Europa
Los Barcos Vikingos de Oslo, entre mares y funerales
Visita el Museo de los Barcos Vikingos, uno de los sitios más concurridos de Oslo y sorpréndete con la manera en como lucen las embarcaciones vikingas mejor conservadas del mundo.
El Museo de los Barcos Vikingos es una de las principales atracciones de la ciudad de Oslo. En él se encuentran los los dos barcos vikingos mejor conservados del mundo: el barco de Oseberg y el barco de Gokstad. Las naves y los objetos que el museo preserva son un valioso tesoro cultural de la era vikinga.
Por otro lado hay un tercer barco, el barco de Tune que forma parte de la exhibición, cuando éste fue descubierto, las técnicas de arqueología eran más rudimentarias, por lo que se encuentra en ruinas.
Los barcos llevan el nombre del lugar donde fueron descubiertos: Gokstad, Oseberg y Tune, todos ellos a lo largo del fiordo que llega hasta Oslo.
Museo de los Barcos Vikingos, el más visitado de Noruega
El Museo, diseñado por el arquitecto noruego Arnstein Arneberg, abrió sus puertas en 1926 y es el museo más visitado de Noruega.
Cada año miles de turistas llegan a ver los barcos y los objetos que en ellos se encontraron.
Una de las preguntas que los visitantes se hacen es cómo fue que estas naves de madera, con más de mil años de antigüedad, pudieran conservarse hasta hoy en día.
La respuesta es que los barcos tenían dos funciones: navegar para después, con el paso del tiempo servir como tumbas.
Al ser enterrados fueron cubiertos con ramas y fango, lo que selló el paso del aire hacia la madera, evitando así su descomposición.
Un vistazo por el lugar
Al entrar al Museo de los Barcos Vikingos, uno es recibido por su estrella principal: el barco de Oseberg.
Cuenta con más de veinte metros de longitud y son notables los detalles tallados en la proa, la cual termina en una forma de serpiente.
Los arqueólogos piensan que este barco era utilizado para viajes cortos a lo largo de los fiordos debido a su valor estético y a su estructura.
El barco de Oseberg fue utilizado como tumba para dos mujeres, que hasta ahora, no se sabe su papel en la sociedad vikinga.
El barco como lecho fúnebre, antes de ser enterrado, fue “equipado” con todo lo que ambas mujeres necesitarían para su viaje al más allá: comida, joyas, carruajes, instrumentos de cocina, trineos, cinco camas, dos tiendas para acampar, quince caballos, seis perros y hasta dos vacas.
También fueron encontradas unas cabezas de madera que representan animales, ya sean dragones o serpientes, pues para los vikingos no había diferencia entre ambos. Se cree que su uso era mágico o sagrado y que se utilizaban en procesiones para ritos religiosos.
La otra estrella de Oslo
Otra pieza importante del lugar es el barco de Gokstad.
Aunque su acabado estético no es tan detallado como el del barco de Oseberg, lo que salta a la vista es su evidente solidez y mayor tamaño.
Hay muchos indicios de que este barco fue utilizado en mar abierto en muchas ocasiones, aunque no se sabe hasta donde pudo haber llegado.
Esta nave también fue utilizada como ofrenda fúnebre, en esta ocasión para el llamado hombre de Gokstad. A su vez fue provisto de lo necesario para que tal hombre no tuviera carencias en su último viaje al abandonar el mundo de los mortales.
El trabajo de conservación que se le ha dado a los tres barcos y a los objetos de la exhibición es uno de los retos más importantes para la arqueología noruega.
Sin embargo, se han logrado mantener en buen estado a pesar de lo difícil que es mantener la madera de roble de más de un milenio de antigüedad.
Hay dos réplicas del barco de Oseberg, en las ciudades de Trondheim y Tønsberg, utilizadas también para la investigación.
Para admirar de cerca los barcos originales, las enigmáticas cabezas animales, así como los esqueletos del hombre de Gokstad y las mujeres de Oseberg, una visita al Museo de los Barcos Vikingos de Oslo es indispensable al estar en la capital noruega.
Déjate atrapar por la historia vikinga y #Nuncadejesdeviajar
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Europa
De tour por la CASA AMATLLER: La encarnación del MODERNISMO catalán
En el corazón de Barcelona, esta joya modernista es poseedora de un legado importante de arte y arquitectura, en donde el tiempo parece no avanzar.
Barcelona es una de las ciudades más emblemáticas de España, siendo frecuentemente visitada por apasionados al arte, a la cultura y, sobre todo, a la arquitectura. Y es que su diversidad en estilos arquitectónicos permite que los viajeros se transporten constantemente a épocas distintas, solo con cruzar de una calle a otra. Y, entre toda esa variedad, nos encontramos con la famosa Casa Amatller.

La BELLEZA de la CASA AMATLLER
Previamente conocida como Casa Martorell, el origen de esta casa se remonta hasta el año de 1875, cuando fue construida por el maestro de obras Antoni Robert. Para 1898, el chocolatero Antoni Amatller adquirió la propiedad y le encargó su remodelación al arquitecto Josep Puig i Cadafalch.
Josep intervino en la transformación de la fachada, la planta noble y el vestíbulo, así como algunos espacios comunes —como la escalera y el patio de luces—, además del estudio fotográfico.

Pero lo que hace tan especial a este lugar es su arquitectura, que te atrapa desde que observas su fachada, rematada con un techo escalonado. Este es el resultado de la reinterpretación de estilos como el románico (caracterizado por su solidez y aspecto sombrío) y el gótico (caracterizado por el uso de arcos y grandes alturas).

Un INTERIOR lleno de ARTE
En el 2010, la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico decidió restaurar la famosa Casa Amatller, pasando de ser una propiedad privada a una casa museo. Es por eso que, lo que en el pasado solo se disfrutaba desde la calle, ahora abre sus puertas al interior, que goza de un estilo único y una personalidad impresionante, en donde el tiempo no ha transcurrido, englobando todo lo que fue el modernismo catalán…

Pero además de hermosos pasillos y habitaciones históricas, también puedes presenciar grandes colecciones de arte, como una tabla hispano-flamenca del artista Bartolomé Bermejo, una obra del pintor Ramón Casas, fotografías pictoricistas de Rogent y hasta joyas modernistas.

Por último, pero no menos importante, puedes ver impresionantes colecciones de vidrios, como la colección Caballero-Infante de objetos de la Hispania romana, la colección Franz Merkens con artículos del imperio romano en Germania, la colección Hakky-Bey de artes islámicas, la colección Durighello con piezas de Galilea y Fenicia, entre otros.

¿Cómo visitar la CASA AMATLLER?
Para llegar a la Casa Museo Amatller, puedes usar el metro, bajando en la estación Passeig de Gràcia de la Línea L3 (línea verde), que te dejará a tan solo unos cuantos pasos. Este recinto abre sus puertas para los curiosos y admiradores del arte a través de dos modalidades. La primera son las visitas guiadas, que se ofrecen de lunes a domingo en tres distintos idiomas:
- 10:00 a.m. en inglés
- 11:00 a.m. en castellano
- 12:00 p.m. en catalán

Estas visitas tienen un costo aproximado de 22 € ($470 MXN o $25 USD). También están las visitas audioguiadas, que podrás encontrar de lunes a domingo de 10:00 a.m. a 07:00 p.m., en catalán, castellano, inglés, francés, italiano, alemán y chino, con un precio en línea de 20 € ($428 MXN o $23 USD).
Y existe una tercera modalidad denominada “visita teatralizada”, pero solo se llevan a cabo en determinadas fechas especiales, así que mantente atento en su página oficial.

Y como últimas consideraciones, los niños menores de 7 años pueden gozar de las visitas totalmente gratis. Además, hay acceso para personas con movilidad reducida. Considera que tu calzado sea amigable para la conservación de los mosaicos de azulejo. Y finalmente, también podrás realizar degustaciones de chocolates Amatller en el recinto…
Ahora que ya leíste lo que este lugar tiene para ofrecerte, ¿qué esperas para descubrir la Casa Amatller en Barcelona, España? ❖

#NuncaDejesDeViajar
Europa
La DANZA de la CABRA: Un raro RITUAL de FIN de AÑO en RUMANIA
Cerrando el año viejo y recibiendo el año nuevo, este misterioso e inquietante baile ha logrado captar las miradas de viajeros de todo el mundo…
Rumania es un país lleno de folclor, en donde se pueden encontrar castillos que han inspirado películas, videojuegos, libros, cómics, hasta leyendas sobre espectros malignos y mucha superstición… Y es de esas creencias paganas de donde surge la misteriosa —y un poco tétrica— Danza de la Cabra (o también conocida localmente como La Capra o Jocul Caprei), que ayuda a recibir el Año Nuevo limpio y sin impurezas…

¿De dónde nace la CABRA DANZANTE?
En el pasado, los rumanos tenían la creencia de que las cabras tenían el poder de predecir el clima, por lo que la Danza de la Cabra se convirtió en una tradición para poder atraer la fertilidad… Si las cabras podían predecir el clima, entonces un humano disfrazado de cabra también podría engañar al destino… Esa era la idea inicial.

Con el tiempo, la Danza de la Cabra se convirtió en un símbolo de buena suerte, ayudando a iniciar los nuevos años limpios de impurezas. Y en realidad, la danza representa justo eso: una cabra que plasma, de manera dramática y a la vez cómica, el ciclo de la vida y la muerte, junto con un ritmo que va cambiando conforme se acerca su deceso. Este estilo, que coquetea entre lo tétrico y lo alegre, recuerda bastante al estilo de horror flok, lo que crea un ambiente mucho más alarmante.

¿Cómo es la DANZA de la CABRA de Rumania?
La Danza de la Cabra comienza con un grupo de jóvenes liderados por un bailarín vestido de cabra de colores con cascabeles. El disfraz consiste en una alfombra colorida tejida a mano y una cabeza de cabra hecha de madera. Esta cabeza tiene una articulación en la quijada, permitiendo que la boca funcione como un instrumento de percusión.
El grupo de jóvenes se dedica a ir de casa en casa y negocio en negocio, bailando al son de tambores, panderos y flautas, para llegar a un punto donde la cabra cae muerta, simbolizando el fin de año.
Pero inmediatamente es revivida por su séquito, simbolizando la resurrección de la naturaleza, la fertilidad y la llegada de un nuevo año lleno de bendiciones y abundancia. Más allá del espectáculo y representar la vida y la muerte, la danza también tiene como objetivo llevar buenos deseos a los hogares a cambio de dinero, vino, cozonac (pan dulce típico de Rumania), entre otros productos.

Un SÍMBOLO de historia
Si deseas presenciar en carne propia esta extraña danza, puedes visitar las regiones de Moldavia y Transilvania durante las temporadas decembrinas. Y aunque en la actualidad la Danza de la Cabra pueda tener un aspecto bastante inquietante, la realidad es que se trata de una tradición legendaria, en donde las costumbres arcaicas y paganas se mantienen como un símbolo de tradición y buena fe. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Curiosidades
Los CARREIROS do MONTE: Descendiendo las MONTAÑAS de FUNCHAL a toda velocidad
¿Quieres sentir la adrenalina montañesa? Pues en esta ciudad de Portugal puedes hacerlo a través de una experiencia llena de historia y diversión…
Ya sea que desciendas solo o acompañado, utilizar el servicio de los Carreiros do Monte es una experiencia que seguro dejará una gran marca en tu corazón. Se trata de una práctica histórica en Portugal, en donde podrás bajar las montañas de la ciudad cuesta abajo y a toda velocidad… ¿Estás listo para un poco de adrenalina?

¿De dónde nacen los CARREIROS do MONTE?
Los Carreiros do Monte (o también llamados como “carros de cesto“) se originan en el siglo XIX, más específicamente en la década de 1850, cuando los habitantes del monte Funchal adaptaron unos cestos como carros de carga para descender, de forma más rápida, productos agrícolas desde la punta hasta las faldas de la montaña.

Pero con el tiempo, esta técnica descubrió su potencial para también llevar pasajeros, cuando, de manera urgente, se tuvo la necesidad de bajar a una persona enferma. La solución era clara: subir al convaleciente a uno de estos carros de cesto y deslizarse por las calles colina abajo. Esto comenzó a popularizarse en la región, lo que llamó la atención de varios turistas, que ahora no solo utilizan el servicio de los Carreiros do Monte como un método de transporte, sino como una forma de divertirse y llenarse de adrenalina.

¿Dónde se ENCUENTRAN los CARREIROS do MONTE?
Los Carreiros do Monte se pueden encontrar fácilmente en la ciudad de Funchal, Portugal. Y aunque esta ciudad está en la isla de Madeira y no en la masa continental, llegar es sencillo. Puedes hacerlo por avión, crucero o ferry. Así se aprovechan más las espectaculares vistas que este sitio tiene para ofrecer. Una vez en la cima de la montaña, podrás ver a los pilotos de los intrépidos cestos.
Son fáciles de reconocer por su vestimenta blanca, cinturón negro y sombreros de paja… Bastante sofisticados para un trabajo tan emocionante.

Además, los Carreiros do Monte son considerados un icono en la isla de Madeira, debido a la gran importancia turística que atrajeron a la región. Es por eso que seguramente podrás encontrar esculturas, arte y souvenirs de estos icónicos personajes. Los carros de cesto también forman parte de su cultura, pues es en Portugal el único país del mundo en donde se pueden encontrar.

Y por si te lo preguntabas, estos carros de cesto están elaborados con mimbre, madera de eucalipto y patines engrasados. Básicamente, funcionan como trineos sin nieve, que son impulsados por dos pilotos, que se balancean y empujan de un lado a otro para descender la montaña. Y si no te dan seguridad, tienes que saber que estos cestos son bastante resistentes, siendo ideales para soportar toda la adrenalina de bajar el monte Funchal.

¿Cómo es viajar con los CARREIROS do MONTE?
Para poder vivir la experiencia de los carros de cesto, tienes que llegar a la cima del monte Funchal. La manera más fácil es subirte al teleférico que te deja justo donde se encuentran los Carreiros do Montelo, que también te permite apreciar las hermosas vistas de la isla. El costo aproximado por persona es de 28 € ($587 MXN o $32 USD). Usualmente cada carrito tiene capacidad para tres personas, aunque hay algunos un poco más grandes.

Una vez sentado en el carro de cesto, los pilotos empezarán a empujarte cuesta abajo con una velocidad cercana a los 20 kilómetros por hora. Pero no te preocupes, que ellos son expertos; tú solo disfruta del momento y la vista de la ciudad y del mar que se extiende hacia el horizonte de Portugal. ❖

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