

América
5 motivos para visitar el Gran Cañón del Colorado
Observación de estrellas, turismo de aventura y hasta vuelos por los aires, son tan solo algunas razones para visitar este majestuoso cañón.
Mucho se ha hablado de visitar el Gran Cañón del Colorado, pero pocos son los que realmente toman la decisión de llevarlo a la realidad ¿Será que aún no tienen idea de que este lugar le quita el respiro a cualquiera?…
El Gran Cañón del Colorado es uno de los mayores atractivos naturales que ofrece América del Norte. Cada vez son más los viajeros de habla hispana que deciden sacar su visa Estados Unidos para visitar este espectacular paraje natural.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Grand Canyon National Park
Visitar el Cañón del Colorado, Parque Nacional
Ubicado en el desierto de Arizona, con tramos cercanos a Utah, este parque nacional es una auténtica belleza de la naturaleza.
Un paisaje único en el mundo que es anualmente es frecuentado por cinco millones de visitantes que se quedan sorprendidos por sus características geológicas y su color rojizo que dan cobijo al famoso río Colorado.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Pablo Canales Perez
Si ya te estás animando a conocer esta maravilla de la naturaleza, entonces sigue leyendo porque aquí te vamos a decir las 5 razones para visitar el Gran Cañón del Colorado.
Conoce a un Patrimonio de la Humanidad
Contemplar uno de los primeros bienes naturales declarados Patrimonio de la Humanidad es motivo más que suficiente para visitar el Gran Cañón del Colorado.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Grand Canyon NP 2
Este parque recibió esta declaración por parte de la UNESCO en el año 1979. Una de sus particularidades es que el río no se ve desde todos los puntos, por lo que alcanzar a verlo puede ser una buena excusa para empezar a recorrer el cañón.
Obtén las mejores vistas son aéreas
¿Alguna vez has subido en helicóptero? Pues aquí tienes una oportunidad para vivir esta experiencia por primera vez; y además sería sobre un paisaje espectacular.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Ken Mist
El vuelo en helicóptero por el Gran Cañón del Colorado es una de las actividades más solicitadas de las que pueden realizarse en el parque.
Este viaje tiene una duración de entre 25 y 50 minutos, en función del presupuesto disponible, y suele llevar una locución en varios idiomas, español incluido, que explica la historia y otras curiosidades de este paraje natural.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Antonio García
Otra opción más relajada aunque no exenta de emoción es contemplar las vistas desde una pasarela de vidrio llamada Skywalk.
Practica deportes de aventura en el Gran Cañón del Colorado
El tercer motivo para visitar el Gran Cañón es la posibilidad de practicar deportes de aventura. Hay muchas rutas de senderismo de diferente duración, algunas de hasta tres días, que transcurren por los puntos más emblemáticos.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Ivan PC
Los amantes de esta modalidad deportiva tiene aquí un entorno ideal para disfrutar de la naturaleza. Y es que pocas rutas en el mundo pueden compararse a las propuestas en este parque de Arizona.
Además de realizar excursiones a pie, también es posible subirse a un bote y recorrer varios tramos del río Colorado.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto KW Rench
Es una auténtica aventura que aporta una perspectiva desde abajo, muy diferente de la que se contempla desde arriba, ya que la diferencia entre ambos puntos puede llegar a ser de 800 metros.
Conoce a las tribus de Arizona
Conocer los últimos vestigios de las tribus que dominaron las tierras de Arizona hace dos siglos es otro motivo para visitar este parque.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Simon Q 2
Los responsables de los accesos suelen ser personas de descendencia indígena que tratan de mantener y cuidar la tierra de sus antepasados.
Conoce sus costumbres, rituales, deidades y todo aquello que los convertía en etnias responsables con la naturaleza y los elementos de la tierra.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Frank Ukriede
Observa el espacio sideral más encantador
Parece increíble que visitar el Gran Cañón del Colorado tiene grandes sorpresas y hacerlo por la noche es una más de ellas. Debes saber que al estado de Arizona se le considera la capital del astroturismo de todo Estados Unidos.
lo anterior es porque cuenta con más lugares certificados como Dark Sky Place que cualquier otro estado del país. Todo ello avalado por la Asociación Internacional de Cielo Oscuro que preserva los cielos nocturnos y sobre todo, es amigable con las estrellas.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Beureau Land Management
El Gran Cañon del Colorado es uno de los diez Parques de Arizona protegidos como patrimonio científico, natural y educativo; pero en especial porque gracias a los cielos nocturnos “la mitad del parque es de noche”.
Imagina una noche despejada de camping; podrás ver Mercurio, Marte, Júpiter, la galaxia de Andrómeda y estrellas en todo su esplendor ¡Hasta la más pequeña brilla”.

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Bureau of Land Managment
Tip extra:
Forma parte de la famosa Ruta 66 que conecta Chicago y Los Ángeles. Además, puede ser el punto de partida para un viaje que después continuará en Las Vegas y recorrerá California.
No olvides que el Gran Cañón del Colorado está cumpliendo cien años como Monumento Nacional y es el pretexto ideal para celebrar con una de las maravillas más encantadoras encantadoras de nuestro planeta; ¿Qué esperas, quieres más pretextos?

Visitar el Gran Cañon del Colorado. Foto Horseshoe bend Leolytics
América
Entre REJAS y MEMORIA. Conoce el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé
Lo que antes fue una cárcel femenil, ahora es un sitio turístico en donde podrás aprender sobre la vida dentro de la cárcel en Argentina.

En pleno corazón del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, Argentina, se alza un edificio que guarda más de dos siglos de historia. Se trata del Museo Penitenciario Antonio Ballvé: un lugar que alguna vez funcionó como cárcel de mujeres y que después abrió sus puertas como museo. Sus muros de piedra, pasillos estrechos y celdas silenciosas transportan al visitante a un tiempo donde la privación de la libertad convivía con la disciplina religiosa, las luchas sociales y los cambios en la justicia…

De misión jesuítica a CÁRCEL de MUJERES
La historia de este edificio comienza en 1735, cuando los jesuitas iniciaron la construcción de un complejo que incluía iglesia, colegio y casa de ejercicios espirituales. Tras la expulsión de la orden en 1767, el inmueble atravesó distintos usos: depósito, hospital y prisión de deudores. No fue sino hasta finales del siglo XIX que el lugar fue destinado al Asilo Correccional de Mujeres, bajo la congregación del Buen Pastor.

Allí convivieron mujeres procesadas por delitos comunes, menores de edad y hasta internas consideradas de “vida disipada” (exceso y libertinaje). Con el tiempo, la institución pasó a manos del Servicio Penitenciario Federal, que en 1978 trasladó a las reclusas a otra unidad en Ezeiza. Ese hecho marcó el inicio de una nueva etapa: la transformación del espacio en un museo.

Finalmente, en 1980 se inauguró oficialmente el Museo Penitenciario, en honor a Antonio Ballvé, quien fue director de la antigua Penitenciaría Nacional y pionero en la organización del sistema penitenciario argentino.

¿Qué encontrarás en el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé?
Hoy, los visitantes del Museo Penitenciario pueden recorrer un sitio donde la arquitectura colonial se mezcla con la memoria carcelaria. Algunos de sus atractivos más destacados son la Capilla de Nuestra Señora del Carmen: uno de los espacios mejor conservados del antiguo complejo jesuita.

También hay salas que exhiben trajes a rayas, grilletes, mobiliario carcelario y herramientas utilizadas por internos y autoridades. Hay documentación histórica que incluye fotografías, expedientes criminológicos, revistas y publicaciones penitenciarias. Esto se complementa con recorridos guiados que te permiten comprender el rol de la prisión en la historia argentina y el impacto social que tuvo la reclusión femenina.

El museo no solo exhibe objetos, sino que también ofrece una mirada crítica sobre la evolución del sistema penitenciario, el papel de la religión en la disciplina y el lugar de la mujer dentro de estas instituciones.

Una visita PRÁCTICA y ENRIQUECEDORA
El Museo Penitenciario Argentino Antonio Ballvé se encuentra en Humberto Primero 378, San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es gratuita; sin embargo, solamente abre dos días a la semana: martes y sábados de 11:00 a.m. a 03:00 p.m.

El recorrido suele tomar entre 30 y 45 minutos, siendo ideal para combinarlo con otros atractivos de San Telmo, como el Mercado, la Plaza Dorrego o el Museo de Arte Moderno. Es una visita recomendable para quienes disfrutan del turismo cultural e histórico, y en especial para aquellos interesados en la memoria social y las transformaciones urbanas de Buenos Aires.

Y es que el Museo Penitenciario es mucho más que un conjunto de salas con objetos antiguos: es un espacio de reflexión sobre la privación de la libertad, las políticas penitenciarias y la condición femenina en épocas pasadas de Argentina. La reconversión de una cárcel en un centro cultural lo convierte en un símbolo de transformación, donde los muros que antes callaban ahora se dedican a contar historias…

Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
América
¿Cómo volar en ALA DELTA en RÍO de JANEIRO? Vive una AVENTURA libre en el CIELO
Deslízate entre montañas, mar y selva en una experiencia que combina adrenalina, paisajes únicos y la emoción de volar en los cielos brasileños.

¿Te imaginas flotar sobre playas, montañas y la jungla urbana con una vista única del Cristo Redentor? Pues esto es posible con la popular experiencia de volar en ala delta por los cielos de Río de Janeiro, en Brasil. Y aquí te contamos cómo puedes vivir ese momento de libertad aérea que muchos sueñan tener…
Ala Delta: La MAGIA de VOLAR SIN MOTOR
El ala delta es una modalidad de vuelo libre donde el piloto va suspendido en un arnés bajo un ala rígida. No hay motor, solo viento y control aerodinámico. En Río de Janeiro, esta experiencia se realiza en tándem (conjunto de dos personas), junto a un instructor experto que se encarga del despegue, el planeo y el aterrizaje, mientras tú disfrutas el paisaje sin preocuparte por nada más.
Cómo LLEGAR al punto de DESPEGUE
La aventura del ala delta comienza mucho antes del vuelo. Lo más común es que te encuentres con tu instructor en la Playa de São Conrado, donde te llevará en transporte hasta la cima de Pedra Bonita. El recorrido sube por la Estrada das Canoas: una ruta pavimentada de unos 7 km llena de curvas y vistas panorámicas. En pocos minutos estarás en la pista de lanzamiento, con la ciudad a tus pies y el corazón acelerado.
El punto más famoso para practicar ala delta en Río es la rampa de Pedra Bonita, ubicada dentro del Parque Nacional de la Tijuca. Desde allí te lanzas directo hacia el océano y aterrizas en la Playa de Pepino, en el barrio de São Conrado. La vista es simplemente espectacular, aquí se combinan varios escenarios que parecen sacados de una postal.
La EXPERIENCIA del VUELO: De la PLAYA al CIELO
Una vez en la cima, comienza la emoción. Tu instructor de ala delta te colocará un arnés de seguridad, te explicará los movimientos y harán unas carreras de prueba. Luego, llega el gran momento: cuentan hasta tres y… ¡A volar!
El impulso inicial te eleva sobre el bosque, y en cuestión de segundos estás flotando sobre Río. Sientes el viento en la cara, el silencio del aire y una calma increíble. El piloto se encarga de controlar el ala, mientras tú solo disfrutas del paseo. Los vuelos suelen durar entre 8 y 15 minutos, dependiendo del clima y la fuerza del viento.
PAISAJES que TE DEJAN SIN ALIENTO
Durante el vuelo en Ala Delta, verás lo mejor de Río desde una perspectiva privilegiada: el Cristo Redentor, la Bahía de Guanabara, el Atlántico y los contrastes entre la jungla y la ciudad. El aterrizaje es suave, justo sobre la arena de la Playa. Además, muchas empresas incluyen fotos y videos GoPro, así que podrás revivir ese momento una y otra vez.
Un DATO CURIOSO sobre el Ala Delta en Río
¿Sabías que Río de Janeiro es uno de los destinos más visitados del mundo para practicar ala delta? Cada año, miles de viajeros llegan solo para lanzarse desde Pedra Bonita: un punto tan icónico que ha aparecido en documentales internacionales. Además, la Federación Brasileña de Vuelo Libre organiza aquí campeonatos y eventos, consolidando a Río como el epicentro del turismo de aventura en Brasil.
PRECIOS y DETALLES del ala delta en RÍO de JANEIRO
El costo promedio de un vuelo en ala delta ronda entre $800 y $880 BRL (aproximadamente $2,750 y $3,000 MXN o $150 y $165 USD o) dependiendo del tipo de cambio. Algunos paquetes incluyen transporte, video, fotografías y certificado de vuelo. La mayoría de los instructores acepta reservas con anticipación y pagos en línea.
Si te mueve la aventura y quieres ver Río de Janeiro desde otra perspectiva, el ala delta es una experiencia que simplemente debes vivir. No necesitas experiencia previa, solo ganas de volar y de dejarte llevar por la magia de los paisajes de Brasil. ❖
#NuncaDejesDeViajar
América
PANIOLOS: Los vaqueros HAWAIANOS que conquistaron el PACÍFICO
Cuando piensas en cowboys, seguramente imaginas el Viejo Oeste o las extensas haciendas mexicanas. Sin embargo, a cientos de kilómetros, en medio del océano Pacífico, Hawái también tiene su propia tradición vaquera.

La historia de los Paniolos comienza en 1793, cuando el capitán y explorador británico, George Vancouver, regaló al rey Kamehameha I un pequeño grupo de reses. La idea del rey era prohibir su caza durante 10 años para que estos se reprodujeran, pero aquellos animales, sin depredadores naturales en Hawái, se multiplicaron rápidamente y comenzaron a causar estragos en la vida cotidiana de las aldeas hawaianas, arrasando los cultivos y dañando los campos.
Ante la magnitud del problema, el rey permitió cazarlos, pero la tarea era complicada y se necesitaba un método más organizado para controlarlos…

La llegada de los VAQUEROS MEXICANOS
En 1832, durante el reinado de Kamehameha III, se invitó a expertos en manejo de ganado provenientes de California, entonces territorio mexicano. Ellos trajeron consigo la doma del caballo, el uso del lazo, la construcción de corrales y todo el conocimiento del mundo vaquero. Los hawaianos los llamaban “Españoles”, y con el paso del tiempo esa palabra se transformó en “Paniolo”. Desde entonces, la tradición vaquera quedó arraigada en el corazón de las islas.

Y aunque las técnicas iniciales eran las de los vaqueros mexicanos, los hawaianos pronto las adaptaron a su entorno volcánico y a su cultura. Los sombreros se tejían con fibras locales y se adornaban con guirnaldas de flores; las monturas se enriquecían con artesanía propia y hasta la música cambió: la guitarra, introducida por aquellos vaqueros mexicanos, se fusionó con melodías isleñas, dando origen al célebre estilo slack-key guitar.

Incluso en la alimentación dejaron huella, pues se popularizó la pipikaula: una carne de res salada y seca que servía como alimento práctico para largas jornadas en el campo. Pero el reconocimiento internacional de los paniolos no llegó hasta 1908, cuando tres jinetes hawaianos participaron en el rodeo de Cheyenne, Wyoming.
Entre ellos, Ikua Purdy sorprendió al mundo al ganar la prueba de lazo de novillos, demostrando que los cowboys del Pacífico podían estar a la altura de los más experimentados del continente.

¿Dónde ver a los PANIOLOS hoy en DÍA?
En la actualidad, la tradición paniola sigue viva y forma parte esencial del turismo cultural de Hawái. En la Gran Isla se encuentra el Parker Ranch, uno de los ranchos más antiguos y extensos de Estados Unidos. Ahí es posible recorrer exposiciones históricas, ver colecciones de sillas, lazos y trajes originales, además de participar en actividades relativas a la cultura paniola.

En la isla de Maui, la región de Upcountry conserva el ambiente ranchero, y en el pueblo de Makawao aún se celebran rodeos y festivales donde los Paniolos muestran sus destrezas. También en distintas islas se organizan las llamadas Pā‘ū Parades: coloridos desfiles en donde los jinetes visten sus trajes tradicionales y cabalgan caballos decorados con flores. Las mujeres también son parte fundamental de la cultura paniola.

Pero para quienes buscan una experiencia más cercana, existen empresas turísticas que ofrecen cabalgatas guiadas por paisajes volcánicos. Aquí podrás sentirte parte del legado paniolo mientras recorres praderas, respiras el aire fresco de las montañas y aprendes sobre el día a día de los vaqueros isleños.
Estas actividades permiten ver de primera mano que, más allá de las playas y el surf, Hawái también es tierra de caballos y lazos.

Los PANIOLOS: El legado que CABALGA en el PACÍFICO
Los Paniolos no solo solucionaron un problema de ganado en el pasado de Hawái, sino que también dieron a las islas una identidad única que combina influencias mexicanas con el espíritu hawaiano. Hoy, recorrer sus ranchos, asistir a un rodeo o escuchar la música que nació en sus fogatas es descubrir una cara distinta y sorprendente de Hawái: un lugar donde el vaquero lleva sombrero de flores y cabalga al ritmo de las olas… ❖

#NuncaDejesDeViajar
-
Jalisco
La COPA del SOL: Las mejores VISTAS de JALISCO
-
Noticias
ORLANDO: La CAPITAL de los PARQUES TEMÁTICOS y sus NOVEDADES este 2025
-
América
Mount Washington COG RAILWAY: Un tren OBLIGATORIO para AMANTES —y no amantes— de LOS TRENES
-
Bebidas
RUTA del CAFÉ en Chiapas: Un viaje al corazón del SOCONUSCO y la FINCA ARGOVIA
-
Tips de Viaje
¿Cómo APARECER en las PANTALLAS de TIMES SQUARE?
-
CDMX
EAT SPAIN DRINK SPAIN: El nuevo FESTIVAL de GASTRONOMÍA ESPAÑOLA en la CDMX
-
Museos
MUSEO del VIDRIO de CORNING: ARTE y CIENCIA muy cerca de NUEVA YORK
-
CDMX
DINOEXCAVA y DINOSAURIUM: Las experiencias de DINOSAURIOS en la CDMX