Todo el mundo ansía festejar la llegada del tan esperado Año Nuevo, pero, ¿sabías que dependiendo de la cultura varía el tipo de celebración? Tal es el caso del año nuevo en Rusia, del que te hablaremos a continuación.
El Año Nuevo, como todos sabemos es un festejo para recordar todos aquellos acontecimientos y memorias realizadas en el año, para despedirlo y posteriormente darle la bienvenida al año próximo e iniciar desde cero. ¡Descubramos como se hace en uno de los países más fríos del planeta!.
Su historia
Tiempo atrás, en Rusia, el Año Nuevo se celebraba el primero de marzo y el año civil el primero de septiembre de acuerdo a una tradición agrícola.
Gracias al dominio soviético el año nuevo reemplazó completamente a la celebración de Navidad, que fue prohibida en el año de 1929.
Posteriormente, el Zar de Rusia, Pedro I fue quién ordenó que se cambiara el festejo a los días 31 de diciembre y 1 de enero hace más de 300 años y que se importara la tradición de adornar casas y lugares turísticos con abeto.
Al igual que los rusos, creían que la llegada de un año nuevo debía recibirse con ropa y calzado nuevo y retirar toda la vajilla que estuviera rota o en mal estado.
La noche vieja era conocida como “noche generosa” en donde se debía tener una abundante mesa como símbolo de prosperidad con diversos platillos típicos como bocadillos, champagne ruso, varios tipos de ensaladas, fruta, caviar rojo o negro, pepinillos encurtidos y por supuesto que no podría faltar la tan aclamada mandarina.
Para los rusos, la mandarina es una fruta sumamente indispensable para el comienzo del año, pues es símbolo de año nuevo, ya que brinda estabilidad y mucha salud.
Después de cenar, a medianoche se prende la televisión y se muestran las campanas desde el reloj ubicado en el Kremlin en todo Rusia. ¡Y todos a brindar!.
Las costumbres y tradiciones del Año Nuevo en Rusia
Gracias a la superstición de los rusos, la festividad de Año Nuevo debe estar envuelta en múltiples rituales y celebraciones. Iniciemos hablando sobre la ropa y calzado nuevo, pues la llegada del próximo año siempre deberá ser con atuendos completamente nuevos, para así estrenar todo el año entrante.
Otra de las costumbres es que cualquier plato que llegue a romperse antes de medianoche deberá ser desechado de inmediato. Absolutamente todas las deudas deberán ser liquidadas, de lo contrario, estarás endeudado todo el año.
En esta época los niños esperan ansiosos la llegada de Ded Moroz (abuelo de hielo), quien es un personaje similar al Santa Claus que actualmente conocemos, pero originario de Rusia. Este recorre todo el país otorgándole a los niños dulces y juguetes.
De igual manera, los niños suelen escribir poemas y bailar alrededor de los árboles navideños para recibir el año nuevo.
Se deben de escribir todos los deseos para el Año Nuevo en un pedazo de papel, prender fuego a ese papel y depositar todas las cenizas en una copa de champagne y posteriormente beber hasta la última gota y todo esto realizarlo a la medianoche para su efectividad.
Varias personas atestiguan que los deseos realmente se cumplen cuando cumples con esta costumbre. ¿será verdad?.
¿Sabías qué?
Otra de las tradiciones rusas que ya forman parte de esta época es que a mediados del mes de diciembre y posterior al 1 de enero, las televisoras transmiten sin cesar películas clásicas de la temporada navideña, como la película “La ironía del destino”, “Noche de fiesta” o “The Old New Year”.
Sabiendo un poco más de las celebraciones decembrinas, cuéntanos, ¿te gustaría pasar un Año Nuevo en Rusia?. Y recuerda, #Nuncadejesdeviajar!.
Curiosidades
El FESTIVAL del BAILE del OSO: una TRADICIÓN SALVAJE que emociona a Rumania
Cada invierno, los montes rumanos rugen al compás de los tambores y los pasos de “osos danzantes”, llenando las calles de color, música y energía para despedir el año viejo…
El Festival del Baile del Oso (o en rumano, Jocul urșilor, que se traduce como “El Juego de los Osos”) es una fiesta que se celebra cada año en la región de Moldavia, especialmente en la localidad rural de Comănești, al norte de Rumania, entre el 25 y el 30 de diciembre. Durante estos días, hombres, mujeres y niños se visten con auténticas pieles de oso —algunas heredadas por generaciones— y recorren las calles realizando una danza tradicional que simboliza la muerte y el renacimiento del ciclo natural.

Esta antigua costumbre tiene sus raíces en las creencias precristianas de los dacios, quienes consideraban al oso un animal sagrado, protector y símbolo de fuerza. Se creía que, al bailar como osos, las personas podían ahuyentar los espíritus malignos del invierno y atraer la buena suerte para el año que estaba por comenzar.

Del ritual al ESPECTÁCULO CULTURAL
Con el paso del tiempo, esta “práctica ritual” se transformó en una gran celebración folclórica, donde la música, los tambores, los cantos y los trajes elaborados son los protagonistas. Cada grupo de bailarines ensaya durante semanas, preparando coreografías que simulan los movimientos y rugidos del animal. Después de eso empieza el baile. Puede darse en un escenario formal, o en caminando entre las calles con ferocidad, torpeza y rudeza características en un oso.

Hoy, el Festival del Baile del Oso se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de Rumania y atrae cada vez a más visitantes curiosos de todo el mundo. Lo que alguna vez fue un rito espiritual, ahora es también un espectáculo visual impresionante que combina tradición, identidad y orgullo comunitario. Aquí nadie queda fuera, ya sea como espectador o participante.

Además, al asistir al festival, también puedes disfrutar de desfiles, danzas, ferias gastronómicas y mercados navideños. Y aprovechando la época decembrina, es casi obligatorio recorrer los pueblos de la región, que encienden sus chimeneas y posan frente a las montañas nevadas.

El FESTIVAL del BAILE del OSO recordando lo ANCESTRAL
Al ritmo de tambores y pasos que se repiten desde tiempos inmemoriales, el Festival del Baile del Oso en Rumania, nos recuerda que las tradiciones no solo cuentan el pasado: nos enseñan a renacer. En cada piel, en cada rugido y en cada sonrisa compartida por la comunidad, late la prueba de que el miedo se enfrenta con arte, que lo antiguo puede abrazar lo nuevo y que, juntos, preservamos la memoria y la esperanza.
Venir a este festival no es solo ver un espectáculo, es ser parte de un círculo que celebra la vida, despide lo que ya no sirve y abre la puerta a un año lleno de fuerza y buena fortuna… Todo eso a través de osos. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Europa
El mercado de RAVENNA GORGE: Encanto NAVIDEÑO bajo un puente
Este mercadito navideño es la prueba de cómo un simple puente puede transformarse en un símbolo de calidez, tradición y espíritu festivo…
Entre montañas nevadas y luces de colores, se esconde el Mercado de Ravenna Gorge: uno de los mercados navideños más sorprendentes del mundo. Este no se encuentra en una plaza ni en una avenida, sino bajo un puente de piedra que se ilumina entre la blanca y espesa nieve, creando una postal invernal única…

Bien ESCONDIDO entre los Alpes
El Mercado de Navidad de Ravenna Gorge —conocido en alemán como Ravennaschlucht Weihnachtsmarkt— se coloca cada mes de diciembre en el corazón de la Selva Negra (Schwarzwald), en Alemania. A diferencia de los tradicionales mercados que llenan las plazas de las ciudades europeas, este se encuentra bajo el Höllentalbahn… Un impresionante viaducto ferroviario que atraviesa el estrecho valle del río Ravenna.

El escenario es sencillamente espectacular… El puente se ilumina en tonos cálidos, los árboles se cubren de nieve y el sonido del río acompaña a los comerciantes en los puestos de madera, donde se venden artesanías, dulces, vino caliente y productos locales. Es un lugar donde la magia navideña se mezcla con la naturaleza, el comercio y la historia…

Tradición, arte y SABOR LOCAL. ¿Qué comprar en el Mercado de RAVENNA GORGE?
El Mercado de Ravenna Gorge cuenta con más de 40 puestos, que ofrecen desde decoraciones hechas a mano hasta productos típicos de la región, como el pan de jengibre (Lebkuchen), las salchichas alemanas, el vino caliente (Glühwein) y los quesos de montaña. Además, los visitantes pueden disfrutar de espectáculos musicales, talleres para niños y presentaciones de coros locales.

Lo más especial es el ambiente: los aromas de canela y madera quemada, el contraste del frío con el calor de las luces y la sensación de estar en un rincón secreto del invierno europeo. Pero este no solo es un sitio para comprar regalos, sino para vivir una experiencia navideña completa.

Y es que el Mercado de Ravenna Gorge se encuentra en una zona donde se pueden hacer rutas de senderismo, visitar pueblos tradicionales, como el pueblo Hinterzarten o el pueblo Breitnau, o incluso alojarse en cabañas alpinas con vista al puente.

Una POSTAL NAVIDEÑA imposible de OLVIDAR
La entrada al Mercado de Ravenna Gorge cuesta alrededor de 7 € ($150 MXN o $8 USD), y solo se pone durante los fines de semana, a finales de noviembre y a lo largo de diciembre. Lo recomendable es llegar en tren o transporte público, ya que el acceso en automóvil es limitado.

Visitar el Mercado de Ravenna en Alemania es un recordatorio de que la magia de la Navidad puede encontrarse incluso en los lugares más inesperados, entre la nieve, las luces y el eco de los villancicos, bajo un viejo viaducto de piedra… ❖

#NuncaDejesDeViajar
Europa
LES LINDARETS VILLAGE: La VILLA de las CABRAS en Francia
En las montañas de los Alpes franceses, en la región de Portes du Soleil, existe una pequeña villa en donde cabras suben, bajas, saltan y corren en total libertad…
La cordillera de los Alpes alberga lugares mágicos que parecieran salidos de cuentos de hadas. Cruza ocho países y su principal atractivo es el esquí invernal. Uno de los centros de esquí favoritos para esta actividad es compartido entre Suiza y Francia, y se llama Portes du Soleil.
Esta pequeña región se ubica en el corazón de la zona, y en su lado francés, que yace a poco más de 1,400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra una pequeña villa llamada Les Lindarets, o mejor conocida como la Villa de las Cabras.

De ZONA de PASTOREO a sitio de interés turístico
En los años 30, Les Lindarets recibía durante el verano alrededor de 900 vacas, 200 cabras y cientos de caballos para su pastoreo. Para ello, fue necesario construir alrededor de chalets (vivienda alpina) para albergar a los pastores y sus familias. Posteriormente, en los años 50, estos refugios comenzaron a convertirse en restaurantes y tiendas, dando como resultado una villa que podía recibir visitas durante todo el año.

A pesar de este giro, los chalets siguen siendo aquellos que se habían construido anteriormente, demostrando la firmeza de la madera con la que fueron hechos y manteniendo el hermoso espíritu pastorero que les da vida. Sin embargo, el mayor atractivo de esta villa —tanto para pequeños como para grandes— no son las cabañas coloridas ni el imponente paisaje verde, sino su rebaño de cabras, que visitan el lugar durante el verano.

Y, gracias a que es un rebaño dócil al que le gusta socializar con la gente, muchas cabras se acostumbraron a ser alimentadas por los turistas. Por lo que no es de extrañarse ver a cabras persiguiendo autos, estorbando a la gente o buscando alimento entre las manos. De hecho, todo en la villa se convirtió en un intercambio entre cabras y gente: me das de comer, te dejo pasar.
En algunas de las tiendas de la Villa de las Cabras, encontrarás pequeños conos de papel con alimento especial, para poder llevar a cabo tus negociaciones e intercambios con las cabras de la manera más efectiva posible…

Una experiencia CULINARIA
La Villa de las Cabras es famosa por sus restaurantes tradicionales, en donde, seguramente, podrás probar el mejor queso de cabra de tu vida. Pero, además, encontrarás todo tipo de alimentos a diversos precios, como omelettes, goulash (estofado de carne y verduras), crepas, ravioles, pizza, pasta, hamburguesas, platillos de pollo, res y otras carnes.
Todo esto lo podrás acompañar con café, vino y bebidas en general, para tener una experiencia culinaria completa. Como recomendación, es imposible irse de la Villa de las Cabras sin antes haber probado el pay de queso de zarzamora.

¿Qué más hacer en la VILLA de las CABRAS?
Visitar la Villa de las Cabras es una actividad de un día, en el que, además de poder convivir con estos bellos seres, comprar souvenirs y comer riquísimo, también podrás visitar majestuosas bellezas naturales cercanas. Entre ellas, se encuentra el Lago Montriond, donde puedes hacer un picnic, practicar el paddle board y kayak. También está muy cerca la Cascada Brochaux.
Todos estos lugares quedan a tan solo algunos minutos caminando desde Les Lindarets. De por sí, llegar a la villa ya es un paseo por sí mismo, sobre todo si eres amante de la naturaleza y las caminatas.

La Villa de las Cabras en Francia es uno de esos lugares que se tienen que visitar en cuanto tengas la oportunidad, pues seguramente se tratará de un paseo inolvidable. Ya sea solo o acompañado, ver los paisajes significa guardar un recuerdo por siempre y, lo más importante, las cabritas te esperarán con mucha alegría… ❖

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