Artesanías
Frida Kahlo está viva ¡Y puedes conocerla aquí!
Frida Kahlo esta viva cocinando moles, pintando tlayudas y tomándose fotos con los visitantes que llegan a conocer Ocotlán, ¡en Oaxaca!
Frida Kahlo ¡está viva! con sus tocados de flores en su gris cabello y cocinando mientras canta canciones mexicanas que se escuchan en la radio.
Iba de paso por la capital de Oaxaca cuando uno de mis familiares me recomendó ir a visitar a Frida Kahlo. Pensé que era una broma, pero juntos nos fuimos a Ocotlán para descubrir que lo que me habían dicho era cierto.

¿Te lo imaginabas?
La emoción de conocerla me invadió, pasamos por la calle 16 de Septiembre la cual recorre el poblado de norte a sur.
Al entrar al pueblo vi algunas viviendas clásicas de la época colonial y porfirista. Adobe y viguería de madera; trazos urbanos y balcones de hierro aparecen en primeros pisos, eso sí, con llamativos colores.
Frida Kahlo está viva entre moles y chapulines
Sin embargo entramos al Mercado Morelos viendo gratas sorpresas culinarias. Aromas a carbón, quesillo, hierbas, carnes y frutas frescas.
Marchantes gritando la venta de tlayudas, chapulines y pan. Buscamos la zona de comida donde por fin Frida Kahlo apareció ante nosotros como una bella ilusión.
No podía creer el parecido que Doña Beatriz tiene con la pintora mexicana, cocinera desde hace mucho tiempo; entre cazuelas de barro y estofados de Oaxaca Doña Beatriz lleva 30 años representando a Frida Kahlo.
La Cocina de Frida Kahlo y sus sabores
El parecido es asombroso y su sazón de igual forma nos sorprendió ya que lo que sea que pruebes, está delicioso.
Su local llamado La Cocina de Frida sirve exquisitos moles -característicos de Oaxaca-, al igual pedimos un vaso de agua fresca con exóticos sabores como Maracuya o Chilacayote.
El arte también se plasma en la comida
Sus tlayudas son una fascinación para quien busca la tradición culinaria, creando un lienzo como si de sus pinturas se tratasen:
En su paleta de colores se percibe el asiento, frijoles, salsa, tasajo y quesillo colocado cual pinceles y óleo en un bastidor.
Prepara la cámara porque debes tomarte una foto
Muchos visitantes llegaban al igual que nosotros para tomarse una foto, Frida Kahlo con la sonrisa y esa pose de diva abrazaba a todos los turistas y viajeros.
Después pedían mesa como nosotros para degustar también sopas cómo la de guías de calabaza y antojitos oaxaqueños con excelente sabor.
Frida Kahlo está viva
La comida es siempre diversa y Doña Bety consiente a cada comensal con su ternura mientras se acerca y platica con cada uno brindando una excelente atención.
Moviéndose de un lado a otro con su delantal bordado, un collar y esas blusas oaxaqueñas decoradas con aves y flores.
Ahora puedo decir que mi primo tenía razón: Frida Kahlo está viva, cocina mole, vive en Ocotlán y ¡se toma fotografías!
Ocotlán es tan cautivador
Al salir descansamos en el Parque de Ocotlán, un entorno completamente rural, las bancas, los árboles, el Palacio Municipal con sus murales exquisitos y los coloridos portales relatan la historia del pueblo.
Ahí pasamos un par de minutos reconociendo a la gente que va y viene, entra al mercado a realizar sus compras, subiendo a su cabeza las bolsas llenas de vegetales frescos para después dirigirse a los barrios del pueblo.
Las paradas obligadas después de conocer a la viva Frida Kahlo
La Iglesia de Santo Domingo tiene 5 nichos en su fachada, un corredor arbolado y el color azul de su estructura es algo que me motivó a tomar fotografías de cada uno de sus detalles.
El interior es muy bonito, su cúpula y la decoración con flores aromáticas, enramados de roca y santos griales.

No te lo puedes perder…
Al costado de la iglesia nos encontramos con el Ex Convento de Santo Domingo, hoy ocupa el Museo del pueblo; recientemente fue restaurado para poder apreciar el arte de oaxaqueños y artesanos mexicanos.
Este recinto dominico está bellamente decorado con cenefas y espacios que supervisó Rodolfo Morales, uno de los pintores más emblemáticos del estado y del pueblo.
Un pintor oaxaqueño de gran fama mundial
Escuchando comentarios de los trabajadores en el museo nos dijeron que cerca de ahí está la casa del pintor, hoy una fundación que se encarga de enseñar a pobladores las artes gráficas y plásticas.
Mientras tanto me atreví a tocar la puerta para descubrir el ambiente que rodeó al pintor en sus exitosos años.
La premiada cocina de Rodolfo Morales
La familia del maestro Rodolfo Morales pone sumo cuidado a todas las pertenencias (fotografías, artesanías, reconocimientos) y obras del pintor.
La casa también cuenta con una cocina que ha sido premiada por su tradicional decoración con olla, jarritos de barro y mosaicos.
Fue fascinante vivir el recorrido de la mano de un familiar directo del artista. Si tienes oportunidad y tiempo, vale la pena tocar la puerta.
Ocotlán es fiesta y misticismo
En la noche me tocó vivir una de las verbenas del pueblo -donde Frida Kahlo también estaba-, se conocen como Citas Españolas.
Así mismo debes saber que la música, misas, comida, mezcal y jaripeo se hacen presentes en varias partes de Ocotlán. Éstas celebraciones se hacen los miércoles de cuaresma.

Algo que me llamó la atención fue el Cerro de María Sánchez cuyas leyendas alrededor del lugar son místicas, en el que una mujer se aparece cada noche regalando una experiencia sobrenatural.
Desde aquí comienza la ruta de artesanías
Siempre te quedas con ganas de hacer más cosas y entre ellas es iniciar la ruta de las artesanías a sus comunidades aledañas como Tilcajete (cuna del alebrije) y Santo Domingo Jalieza (artesanos de telar de cintura).
Por lo tanto, visitar Ocotlán es conocer un pueblo histórico lleno de contrastes indígenas y españoles. Ocotlán es comer delicioso y tener una experiencia ancestral con los ingredientes milenarios.
Ahora sabes que Frida Kahlo ¡está viva!, ven a conocerla y recuerda #NuncaDejesdeViajar
Artesanías
Las MÁSCARAS KOLLON: Los rostros olvidados de CHILE
Usadas en las ceremonias mapuche, en las guerras y como utilería de payaso, estas antiguas y poco recordadas máscaras son parte esencial de la historia latina.
De origen mapuche (considerado el pueblo indígena más numeroso de Chile y Argentina), las máscaras Kollon —o también conocidas como máscaras mapuches— son artefactos usados desde tiempos inmemorables. Y a pesar de su larga existencia, el mundo se ha ido olvidando de ellas, lo que también lleva al olvido un extenso pasado lleno de guerras, rituales ancestrales, risas e incluso prohibición. Es por eso que en esta ocasión te invitamos a descubrir uno de los semblantes más extraños e interesantes de toda Latinoamérica…

Los SIMBOLISMOS del KOLLON
Las máscaras Kollon tienen una historia llena de simbolismo y significados. La razón es que estas máscaras tuvieron diferentes usos durante la antigüedad, pasando a tener gran presencia en ritos ceremoniales, en donde servían como máscaras para que los guardias castigaran a los que no ponían atención. También fueron portadas por payasos que buscaban sacarle una sonrisa a cualquier persona. E incluso, fueron usadas como feroces máscaras de guerra, que fungían como una forma de intimidar al enemigo.

Al final, entre tantos usos, estas máscaras fueron perdiendo un poco de su significado. Lo que sí se sabe es que “Kollon” significa rostro en mapudungun, lo que se traduce como “rostro oculto” u “otro rostro”. Y a pesar de que la mayoría de máscaras tienen un semblante raro y humano, estas pueden representar a seres espirituales, a ancestros de la comunidad o incluso personificar mensajes de otro mundo.
Es decir, las máscaras Kollon canalizan voces que no pueden hablar directamente, como los muertos, los espíritus del bosque o entidades protectoras. Eso significa que ponerse una máscara Kollon implica convertirse en otro.

El olvido a las MÁSCARAS KOLLON
Con el paso de las décadas, entre 1520 y 1536, cuando llegaron los colonizadores españoles a lo que conocemos actualmente como Chile y Argentina, las máscaras Kollon comenzaron a ser satanizadas, con el objetivo de imponer las creencias europeas en los nativos. Fue así como muchas de estas máscaras, junto con sus tradiciones, comenzaron a perderse con el paso de los años. La prohibición fue absoluta, y solo unas pequeñas piezas fueron rescatadas, siendo ahora valiosos objetos exhibidos en museos.

En la actualidad, se pueden encontrar máscaras Kollon en el Museo de Arqueología e Historia Francisco Fonck, en Viña del Mar (con 3 ejemplares). También las hay en el Museo Nacional de Historia Natural, en Santiago (con 15 ejemplares). Y hay unas más en el Museo Andino en Buin (con 2 ejemplares). La mayoría en Chile.

¿Cómo se hacían las MÁSCARAS KOLLON?
La elaboración de las máscaras Kollon se realizaba en tallado de madera en una sola pieza (la mayoría hechas de raulí, roble y laurel). Estas eran talladas por ambos lados: por el frente, se les daba forma de rostro, con ojos, nariz y orejas. Y por la parte trasera, se le daba espacio para la nariz del portador. En general, estas máscaras tenían orificios para los ojos y la boca, y eran decoradas con pintura, grabados o aplicaciones de pelo de animal, para formar bigotes, barbas, cejas o cabello.

También hay ejemplares más raros, como una máscara Kollon hecha de metal, otras de cueros de animal e incluso una hecha de caparazón de tortuga. Estas últimas exhibidas en el Museo Nacional de Historia Natural de Chile. Y a pesar de que su uso está mayormente extinto y se mantiene poco arraigado a las comunidades mapuches actuales, ahora fungen el papel de símbolos de resistencia y transformación cultural…

¡Conoce las MÁSCARAS KOLLON!
Hoy en día, las máscaras Kollon son difíciles de encontrar en el mercado, pues se trata de objetos históricos de invaluable valor. Aunque sí es fácil encontrar réplicas en mercados o bazares de artesanías. Además, diferentes museos y centros culturales de Chile suelen realizar conferencias, talleres y demostraciones de la elaboración de estas piezas, así como explicaciones para niños.

Y es que las máscaras Kollon son un interesante material histórico que, si tienes la oportunidad de conocer, te recomendamos que lo hagas. Y no solo por ser un recuerdo de lo perdido, sino por ser un recuerdo de lo que no tenemos que olvidar. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Artesanías
El JABÓN de ALEPO: Un cosmético con MILES de años de antigüedad
Uno de los jabones más antiguos del mundo —que incluso se dice que era utilizado por Cleopatra— aún se hace en la actualidad, y es uno de los tesoros más grandes de Siria.
El jabón de Alepo, también llamado “el oro verde de Siria” o jabón Ghar, es conocido por ser, quizá, uno de los jabones más antiguos del mundo. No ha cambiado su fórmula para nada, y continúa transmitiendo un largo legado de beneficios cosméticos. Es considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, siendo de los pocos productos en haber sobrevivido a cambios históricos, invasiones, divisiones geopolíticas, guerras y, sobre todo, a la tecnología.

Y es que el jabón de Alepo tiene sus orígenes en la ciudad siria de Alepo; algunas fuentes mencionan que hace más de 4000 años comenzó su producción. Esto simboliza una gran muestra de innovación, pues la realidad es que en la antigüedad, los jabones eran una suerte de emulsiones jabonosas líquidas. Pero en Alepo se realizó por primera vez el proceso de saponificación (proceso de realización del jabón), mezclando aceite de oliva (metraf), aceite de laurel (ghar) y sosa natural.

Un PROCESO artesanal. ¿Cómo se HACE el JABÓN de ALEPO?
El jabón de Alepo, sorprendentemente, sigue realizándose de la misma forma en la que se realizaba en la antigüedad. Desgraciadamente, debido a la guerra, los talleres se encuentran en túneles en la ciudad de Alepo. La magia solo comienza en el otoño… Las familias que producen este milenario jabón recolectan las bayas de laurel silvestre en los bosques; estas son hervidas en agua. Cuando el aceite sube a la superficie, se desnata.

Finalmente, en diciembre comienza la producción del jabón. La sosa y los aceites se cocinan, se vierte la mezcla sobre enormes moldes en el suelo y se deja enfriar por 2 días. Es entonces que los artesanos caminan por encima, utilizando una barreta que va cortando las barras. Después, los jabones se marcan con unos sellos que contienen el nombre de la familia que lo fabrica, ya que se trata de conocimiento que es pasado de generación en generación.

Una vez que el jabón de Alepo se corta, se conservan a través de un sistema de torres; el mínimo que se deja añejar un jabón es de nueve meses, aunque algunos se añejan por hasta tres años. El resultado es un jabón muy firme, que no pierde su aroma, sin aditivos ni conservadores, y 100% amigable con el medio ambiente. Lo mejor de todo esto es que las barras de jabón de Alepo original se pueden conseguir en línea. El costo puede alcanzar hasta los $100 MXN por barra ($5.50 USD).

Los BENEFICIOS del ORO VERDE de SIRIA
El porcentaje de aceite de laurel en cada jabón de Alepo puede variar, pues los hay en diversas concentraciones. Del 5% al 15% son más económicos y se pueden usar diario en todo tipo de piel.; del 15% al 25% es jabón para piel mixta y se pueden usar diario. Y del 30% al 40% es para pieles grasas y se usa contra la caspa.

Los más elevados van del 40% al 80% y se recomiendan para pieles con problemas como psoriasis, eczema o acné. Se puede usar su espuma para lavar el cabello, como mascarilla al aplicar en el rostro, y si se deja reposar, como espuma de afeitar. Además, es buenísimo para lavar ropa (incluso si es ropa blanca). Es gracias a estos beneficios rebosantes que incluso se dice que el jabón de Alepo era parte del ritual de belleza de Cleopatra.

El JABÓN de ALEPO… ¿Es verde o café?
El color de un jabón de Alepo es café por fuera, porque el proceso de oxidación de los aceites, al estar en contacto con el aire, los cambia. Pero al partir una barra, su interior es verde, por toda la clorofila que ha permanecido intacta. Este jabón también se ha comenzado a fabricar en lugares cercanos a Siria, como Turquía, Túnez e incluso en Francia, pues muchos artesanos jaboneros que emigraron o se exiliaron, escapando del ambiente bélico de su ciudad para continuar con la tradición. Para asegurar que tu jabón es original, busca la mención en árabe de “Alepo”, que es esta: حلب.
Este jabón es un gran aliado de los viajeros gracias a su multifuncionalidad, pues algo que puede sobrevivir por tantos miles de años no podría ser más que extraordinario. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Artesanías
Conociendo el SALTERIO: Las cuerdas olvidadas de la ORQUESTA MEXICANA
Un sonido suave, relajado y lleno de vida ha acompañado a tradiciones y costumbres mexicanas durante años, y la razón viene de este mítico instrumento de madera…
En México el arte no solo se ve, sino que también se escucha, y un claro ejemplo de ello es el salterio: uno de esos instrumentos que crean un sonido tan representativo del país que, a pesar de su poca visualización, aún se niegan a desaparecer. Y es que este instrumento suena desde Jalisco, Querétaro y hasta Tlaxcala.
Su sonido recuerda a orquestas religiosas y danzas típicas, pues, a pesar de tener su origen en Medio Oriente, ha vivido en México desde el siglo XVII y fue fuertemente adoptado junto a instrumentos como la marimba (de origen africano), la guitarra séptima mexicana y el bandolón (de origen alemán).

El SONIDO del PATRIMONIO inmaterial
Aunque en zonas de Jalisco y Querétaro el salterio tenga un gran valor para las comunidades de músicos, es Tlaxcala el que tiene este instrumento como Patrimonio Inmaterial del Estado desde el 2016. Esto gracias a que en el municipio de Atltzayanca, el salterio se sigue fabricando a mano, con métodos tradicionales heredados de generación en generación.

Este instrumento está compuesto por varias cuerdas metálicas tensadas sobre un “tambor” en forma de trapecio. Está hecho de maderas como el nogal, el pino canadiense, la caoba o maderas viejas, que le dan su sonido dulce característico. El tamaño puede variar según el fabricante, pues un salterio puede tener de 90 hasta 120 cuerdas, las cuales se tocan con ambas manos y una uña de metal o plástico.
Cada instrumento tarda entre 20 días y medio año en hacerse, y puede costar desde $4,000 MXN ($217 USD) hasta los $20,000 MXN ($1,084), esto según las decoraciones, tamaño y tipo de madera que pida el cliente.

¡Así SUENA el SALTERIO!
A pesar de que pueda ser un poco desconocido para algunos, el salterio en México es bastante escuchado, pues es parte de la armonización de distintas melodías y baladas mexicanas. Durante el porfiriato, fue uno de los instrumentos más populares en las regiones de Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos, Estado de México, la Ciudad de México (antiguamente conocida como Distrito Federal) y Tlaxcala, que hasta ahora es el único estado con una escuela de salterio, ubicada en Atltzayanca.

Con el paso del tiempo, este instrumento fue pasando desapercibido, y los nuevos músicos ya no lo consideraban necesario en su trabajo. Sin embargo, es posible aún encontrarlo en orquestas mexicanas, algunos mariachis y grupos de boleros.
Además, entre los artistas que han basado su trayectoria en este instrumento, nos encontramos con Eulalio Armas y Sus Salterios, el Dueto Dulcemelos (que también cuentan con la orquesta infantil Makochi Dulcemelos) y el maestro Daniel Armas Salterio, que también ha participado en el Festival Internacional de Salterios en Atltzayanca.

El SALTERIO y la belleza saliendo de sus CUERDAS
En México, el salterio te transporta a esos pueblos mágicos coloniales, sonando por calles coloridas y transmitiendo un sonido y un ritmo que te invita a zapatear. Sus cuerdas metálicas, acompañadas de guitarras, tambores y flautas, aún no dejan de tocar del todo, pues la tradición del salterio resiste a la pérdida, con fuerza y carácter, que preservan un sonido muy mexicano. ❖
#NuncaDejesDeViajar
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