Artesanías
Bertha Miranda García, artesana reconocida por FONART
Bertha Miranda García, artesana mexicana enamora a la gente con la belleza de las artesanías de nuestro país, como un Souvenir
FONART reconoce el arte mexicano a través del Cuarto Concurso Nacional de Grandes Maestros del Patrimonio Artesanal de México 2017. Esta vez se lo llevó Bertha Miranda García, artesana de Guerrero, comunidad Olinalá.
Bertha, al igual que los 22 ganadores, ha pasado por un proceso para obtener el primer lugar. Todos han sido reconocidos previamente con algún galardón, premio especial o algún destacado lugar en un concurso nacional.

Bertha Miranda, orgullo artesano
Para este premio se reconoce lo mejor de lo mejor en donde participaron 208 artesanos de toda la Republica, así, con más de 9 distintas técnicas artesanales. Bertha Miranda García es una artesana sencilla.
Le gusta hablar de su oficio el cual lo aprendió de su marido quien proviene de una familia de laqueros. Sus padres también se dedicaron a la talla de madera, pero haciendo juguetes tradicionales.

Hoy Bertha es el claro ejemplo de que el oficio se aprende también sin ser una herencia obligada, al contrario, encontró en las lacas de Olinalá una forma de expresar su amor a la tierra de donde proviene, Guerrero.
Desde los 16 años Bertha Miranda García Artesana, a pesar de su miopía, se propuso a rescatar este arte y con toda la dedicación ha creado cajas de madera para después decorarlas y así mejorar la técnica día con día.

La pieza, la técnica y la dedicación
Hoy ella le enseña a su hija a elaborar creaciones propias para que un día este arte continúe entre su familia. La pieza de Bertha Miranda García, artesana trata de un baúl o caja de madera de Lináloe.
A pincel con flores, jaguares, venados, zorros, mariposas, garzas y pajaritos. Esta técnica es mejor conocida como laqueado. Para el detallar las figuras del decorado se utiliza un pelo de gato. La más rigurosa técnica.

“Me tardé un mes en elaborarlo pero valió la pena” dice Bertha. Al preguntarle: ¿Qué fue lo que más le costó trabajo? Sonriendo dijo: “Creo que al elaborar una pieza como esta, involucras amor, sentimientos…”
“…Todo eso al final es valorado, por lo tanto, no te pesa nada hacer una pieza como esta, el esfuerzo dio frutos”. El baúl de Olinalá es arte mexicano, te puedes pasar un buen rato viendo la pieza de Bertha.
Animales, cinteado (que ella le llama líneas de vida), rameado, flores, grecas, espárragos, carmín, polen y otras detalladas figuras, son el lenguaje que ya se conoce entre los artesanos como parte del oficio.

Olinalá, comunidad de historia y tradición
Ubicada en Guerrero, es una comunidad de artesanos que se dedican hacer cajas, baúles y cofres. Además, de laquear muebles, guajes y otros artículos de acuerdo a la demanda y gustos de los clientes ¡No dejes de visitarlo!
El árbol de lináloe es una especie en peligro de extinción, de acuerdo a los artesanos, al cortar un árbol ellos tienen la encomienda de plantar otro. También utilizan otras maderas.

El árbol destila una esencia que caracteriza a las cajas de Olinalá. Cuando abres un cofre, estás percibiendo el aroma característico del aceite del árbol.
Para el decorado de los cofres, los artesanos utilizan pinturas de colores primarios para después hacer sus propias combinaciones y matizar su obra de arte mexicano. El trabajo es arduo y se nota.

FONART, Institución para el reconocimiento
Para este año El Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías FONART, convocó a este concurso con una bolsa de premios que asciende a 1,100,000 MXN repartidos en 9 categorías y subcategorías, menciones honorificas, etc.
Este premio no solo es un esfuerzo de la institución, también de fundaciones como: Fundación Roberto Hernández Ramírez, Fundación Alfredo Harp Helú y el Fomento Cultural Banamex.

La Directora de FONART la Maestra Liliana Romero dijo al entregar los premios que: “Es muy importante reconocer a los maestros que han dedicado su vida a resguardar y transmitir su conocimiento.”
Eso es patrimonio, la sabiduría y el conocimiento vienen plasmados en la cabeza y el corazón. Reconocer los orígenes de nuestra historia, de donde emanamos costumbre y esencia de tradiciones. Las costumbre son vastas.

“La gente, al ver nuestra artesanía se enamora mas de nuestro país y se lleva un pedacito de México a sus casas”, dijo Romero cerrando con ello las actividades del 2017.
No dejes de reconocer el trabajo mexicano y #NuncaDejesdeViajar

Artesanías
Los TIKI MUG: Un souvenir ANCESTRAL
Inspirados en la cultura polinesia y siendo un símbolo del divertido y relajado ambiente playero, estos vasos tienen consigo una historia que muy pocos conocen…
En el mundo del turismo, un souvenir no es solo una compra… Es un símbolo de un momento significativo de nuestro viaje. Cada lugar tiene un símbolo propio; y, por si te lo preguntabas, la isla polinesia —que abarca Hawái, Nueva Zelanda y Pascua— tiene un símbolo bastante curioso, que se vuelve ancestral y útil al mismo tiempo… Se trata de los tiki mug.

¿Qué son los TIKI MUG?
Antes de saber qué son los tiki mug, tienes que saber que el tiki es el nombre de las enormes estatuas de roca o madera que suelen realizarse en la cultura polinesia. Estas esculturas tienen un profundo significado espiritual, pues son consideradas símbolos sagrados, asociados con dioses y antepasados, y eran usadas para delimitar espacios.

Pero, curiosamente, fue en los años 30 que tuvieron su auge en Estados Unidos, cuando los soldados regresaban del Pacífico con grandes recuerdos e historias. Sin embargo, no fue hasta 1940 cuando se creó el primer tiki mug —hecho de cerámica y a veces de madera, para conservar la tradición— inspirado por la excentricidad y el estilo artístico de las esculturas tiki.

Desde entonces, estos recipientes comenzaron a popularizarse en la cultura moderna, siendo inspiración para cocteles y bebidas, dándoles un aire fresco, divertido, relajado, y convirtiéndose en un objeto de colección para algunos aficionados.

Los tiki mug, o vasos tiki, se convirtieron en un guiño de entrelazamiento entre la cultura polinesia y el mundo moderno. De hecho, muchas bebidas estaban creadas para ser servidas en un tuki mug, como Mai Tai: un cóctel de ron, curasao, horchata y lima que era sagradamente servido en un vaso tiki. Así que, si eres fanático de las bebidas tropicales, agradecerás tener uno de estos vasos en tu alacena.

El RESPETO detrás del SOUVENIR
Desgraciadamente, los vasos tiki no están fuera de polémica. El uso de las figuras representativas, sin tener la debida información sobre sus raíces y significados, implica un fuerte debate ético. Y es que recordemos que se trata de símbolos sagrados para la cultura polinesia, por lo que regalarlo o poseer uno también debería implicar el entender su simbología con conciencia y respeto, algo que sin duda enriquece su valor.

De hecho, si te gustaría tener uno de estos vasos, lo ideal sería evitar las figuras con deidades. Puedes reconocerlas gracias a sus posturas y sus rasgos. Por ejemplo, una postura agresiva puede ser clave para un dios de la guerra, mientras que una postura serena es símbolo de un dios de paz. Aunque en la actualidad, la fabricación de vasos tiki se realiza con figuras genéricas.

El estilo tiki es inspiración para cientos de bares y restaurantes, pues evoca un ambiente tropical y refrescante. Beber en un tiki mug nos transmite esa calidez y armonía que solo puede ofrecer el Pacífico. Y a lo largo de los años, los vasos tiki han ido evolucionando, creando piezas únicas alrededor del mundo, y convirtiéndose en una pieza asequible.

La BELLEZA de los TIKI MUG
Aunque pueda parecer un simple vaso decorativo, cada figura simboliza más que un objeto material. Poseer o regalar un tiki mug es compartir la cultura, conectando con mundos lejanos y reviviendo historias. Así que te invitamos a descubrir un objeto que por muchos años ha sido visto como una simple herramienta ornamental, pero que lleva consigo miles de historias… ❖

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Artesanías
El ELEFANTE de SÁNDALO: Un souvenir que GUARDA el ALMA
Tallado con precisión y lleno de simbolismo, este pequeño tesoro artesanal refleja la espiritualidad, la fortuna y la tradición que envuelven a la India.
¿Te imaginas tener en tus manos una pequeña obra de arte que encierra a otra en su interior? Así es el famoso elefante de sándalo de la India: un souvenir que no solo conquista por su belleza, sino por el misterio que guarda dentro. Más que una simple figura tallada, representa siglos de tradición artesanal y una conexión espiritual que ha pasado de generación en generación.
Un SOUVENIR con ALMA propia
El Jali Elephant, o mejor conocido como elefante de sándalo, es uno de los recuerdos más buscados por los viajeros que visitan la India. Cada pieza es única, tallada a mano con una precisión milimétrica. Lo más increíble es que dentro del cuerpo hueco del elefante, se encuentra un elefante mucho más pequeño, tallado sin cortar la pieza exterior. Este detalle convierte a cada figura en un símbolo de sabiduría interior y protección familiar.
El proceso de creación de este elefante de madera requiere de paciencia y habilidad impresionantes. Los artesanos utilizan maderas nobles como el sándalo, el palo de rosa o la teca. Con herramientas diminutas, van perforando la figura hasta liberar al pequeño elefante que vive dentro. Es un trabajo tan minucioso que un solo ejemplar puede tardar semanas en completarse.
En la cultura india, el elefante simboliza fuerza, sabiduría y buena suerte. Es por eso que el elefante de sándalo suele colocarse en la entrada del hogar o en los altares familiares. Si su trompa está levantada, se cree que atrae prosperidad y felicidad. Además, su doble figura representa el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu… Entre lo exterior y lo interior.
¿Dónde encontrar al ELEFANTE de SÁNDALO?
Si viajas a la India, podrás encontrar elefantes de sándalo en mercados como Johari Bazaar o Bapu Bazaar en Jaipur, o en el famoso Dilli Haat en Nueva Delhi. También los hay en Mysore, conocidos por sus tallados en sándalo aromático. En cada región, el estilo cambia un poco, pero la esencia sigue siendo la misma: La conexión entre arte y espiritualidad.
Los precios varían según el tamaño y el tipo de madera. Puedes encontrar piezas pequeñas desde 400 rupias (unos $4.50 USD o $85 MXN) y esculturas grandes o de sándalo fino por más de 10,000 rupias (alrededor de $113 USD o $2,085 MXN). Cada elefante de madera es una pieza artesanal irrepetible, por lo que más que un souvenir, es una inversión en arte y tradición.
El valor de los ELEFANTES
En la India, los elefantes son considerados como animales sagrados, pues representan al dios Ganesha: un símbolo de la sabiduría y los nuevos comienzos.
Llevarte un elefante de sándalo de la India es llevarte una parte de historia, su espiritualidad y arte. Si alguna vez visitas este país, no dudes en buscar alguno… Te aseguramos que será el mejor guardián de tus recuerdos. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Artesanías
Las CAJAS de OLINALÁ: La artesanía que GUARDA SECRETOS en el sur de MÉXICO
Naciendo en el estado de Guerrero, estas cajas de aroma tan especial son conocidas como una de las artesanías más bellas del sur…
Las Cajas de Olinalá reciben su nombre del municipio de Olinalá, en Guerrero, que proviene de la palabra náhuatl “ollinallan“, que significa “lugar donde la tierra tiembla”. Es en esta zona rural en donde abundan los aromáticos árboles de Linaloé, que son utilizados para hacer estas famosas cajas, que presumen de una belleza inigualable, conservando dentro de sí, y casi como un secreto, un dulce aroma amaderado…

¿De DÓNDE SURGEN las CAJAS de OLINALÁ?
Antes de empezar, tienes que saber que el Olinalá es por sí sola una técnica de laqueado con decoración, que consiste en colocar varias bases de pintura para después rasparla y crear figuras. Esta técnica se realizaba desde antes de la colonia española, y el objeto más popular para aplicarla son sin duda, las cajas.
Sus materias primas y herramientas son todas de origen natural, comenzando con la madera del linaloé con la que se elaboran las piezas. Para el color base y el decorado, se utiliza el polvo de piedras como el tezontle o el carbón, así como pigmentos hechos a base de plantas naturales o flores.

Las resinas son hechas con ajo, chía o linaza. Y para el pulido, limpieza, grabado y decorado, se utilizan como herramientas el cuarzo, las espinas de huizache, el algodón natural, la cola de venado y las plumas. Los talleres de Olinalá son casi siempre familiares… Herencia de los abuelos de los abuelos. Y aunque la técnica es la misma, cada dibujo se hace al momento, lo que significa que cada pieza es única, pues aunque puedan parecerse entre sí, ninguna es igual a otra.

Todo es hecho a mano en cada una de sus etapas. Desde la mezcla del color de la base, así como el grabado y el decorado. Aquí no existen los atajos, dando como resultado una pieza que tarda en hacerse y secarse hasta 15 días. Eso sí, las piezas grandes o de concurso pueden tardar en terminarse hasta un año y medio.

La ELABORACIÓN de las CAJAS de OLINALÁ
El proceso para elaborar una Caja de Olinalá es muy meticuloso y requiere de paciencia, precisión y atención al detalle. Todo comienza con el corte del árbol, el secado y el tratado de la madera para evitar plagas. Las cajitas las elabora un carpintero, pero el artesano resana las hendiduras naturales y lija con delicadeza los bordes hasta dejarlos suaves.

Una vez lista la caja, se pega la tapa con el cuerpo para trabajarla como una sola pieza. Se barniza con una mezcla de tezontle y aceite de linaza con chía y se deja secar. El color base para la pieza se elige en ese momento, y aunque el más popular es el negro, se pueden elegir muchos otros más.

Esta base se aplica sobre una capa de resina para que se adhiera bien a la caja, y se lija con cuarzo para fijar el color base a la madera. Después de eso inicia el grabado… El artesano decide qué va a dibujar; los motivos son principalmente animales y plantas endémicas de la zona.

Este proceso se divide en tres partes: el tallado vaciado, que hace el relieve. El dorado a pincel, que es cuando se decora la cajita con más motivos. Y el rallado punteado, que es cuando se le colocan los característicos patrones punteados de las Cajas de Olinalá, que le dan textura y movimiento.

El VALOR de las CAJITAS
El valor de las Cajas de Olinalá no es caro, si consideras el gran trabajo que conlleva. Una Caja de Olinalá clásica pequeña, tipo alhajero, cuesta alrededor de $300 MXN ($16 USD). Pero también existen piezas decorativas, como bateas de más de 1 metro de diámetro, con un valor que puede alcanzar hasta los $180,000 MXN ($9,795 USD).

También puedes encontrar el estilo del Olinalá en otros objetos, como servilleteros, lapiceras, portarretratos, fruteros, biombos y más. Lamentablemente, mucha gente no está dispuesta a pagar el precio justo de este trabajo, haciendo que varios talleres se vean obligados a agregar a su catálogo piezas más económicas hechas con otras maderas.

Aún así, nadie se atreve a poner en duda la belleza de estas curiosas cajas, que logran deslumbrar hasta a la persona menos apasionado al arte. Y es que, por ahí Antonio I. Delgado cantaba: “Guerrero es una cajita pintada en Olinalá, abre pronto la cajita, ábrela pronto, ábrela…” Así que, abre una Caja de Olinalá y descubre esta artesanía única con aroma a Guerrero… ❖
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