México
Compitiendo contra los dioses griegos: Chaac, el rival de Poseidón.
A finales de mayo, Yucatán se vio envuelta en una polémica tras la colocación de una estatua de Poseidón frente al Malecón Internacional del Progreso, lo que, se piensa, atrajo la ira del dios mexicano de la lluvia: Chaac.
A principios de julio de 2024, llegó a través de la península yucateca el huracán Beryl: un destructivo ciclón de categoría 5 que arrasó con todo a su paso. Los daños totales se estimaron en 6.2 mil millones de dólares, afectando a países como Canadá, Estados Unidos, Venezuela y, por supuesto, México. Afortunadamente, su paso por Yucatán fue corto, logrando debilitarse al entrar al estado, convirtiéndose poco a poco en tormenta tropical.
Desgraciadamente, no sería el último golpe meteorológico para nuestros hermanos yucatecos, ya que en poco menos de 10 días otro huracán llegaría de visita; esta vez el huracán Emily. Con categoría 5 y vientos más fuertes que los de su predecesor Beryl, este huracán logró alcanzar daños de más de 1.1 mil millones de dólares, provocando la evacuación de turistas y pobladores de la región.
Chaac vs Poseidón
Para ese momento, el deseo de los habitantes de que cesaran las lluvias era constante, y la búsqueda de razones pasó de lo lógico a lo folclórico de una forma muy peculiar… Sucede que, poco tiempo después del paso del huracán Emily, la usuaria de TikTok Vicky Wolff creó la teoría de que las fuertes lluvias e inundaciones se originaron por el enojo de Chaac: el dios maya vinculado al agua y la lluvia, y su enojo se debía a la colocación de una estatua de Poseidón en el Malecón de Progreso.
Y es que, siendo tierras mexicanas, a los pobladores no les pareció correcto que un dios griego viniera a invadir y a quitarle el trabajo a nuestro queridísimo Chaac, quien es el encargado de controlar las lluvias, el mar y el agua de Yucatán, y quien también, con enojo, provocó la llegada de los dos huracanes anteriores. Lo que inició como una broma terminó volviéndose realidad, con gente organizándose por redes sociales para destruir la estatua de Poseidón. El cometido se realizaría el 15 de julio; afortunadamente, la acción fue cancelada.
Consintiendo a nuestro dios
Pero la cosa no quedó ahí, ya que el pasado viernes 16 de agosto, y donada por el corporativo de inversiones Grupo López Rosa, se reveló finalmente una estatua de 6 metros del dios Chaac, justo frente al Puerto Telchac. La revelación se hizo por la noche frente a cientos de personas emocionadas por la nueva estatua, que busca enriquecer el entorno del puerto, pero que también recuerda el respeto y arraigo que aún existe por las creencias ancestrales en los corazones contemporáneos.
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México
Donde el dinero NO TIENE VALOR: Conoce el día del TRUEQUE en Cholula
Aquí la moneda de cambio es lo que se lleva en la mano. Despensa, objetos y ropa son lo que podrás intercambiar en el día del trueque en Cholula.
En la antigüedad, Cholula era considerada un centro cultural y religioso donde los dioses eran venerados. Su fama se podría comparar a la actual Basílica de Guadalupe o a Chalma; sin embargo, aquí los meros patrones eran Quetzalcóatl y Chiconauhquiauhitl.
Para venerarlos, los antepasados viajaban desde muy lejos para ofrecer un sacrificio humano en Cholula. Después, el cuerpo era regresado a su lugar de origen, todo acompañado de música. Muchos, al ir de lugares lejanos, llevaban consigo productos y artesanías para intercambiarlos con otros pueblos, logrando así lo que conocemos hoy en día como trueque.
El trueque en Cholula: Una tradición que aún sigue
Claro que, desde la llegada de los españoles, las cosas han cambiado un poco. Para empezar, los franciscanos eliminaron a los queridos Quetzalcóatl y Chiconauhquiauhitl, y los sustituyeron por la Virgen de los Remedios. Y después de quitar los sacrificios, designaron el 8 de septiembre como día de celebración. Sin embargo, hubo una tradición que no pudieron quitar en Cholula: el trueque.
Cada 8 de septiembre, en honor a la Virgen de los Remedios, desde las 07:00 a.m. hasta pasada la medianoche, cientos de artesanos y comerciantes se reúnen en todo el largo y ancho (y un poquito más) de la Plaza de la Concordia en Cholula. Lo que sigue después se consigue por puro instinto mexicano…
Como los antepasados
La dinámica es muy sencilla: ves algo que te gusta o necesitas, y lo intentas intercambiar por algo que hayas llevado. Puede ser ropa, libros, artesanías, electrodomésticos… las monedas y los billetes están prohibidos. Pero sí te avisamos que lo que más buscan los comerciantes es la despensa.
¿Qué podrás conseguir en el trueque de Cholula? Bueno… ese es cuento de nunca acabar: aquí podrás conseguir quesos, charales, canastas de mimbre, artesanías, frutas, verduras, juguetes, hierbas, medicinas, cazuelas de barro, bolsas, aretes, blusas, camisas, tazas, cubiertos, semillas…
Una tradición de más de 500 años
Te sorprenderá saber que no solo artesanos y comerciantes de Puebla son los que se presentan a este trueque en Cholula, ya que, gracias al masivo intercambio que se realiza, aquí llega gente de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Yucatán y de otros muchos estados para realizar este intercambio.
Siendo una tradición de más de 500 años, y considerada patrimonio cultural de la humanidad, aún se mantiene muy viva, y más que nunca. Este año, 2024, la feria rompió récord con más de 100 mil visitantes, todos listos para intercambiar.
Y tú… ¿te quieres quedar fuera? No lo dudes, y atrévete a vivir esta tradición centenaria, solo en Cholula, Puebla, viajando con Autotur.
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Artesanías
Las BANDERAS de Santa Ana Jilotzingo en el mes patrio
Este pueblo cuenta con un rol esencial en la creación de símbolos patrios que adornan cada rincón de México en las festividades del 15 y 16 de septiembre.
Santa Ana Jilotzingo se encuentra aproximadamente a 30 km al norte de Toluca y a 70 km de la CDMX. La ubicación de este poblado, en medio de los verdes campos del Valle de Toluca, lo convierte en un rincón especial para conectar con las raíces más profundas de las tradiciones mexicanas.
Santa Ana Jilotzingo: Cuna de la Bandera Mexicana
La tradición de la confección de banderas y otros artículos patrios en Santa Ana Jilotzingo tiene raíces profundas, que se remontan a varias décadas atrás.
Inicialmente, las familias locales comenzaron a producir banderas para abastecer la demanda local, pero con el tiempo, la calidad y la artesanía de estos productos comenzaron a destacar.
Desde hace décadas, las manos expertas de sus artesanos han dado vida a banderas, estandartes, y otros artículos patrios que se distribuyen por todo el país.
Caminar por Santa Ana Jilotzingo es una experiencia única, especialmente en los días cercanos al 15 de septiembre, cuando todo el poblado se llena de vida y color, preparándose para abastecer al resto del país con sus emblemáticas creaciones.
Muchas de las familias que trabajan en la producción de banderas lo hacen desde pequeños talleres que se han pasado de generación en generación, manteniendo viva una de las tradiciones más patrióticas de México.
Los talleres locales se especializan en la elaboración de banderas de todos los tamaños, desde las pequeñas que adornan los coches y oficinas, hasta las monumentales que ondean en plazas y edificios oficiales.
Cada bandera, con sus colores verde, blanco y rojo, es un tributo a la historia y la identidad de México.
El corazón que late tricolor
Las banderas que salen de este rincón de Otzolotepec no solo adornan casas, escuelas y edificios gubernamentales durante el mes patrio, sino que también representan un símbolo de unidad y orgullo nacional.
El estandarte mexicano, con su águila devorando una serpiente sobre un nopal, es uno de los símbolos más reconocidos del mundo, y cada bandera que se produce en Santa Ana Jilotzingo lleva consigo una parte de la historia de México.
La comunidad local ha sabido capitalizar esta habilidad única para convertirse en un referente no solo en el Estado de México, sino a nivel nacional, siendo proveedores oficiales de banderas para múltiples instituciones gubernamentales y educativas.
Santa Ana Jilotzingo: ¡Un mar de banderas!
Para los viajeros que buscan una experiencia única, Santa Ana Jilotzingo es un destino obligado, y claro que especialmente durante las celebraciones patrias.
Al recorrer sus calles, uno puede ver los talleres en plena acción, con artesanos trabajando cuidadosamente en cada bandera y producto.
El pueblo organiza diversas actividades culturales y festivales donde se celebran tanto la historia de México como la habilidad artesanal de sus habitantes.
Uno de los momentos más esperados es el desfile de banderas, donde los artesanos locales exhiben sus mejores trabajos.
¿Cómo llegar?
Llegar a Santa Ana Jilotzingo es sencillo. Si vienes desde Toluca, puedes tomar la carretera Toluca-Naucalpan y desviarte hacia Otzolotepec.
Desde la Ciudad de México, puedes acceder por la misma vía, incluso contratando servicios de transporte como el de Autotur, donde puedes rentar camionetas o autobuses con choferes certificados. El trayecto es una oportunidad perfecta para disfrutar de los paisajes del Estado de México, con verdes montañas y campos que rodean al pueblo.
Visitar este pueblo es sumergirse en el espíritu patrio y conocer de cerca una de las industrias más simbólicas del país.
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CDMX
15 de septiembre en Plaza Garibaldi: ¡Fiesta para amanecerse!
La Plaza Garibaldi es un lugar famoso por sus bebidas, su mariachi y su comida, que cada noche son un símbolo de lo que es una verdadera fiesta mexicana.
Seguramente la Plaza Garibaldi no necesita presentación. Como se sabe, aquí llega la gente para divertirse o para curar sus penas. Música de mariachi, norteñas, tríos románticos y más, crean el ambiente en todas las paredes de la plaza… La bebida es otra cosa: cervezas, tequilas, mezcales, pulques… aquí se sirve lo que se pide. ¿Y la comida? Puros platos mexicanos: gorditas, pambazos, pozoles, flautas… todo frito, caldoso y picante; no hay más.
Este mismo ambiente trajo y creó a muchos de los grandes músicos de México: Lucha Reyes, José Alfredo Jiménez y Chavela Vargas. Fue así como las voces frecuentes en el lugar bautizaron a Plaza Garibaldi como la Capital del Mariachi. Bien se sabe que aquí es lugar para valientes, solo llegan los que se atreven a desvelar la noche cantando, tomando y comiendo. Pues bueno… imagina eso, pero triplicado, porque sí, la fiesta del 15 de septiembre en Plaza Garibaldi no es poca cosa.
Un trago “educativo”, para celebrar el 15 de septiembre en Garibaldi
Iniciemos con el único y emblemático museo del lugar: el Museo del Tequila y el Mezcal. Aquí, además de darte unos buenos shots, aprenderás y conocerás más de estas icónicas bebidas mexicanas. Claro que el 15 de septiembre es la fiesta grande en el museo, y pues sí, tendrá su propio evento. A partir de reservación, podrás comer 8 platillos mexicanos, dulces típicos y esquites, todo acompañado por mariachis norteños, y con una vista privilegiada de los fuegos artificiales que salen del Zócalo.
Tenampa: El lugar de los últimos sones
Cuando los médicos le pronosticaron 2 meses de vida a José Alfredo Jiménez, este inmediatamente le llamó a Chavela Vargas para jugarse su última borrachera, que vivirían ahí, en el famoso Tenampa de Garibaldi. Tres días y tres noches estuvieron en el lugar, tomando, cantando y fumando. Este mítico lugar aún existe, y podrás visitarlo desde ahora, ya que, por ser el mes patrio, el Tenampa ha preparado una experiencia inmersiva, donde cuadros cobrarán vida para contar parte de la historia de México, desde 1925 hasta la actualidad. La experiencia culminará la misma noche del 15 de septiembre en Garibaldi. ¿Te atreves a vivirla?
Los independientes
Si lo tuyo es más de “andar de aquí para allá”, no te preocupes, que Garibaldi tiene el plan perfecto para ti: podrás irte a comer en el Mercado San Camilito; un mercado exclusivamente de pura comida. Aquí hay para escoger, desde garnachas hasta pescados, y si cuando acabas, todavía te quedó un “huequito”, no te preocupes, que en el lado izquierdo del mercado se sirven solo postres.
¡Brinda el 15 de septiembre en Garibaldi!
Si no hay brindis, no hay celebración del 15 de septiembre en Garibaldi, entonces podrás elegir alguno de los muchos bares que hay en los alrededores de la plaza: El Rinconcito, La Soldadita, El Tapanco… bueno… sabemos que sabrás escoger bien. Y ya con el alma acalorada, en todo el largo y ancho de la plaza podrás encontrarte con músicos dispuestos a cantarte las que te sepas: mariachis, boleros, rancheras y hasta covers. ¿Con cuál te vas a echar el grito? Y prepárate, porque esta fiesta termina cuando el sol empieza a salir.
Este 15 de septiembre atrévete a vivirlo de una forma única y emocionante, y aviéntate el grito en Plaza Garibaldi. ¡Y QUE VIVA MÉXICO!
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