Curiosidades
La CIUDAD DE LOS MUCHACHOS: una UTOPÍA QUE DESAFIÓ las REGLAS EN ESPAÑA
Como parte de un proyecto que buscaba crear al hombre utópico perfecto, el Circo de los Muchachos es el símbolo de la organización, el abuso y la juventud española.
Durante la España franquista (1939–1975), el país se encontraba bajo un régimen autoritario que restringía muchas de las libertades civiles y políticas. No hace falta decir que la educación y la libertad de expresión también estaban severamente prohibidas. En este contexto era imposible imaginar que cumplir el sueño de un hombre fuera algo probable, hasta que llegó el Padre Silva a demostrar lo contrario.

El INICIO de la UTOPÍA
Jesús César Silva Méndez Galicia, mejor conocido como el Padre Silva, era un sacerdote español que tenía un sueño: crear una fábrica de revolucionarios. Esta idea la tomo de Edward Flanagan, un sacerdote estadounidense que creó Boys Town, una fundación dedicada a cuidar niños sin familia.

Y a pesar de que la idea de Flanagan tenía fines benéficos, Silva lo que buscaba era crear un lugar donde los niños pudieran vivir en una comunidad que fuera gestionada por ellos mismos, donde ellos eligieran a sus líderes, gobernaran y diseñaran sus propias leyes, libres de todas las restricciones que existían en las condiciones de su antigua España.

PRIMEROS AÑOS
El ambicioso proyecto inicio cuando el Padre Silva se acercó a un grupo de 15 muchachos de una zona humilde de la ciudad para contarles de su plan. Los muchachos, que eran huérfanos y no tenían ayuda de ningún tipo, no dudaron ni un segundo en seguirlo. Su primera sede fue la vieja cárcel de la Corona del centro de Ourense, pero fueron desalojados cuando el gobierno se enteró de que el Padre Silva les enseñaba sobre los derechos y la igualdad.

Fue así como se alojaron en unos graneros, propiedad de la familia del sacerdote. Ahí, los muchachos crearon la compañía TraPaBoCha, que consistía prácticamente en recoger latas, botellas, tela y demás chatarra para poderlas vender a los ropavejeros de la zona. Finalmente, Silva comenzó a enseñarles un oficio a los muchachos, haciendo que su comunidad aumentara considerablemente… su lema: siempre hay sitio para uno más.

Con un gran número de muchachos, la comunidad se vio obligada a trasladarse una vez más, pero esta vez sería a un terreno a las afueras de la ciudad de Ourense, conocido como la finca Benposta.

Creando la CIUDAD DE LOS MUCHACHOS
El espacio fue totalmente construido por los muchachos; las calles, edificios, todo lo requerido para considerarse una pequeña ciudad. Y para mantener la independencia económica, Silva comenzó a enseñar nuevos oficios, además de colocar una gasolinera dedicada a recaudar fondos.

Al poco tiempo, la Ciudad de los Muchachos ya contaba con su propio parlamento, escuela, aduana, hospital, banco, bar, supermercado, panificadora e incluso su propia moneda: La Corona, mismo nombre del lugar donde inició el proyecto.

La democracia también fue esencial en la ciudad. Diariamente se tomaban decisiones donde todos los muchachos tenían voz y voto, sin importar su edad. Además, cada 4 años, era escogido un alcalde, algo que en la España franquista no sucedía.

Tiempo después, y por una gran pasión de Silva, la Ciudad de los Muchachos fundó su propia Escuela Circense, en la que, de la mano de profesionales contratados por el sacerdote, surgió el Circo de los Muchachos, el cuál gano rápidamente una buena reputación. Estos serían llevados de gira por todo el mundo… Francia, Bélgica, Alemania, Estados Unidos e incluso México fueron algunos de los países en deleitarse con su presencia.

Sin embargo, el tiempo y la diferencia de pensamientos hizo que El Circo de los Muchachos se viera mermado.
El DESASTROSO final de la CIUDAD DE LOS MUCHACHOS
Todo lo que sube tiene que bajar, y eso fue lo que pasó con La Ciudad de los Muchachos. Durante los años 1977 y 1978, el circo se encontraba de gira en Latinoamérica, por lo que aprovecharon para fundar diferentes sedes de Benposta en ciudades desamparadas, como Colombia y Nicaragua.

El Circo de los Muchachos. Foto – El Español
Sin embargo, el mensaje que el padre Silva difundía no era del gusto de todo el mundo, por lo que, al desembarcar en Argentina, Videla, quien era el presidente de la dictadura militar, los atacó diciendo que su prédica era totalmente revolucionaria y desestabilizadora para el orden público.

Tras múltiples amenazas, los militares argentinos interrumpieron una de sus presentaciones, deteniendo y secuestrando por 3 días a los muchachos y a Silva. Fue este el punto de máxima deterioro, ya que, al mismo tiempo, muchos de los muchachos, ahora convertidos en hombres y mujeres, decidían dejar Benposta para poder construir sus vidas, haciendo que poco a poco, la Ciudad de los Muchachos se hiciera cada vez más desierta.

El VESTIGIO de la UTOPÍA
Tiempo después, la verdadera realidad de la Ciudad de los Muchachos comenzó a ver la luz, dejando en evidencia maltratos, explotación, abusos, abortos e incluso la malversación de fondos, llevando al Vaticano a realizar una investigación en 2009, de la que, hasta el día de hoy, no se tienen veredictos.

Actualmente es posible visitar la antigua Ciudad de los Muchachos, y aunque claramente ha experimentado un declive, todavía hay personas que viven allí y mantienen sus puertas abiertas para los visitantes que deseen explorar el lugar, que durante años fue un punto de esperanza para las almas más desamparadas. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Curiosidades
Descubre el exótico SUSHI BOYACENSE de Colombia
Con un aspecto grotesco pero un sabor delicioso, este platillo colombiano se ha ganado el corazón de muchos y el repudio de otros.
Colombia cuenta con una enorme gastronomía que deja encantado a cualquier viajero que lo visita. Entre sus delicias se pueden encontrar arepitas, ajiaco (sopa de pollo con papas), lechona (cerdo relleno de arroz y guisantes) e incluso tamales. Sin embargo, existe un platillo que, gracias a su peculiar aspecto, ha ahuyentado incluso a los comensales de estómago fuerte… Y se trata del sushi boyacense.

Una delicia INCOMPRENDIDA
El sushi boyacense (también conocido como “pescuezos rellenos” o “empanada boyacense“) es un platillo campesino de Colombia, específicamente del departamento de Boyacá, de ahí lo de boyacense. A simple vista, parece un platillo bastante raro, aunque quienes lo han probado aseguran que te dejará con ganas de más.

Prácticamente consiste en un pescuezo de pollo relleno de menudencias del mismo animal, arroz, papa, arveja, cebollín y tomate. Este se cose en su caldo o se asa a fuego lento, otorgándole un olor y sabor que recuerda a la cocina tradicional. Su nombre de “sushi” es gracias a su parecido con el sushi japonés, que también es un platillo relleno. Se cuenta que el sushi boyacense nació en el campo, como una forma de aprovechar todas las partes de la gallina.

De hecho, esa filosofía de “no desperdiciar nada” es seguida por la mayoría de los puestos donde venden el sushi boyacense, pues es casi probable que también te ofrezcan la chatarra —también llamada “menudencias”—: una combinación de otras partes de la gallina, como pescuezos, patitas y mollejas. Todo eso acompañado con una salsa colombiana conocida como ají, que es elaborada con tomate, cebolla, cilantro, aceite, vinagre, ajo y ají (que en México sería el chile).

El SABOR de CAMPO
El sabor del sushi boyacense se describe suave, con el clásico sabor a pollo, pero con la consistencia y delicia del arroz con verduras. Un todo en uno que solo puede ofrecer la cocina de campo. Lo puedes encontrar en varias partes de Colombia, pero si quieres ir a lo seguro, entonces tendrás que visitar Medellín, Santander, Boyacá o Cundinamarca.
Así que, si eres fanático de la comida exótica o buscas una nueva experiencia, es casi seguro que el sushi boyacense sea para ti… ¿Te atreverías a probarlo? ❖

#NuncaDejesDeViajar
África
Los SAPEURS del CONGO: Moda, orgullo y LEGADO AFRICANO
Redefiniendo el concepto de moda en un ambiente un tanto hostil, estos personajes se han ganado la mirada de gran parte del mundo…
En el Congo, las ciudades se enfrentan a enormes desafíos, como guerras sociales armadas y pobreza, que curiosamente han gestado a una subcultura desarrollada para redefinir la moda con prendas de diseñadores reconocidos… Se trata de los Sapeurs (o también llamados los Dandis), unos curiosos personajes que se han dado a conocer por convertir las calles del Congo en una lujosa pasarela de modas, desafiando las adversidades sociales y económicas y llamando la atención de viajeros de todo el mundo…

El origen de “LA SAPE”
El nombre “Sapeurs” tiene su origen en las siglas SAPE: Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes (o en francés, “La Société des Ambianceurs et des Personnes Élégantes“). Este movimiento inicia a raíz del colonialismo en el Congo durante el siglo XX, cuando los europeos establecieron jerarquías basadas en estatus. La ropa se transformó en un marcador de clase, lo que a su vez también representaba exclusión.

A través de prendas extravagantes y coloridas, los Sapeurs proclamarían su derecho a ser vistos y respetados por igual. Y aunque tradicionalmente ha sido un movimiento protagonizado por figuras masculinas, en los últimos años tanto mujeres como niños se han sumado a esta expresión cultural.

¿Cómo distinguir a LOS SAPEURS?
Si un día viajas a la República del Congo o a la República Democrática del Congo (específicamente en las calles de sus capitales, Brazzaville y Kinshasa), es casi seguro que te encuentres con un Sapeur… Pero, ¿cómo saber reconocerlo? En pocas palabras, un Sapeur se refiere a un individuo que establece su propio estilo basado en la calidad y la distinción. Los Sapeurs son conocidos por portar vestimenta ostentosa.
De hecho, se considera una falta al código Sapeur portar ropa imitación, y deben tener en su ropero mínimo 10 trajes diferentes.

Y aunque cuentan con algunas normas, el concepto general es poder diferenciarse de los demás… Contar historias a través de sus prendas. Pero esto no solo influye en su forma de vestir, sino también en su forma de expresarse. Los Sapeurs deben ser sofisticados y elegantes en cada paso que den.

Sin embargo, el contraste de la moda con el entorno marcado por la escasez que existe en el Congo, plantea un profundo dilema ético. Adoptar este estilo de vida no implica la pertenencia a una élite exclusiva; representa años de esfuerzo y sacrificio, muchas veces deudas de por vida.
Para muchos es una inversión considerable adquirir zapatos y trajes de diseñador, con el único motivo de contar historias a través de su estética, pues para los Sapeurs representa un símbolo de dignidad en medio de la adversidad.

El CONGO al paso de la MODA
El responsable de todo esto es Papa Wemba, reconocido como el padre de “la SAPE”, quien logró trascender la moda más allá de lo material… Como bien decía él: “Los blancos inventaron la ropa, pero nosotros la convertimos en un arte”.
Aunque existen diferentes posturas sobre esta cultura, quienes la practican son considerados celebridades en su región, siendo buscados por todo el Congo por personas que anhelan una fotografía o al menos una pequeña interacción con ellos, ganándose la admiración de la gente y desafiando la dinámica social tan exigente de la zona. ❖

#NuncaDejesDeViajar
América
The COLLETTSVILLE CUP HOUSE: La casa con más de 30 MIL TAZAS en medio del BOSQUE
Esta cabañita en Carolina del Norte te muestra cómo una simple afición pudo transformarse en un símbolo local bastante interesante…
Ubicada en Old Johns River Rd, Collettsville en Carolina del Norte, se encuentra una de las atracciones de carretera más surrealistas que podrás visitar en tu vida. Para llegar a ella tendrás que adentrarte en un entorno boscoso, lejano y lleno de naturaleza, que es el escenario en donde se encuentra The Collettsville Cup House: una de las casas más extrañas y divertidas de Estados Unidos.

El PARAÍSO de las TAZAS
“The Collettsville Cup House” —también conocida como “The House of Mugs”— es una de las atracciones más acogedoras del condado de Collettsville. Se trata de una cabaña completamente cubierta de tazas de café… La creación de este sitio empezó en el verano del año 2000, cuando Avery Sisk, sin ninguna razón aparente, decidió colgar tazas en la fachada de su cabaña utilizando clavos fijados en diagonal.

Muchos se preguntan por qué Avery tendría tantas tazas; sin embargo, a Avery no le gustaban particularmente las tazas; ni si quiera era un bebedor frecuente de café. La razón es más sencilla de lo que parece: un día buscando una lámpara en un mercado de pulgas, se encontró con una oferta irresistible: 750 tazas por $15 dólares. Eso innegablemente soluciona su relación con las tazas, que cuando las hay en abundancia, es difícil decidir qué hacer con ellas.

La primera taza que colgó Avery era una de souvenir que decía “Amo Nueva Jersey” (aunque recordemos que la casa se encuentra en Carolina del Norte). A Avery le gustó tanto cómo lucía aquella primera taza, que pronto comenzó a frecuentar mercados y tiendas de segunda mano para que su colección creciera. Y vaya que creció, pues lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en una afición fuera de control.
La última vez que Avery contó el total de tazas de café, sumaban 30,000. Después de eso, viajeros de todas partes del mundo también traían sus propias tazas para dejarlas clavadas en la cabaña.

The COLLETTSVILLE CUP HOUSE y la belleza de las TAZAS
Con una enorme colección que posa en el exterior de la cabaña, The Collettsville Cup House cuenta con tazas de todas formas, tamaños y colores, venidas de todas partes del mundo. Ahora ya no solo hay tazas en la fachada; también hay tazas en la valla, en los árboles e incluso en una pequeña construcción de madera cerca, que también fue dominada por la rara colección.

Lamentablemente, Avery falleció en marzo del 2023 a los 81 años, pero sin duda, nos dejó de recuerdo una de las atracciones más auténticas e inigualables del turismo. En la actualidad, la casa es cuidada y mantenida por sus hijos y esposa, que, en su tiempo, apoyaron la afición de Avery, y que ahora reciben con familiaridad a los escasos visitantes que dan con The Collettsville Cup House en medio del bosque.
Además, pueden invitarte al interior de la casa para platicar, ver más tazas y otras raras colecciones.

¿Qué hacer en la CASA de las TAZAS?
El principal atractivo en The Collettsville Cup House es, sin duda, pasear por el lugar y observar la gran variedad de tazas que cubren cada rincón del inmueble. Como dijimos, hay una enorme variedad de formas, tamaños y estampados que van más allá de la imaginación de un ser humano normal. Visitarla no tiene ningún costo, pero siempre es buena idea apoyar a la familia con alguna propina para el mantenimiento del sitio.

Así que, si tienes pensado visitar esta curiosa cabaña, no olvides llevar contigo tu propia taza, y si encuentras algún clavo disponible, añádela a la colección. Porque sí, la familia de Avery sigue fomentando el crecimiento de The Cup House. Además, puedes firmar y dejar algún comentario en el libro de visitas, lo que dejará tu marca por siempre en uno de los sitios más impresionantes de Estados Unidos… ❖

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