás sabores, los frijoles parecían estar refritos y hacían juego con el plátano frito.

Quedé maravillado de que los casados varían entre cada región o lugar; depende del toque personal o la manera de prepararlos lo que lo define.
La sopa de mi papá se veía diferente a lo que habíamos pensado; era un caldo blanco con cilantro encima, trozos de pescado dentro, y lo curioso del asunto ¡Lo servían con un plátano!
La mesera nos dijo que el plátano le daría más sabor a la sopa, mi papá le creyó y se lo agregó.

Lo comió sin tanto problema y al terminar dijo que el sabor del plátano no afectaba tanto al de la sopa, pues no era dulce sino neutro.
Regresamos al hotel y vimos una película, platicamos un rato y nos dormimos para el día siguiente ir a Playa Naranjo.

Una vista asombrosa en el ferry
Cuando despertamos, mi papá me comentó que el hotel incluía un desayuno de 7 am hasta las 11 am, nos cambiamos rápidamente y alistamos todo para llevarnos las mochilas con nosotros.
Pedimos indicaciones a la recepcionista sobre cómo llegar al ferry y resultó ser más rápido de lo que habíamos pensado.
Compramos los boletos y subimos a la parte superior del ferry para poder apreciar la marea, las olas y el mar, ¡Una gran experiencia!

El viaje fue de hora y media y cuando llegamos el guía del grupo comentó que había varias playas a las cuales ir, pero había que esperar un transporte.
Mi papá, como buen mexicano, dijo que lo haríamos a nuestra manera, así que caminamos al contrario que la gente que esperaba el transporte y encontramos un camino a una playa y un bar llamado “El Perla Negra”.

La playa y la medusa
Tomamos unas cuantas bebidas y nos hicimos amigos del dueño, quien nos platicó sobre sus ideas de hacer un hotel sobre el bar e incluso nos lo mostró.
Terminamos nuestras bebidas, bajamos a la playa tal y como el dueño nos había explicado, pero no era una playa como las que habíamos visitado, sino que tenía piedras en vez de fina arena y pasto cerca de la orilla.

Nos sentamos a platicar y el oleaje trajo una medusa; de lejos parecía una bolsa transparente pero cuando nos dimos cuenta sacamos los pies del agua para prevenir un accidente.

La sacamos del agua con ayuda de una rama que estaba cerca y la dejamos lejos de la orilla, por mera curiosidad recorrimos la costa viendo qué más podía haber, pero no encontramos nada excepto piedras porosas.

Nos sentamos a terminar de platicar y cuando dieron las 5 pm regresamos a donde estaba el ferry.
Con nuestras maletas en mano, subimos al pequeño barco y llegamos a Puntarenas de nuevo, solo para tomar aire y correr para tomar el camión a San José.
Último día: adiós, Costa Rica
Llegando al hotel arreglamos todo para regresar a México al día siguiente, pero le dije a mi papá “No nos podemos ir sin regresar a los casados del primer día”.
Fuimos de nuevo y encontramos a las mismas personas que nos atendieron la ocasión pasada, así que comenzamos a platicar sobre cómo había estado nuestro viaje y qué lugares habíamos visitado.

Nos dijeron que nuestros recorridos habían estado bien porque habíamos visitado lo más característico de cada lugar.
Para comer, mi papá pidió el mismo casado que yo, y ésta vez le agregué más salsa de la que debía, ¡Terminé enchilando demasiado y mi papá se empezó a reír de mí!

Ya era la hora de regresar
Por la mañana nos recomendaron un restaurante típico del centro en el que servían un “Hot Cake de maíz”, lo servían con crema, queso y su sabor era parecido a los panqués de elote que tenemos en Mexico
Era un platillo muy grande y muy delicioso, la crema y el queso le hacían juego porque le daban un toque fresco, cremoso y salado que contrastaba con la dulzura del maíz.

Cuando terminamos de desayunar, nos dirigimos al hotel por nuestras cosas y de ahí al aeropuerto, estuvimos esperando, hasta que nuestro vuelo estuvo listo para abordar y llegamos a Panamá.
Mi papá regresó por sus tenis que había visto en el vuelo de ida y parecía niño pequeño con su juguete nuevo.
Llegamos a la CDMX casi a las 11 pm y cuando finalmente estuvimos en casa, nos fuimos directamente a dormir.

Éste viaje a Costa Rica me dejó un recuerdo muy bonito junto a mi papá, sin dudarlo es uno de mis favoritos.
Atrévete a visitar Costa Rica y recuerda, ¡Nunca dejes de viajar!

América
Park City: el resort de esquí MÁS GRANDE de EE.UU. ahora a solo un vuelo desde Monterrey
Este invierno, Aeroméxico conecta Monterrey con Salt Lake City, acercándote a Park City: el resort de esquí más grande de EE.UU. y un destino lleno de experiencias invernales.

Este invierno, hay una nueva forma de escapar del calor del norte de México y aterrizar directo en un paisaje de película: Aeroméxico estrenará una ruta temporal entre Monterrey y Salt Lake City, del 18 de diciembre de 2025 al 4 de enero de 2026. ¿La buena noticia? Desde ahí, estás a solo 35 minutos de Park City, uno de los destinos invernales más encantadores (y accesibles) de Estados Unidos.
¿Qué tiene Park City que lo hace tan especial?
Park City Mountain es el resort de esquí más grande de Estados Unidos, con más 300 pistas. El acceso principal está cerca del centro, y desde ahí se ven telesillas que suben por la montaña.
Hay zonas para principiantes con pendientes suaves, y también áreas para expertos con descensos empinados y nieve profunda. El sonido predominante es el de los telesillas en movimiento, esquís deslizándose sobre la nieve y ocasionales gritos de emoción.
Deer Valley Resort está a unos minutos en coche y es exclusivo para esquiadores (no se permite snowboard). Las instalaciones son más elegantes: hay personal que ayuda con el equipo, zonas de descanso con sillones y chimeneas, y restaurantes dentro del resort con menú gourmet.
Las pistas están muy bien cuidadas, con nieve uniforme. El ambiente es más silencioso, con menos aglomeraciones y un perfil de visitante más adulto. Se ven parejas, grupos de amigos mayores y viajeros que buscan comodidad y servicio personalizado.
Actividades para todos (sí, incluso si no esquías)
Aunque Park City es famoso por sus pistas de esquí, hay muchas formas de disfrutar el invierno sin necesidad de usar esquís. Estas actividades permiten explorar el paisaje, relajarse o divertirse en grupo, siempre rodeado de nieve, aire frío y vistas montañosas.
Las caminatas con raquetas se realizan en senderos rodeados de árboles cubiertos de nieve. El terreno es blanco y silencioso, y los pasos sobre la nieve producen un crujido constante.
Al atardecer, el cielo cambia de color: primero azul claro, luego tonos rosados, naranjas y púrpuras. El aire es frío, pero seco, y se recomienda llevar gafas oscuras, gorro, guantes y ropa térmica. Los guías suelen marcar el ritmo y explicar detalles del entorno.
En lugares como Woodward Park City, hay pistas preparadas para deslizarse en donas inflables. Las pistas tienen una pendiente moderada y están rodeadas por vallas de seguridad.
Los visitantes se suben a una dona, se lanzan cuesta abajo y giran mientras descienden. Hay una banda transportadora que sube a los participantes hasta la cima.
Las excursiones en motos de nieve se realizan en zonas abiertas, con caminos marcados entre bosques y praderas nevadas. Los guías explican cómo manejar la moto y acompañan al grupo durante todo el recorrido.
El sonido del motor es fuerte, y se mezcla con el viento y el crujido de la nieve al avanzar. Se pueden ver árboles altos, montañas a lo lejos y huellas de animales en la nieve. El aire es muy frío, y el olor a gasolina se percibe cerca de los vehículos. La experiencia es rápida, visual y llena de adrenalina.
Spas y cenas: experiencias para cerrar el día en Park City
Los spas están dentro de hoteles como el Montage, Stein Eriksen Lodge o Waldorf Astoria. Son espacios cerrados, con calefacción, música suave y aromas a aceites esenciales. Hay piscinas climatizadas, saunas de madera, salas de masaje con chimeneas y sillones cómodos.
Los visitantes usan batas, pantuflas y disfrutan de tratamientos como baños de vapor, exfoliaciones o masajes con piedras calientes.
Por la noche, los restaurantes ofrecen cenas con ingredientes locales. Un ejemplo es la trucha de Utah, servida con mantequilla de hierbas y acompañada de vino blanco. El plato llega caliente, con aroma a mantequilla y especias.
Las mesas están decoradas con velas, y se escucha música suave. El ambiente es elegante pero acogedor, ideal para terminar el día con una experiencia gastronómica completa.
Conexión aérea directa a Park City: fechas y detalles
Salida Monterrey (MTY): 10:05 hrs
Llegada Salt Lake City (SLC): 12:30 hrs
Regreso desde SLC: 13:45 hrs
Llegada a MTY: 18:20 hrs
El trayecto es operado con equipos E-190, cómodos y perfectos para un viaje corto. Ideal para quienes quieren aprovechar las vacaciones decembrinas sin complicaciones.
Si lo que buscas es una experiencia invernal completa, con aventura, descanso, buena comida y un toque cultural, Park City lo tiene todo. Y ahora, con esta nueva conexión aérea desde Monterrey, está más cerca que nunca. ❖
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Canada Place: el BARCO que NUNCA ZARPA pero te lleva por todo Canadá
Canada Place es el corazón costero de Vancouver: velas blancas, historia viva, experiencias 4D y paisajes que conectan con la esencia canadiense.

Si un día te encuentras paseando por el centro de Vancouver y de la nada ves lo que parece un barco gigante con velas blancas, tranquilo, que no te cruzaste con un crucero varado ni nada por el estilo. Eso que ves es Canada Place. Es un lugar cargado de historia, con vistas impresionantes al puerto y las montañas, y experiencias que te conectan con la esencia canadiense.
Con su arquitectura icónica hasta sus eventos culturales y atracciones como FlyOver Canada, todo está diseñado para que el visitante se sienta parte del paisaje y la identidad del país.
El barco que nunca zarpa: la magia de Canada Place
Canada Place nació para la Expo 86, cuando Vancouver se puso sus mejores galas para recibir al mundo. El diseño, con cinco velas blancas que se iluminan cada noche, evoca un barco navegando el Burrard Inlet. Y aunque no zarpa, sí conecta con destinos lejanos: desde aquí salen los cruceros rumbo a Alaska. También alberga el Centro de Convenciones, el hotel Pan Pacific, y FlyOver Canada, una experiencia que merece párrafo aparte.
Paseo marítimo en Vancouver: vistas, historia y acceso gratuito
El malecón de Vancouver, especialmente en la zona de Canada Place, es un paseo peatonal que bordea el puerto y ofrece vistas directas al Burrard Inlet. Puedes caminar junto al agua mientras observas las montañas del norte (como Grouse Mountain o Cypress) y el ir y venir de ferries, barcos de carga e hidroaviones que despegan desde el agua como si fueran taxis aéreos. Es gratuito, accesible y muy popular entre locales y turistas.
Las velas que iluminan Vancouver: el barco que nunca zarpa
Las “Sails of Light” son parte del techo del Canada Place, una estructura con forma de velas de barco que se ilumina cada noche con luces LED. Son cinco velas blancas que cambian de color según la ocasión: arcoíris para el Pride, rojo y dorado para el Año Nuevo, o tonos azules y verdes para eventos ambientales. Las luces se controlan digitalmente y pueden sincronizarse con música en eventos especiales. El diseño del techo está inspirado en las velas de un barco para reflejar la historia marítima de Vancouver y su conexión con el océano Pacífico.
Canadian Trail: Un mapa bajo tus pies
Este sendero rodea el perímetro del Canada Place y está compuesto por placas metálicas en el suelo que representan cada provincia y territorio de Canadá. Puedes caminar sobre el mapa del país mientras lees datos curiosos, como el animal oficial de cada región, su población, o su fecha de incorporación a la Confederación. Es una forma interactiva de aprender geografía canadiense sin entrar a un museo.
Qué es FlyOver Canada: vuelo 4D por las maravillas del país
FlyOver Canada es una atracción ubicada dentro del Canada Place que simula un vuelo por todo el país usando tecnología 4D. Te sientas en una plataforma suspendida frente a una pantalla envolvente de 20 metros, y durante 8 minutos “vuelas” sobre paisajes icónicos como las Montañas Rocosas, las praderas, la costa atlántica y las Cataratas del Niágara. Hay efectos de viento, niebla y aromas que coinciden con cada región (por ejemplo, olor a pino en los bosques).
Aeroméxico te lleva, Canada Place te conecta con todo Canadá
Si alguna vez te preguntas cómo se siente recorrer Canadá sin salir de un solo lugar, Canada Place tiene la respuesta. No es solo una estructura llamativa en Vancouver, sino un punto de encuentro entre historia, paisaje y cultura.
Y aunque el viaje comienza en tierra firme, no es raro que muchos lleguen aquí tras cruzar cielos lejanos. Aeroméxico, por ejemplo, conecta México con Vancouver, haciendo posible que esta experiencia esté a solo un vuelo de distancia. ❖
#NuncaDejesDeViajar
América
FIVE NIGHTS AT FREDDY’S y THE WYATT SICKS desatan el TERROR en Halloween Horror Nights
Dos universos oscuros se apoderan de los parques de Universal este otoño.

A partir del 29 de agosto en Universal Orlando Resort y del 4 de septiembre en Universal Studios Hollywood, Halloween Horror Nights ha preparado dos nuevas casas embrujadas que se suman al evento más escalofriante del año: el Halloween Horror Nights. Inspiradas en el exitoso largometraje Five Nights at Freddy’s y en el tenebroso universo de The Wyatt Sicks de la WWE, estas atracciones convertirán cada pasillo en un reto de valentía.
Prepárate para enfrentar sustos inesperados, atmósferas siniestras y criaturas que parecen salidas de tus peores pesadillas.

Del videojuego al FENÓMENO MUNDIAL del TERROR
Five Nights at Freddy’s, también conocido como FNAF, es una franquicia de terror que nació como un videojuego independiente en 2014. Su premisa es sencilla pero perturbadora: eres un guardia de seguridad que trabaja de noche en una pizzería aparentemente normal, hasta que los animatrónicos del lugar comienzan a comportarse de forma muy extraña.

Lo que sigue es una experiencia llena de tensión, sustos repentinos y una historia oscura que ha atrapado a millones de fans alrededor del mundo. El éxito del juego fue tal que dio paso a una saga con múltiples entregas, libros y hasta una película, consolidándose como uno de los fenómenos de terror más importantes de la cultura pop actual.

La casa embrujada: FIVE NIGHTS AT FREDDY’S
Prepárate para adentrarte en los pasillos oscuros y cargados de tensión de la aterradora Freddy Fazbear’s Pizzería. En esta casa embrujada, los visitantes vivirán la historia de Mike, un joven recientemente despedido que, en un intento desesperado por mantener la custodia de su hermana, acepta trabajar como guardia nocturno en este centro de entretenimiento abandonado.

Lo que parece un simple trabajo de seguridad se transforma rápidamente en una pesadilla cuando las criaturas animatrónicas cobran vida y revelan los oscuros secretos que acechan en cada rincón.

Esta escalofriante experiencia sumerge por completo a los visitantes en el mundo de Five Nights at Freddy’s, llevándolos frente a frente con réplicas a tamaño real de los inquietantes personajes de la película: Freddy, Chica, Bonnie, Foxy y Mr. Cupcake.
A lo largo del recorrido, estos siniestros animatrónicos acecharán desde las sombras mientras atraviesas escenarios icónicos como la sala de seguridad y el salón de espectáculos, donde alguna vez entretuvieron y ahora solo provocan escalofríos.

WWE: Más que lucha… Una FÁBRICA DE LEYENDAS.
La WWE (World Wrestling Entertainment) es mucho más que un espectáculo de lucha libre: es una mezcla explosiva de deporte, entretenimiento y narrativa que ha cautivado a millones desde hace décadas. Fundada en 1953, la empresa evolucionó hasta convertirse en un imperio global, creando íconos como The Undertaker, John Cena y Roman Reigns.
Con historias que combinan drama, acción y personajes larger than life (personajes destacables). La WWE ha expandido su universo a películas, videojuegos y ahora… ¡Casas embrujadas!

Terror en el ring: THE WYATT SICKS
Prepárate para una experiencia escalofriante como nunca antes: “WWE presenta: Los Horrores de The Wyatt Sicks”. Esta casa embrujada llevará a los visitantes directo al lado más oscuro del universo de la WWE. Aquí, el miedo tiene nombre propio: Uncle Howdy, un personaje misterioso que lidera al inquietante grupo conocido como The Wyatt Sicks.
Este aterrador equipo nació de la mente creativa del legendario Bray Wyatt, uno de los personajes más enigmáticos y queridos de la WWE. Aunque Bray falleció en 2023, su legado sigue vivo.

Los fans del terror que se animen a seguir la misteriosa luz del farol serán arrastrados directo a la mente retorcida de The Wyatt Sicks. En esta dimensión oscura, cada miembro del grupo gobierna su propio reino de horror. Uncle Howdy no vendrá solo, pues lo acompañarán figuras igual de escalofriantes como Ramblin’ Rabbit, Mercy the Buzzard, Abby the Witch y Huskus the Pig.
Juntos, estarán listos para desatar su venganza sangrienta contra un mundo que los olvidó… y ahora pagarán el precio.

Precios para MORIRSE de MIEDO
Si ya estás planeando lanzarte a esta experiencia terrorífica, toma nota: los boletos para Halloween Horror Nights en Universal Orlando van de los $83 a $103 USD (aproximadamente de $1,567 a $1,945 MXN), dependiendo del día en que asistas.
Por otro lado, en Universal Studios Hollywood, los precios oscilan entre $77 y $107 USD (alrededor de $1,468 a $2,040 MXN). Así que prepárate, el miedo tiene precio, pero vale cada grito.

Para quienes quieran llevarse un pedazo del terror a casa, ambos parques: Universal Orlando Resort y Universal Studios Hollywood ofrecerán merchandising exclusivo y artículos de edición limitada, como ropa, accesorios y coleccionables inspirados en Five Nights at Freddy’s y The Wyatt Sicks. Porque después de tanto susto, seguro vas a querer presumir que sobreviviste. ❖

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