Leyendas
Xtabentún, La leyenda del amor convertida en licor
Nadie lo suponía pero el amor es como el Xtabentún, dulce e inolvidable como Xtabay
Si has visitado la Península de Yucatán, seguramente escuchaste hablar sobre la bebida maya ancestral llamada Xtabentún, pero si no sabes de que se trata, aquí te cuento todo sobre ella y claro, la leyenda que le ha dado vida a través de las generaciones.
Xtabentún es un licor de origen maya, producido en el estado de Yucatán, a base de anís y de una miel fermentada que se obtiene de las abejas meliponas (Sí la abeja maya si existió).
La Flor de Xtabentún
Ellas polinizan la flor del Xtabentún misma que se utiliza para elaborar una bebida que funciona como digestivo y cuyo sabor es muy peculiar.
Generalmente el Xtabentún se sirve con hielos o se acompaña de café. Su sabor es muy particular que después de una buena comida yucateca, un vasito de una onza de este licor, te ayudará a que la comida condimentada no te caiga muy pesada.
Como te comenté antes, se dice que el origen de este licor es de tradición maya y, para ello existe una leyenda que las comunidades han compartido a través de las generaciones, ¿Te gustaría escucharla?
La leyenda de Xkeban y la flor
La historia comienza con dos mujeres que vivían en el Mayab, (el actual Yucatán), una de ellas se llamaba Xtabay y le decían Xkeban cuyo significado se refería una mujer de amor ilícito.
La otra le llamaban Utz-Colel, todos la conocían como una mujer buena y decente.
Por una parte, decían que Xkeban estaba enferma de pasión, que le gustaba entregar su cuerpo a cuanto hombre se lo pidiera.
Por el contrario, Utz-Colel quien era honesta, jamás había cometido pecado alguno, ni siquiera el estar en brazos de algun hombre; era pura.
Pero algo que mucha gente no sabía es que Xkeban era de buen corazón y desinteresadamente ayudaba a los humildes, a los huérfanos, a los enfermos y a los animales abandonados; ella no le importaba despojarse de sus finas ropas y joyas que eran obsequios de sus enamorados.
Ella, no era engreída ni hablaba mal de los demás, al contrario, todo mundo la juzgaba y la humillaba, pero ella soportaba toda clase de insultos.
La verdad de Utz-Colel
Por su parte Utz-Colel, la que todo mundo creía buena y pura, era en verdad una mujer fría, orgullosa, de corazón duro y sentía repugnancia por la gente pobre.
Un día, la comunidad dejó de ver a Xtabay, habían pasado varios días y por todo el pueblo se percibía un fino y delicado aroma a flores.
Todos se preguntaban de dónde venía ese perfume y al curiosear, la agente llegó hasta la puerta de la casa de Xtabay.
Lamentablemente la encontraron muerta y comenzaron los rumores de que quizá había algo hermoso en ella, pero cuando llego Utz-Colel dijo que eso era mentira, que de un cuerpo vil y corrupto no podía salir sino solamente podredumbre.
También mencionó que seguramente los espíritus malignos trataban de provocar a los hombres con ese aroma. Pero también dijo que, si de aquella mala mujer provenía ese perfume, entonces cuando ella muriera habría entonces un increíble aroma insuperable.
Fueron pocas las personas que enterraron a Xtabay y lo hicieron más por lástima que por gusto. Sin embargo, al día siguiente su tumba estaba cubierta por flores hermosas con ese delicado aroma.
Tiempo después murió Utz-Colel y todo el pueblo acudió a su entierro. Para sorpresa de de ellos, la tumba no exhalaba un fino aroma, al contrario, aún cubierta de tierra despedía un hedor intolerable que apenas si se podía respirar.
Xtabentún el aroma a flor
la gente le nombró Xtabentún a la flor que nació de la tumba de Xtabay, ya que se trataba de una humilde y bella flor silvestre que crece en cercas y caminos del mayab. Su néctar embriaga delicadamente como el dulce amor de la joven Xtabay.
Pero también la gente supo que Utz-Colel se había convertido en el Tzacam, una especie de cactus espinoso donde brota una flor bonita, sí, pero punzante para quien se acerque y de olor desagradable.
Cuenta la leyenda que Utz-Colel convertida en la flor del Tzacam comenzó a reflexionar, envidiando lo sucedido a Xtabay, así llegó a la errónea conclusión de que seguramente sus pecados habían sido de amor y, le ocurrió todo lo bueno después de muerta.
Pensó en imitarla entregándose también al amor sin darse cuenta de que, si las cosas habían sucedido así, fue por la bondad del corazón de Xtabay, quien se entregaba al amor por un impulso generoso y natural.
Así pues, con el tiempo y la ayuda de los malos espíritus, Utz-Colel regresaba al mundo de los vivos cada vez que ello lo quisiera y convertida nuevamente en mujer, para enamorar a los hombres.
Sin embargo, regresaba con un amor nefasto y dura de corazón que no le ha permitido ser feliz por no conocer el amor verdadero…
Si llegas a Mérida podrás tomar el Turibus y mientras conoces la ciudad, escucharás esta leyenda que es parte de la cultura popular de los mayas, pero eso sí, tendrás unas ganas locas de oler la hermosa flor de Xtabentún y quizá encuentres el amor.
Leyendas
¿Por qué el mar es salado? Te lo explicamos con la leyenda del molino de sal
¡Una historia que seguro ni te imaginas!
Existe una popular leyenda noruega que explica por qué el mar es salado. Se llama ‘leyenda del molino de sal’. Aunque existe una versión diferente en forma de cuento, que cambia algunos personajes e incluye una trama algo más compleja.
Nos centraremos ahora en esta famosa leyenda que, por supuesto, nos habla de valores esenciales, como el de la avaricia o la falta de prudencia.
Hace mucho tiempo…
Existió hace mucho tiempo en el norte de Europa, un navegante de buen corazón, pero bastante ambicioso. Este capitán, pagaba bien a sus hombres y siempre tenía en mente algún nuevo proyecto.
Un día, desembarcaron en un pequeño puerto de Noruega. El capitán del barco se fijó en un anciano de larga barba blanca y gorro de lana tupida bien calada hasta las orejas. Vendía en el mercado enormes bloques de sal.
Decidió comprarlas todas. ‘Me darán mucho dinero por la sal en otros lugares’- pensó. Tuvo que pedir ayuda a su tripulación para trasladar los pesados bloques hasta la bodega del barco. El problema era, pensó después, dividirlos en bloques pequeños… Aún así, partieron al día siguiente.
El capitán estaba contento con su nueva mercancía. El día era fantástico y el mar estaba en calma, pero al cabo de muchas horas, se levantó una tempestad, y el barco, zarandeado con fuerza, terminó a orillas de una extraña isla.
El capitán desembarcó allí junto a unos cuantos grumetes. Se adentraron en un bosque, sigilosos, y pararon al escuchar un extraño sonido. ‘Griiii, griiii, griiii’, se oía.
La leyenda del molino de sal y un barco hundido
Se acercaron a escondidas y de pronto vieron a un mago, que usaba un extraño artilugio para partir piedras sin tocar nada. Era un molino. El mago echaba las piedras y solo decía:
– Muélete que te muele, muélete que te muele…Y las piedras salían del molino convertidas en polvo fino.
– Ese cacharro debe ser mío- dijo para sí el capitán del barco- Con él podrá transformar en grano los bloques de sal que compré, y podré venderla en pequeñas cantidades, en saquitos.
Así que esperaron con paciencia a que el mago se fuera. Y en cuanto el molino se quedó solo, se lo llevaron hasta el barco y partieron de nuevo a alta mar.
¡Qué contento estaba el capitán! Ya en la bodega, al día siguiente decidió poner en marcha el molino de sal. Metió el capitán un enorme bloque de sal a esa extraña máquina y pronunció en voz alta las palabras que había oído decir al mago: – Muélete que te muele, muélete que te muele.
El molinillo comenzó a funcionar y efectivamente, el bloque de sal empezó a triturarse. Salía la sal más fina que la arena de la playa. – ¡La de saquitos de sal que podré vender! ¡Me haré rico!- exclamó el capitán eufórico.
Sin embargo, el molino no dejaba de moler y él no sabía cómo pararlo. La sal comenzó a inundar la bodega y tuvo que salir de allí. Pronto empezó a inundar toda la cubierta, y tanto tripulantes como el propio capitán, tuvieron que saltar.
Consiguieron llegar a nado hasta una orilla no muy lejana, y desde allí vieron cómo el barco se hundía sin remedio. Cuentan que desde entonces, el mar comenzó a ser salado, porque el molino, hundido en las profundidades del océano, no cesa nunca de moler sal.
¿Que opinan, viajeros? Sin duda la leyenda del molino de sal nos deja muchas enseñanzas, y es una muy buena narrativa para responder a la pregunta, ¿por qué el mar es salado? #Nuncadejesdeviajar!
Leyendas
¿Conoces a Krampus? Se dice que es ¡el hermano malvado de Santa Claus!
Y si te digo que la navidad, ¿no es tan bonita como parece?
En la noche de San Nicolás, los niños que se han portado mal tienen motivos para preocuparse más allá de que les traigan carbón por Navidad.
A la mayoría nos encanta la navidad, estar reunidos con la familia, las luces de colores, el arbolito, y sobretodo los regalos y más para los niños, pues despertar al día siguiente y ver bajo el árbol todos los regalos que Santa Claus les trajó realmente es algo fascinante, pero… ¿y si te contamos que hay una historia que dice ser la verdadera de Santa Claus y esta solo fue disfrazada para que se viera más bonita?.
No todo es blanco en Navidad. En algunos países dicha celebración se torna “oscura” y esto se debe a la llegada de Krampus. Pero su aparición no es en vano, sino que visita a los niños que se portaron mal para castigarlos, o al menos eso dice la leyenda.
Pero…¿quien es el Krampus?
Esta criatura que se le considera como el “hermano malvado” de Santa Claus surgió del folklore de países europeos, como Alemania, Francia, Italia, Mónaco y Suiza. Y cada año se apodera de la temporada.
El 6 de diciembre es una fiesta importante en varios países de Europa: es el día de San Nicolás, el obispo famoso por su generosidad, cuya leyenda dio origen a la tradición de Santa Claus. Sin embargo, esta cara amable tiene su cruz: el Krampus, un terrorífico ser medio humano y medio macho cabrío.
Según el folklore alpino, la noche del 5 de diciembre visita a los niños que se han portado mal para castigarlos, pegándoles con ramas de abedul o, en el peor de los casos, llevándoselos en su cesto para comérselos.
La figura del Krampus deriva de la mitología pagana, en la cual era el hijo de una deidad del inframundo. Originalmente se mostraba como una especie de macho cabrío con lengua de serpiente, pero con la introducción del cristianismo fue adquiriendo características antropomorfas como brazos y piernas, tal vez por asimilación al Diablo.
El grado de transformación varía: en algunas representaciones se muestra como un demonio con pelo
y cuernos de cabra, mientras que en otras aparece con características más animales, conservando por ejemplo las pezuñas y la cola.
Una representación diferente en cada lugar
En cambio, en los territorios alpinos, en particular durante los siglos XVII y XVIII, se mezcló con otra figura local: Perchta, una divinidad celta del invierno representada como una cabra de aspecto humanoide, que vigila los rebaños y se encarga de ahuyentar a los demonios y fantasmas de las montañas.
De ahí que en países del centro de Europa el Krampus aparezca con la apariencia de un individuo con pelo y cuernos de cabra, que recompensa a los bondadosos con pequeños obsequios y castiga a los malos arrancándoles las extremidades y llenándoselas de paja y piedras.
Suiza tiene una versión más benigna del personaje: Schmutzli, el cual se limita a perseguir con una escoba a los niños, igualmente terrorífico pero menos peligroso que desmembrarlos.
Krampus, ¿un ser temido o amado?
Estas figuras, en origen propias de los ambientes de montaña, empezaron a ser conocidas también en las ciudades durante el siglo XIX, especialmente gracias a la difusión de cuentos populares.
El Krampus, a pesar de su origen pagano, era una figura más en la celebración de San Nicolás; incluso aparecían tarjetas de felicitaciones de dudoso gusto en las que se veía al diabólico ser en pleno acto de meter a los niños en su cesto.
La Iglesia y en ocasiones también las autoridades civiles no acababan con ver con buenos ojos la celebración de este personaje, identificable con demonios paganos o con el propio Diablo.
En algunos países, como Holanda, fue sustituido por otro personaje llamado Zwarte Piet (en danés, Pedro el Negro), un paje africano que se llevaba a los niños que se habían portado mal y les obligaba a trabajar durante un año en el taller de San Nicolás para redimirse.
A pesar de todo el Krampus logró sobrevivir en el imaginario colectivo e, incluso después de siglos de tradición cristiana, es protagonista de celebraciones locales. Para los niños traviesos, su amenaza tal vez impone más que un mísero trozo de carbón… que, además, es de azúcar.
Krampus se ha convertido en una tradición simbólica, aunque cuestionada con anterioridad por la iglesia, como ocurrió en Austria durante el gobierno del Frente Patriótico cuando se intentó prohibir su celebración.
Sin embargo, para muchas personas es la excusa perfecta para convivir en familia y con amigos. De hecho, es una de las principales atracciones turísticas en los países europeos, sobre todo, en la región de Baviera. #Nuncadejesdeviajar!
América
Chay-Sanic: La leyenda maya del ECLIPSE SOLAR
Chay-Sanic, un zompopo valiente, desafió las leyes de la naturaleza y se propuso alcanzar el sol.
Hoy, 8 de abril, el cielo se oscurecerá una vez más con la llegada de un eclipse solar. Este fenómeno natural, que nos recuerda el poder y la inmensidad del universo, también ha inspirado historias y leyendas a lo largo de la historia.
Una de estas leyendas, proveniente de la selva maya de Guatemala, nos narra la increíble hazaña de un zompopo llamado Chay-Sanic, quien desafió las leyes de la naturaleza para alcanzar el sol.
La leyenda maya del eclipse solar
En lo más profundo de la selva guatemalteca, donde las ceibas centenarias se elevan hacia el cielo y el canto de las aves se mezcla con el susurro del viento, vivía una hormiga diferente a las demás. Se llamaba Chay-Sanic y, a diferencia de sus compañeras que dedicaban su vida a cortar y transportar hojas, él soñaba con alcanzar el sol.
Cada mañana, mientras el sol se asomaba por el horizonte, Chay-Sanic observaba su brillo radiante y se preguntaba si algún día podría llegar hasta él. Las demás hormigas se reían de sus sueños, diciéndole que su lugar era en la tierra, trepando árboles y cumpliendo su rol en la colonia. Pero Chay-Sanic no podía acallar el deseo que ardía en su pequeño corazón.
Chay-Sanic: La leyenda del eclipse solar
Un día, mientras conversaba con una guacamaya que anidaba en un árbol cercano, Chay-Sanic le preguntó si ella había visto alguna vez el sol de cerca. La guacamaya, con plumas tan coloridas como el arcoíris, le respondió con arrogancia que ella volaba hasta el sol todos los días. Chay-Sanic, lleno de esperanza, le preguntó si él también podría hacerlo. La guacamaya se burló de él, diciéndole que las hormigas solo estaban hechas para cortar hojas y trepar árboles.
Desanimado, pero sin rendirse, Chay-Sanic regresó a su hormiguero. No podía entender por qué no podía alcanzar sus sueños solo porque era una hormiga. Decidido a demostrarles a todos que estaba equivocado, Chay-Sanic emprendió su viaje hacia el sol, sin esperar el apoyo de nadie más.
Comenzó a trepar la ceiba más alta que jamás había visto. Era un gigante verde que se elevaba hacia el cielo, tocando las nubes con sus ramas. El sol salía y se ocultaba mientras Chay-Sanic ascendía, sus pequeñas patas se cansaban y sus mandíbulas dolían, pero su determinación era más fuerte que cualquier obstáculo.
El momento del eclipse
Finalmente, después de días de esfuerzo y sacrificio, Chay-Sanic llegó a la cima de la ceiba. Desde allí, pudo ver el sol en todo su esplendor, más grande y radiante de lo que había imaginado. Sin dudarlo un instante, Chay-Sanic trepó hasta el sol y le dio un mordisco con sus mandíbulas.
En ese momento, lo imposible se hizo realidad. El sol, al sentir el mordisco de la hormiga, se oscureció y comenzó a brillar con una luz tenue y rojiza. La luz del sol se esparció por toda la selva, creando un eclipse solar que nunca antes se había visto.
Las demás hormigas, que observaban desde abajo, se quedaron asombradas por lo que estaban presenciando. El sol, que siempre había sido un símbolo de luz y calor, ahora se veía como una luna gigante.
La hormiga que mordió al sol
Desde ese día, Chay-Sanic se convirtió en una leyenda en la selva guatemalteca. Se dice que la hormiga que mordió al sol vive ahora en el cielo, convertida en el lucero de la mañana, acompañando al sol en su viaje por el cielo. Y de vez en cuando, para sorpresa de todos, Chay-Sanic regresa a la tierra y repite su hazaña, recordándole al mundo que los sueños, sin importar lo pequeños o improbables que parezcan, siempre pueden hacerse realidad.
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