Oaxaca
Conoce el barro negro de San Bartolo Coyotepec
Conoce el barro negro de San Bartolo Coyotepec, es una maravilla que tanto nacionales como extranjeros debemos conocer
Conoce el barro negro de San Bartolo Coyotepec a 15 kilómetros al sureste de la Ciudad de Oaxaca, (llegando por la carretera 17), antiguamente conocido como Zaapeche (lugar de muchos Jaguares) es un pueblo que es famoso por su alfarería de barro negro.
Con asentamientos zapotecas sus tradiciones vienen desde tiempos inmemoriales y la producción del barro negro ha pasado de generación en generación, tanto, que el 80% de la población se dedica a ello.
Artesanía de barro negro en San Bartolo
Su artesanía de barro negro es completamente original, es el único pueblo de Oaxaca que lo hace y cada diseño es irrepetible. Los artesanos describen que, plasman parte de su alma y estado de ánimo en cada una de sus piezas.
Los artesanos inician su ardua labor subiendo las colinas aledañas (un tanto al este del pueblo) para luego introducirse al fondo de los pozos excavados en las minas para sacar la tierra fresca y especial, porque de ningún modo utilizan la que está en la superficie.
Sin embargo, imagina esta labor en los días de lluvia, donde corren el riesgo de que colapsen en la tierra blanda y mojada sus puntos de apoyo quedando enterrados los recolectores, ven a visitar el Barro negro de san Bartolo Coyotepec Oaxaca.
Posteriormente de recolectar el barro, éste es empacado en costales de 30 kg donde lo transportan hacia los talleres de los alfareros del pueblo. Es ahí donde comienza su proceso de limpiado e hidratación hasta conseguir una masa maleable y al puro estilo de Ghost, bueno no tanto.
pero sí con sus talentosas manos empiezan a crear bases, ollas, floreros y figuras para culminar a detalle su diseño que sin duda refleja un poco de ellos mismos.
Tipos de barro
Ellos explican que emplean 2 tipos de barro, el “negro” y el amarillo, que, en realidad el negro no es negro sino como un tono cobrizo y toma su color hasta después al cocerse, ya que tapan el horno completamente para que el mismo humo vaya dando este matiz.
El barro amarillo es más resistente que el negro, es por este motivo que suelen mezclar algunos ambos barros para mantener las dos bondades; es decir una pieza con su tono negro característico que te vaya a durar por varios años y no se rompa a la primera.
Date una vuelta a este hermoso pueblo oaxaqueño, en específico a su mercado de artesanías donde podrás observar el proceso rudimentario en que elaboran todas estas bellezas. Y sobre todo #NuncaDejesDeViajar
Leyendas
Donají: La princesa que se convirtió en LEYENDA
La leyenda de la princesa Donají es una historia de amor y sacrificio que une a las antiguas culturas zapoteca y mixteca en Oaxaca.
La leyenda de la princesa Donají es una hermosa y trágica historia que refleja el amor y el sacrificio en el contexto de las antiguas culturas zapoteca y mixteca. Donají, cuyo nombre significa “alma grande”, era hija del rey zapoteca Cosijoeza. Desde su nacimiento, un sacerdote predijo que su vida estaría marcada por el sacrificio por amor a su pueblo.
La leyenda de la princesa Donají: Un Destino Marcado por el Sacrificio
Desde joven, Donají mostró una profunda conexión con su gente y un amor inquebrantable por su tierra. Creció bajo la protección de su padre, el rey Cosijoeza, quien le enseñó sobre la importancia de la paz y la unidad entre los pueblos. Sin embargo, el destino tenía otros planes para ella. La guerra entre los mixtecos y zapotecos estalló, llevando a tiempos de incertidumbre y dolor.
Encuentro con el Príncipe Nucano
Durante una batalla, Donají conoció al príncipe mixteco Nucano. A pesar de las diferencias entre sus pueblos, surgió un profundo amor entre ellos. Su relación se mantuvo en secreto, ya que ambos sabían que sus familias y comunidades no aprobarían su unión. Aún así, su amor floreció, simbolizando la esperanza de un futuro en el que zapotecos y mixtecos pudieran vivir en armonía.
La leyenda de la princesa Donají: La Prenda de Paz
La situación política se complicó y Donají fue capturada por los mixtecos. En un esfuerzo por lograr la paz, fue ofrecida como prenda para garantizar un tratado entre los dos pueblos. Aunque estaba prisionera, su espíritu valiente y su amor por su pueblo no se apagaron. En un acto de heroísmo, logró enviar un mensaje a los zapotecas, advirtiéndoles sobre un ataque inminente de los mixtecos.
El Sacrificio de Donají
Lamentablemente, su valentía no fue suficiente para salvarla. Los mixtecos descubrieron su traición y, en represalia, sacrificaron a Donají. Su cuerpo fue arrojado al río Atoyac, donde, según la leyenda, floreció un lirio en su honor, simbolizando su pureza y su sacrificio.
La leyenda de la princesa Donají: Un Legado que Perdura
La historia de Donají no terminó con su muerte. Su leyenda perdura hasta nuestros días como un símbolo de amor, sacrificio y la unión de dos culturas. Cada año, en la Guelaguetza, los pueblos de Oaxaca celebran su legado, honrando su memoria con danzas, música y tradiciones que reflejan la rica herencia cultural de la región.
#NuncaDejesDeViajar
Asia
La BARBACOA mexicana triunfa en el LEJANO JAPÓN
La barbacoa oaxaqueña viaja hasta Japón, logrando ganar batalla en los paladares de las altas islas de volcanes de Hokkaidō.
En una visita a Oaxaca, México, el chef Marco Gurushia, quedó encantado con uno de los sabores más emblemáticos del país… la barbacoa. Las manos creadoras de este delicioso plato fueron Mimi con su restaurante al aire libre Maíz Cocina Tradicional.
El inicio de una AVENTURA
Meses después, Yu, uno de los amigos de Marco, lo contacto porque quería preparar barbacoa en Hokkaidō, y Marco, que aún tenía el sabor de la barbacoa oaxaqueña, se le ocurrió contactar de nuevo con Mimi… y fue así como inició esta reciente y asombrosa aventura.
Mimi viajó a Japón acompañada de su familia, algunos chiles, especias, una parrilla y dos comales de 42 centímetros, de los cuales solo uno sobrevivió al vuelo.
BARBACOA… solo a la MEXICANA
La preparación de esta deliciosa barbacoa duró dos días: el primero se dedicó a construir el horno desde cero: excavar el agujero, poner los ladrillos y cemento, y dejar secar mientras se realizaba una clásica verbena mexicana, con música, mezcal y cervezas.
El segundo día fue de cocinada, no sin antes echar la bendición con mezcal al horno, para que todo saliera bien. Conseguir los ingredientes faltantes en Japón fue todo un reto. La carne fue conseguida de un borrego de una granja local, y las pencas de maguey fueron mandadas desde otra ciudad.
Unas horas después de calentar el horno, y en presencia de todos, se pudo meter la barbacoa, para que tiempo después, chefs, artistas y amigos se citaran en Hokkaidō para probar la deliciosa creación que resultó un rotundo éxito.
Sin duda, esta pequeña crónica compartida por Mimi y Marco no solo representa un profundo amor por la gastronomía mexicana; si no también enaltece la curiosidad y cercanía que une y crea México más allá de sus fronteras.
Y como bien se dice por ahí… el único problema de la barbacoa es que se acaba demasiado rápido.
#NuncaDejesDeViajar
Artesanías
RUTA DE LOS ALEBRIJES… color, arte y Oaxaca.
Con alas, cuernos y colores irreales, los alebrijes son criaturas que no necesitan presentación; sin embargo, y a pesar de su gran popularidad, sus formas y siluetas no dejan de desconcertar a muchos. Es así como nace La Ruta de Los Alebrijes. ¿Te puedes imaginar tres días rodeado de estos fantásticos seres? Porque sí, es posible.
ALEBRIJES… un destello de imaginación
Bien es sabido que el alebrije nació gracias a Pedro Linares, un cartonero que vislumbró a estos extraños entes en lo que parecía que sería su lecho de muerte, a los 30 años de edad. Afortunadamente, la vida tenía preparado un destino muy distinto para Pedro, que, con la materialización de sus alebrijes, hizo que su fama no tardara en subir como la espuma, llevando su arte a todas partes del mundo… pero vayamos con calma, que aquí viene el día uno en La Ruta de los Alebrijes…
DÍA UNO. Una ARTÍSTICA Llegada a Oaxaca
La Ruta de los Alebrijes tiene su inicio en las alejadas tierras de Oaxaca, exactamente en el municipio de San Martín Tilcajete, porque es aquí donde nacen muchos alebrijes. Si bien, Pedro Linares residió en lo que fue el alterado Distrito Federal, en Oaxaca la palabra “alebrije” tomó un significado muy distinto, esto gracias al escultor y tallador Manuel Jiménez Ramírez.
Manuel acogió el concepto de Llinares y lo llevó hasta Oaxaca, convirtiendo la idea en el alebrije o tonas oaxaqueñas. Aquí la materia prima no es el cartón ni el papel, si no la madera de copal, además, los seres no tienen muchas mutaciones, y sus colores son detallados.
El día uno, además de visitar San Martín Tilcajete, podrás conocer un verdadero taller de alebrijes de madera, donde podrás vivir de cerca la creación de estos seres.
Aprovechando la visita, también tendrás la oportunidad de vivir uno de los oficios más típicos de Oaxaca… sí, hablamos del telar de cintura. Una técnica de confección textil que refleja muchas de las vivencias del pueblo, que van desde personajes, flora y fauna, hasta la parte más abstracta de la mente, como grecas y eslabones. Una experiencia que tienes que vivir.
DÍA 2. Oaxaca para VIVIRLO & mezcal para CONTARLO
Después de un merecido descanso, llega el segundo día en la Ruta de los Alebrijes. Pero para iniciarlo, visitaremos uno de los lugares símbolo de la relajación oaxaqueña: “Hierve el Agua”.
Hierve el Agua es un conjunto de cascadas petrificadas. Su formación logra alcanzar hasta los 15 metros de altura, y el manantial del que originan es ahora aprovechado como una alberca natural, donde podrás sumergirte en lo que serán las aguas más relajantes de tu vida, además de una vista por demás impresionante.
Pero hablemos de su historia. Considerada una zona arqueológica, Hierve el Agua no solo cuenta con cascadas petrificadas, sino también con terrazas y un sistema de riego ancestral que fue construido por los antiguos zapotecas. Esto nos da una idea de que, hace aproximadamente 2,500 años, estas tierras ya estaban siendo pisadas por parte de nuestra sangre.
Y después de serenar el alma, ahora toca calentarla, pero esta vez por medio de la corona al trago: el mezcal. Y es que, para poder tomarlo, también hay que saber apreciarlo.
Con una explicación bien detallada, podrás conocer (y vivir) el mezcal, como nunca antes lo habías hecho. Aquí, conocerás desde su cultivo hasta su artesanal y heredada preparación, todo desde una de las mejores mezcalerías de Oaxaca, donde podrás degustar… ¿y porque no? llevarte una botella a casa.
Y para terminar el día, hay que terminarlo bien: recorriendo el centro histórico de Oaxaca. Con un urbanismo netamente colonial español, el centro de Oaxaca carga en sus calles y esquinas un valor histórico incalculable, siendo considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Pero ahí te va un reto. En Oaxaca, una de las formas artísticas que predominan en las calles es el arte urbano, pero con un toque que distingue su fuerte conexión cultural… ¿cuántas obras puedes encontrar?
DÍA 3. Artesanías… el ALMA TRANSFORMADA en obra
Llegamos al día tres, y así como se inició la ruta, así se tiene que acabar… llena de arte. Pero antes de iniciar, recordemos una de las viejas reglas del viajero: un verdadero viajero no solo disfruta del destino, sino que también contribuye a su desarrollo y preservación, y conocer la cultura es parte de ello.
Y si bien, la Ruta de los Alebrijes es toda cultura, hemos llegado a la parte culmine de esta… el día artesanal.
En este último día tendrás la oportunidad de recorrer el Museo de Artesanías Oaxaqueñas, un encuentro de exquisitas y delicadas obras que te permitirán conocer y aprender más sobre este recinto artístico como lo es Oaxaca. Aquí se abarca todo, desde tallados, grabados, tejidos, bordados, barro, máscaras, pinturas, juguetes, y sí, los ya mundialmente conocidos alebrijes oaxaqueños.
Pero sabemos que te encanta el shopping ¿y a quién no? Así que para terminar con broche de oro este día artesanal, visitarás el Mercado Ocotlán. En este lugar se encuentra solo lo mejor del gremio. Podrás conseguir sombreros, canastos, llaveros, bolsas, blusas, y hasta zapatos artesanales. Y si te quedaste con antojo de un alebrije, aquí es el lugar perfecto para conseguirlo.
Pero si eres de los que al comprar les da hambre, no hay de que preocuparse, porque el Mercado de Ocotlán también tiene un apartado gastronómico, donde podrás deleitarte con platillos puramente oaxaqueños: barbacoas de chivo, tasajo asado, tamales de chepil, chapulines, gusanos de maguey, ricas nieves y tepaches.
Y así, con manos llenas y corazón contento, es como culmina la Ruta de los Alebrijes. Si te gustaría vivirla, podrás encontrar el paquete en agencias de viajes, como Rehiletes, que sin duda hará de ella una experiencia única en tu vida.
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