

América
No conoces Estados Unidos hasta que conozcas St. Augustine
Descubre St. Augustine la ciudad más antigua de EE. UU., y déjate llevar por su historia, gastronomía y el calor de su gente. Ideal para recorrer a pie.
St. Augustine, la ciudad más antigua de los Estados Unidos, te invita a descubrir no solo su rica historia, sino también a sentir la magia que impregna sus calles adoquinadas, su gente cálida y el eco de las olas que rompen suavemente contra las murallas del legendario Castillo de San Marcos. Es un lugar donde la historia cobra vida, donde el presente y el pasado se entrelazan, y donde cada paso que das te lleva más allá de las simples vistas turísticas, hasta un viaje emocional por la esencia de América.
Pasear por la historia en cada esquina de St. Augustine
Caminar por St. Augustine es como desandar siglos de historia. No es solo ver monumentos; es sentir la atmósfera del pasado que se respira en cada rincón. Mientras recorres las calles, con sus edificios coloniales y fachadas que han resistido el paso del tiempo, no puedes evitar imaginar cómo fue la vida de los primeros exploradores, los colonos y los soldados que una vez defendieron estas tierras. Cada paso resuena con la historia, desde los misteriosos ecos que aún parecen vibrar en las paredes del Castillo de San Marcos, hasta los tranquilos senderos que llevan a la Misión Nombre de Dios, donde se asentaron los primeros europeos en América del Norte.
Al caer la tarde, el sonido del viento meciéndose en los árboles y el murmullo de las olas al fondo te transporta a otra época. La brisa marina, acariciando tu rostro, mientras observas las piedras gastadas del castillo, parece contarte historias de batallas pasadas y sueños perdidos en el horizonte. Este es un lugar donde los detalles importan y cada rincón susurra secretos del pasado.
Gastronomía que alimenta el alma en St. Augustine
St. Augustine no solo alimenta la mente y el corazón, sino también el paladar. Aquí, en el centro histórico, no encontrarás la invasión habitual de cadenas de comida rápida que suelen ocupar las ciudades estadounidenses. En cambio, la esencia de esta ciudad te lleva directamente a restaurantes locales donde cada platillo cuenta una historia. Desde pequeños delis hasta restaurantes de alta cocina, los chefs de St. Augustine han logrado fusionar la tradición y la innovación para ofrecerte una experiencia gastronómica inolvidable.
Al sentarte en una mesa de un restaurante con vista a las calles empedradas, es imposible no sentir una conexión con la comunidad. Los ingredientes frescos y locales reflejan el amor que los habitantes sienten por su tierra. Cada bocado te transporta a una parte diferente de la ciudad: los sabores del mar en un suculento platillo de mariscos, o el aroma de hierbas frescas que parecen traer consigo las brisas del Atlántico. Comer aquí es mucho más que una simple comida, es una celebración de la vida local y la historia culinaria que se ha desarrollado a lo largo de los siglos.
En St. Augustine, el coche se vuelve un mero accesorio. Esta es una ciudad que se descubre caminando. Las calles están pensadas para invitarte a perderte en ellas, a detenerte en cada esquina, a descubrir joyas escondidas. Cada paso te lleva más cerca de un museo, de una atracción, de una tienda de artesanías o de un café acogedor. A diferencia de muchas ciudades en Estados Unidos, aquí no se trata de apresurarse para llegar a un destino; el propio caminar es la experiencia.
Desde el fuerte hasta la famosa Fuente de la Juventud, te sorprenderá cómo la ciudad está perfectamente diseñada para ser explorada a pie. La caminata es un placer en sí mismo: el crujido de las hojas bajo tus pies en otoño, el cálido sol acariciando tu piel en verano, o el aire fresco que llena tus pulmones en invierno, cuando la temperatura es perfecta para una caminata tranquila y agradable.
El clima ideal para todas las estaciones
St. Augustine es una de esas raras ciudades en la que el clima parece estar diseñado para los viajeros. A lo largo del año, ofrece un refugio perfecto para aquellos que buscan escapar del frío invernal que afecta a gran parte de la unión americana. Mientras en el norte del país las temperaturas caen, aquí el invierno es suave y acogedor, permitiendo que los visitantes disfruten de actividades al aire libre sin preocuparse por el clima. Las noches frescas invitan a recorrer la ciudad iluminada por antiguas farolas, mientras que los días templados son ideales para explorar cada rincón.
La sensación de caminar sin prisas por las calles de St. Augustine, mientras el sol invernal calienta tu piel, es difícil de describir. Es como si la ciudad misma te abrazara, creando un refugio perfecto del bullicio del mundo exterior. Puedes detenerte en la playa, sentir la arena bajo tus pies y dejar que las olas acaricien tus tobillos, recordándote que la vida, en esta ciudad, se vive a otro ritmo.
Gente que te hace sentir en casa
Más allá de la historia, la comida o el clima, es la gente de St. Augustine la que realmente deja una huella en el corazón de quienes la visitan. Los locales no solo están acostumbrados a recibir visitantes de todo el mundo, sino que lo disfrutan. Se nota en su manera de interactuar contigo, en sus sonrisas y en su disposición a compartir sus historias y su estilo de vida relajado. No es raro que, tras una conversación en una pequeña tienda de antigüedades o en un café, te sientas como si hubieras hecho un nuevo amigo.
La comunidad aquí es pequeña, pero está llena de vida. La calidez humana que se respira en St. Augustine es palpable, y es uno de esos destinos donde cada conversación te deja una sensación de conexión. En cada encuentro, en cada saludo amistoso, sentirás que este es un lugar donde no solo se visitan monumentos, sino donde se forjan recuerdos con personas que comparten su amor por su ciudad.
Accesibilidad sin perder la magia
Pese a su encanto de ciudad pequeña y remota, St. Augustine está sorprendentemente cerca de aeropuertos importantes, como el de Orlando o Jacksonville, lo que facilita su acceso desde cualquier parte del mundo. Aun así, la sensación al llegar es de estar lo suficientemente lejos del bullicio para sentir que te has adentrado en un rincón especial de la historia de Estados Unidos. Este equilibrio entre la accesibilidad y la sensación de escape es parte del encanto de St. Augustine. Es fácil llegar, pero difícil de olvidar. Al caminar por sus calles, sentirás que has descubierto uno de los secretos mejor guardados de la unión americana.
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GUM WALL en SEATTLE: Un muro ASQUEROSAMENTE fascinante
¿Alguna vez te imaginaste o dudaste sobre la calle en la que existen miles de chicles pegados sobre la pared? Pues existe, y es parte de la cultura estadounidense…

Justo en Seattle, Estados Unidos, existe un mercado icónico, llamado el Pike Place Market. Es conocido por ser uno de los emblemáticos mercados de la región. En él podrás encontrar todo tipo de carnes, pescados y productos agrícolas de vendedores locales; sin embargo, sabemos que no estás en esta nota para hablar sobre tiendas, pero es importante saber que el tesoro que estás buscando se encuentra justo debajo de este lugar.

Conociendo el GUM WALL de Seattle
Bueno… no está justo debajo, sino en una de sus calles. Y es que el Pike Place Market no es como los mercados en un edificio o bodega a los que estamos acostumbrados; este se conforma de varias calles llenas de tiendas y locales, y es justo en un callejón con pendiente que se encuentra el Gum Wall.

Este famoso callejón, conocido como Post Alley, pero apodado como el Gum Wall, es una atracción turística que sin duda no te puedes perder en tu próxima visita a Seattle; y es que, dentro de él, los muros están cubiertos de miles y miles de chicles usados. Esto lo ha convertido en un destino para viajeros de todo el mundo, que, con su extraña y quizás asquerosa belleza, se vuelve un espacio sumamente curioso.

La EXTRAÑA HISTORIA del GUM WALL
El origen del Gum Wall comienza alrededor de 1993, cuando la gente que visitaba el Market Theater (un teatro justo a un lado) comenzaba a pegar sus chicles en la pared mientras esperaban en la fila. Al principio, los encargados del teatro intentaron limpiar el muro en varias ocasiones, pero la gente seguía pegando chicle tras chicle, y esta “costumbre” se extendió a lo largo de toda la calle. El personal se rindió y terminó aceptando el famoso Gum Wall como una atracción turística e icónica en Seattle.

A pesar de ser nombrado como una de las atracciones más sucias en 2009, superando a la Piedra de Blarney (piedra que ofrece elocuencia si es besada), el Gum Wall fue aprobado por el gobernador de Washington, Jay Inslee, quien lo describió como “aspecto favorito de Seattle, que no se encuentra en ningún otro lugar”, además de ser el punto de inicio del Ghost Tour y un spot fotográfico para bodas.

Un BORRÓN y CUENTA nueva
El 10 de noviembre de 2015, después de más de 20 años de acumulación de chicles, el Wall Gum fue limpiado a fondo por primera vez, esto para evitar la erosión de los ladrillos a causa del azúcar de los chicles. Se retiraron alrededor de 1,000 kilogramos de chicle. Para ello se realizó la limpieza con máquinas de vapor para quitar cada goma de mascar.

En septiembre de 2018 y noviembre de 2024 se volvió a limpiar el muro, pero en las 3 ocasiones no tardó mucho cuando nuevamente la gente volvía a poner chicles en las paredes; incluso, muchos llegaron a hacer dibujos con chicles.

Hoy en día, el muro luce nuevamente cubierto de este elástico y pegajoso dulce colorido. Tiene una altura de 4.5 metros con 15 de largo, llena de color, forma y patrón inigualable, y es una de las atracciones más extrañas y fascinantes de Seattle.

Su presencia es tanta, que incluso fue uno de los escenarios para la película Love Happens del 2009, dirigida por Brandon Camp y teniendo como protagonistas a Aaron Eckhart y Jennifer Anniston.

Visitando el GUM WALL
Visitar el Gum Wall es una experiencia peculiar, ya sea que te parezca bello o repulsivo. Al final es un muro lleno de creatividad y originalidad que hace ser único a Seattle.

Así que, si alguna vez te encuentras en Seattle y te atrae lo extrañamente bello, no dudes en pasar por Post Alley y observar este colorido muro con gomas de mascar. Por cierto, ¡no olvides llevar tu propio chicle y dejar tu marca! ❖

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DYER’S BURGERS: Las HAMBURGUESAS con grasa de MÁS de 100 AÑOS
Una tradición culinaria surgida por un accidente… esa sería la descripción para este lugar, que se ha convertido en una parada obligatoria para todo amante de las hamburguesas.

¿Alguna vez has imaginado comer una hamburguesa que ha sido cocinada en el mismo aceite de hace 100 años? Pues, si quisieras, podrías hacerlo… y así fue como nació Dyer’s Burgers, el famoso restaurante en Memphis, donde sus hamburguesas contienen una legendaria receta llena de historia y secretos.

DYER’S BURGERS y la GRASA de los 100 AÑOS
Dyer’s Burgers nació como Dyer’s Café, y fue fundada en 1912 por Elmer “Doc” Dyer. Se ubicaba en la famosa Beale Street, en el centro de Memphis, Tennessee, Estados Unidos. Su fama llegó rápidamente gracias a sus deliciosas hamburguesas.

Y si bien ya eran famosas entre los clientes, su verdadero éxito se dio una noche inesperada, cuando un cocinero se olvidó de cambiar el aceite del sartén. Lejos de ser antigénico, fue un gran golpe de fama para Dyer’s, convirtiendo sus ya buenas hamburguesas en todo un deleite tennesiano.

Tiempo después, en 1935, Dyer´s Café pasó a manos del empleado Kahn Aaron, quien compró el establecimiento. Mantuvo el nombre de Dyer’s y cuidó de la grasa que se había estado usando por años. Hoy en día continúa haciendo deliciosas y jugosas hamburguesas.

¿CÓMO se preparan las HAMBURGUESAS de DYER’S?
El secreto en las hamburguesas comienza con pequeñas bolas de carne que son golpeadas con un mazo de madera antes de ser cocinadas en un sartén de hierro fundido hecho a la medida para 75 hamburguesas.

Para freírlas se usa el famoso aceite de la casa que ha definido el prestigio y el sabor único de Dyer’s. El único detalle que vas a encontrar en las hamburguesas es que la carne suele encogerse por naturaleza; para solucionar esto puedes pedir carne doble o incluso triple —porque una sola no es suficiente—.

Aunque la idea de comer una hamburguesa freída con aceite de un siglo de antigüedad podría generar controversia, los clientes han aceptado esta receta e incluso hay quienes llegan a pedir que la hamburguesa completa, incluyendo el pan, sea sumergida en la famosa grasa; puedes pedirla como Double Dip (Doble inmersión).

¿Qué pasa si SE ACABA EL ACEITE?
No, no hay forma de que Dyer’s Burgers pierda su sazón, pues la cocción de su carne siempre produce nueva grasa. Esto hace que su famosa grasa se incremente diariamente con cada hamburguesa.

Semanalmente, el restaurante utiliza entre 340 y 450 kilos de carne; aun así, Kendall Robertson, el actual dueño de Dyer´s, ha dicho que tiene 10 cubetas almacenadas de esta grasa, solo como medida de seguridad en caso de que el sarten se queden sin aceite. De hecho, aunque te parezca irreal, la grasa ha llegado a ser transportada a distintas ubicaciones de Tennessee, todo bajo protección de escoltas de policiales armados…

La ACTUALIDAD de DYER’S BURGERS
La tradición de Dyer’s se mantiene viva… y no, no es mito; y no, tampoco es antigénico, pues a pesar de todo cuenta con medidas de salubridad. Hoy en día, Dyer’s Burgers es reconocida entre las mejores hamburguesas del mundo. De hecho, se encuentra en el ranking número 3 de las 10 mejores hamburguesas de Estados Unidos, esto según la revista Playboy.

Si te interesa probar una, tienes que saber que su costo va de entre $5 y $10 dólares estadounidenses ($100 a $200 pesos MXN), esto dependiendo de cuál pidas… ya sea sencilla o hasta triple. Por cierto, si tal vez en las fotos las hamburguesas te parecen sencillas, es porque no utilizan nada más que mostaza, pepinillos, cebollas y pimientos. Olvídate de la lechuga, el jitomate y cualquier otro condimento… confía, ellos saben lo que hacen. El restaurante también ofrece otro tipo de comida rápida, como hot dogs o pollo frito, pero sin duda la especialidad de su menú son las hamburguesas.

¡Pero espera! Que no son solo hamburguesas; son una tradición en Memphis, un pedazo de centenario que se va en cada mordida, un sabor único y delicioso que no podrás encontrar en ningún otro lugar. Así que sí, Dyer’s Burgers es una parada cultural obligatoria en Tennessee. ❖

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El MÍSTICO LABERINTO PATAGONIA: PERDERSE para ENCONTRARSE
Inspirado en la kabbalah, la geometría sagrada y algo de mitología, el Laberinto Patagonia es un lugar de introspección, meditación y sabiduría…

Imagina un lugar donde perderse no solo está permitido, sino que también es una gran aventura. Un lugar donde los caminos serpentean entre árboles, el aire huele a bosque puro y cada paso te hace sentir misterio. Así es el Laberinto Patagonia: una joya escondida en Argentina, que te está esperando para desafiarte y maravillarte.

¿Qué es el LABERINTO PATAGONIA?
Con una extensión de 8,500 metros cuadrados, el Laberinto Patagonia es considerado el laberinto más grande de América del Sur. Fue diseñado por Claudio Levi y su esposa Doris Romero.

Su historia es muy curiosa: en 1982 se dirigía a El Bolsón, una ciudad al oeste de Argentina, pero en el tren escuchó a alguien hablar sobre “El Hoyo”, una localidad rural en La Comarca, poco antes de El Bolsón. A él le llamó tanto la atención que decidió bajarse ahí, descubriendo el lugar donde viviría por siempre.

Al siguiente año compro 3 hectáreas de terreno, con un costo de $150 dólares cada una. Su idea era crear un lugar turístico, y lo logró al encontrar, dentro de sus terrenos, un mosquetal de unos 4 metros de altura, que simulaba un laberinto natural. Ahí fue donde surgió la idea.

Tiempo después, Claudio y Doris Romero, su esposa, comenzaron a diseñar y plantar cipreses para dar forma al proyecto. Fue una labor difícil, ya que el terreno donde se encontraban era desigual. Para poderlo construir, sembraron poco más de 2,000 cipreses.

Finalmente, fue inaugurado en el año 2015. Su estructura está influenciada por conocimientos de la kabbalah, la geometría sagrada, mitología, filosofía y magia, convirtiendo e este laberinto en un espacio de introspección y exploración personal.

¿Qué hacer en el LABERINTO PATAGONIA?
La principal actividad en el Laberinto Patagonia es recorrer sus senderos. Consta de nueve entradas y nueve salidas, lo que hace que aumente su dificultad y desafío.

Además, puedes disfrutar de la gastronomía local, ya que dentro del complejo se ofrecen productos elaborados con frutos y cultivos originarios de La Comarca, permitiendo a los visitantes comer en un entorno único. De hecho, el Laberinto Patagonia cuenta con dos opciones para comer: La Confitería, donde se sirven pasteles; y Sidra Restaurante, donde se sirven pastas, vegetales y la especialidad: sidra. Todo esto con vistas impresionantes de las montañas.

Como recomendación, te sugerimos ordenar el ribs de cerdo con chucrut, acompañado de cremosas papas.

La BELLEZA del MISTICISMO
Como mencionamos anteriormente, el diseño del laberinto mezcla conocimientos de la kabbalah, la geometría sagrada y algo de mitología. La razón es que Claudio y Doris no solo buscaban un simple laberinto… sino que crearon un símbolo de la vida misma. Cada visitante es diferente, y su perspectiva del recorrido puede cambiar según la luz, la estación e incluso el estado de ánimo, haciendo de cada visita algo único.

Tienes que saber que la entrada al laberinto tiene un costo, y este varía dependiendo de la estación. Durante el verano del 2025, tendrá un costo de $12,500 pesos argentinos ($236 pesos mexicanos). Los niños de entre 7 a 12 años pagan $9,500 ($180 pesos mexicanos), y los jubilados $7,000 argentinos ($132 pesos mexicanos). Los menores de 7 entran gratis, siendo un plan ideal para familias.

Y si buscas algo extra… algo tal vez artístico, podrás encontrar a GAL: la Galería de Arte Laberinto. Aquí constantemente se realizan exposiciones, conciertos y hasta experiencias inmersiva con luces. La entrada cuesta unos $6,500 pesos argentinos ($122 pesos mexicanos).
Para llegar a este mágico lugar, tendrás que dirigirte hacia El Hoyo, un pueblito encantador en la provincia de Chubut, en plena Patagonia Argentina. Queda a 15 kilómetros de El Bolsón y a 14 del Lago Puelo, en el valle del río Epuyén. Para llegar, tienes que tomar la Ruta Nacional 40, que es icónica por atravesar la Patagonia.

Una EXPERIENCIA inmersiva
El Laberinto Patagonia se ha convertido en una experiencia tanto espiritual como existencial, en la cual puedes llevar tus pensamientos hacia un enfoque diferente, haciéndonos entender que perderse nunca había traído tanta plenitud… ¿Te animas a encontrar la salida? ❖

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