Turismo Internacional
Jardín Botánico de Montreal, su majestad las plantas
Caprichosas formas, colores y fragancias inundan uno de los jardines e invernaderos más fabulosos del mundo: árboles frutales, plantas medicinales autóctonas de Canadá.
Son 73 hectáreas en las que, entre jardines e invernaderos, ver la majestuosidad de las plantas en variedad de formas y colores, el Jardín Botánico de Montreal, Quebec, es considerado uno de los más hermosos en su tipo alrededor del mundo.
Si eres alguien que disfruta mucho de la naturaleza y de la belleza de las flores y los paisajes, te recomendamos venir a disfrutar la experiencia del extenso Jardín Botánico de Montreal, en el que encontrarás el jardín japón, el jardín chino entre otros impresionantes, así como el área más boscosa de motivos americanos.
Jardín Botánico de Montreal, su majestad las plantas
Plantas venenosas, árboles frutales, plantas nativas de Quebec, el jardín de los arbustos, el jardín de hortalizas, el de rosales y el de plantas temporales (como las flores) son solo algunos sonde su majestad las plantas te dejaran con la boca abierta.
Es considerado como uno de los jardines más hermosos e importantes no solo de Canadá, sino del mundo, está entre los 5 mejores, se inauguró desde 1931, empezando con un solitario edificio de administración con un par de huertos a su alrededor y tuvo su auge en los años 70 en donde se empezaron a construir las atracciones que harían de este sitio uno de los más populares e importantes de la época, el primero fue el Arboretum.
Esculturas de plantas
Hay aquí todo tipo de flores y esculturas hechas con las mismas plantas, además de que es la sede de varios eventos y competencias como por ejemplo de mosaicultura, donde los competidores muestran sus esculturas hechas de plantas.
Se reúnen más de 20 países para ver cuál es el mejor; esculturas alcanzan alturas impresionantes, que utilizan mas de 3 millones de flores, mallas de aluminio y otros tipos de materiales para darles la forma que deseen.
Un jardín museo
Cuando se creó el parque, la idea era que se eduque sobre la conservación de las especies de flora que el jardín alberga y sobre cómo podemos ayudar para que no desaparezcan en un futuro.
También se le llama museo porque en el habitan más de 22,000 especies diferentes de plantas, distribuidas alrededor del parque, tanto en los jardines o en los invernaderos del sitio, muchos espacios sido decorados en base algún tema de interés popular del mundo, se les conoce como jardines temáticos.
Los mejores lugares del jardín que debes visitar
La zona tienes varias áreas de interés, una de ellas es Le Jardín de Chine o el jardín chino, el cual, irónicamente, es el jardín chino más amplio y hermoso fuera del país, el cual está construido a base con todas las tradiciones asiáticas y es hogar de numerosos bonsáis. También cuenta con un edificio de arquitectura china, prácticamente es como si se trasladara un pedacito de china al Norte de América.
También se cuenta con un jardín japonés, donde se puede respirar la cultura y observar la belleza de las costumbres de ese país, las cuales están presentes en un evento que se hace llamada la ceremonia de té japonesa o La Ikebana, este lugar es además una de las zonas donde se encuentra una de las especies de plantas más hermosas del lugar, con tan solo observarlos sentirás una paz increíble.
¡Santuario de insectos!
El área también cuenta un gran arboreum, un santuario de insectos, donde cada cierta época del año se realiza la liberación de las mariposas monarcas realicen su migración, además de muchas otras atracciones naturales que te dejaran con el ojo cuadrado.
Este famosos jardín está abierto casi siempre, de lunes a domingo de 9:00-17:00, donde su precio más bajo para acceder este alrededor de los 200 pesos mexicanos por persona, ya si vas con la familia (máximo 5 integrantes) el precio está alrededor de los 750 pesos, es una experiencia inolvidable que no existe en ninguna otra parte del mundo, la cual te está esperando para que te deleites con sus maravillas.

¿En dónde se encuentra el parque?
Este gran espacio se encuentra en Montreal, Quebec, la cual es la segunda ciudad más poblada del país, este museo de la naturaleza está ubicado en la zona norte del país, exactamente en 4101, rue Sherbrooke Est, Montréal, Québec.
Si llegas en Metro, tomas la línea verde hasta la estación Pie-IX. En autobús, se toma el que se encuentra en las calles de 185 (Sherbrooke) y 139 (Pie IX), de preferencia pide que te indiquen donde bajar para que no te pierdas u otra opción seria.
Si tu opción es un carro alquilado, verifica la posibilidad de estacionarse en el complejo, aunque la mayoría de la gente se mueve por bicicleta, también podría ser una opción si vas en grupo o con ayuda de un mapa.
¡Nunca dejes de Viajar!
América
El FESTIVAL de las ALASITAS: La tradición de DESEAR
En Bolivia los deseos se llevan a un nivel muy pequeño… Específicamente con objetos en miniatura, que si son bien enfocados, pueden cumplir grandes anhelos.
El Festival de las Alasitas tiene su origen en La Paz, Bolivia, aunque con el paso del tiempo se ha ido extendiendo por otras regiones vecinas, como Argentina, Perú y Chile… Se trata de una celebración que se lleva a cabo cada 24 de enero —desde 1781—, y se hace en honor al dios Ekeko de la abundancia, perteneciente a la cultura aymara.
Este personaje se representa como un hombre robusto, con bigote, cigarro y un gorrito andino, y en el Festival de las Alasitas, sus esculturas son cargadas de objetos miniatura, como un símbolo de prosperidad y atracción de las cosas más deseadas…

¿Cómo se CELEBRA el FESTIVAL de las ALASITAS?
Durante el Festival de las Alasitas, los creyentes compran figuras en miniatura que representen aquello que quieren obtener o lograr durante ese año. Estas pequeñas figuras se ofrendan al dios Ekeko a través de un ritual de activación, que incluye oraciones y limpiezas con humo, para después colocarlas sobre él, buscando que las escuche como un deseo y las materialice.

La palabra “Alasitas” proviene del aimara (antiguo pueblo boliviano que habita en la región del lago Titicaca), y significa “cómprame”. Y si te preguntabas qué es lo que puedes comprar en miniatura, la respuesta es todo… Desde bienes materiales —como autos, casas, muebles, motos y negocios— hasta objetos que simbolizan la prosperidad —como billetes, comida y lingotes de oro—.

También hay otros objetos que simbolizan el anhelo de lograr una meta, como, por ejemplo, pequeños títulos universitarios para terminar tu carrera con éxito, pequeños contratos para lograr tener un buen trabajo o diminutos pasaportes, para tener un año lleno de viajes. Y si lo que deseas se trata de algo sentimental, también hay alasitas para ello, como figuras de parejas o anillos de matrimonio.

¿Deseas agrandar a tu familia? Pues también puedes encontrar bebés o cunas, así como alasitas de animales, si lo que quieres es tener una mascota que te acompañe en tu día a día. No hay límites para esto, pues lo importante aquí es desear, y desear con todas tus fuerzas, para que el año te bendiga con aquellos anhelos cumplidos.

Visualizando lo que quieres para TODO EL AÑO
El Festival de las Alasitas es una de las tradiciones más simbólicas de toda la región boliviana. Incluso es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pues, además del arte que involucra hacer las pequeñas figuras —usualmente de yeso con moldes—, también implica la unión familiar, las creencias que se comparten de generación en generación y la importancia de mantener vivo el deseo…

Y es que, con este tipo de tradiciones, Bolivia nos invita a mantener la ilusión por aquello que anhelamos atraer para cada año. Aquí el pensar cómo lograrlo o preocuparse por el futuro, pasa a un segundo plano, dejando espacio a los enormes suspiros y a las fes inagotables. ❖

#NuncaDejesDeViajar
América
Donde el mar se queda contigo: el Hotel Argonaut, San Francisco
Nunca el mar estuvo tan cerca de ti, te registras y la odisea de navegar por los mares comienza enseguida frente a timones, brújulas, velas de tela y pulpos gigantes.
Hay lugares que fueron construidos para el descanso, y otros que nacieron para contarte una historia. Pero hay sitios en donde se da esa perfecta combinación; en el Hotel Argonaut, San Francisco, existe una mezcla del pasado del puerto con la comodidad y el lujo del presente, así se convierte en una experiencia de viaje inolvidable en donde cada ladrillo guarda una historia distinta y uno que otro secreto del mar.
Así es, en pleno corazón de Fisherman’s Wharf, dormirás dentro de un edificio que fue testigo de la Fiebre del Oro, del bullicio de los barcos mercantiles y del renacer de una ciudad que aprendió a mirar siempre hacia el horizonte: San Francisco.
Arquitectura con alma marinera
Desde que llegas te recibe su fachada de ladrillo rojo algo no muy común, pero sabrás que se trata de un edificio histórico; tendrás el primer encuentro en el lobby y te conquistará su concepto marítimo antiguo: Velas, quinques, timones, relojes, camastros, una alfombra decorada con cuerdas y nudos, ¡sin duda alguna estás dentro de un barco!
los ladrillos a la vista, las brújulas y mapas antiguos no son simple decoración, sino símbolos de una época donde el mar lo establecía todo. Sus robustas vigas de abeto Douglas -rescatadas del histórico edificio Haslett Warehouse de 1907- guardan más de un siglo de historia y estarán por todas partes del hotel.
La restauración de este sitio fue una obra maestra: respetuosa, detallista y luminosa. Esa luz dorada que entra por los ventanales baña los pasillos, creando un ambiente que huele a madera, sal y nostalgia. Aquí, en cada espacio se respira historia y modernidad al mismo tiempo.
Un argonauta se refiere a un molusco o pulpo gigante el cual podrás encontrarte al caminar por las alfombras de los pasillos y habitaciones del hotel, toda una odisea a tus pies. En la mitología griega también se refiere a los marineros que acompañaron a Jason en la nave Argó para buscar el vellocino de oro, unos héroes del mar.
El edificio histórico # 59 de San Francisco
El hotel se ubica en un histórico edificio, el antiguo Almacén Haslett una edificación de 1907 que en sus primeros años perteneció a la Asociacion de enlatadores de Frutas de California y fue fábrica de conservas por unos 30 años.
En sus pasillos las cerezas, tomates, duraznos y espárragos llegaban en barcos de vapor provenientes de todo el valle de California para ser enlatados y almacenados para después ser distribuidos al este del país. Al fusionarse esta fábrica con otras enlatadoras fue bajo la marca comercial Del Monte.
Sus últimos años funcionó como almacén, morgue, bodega de autos y neumáticos, después el gobierno de San Francisco adquirió el almacén para convertirlo en un museo de Ferrocarril; pero hoy este sitio se ha convertido en un hermoso hotel boutique.
Dormir frente al mar
El hotel cuenta con más de 250 habitaciones y suites las cuales fueron diseñadas para sentir que te transportas a un camarote de lujo: espejos redondos como si fueran los portillos u ojos de buey, brújulas, lámparas de luz tenue, muros decorados en azul marino o completamente desnudos, resaltan con el blanco marfil de los muebles encalados y ventanales de madera.
Quizá ese azul del camarote provoque la serenidad del mar para que descanses con el vaivén del océano. Incluso al caer la tarde, las vigas del camarote te transportarán a una travesía marítima mientras te relajas bajo la luz de los detalles de latón que rodean la luz, todo rinde homenaje al estilo náutico clásico.
Si eliges una habitación con vista a la bahía, podrás despertar con los reflejos del amanecer sobre el puente Golden Gate o el perfil de isla Alcatraz emergiendo entre la niebla. Cuando amanece verás cientos de gaviotas y otras aves revolotear por el malecón, una postal digna de compartir.
Algunas suites del hotel tienen amenidades especiales ya que cuentan con jacuzzi, sala y comedor, ventanales abatibles para disfrutar del aire fresco proveniente del mar. Con esta atmósfera la tranquilidad se vuelve parte del diseño.
Algo que me parece encantador de las habitaciones cuentan con amenidades que podrás adquirir en la tienda del hotel, unos tiernos lobos marinos de peluche y una almohadas en forma de estrellas de mar, un souvenir muy especial para recordar tu estancia en este sitio.
El sabor del muelle: Blue Mermaid
El aroma del mar te guíará hasta el corazón gastronómico del hotel: el restaurante Blue Mermaid, -o Sirena Azul- es uno de los más emblemáticos de Fisherman’s Wharf o muelle de pescadores.
En este sitio de ladrillos cálidos y con un patio frente al muelle, el chef Amod Singh transforma los productos locales en platillo memorables. Entre ellos destacan el cioppino – un guiso marinero típico de San Francisco -, los ravioles de langosta, las croquetas de cangrejo Dungeness y sus famosas sopas chowder -de almejas- en sus tres versiones.
Durante el brunch de fin de semana, el ambiente se llena de música, una que otra mimosa y conversaciones en distintos idiomas.
Si viajas con tu mascota, el restaurante también ofrece un menú “Bone Appetit” especialmente diseñado para ese peludo integrante de la familia.
Un museo dentro del hotel
El Hotel Argonaut San Francisco es, literalmente, una extensión del mar. En su vestíbulo se encuentra el Museo Marítimo Interactivo del Parque Nacional, donde podrás conocer el pasado náutico de la ciudad a través de una exposición con mapas, fotografías y objetos originales.
Cada sala te conecta con la historia viva del puerto: los pescadores, los astilleros y las rutas comerciales que dieron forma y fama a la Bahía de San Francisco. Incluso te encontrarás con el prisma original que perteneció a un faro el cual fue vigía de cientos de barcos que llegaron a este puerto mercantil.
Además, cada fin de semana, el hotel organiza recorridos guiados con un guardabosques del Servicio de Parques Nacionales quien te llevará a descubrir los muelles históricos, los barcos del Hyde Street Pier y los secretos del “Callejón de los Pescados”, una de las zonas más vibrantes del antiguo puerto.
Este fantástico museo no es solo es parte de la decoración del hotel, visitarlo es un viaje en el tiempo que te adentra a la época en donde hombres y mujeres buscaban el crecimiento comercial de un puerto y la travesía que cada barco cumplía para descargar o llevar mercancías, sin duda alguna un pasado lleno de retos.
Experiencias en el hotel Argonaut para recordar
Además de todo el mosaico de atracciones que tiene San Francisco, no olvides que los hoteles buscan consentir a los viajeros que han escogido su alojamiento y el hotel Argonaut no es la excepción, basta con acercarte a recepción y preguntar qué hacer además de lo que ya te platiqué anteriormente.
Puedes comenzar el día con una sesión de yoga en tu habitación, disfrutar de un masaje privado de spa, o recorrer la ciudad pedaleando con una de las bicicletas del hotel hasta cruzar el Golden Gate.
Cuando cae la tarde, el patio con fogatas se convierte en punto de encuentro. Con una copa de vino californiano en la mano y la brisa del mar en el rostro, es fácil entender por qué algunos viajeros regresan una y otra vez a su lugar favorito.
Por la noche, el lobby se ilumina con la chimenea encendida, el momento es ideal para sentarse en uno de los sillones rojos o los camastros mientras la charla con otros viajeros fluye de manera casual. Las brújulas colgadas y el sonido lejano de las gaviotas crean una atmósfera casi cinematográfica.
Una ubicación privilegiada en San Francisco
Pocos lugares concentran tanta magia como Fisherman’s Wharf o muelle de pescadores. Desde el hotel Argonaut puedes caminar hasta la elegante plaza Ghirardelli Square, un antiguo molino de lana y fabrica chocolatera; el Pier 39, donde se ubica el acuario, restaurantes y varias tiendas de souvenirs.
También podrás visitar el Parque Marítimo Nacional el cual alberga la mayor cantidad de barcos históricos de USA; o subirte a uno de los icónicos tranvías de la ciudad, los famosos cable car.
Además, estarás muy cerca del North Beach italiano, de los murales de Mission District, de la elegante Coit Tower y de los senderos frente al mar de Crissy Field.
Hospedarte en el hotel Argonaut es tener a San Francisco a tus pies, con la libertad de explorarla a tu propio ritmo, sin prisas, en un viaje contemplativo.
Sostenibilidad con propósito
Hoy en día los viajeros somos más responsables y muchas de las prácticas amables con el ambiente que hacen los hoteles y restaurantes nos ayudan a tomar decisiones en dónde alojarnos; El Hotel Argonaut San Francisco es un modelo de lujo ecológico. Sus certificaciones Green Key y Energy Star lo colocan entre los hoteles más sostenibles de la ciudad.
Su compromiso se refleja en cada acción: iluminación LED, sistemas de ahorro de agua, botellas recargables, compostaje de residuos y menús elaborados bajo las normas de pesca responsable.
Además, participa en programas de reforestación, promueve la diversidad cultural entre su equipo y apoya causas comunitarias. Cada estancia aquí contribuye a preservar el entorno y a mejorar la calidad de vida local.
El espíritu del muelle
Hay algo que permanece cuando dejas al Argonaut: una sensación de gratitud. Quizá por su historia, por la vista del mar o por la manera en que el hotel logra conectar tu descanso con el alma de San Francisco.
Al quedarte en el Hotel Argonaut, San Francisco, no solo duermes frente al mar: duermes dentro de la historia de una ciudad que aprendió a reinventarse sin perder su esencia. Aquí todo tiene sentido: el pasado, el presente y ese deseo profundo de que el viaje hacia el mar nunca termine.
Asia
Las LENGUAS de PATO: Un extravagante SNACK en China
Con un sabor suave y fuerte, este pequeño bocadillo se describe como un manjar, siendo apetecible para el gusto y rechazado por la vista…
En la cultura y gastronomía china, es muy común observar platillos fuera de lo común. Y si bien algunos pueden parecer raros e incluso asquerosos, para la comunidad china es de lo más normal. Y es que su gastronomía se caracteriza por mezclar sabores y texturas contrastantes, eligiendo siempre los mejores ingredientes, creando platillos interesantes, completos y perfectamente equilibrados.

Pero existe un platillo que destaca por sobre todo, y es el pato Pekín. Si lo vemos así, no parece nada raro: un pato asado, con carne jugosa y piel crujiente, barnizado con miel y salsa de soya. Físicamente se asemeja a un pollo rostizado o al pavo que preparamos en Navidad.

Sin embargo, su popularidad se debe a su preparación, que es considerada como un arte culinario. Pero existe una parte no muy conocida del famoso animal que protagoniza a este platillo, y son las lenguas de pato, que se consideran como un manjar en forma de pequeño snack…

¿Cómo son las LENGUAS de PATO?
Esta pequeña parte del cuerpo de los patos es un peculiar bocadillo o entrada, y aunque no lo parezca, es bastante común en los supermercados de China. Ahí lo venden congelado o deshidratado, listo para comerse. O bien, en la mayoría de los restaurantes, podemos encontrarlo en el menú, ya sea frito o como estofado.

Se dice que la textura de las lenguas de pato, al ser una parte muy blandita, es muy suave para cocinarse, aunque tiene un pequeño cartílago en su interior que puede dificultar un poco su degustación. Y, como es pequeña, evidentemente no encontrarás mucha carne en ella.

Cada una de las lenguas mide aproximadamente entre 7 y 10 centímetros, y suelen ser muy económicas, no superando los $3 USD ($55 MXN). Su sabor se asemeja al de pollo, pero con un toque más intenso. Además, puedes acompañarla con distintas especias o salsas, que resaltarán su sabor y las vuelven más únicas de lo que ya son.

Un sabor EXTRAVAGANTE
Cuando hablamos de las lenguas de pato, es difícil decidir si se trata de un rico snack, pues, más allá de los gustos, depende de las apariencias. Y aunque a simple vista pueda verse poco apetecible, muchos aventureros gastronómicos y chefs mencionan que es algo que vale totalmente la pena probar.

Además, son una gran fuente de proteínas, y no solo para ti, sino también para tu amigo peludo, pues estas lenguas también son popularmente comercializadas como un alimento para mascotas.
Y, después de conocer todo lo más posible que gira en torno a las lenguas de pato, la pregunta final sería… ¿Te atreverías a probarlas? ❖

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