Guerrero
Carta a Acapulco. Siempre queremos regresar a ti
Sigues siendo el Acapulco que yo conocí y aunque ya no soy un niño, aún me haces reír. Te dedico esta carta con mucho cariño.
Hace años que no sabía de ti, ni recordaba los largos trayectos para vernos. Disfrutar tu clima cálido y la brisa que conquistaron por mucho tiempo mi manera de verte. Hicieron que hoy regresara nuevamente a escribirte esta carta, Acapulco.
A lo largo de los años te volviste tan común para mí que llegué a considerarte parte de la familia. A tu lado pasé muchos días, que se volvieron meses. Durante ese tiempo algunas personas hablaron mal de ti, pero a mí no me importó porque así yo aprendí a quererte.
Acapulco querido, tú y tus playas me dieron la bienvenida a este mundo. Te recuerdo atractivo, divertido y protector acariciando las plantas de mis pies mientras caminaba por la costa junto a mi hermana y mis abuelos.
Playa Papagayo y La Playita
Así en familia nos dirigíamos a Playa Papagayo, una zona donde tu oleaje era más tranquilo y sereno. En el camino hacíamos pausas para ver a los pescadores en su jornada diaria.
Me era muy entretenido “ayudarles” a jalar la soga para extraer los deliciosos productos marinos. Al terminar de ver cómo los peces brincaban entre las redes evitando el aire, por fin llegábamos a La Playita.
Ahí todavía recuerdo que dejábamos rápidamente nuestras pertenencias en unas palapas de color azul turquesa despintadas debido al abrumador sol. Y entonces nos disponíamos a disfrutar de las olas marinas de Acapulco.
No sé porque me alejé de ti si la pasaba tan bien a tu lado, nos recordaré un par de experiencias en esta carta, Acapulco. Festejaba contigo mis cumpleaños cada mes de diciembre, todos los años nuevos y también mis vacaciones de verano.
Quizá el tiempo nos alejó y debo confesarlo, mis múltiples ocupaciones también. Pero ahí estaba yo siempre, disfrutando de la música de tu bahía que siempre me inspiró confianza, invitándome a jugar con ternura entre tus templadas aguas.
La Costera Miguel Alemán y La Quebrada no podían quedarse fuera de mi carta a ti, Acapulco
Todavía puedo sentir la emoción de brincar y jugar sobre las olas como si fuera un karateca y estas me revolcaban dándome lecciones de equilibrio. Nos pasábamos las horas jugando mientras la multitud nos observaba y poco a poco todos se animaban a unirse a nosotros hasta ver caer algún maravilloso atardecer.
En algunas ocasiones lograba convencer a mis padres para recorrer la Costera Miguel Alemán a bordo de una de las vistosas calandrias, yo era muy pequeño entonces. Y aunque en ocasiones el sueño me impedía concluir el recorrido, disfrutaba mirar las tiendas y a los viajeros a lo largo del camino con su nieve en la mano.
También conocí La Quebrada, tu acantilado de 45 metros de altura. Recuerdo estar asombrado al ver a los clavadistas ascender como alpinistas por tu montaña para luego descender en picada como aviones en busca de un aplauso.
No había un día que no me sorprendieras con un sinfín de actividades y atracciones. Nada despertaba mi imaginación como navegar hasta la Isla de la Roqueta sobre pequeñas embarcaciones con fondo de cristal.
Era una ventana a un mundo subacuático lleno de colores en donde podía mirar tus pececillos y la virgen de los mares con sus dos metros de altura, sin lugar a duda, una tradición.
Divertido, espectacular y delicioso
Playa El Revolcadero también me gustaba, tu oleaje era más intenso y divertido. Rentábamos tablas para deslizarme a toda velocidad, me sentía como un surfista profesional. La arena de esta playa era más suave y por lo mismo era difícil de quitar de mi traje de baño.
Acapulco, aún puedo saborear los cocteles de camarón, tus tostadas de ceviche, las almejas y por supuesto el famoso refresco Yoli, que por aquel entonces solo podías conseguir en esta zona.
Hoy te visito y me doy cuenta que las cosas no han cambiado mucho desde aquel entonces. Sigues siendo tan fuerte y agradable a pesar de resistir ciclones, mares de fondo y huracanes. No importa lo que la gente diga de ti, Acapulco, solo son chismes de quien no te conoce de verdad, te lo reafirmo en esta carta.
Sigues siendo el Acapulco que yo conocí, y aunque ya no soy un niño, aún me haces reír. Tu oleaje me recuerda que tú también has crecido, pero tus olas aún me saludan y me dicen ¡Hey ven a mí!
Sé que la música de las discotecas es ensordecedora, pero ningún beat le ganó al tuyo porque a pesar del ruido te haces oír. Después de bailar contigo lo único que quise fue dormir, mi autobús partía al otro día, ambos sabíamos que me tenía que ir.
Adiós Acapulco
Me despido, mi Acapulco, mirando la puesta del sol caer como nunca lo imaginé. Te veo con ojos de aprecio, por todos los recuerdos que vivimos. Hasta la próxima, no sé cuándo nos volveremos a ver.
Con tus palmeras que decoran las playas, con sus cocos y su agua de tuba para calmar la sed. Espero encontrarte nuevamente para contarte de mí y me digas “Gracias por volver a venir”.
#NuncaDejesDeViajar
Comida Mexicana
JUEVES POZOLERO: La historia del pozole guerrerense
El pozole de Guerrero, preparado con maíz cacahuazintle, es un símbolo de unión y tradición, especialmente en los ‘jueves pozoleros’.
El pozole, uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana, tiene una historia rica y variada en el estado de Guerrero.
Preparado principalmente con maíz cacahuazintle, el pozole guerrerense es un platillo lleno de tradición, historia y sabor, que en las festividades patrias adquiere un protagonismo especial.
En Guerrero, su versión actual incluye ingredientes que lo han transformado en una exquisitez digna de cualquier celebración.
El pozole, cuyo nombre deriva del náhuatl “pozotl” (caldo de maíz), tiene un origen prehispánico y estaba destinado originalmente a los dioses y gobernantes, quienes lo consideraban un manjar celestial.
Los famosos “jueves pozoleros”
El pozole guerrerense tiene un día especial: los jueves. Se cuenta que la tradición de los “jueves pozoleros” surgió en las montañas del estado, cuando las comunidades se unían para apoyar a aquellos que habían tenido malas cosechas.
Los miércoles por la noche, se reunían los sobrantes de las cosechas y se preparaba una gran “comilona comunitaria” que se extendía hasta el jueves, haciendo de este día una celebración de solidaridad y abundancia.
Hoy en día, esta costumbre ha perdurado, y cada jueves es común encontrar familias y amigos reunidos en torno a un delicioso plato de pozole.
El “abrazo de Acatempan” y el pozole guerrerense
Un dato histórico curioso es que el pozole guerrerense estuvo presente en un momento crucial de la historia de México.
En 1821, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide sellaron su alianza en el célebre “Abrazo de Acatempan”, en el pueblo de Teloloapan, Guerrero.
Para celebrar este evento, Guerrero ordenó un banquete especial, donde se sirvió el ancestral “potzotl”, enriquecido con carne de cerdo desmenuzada, dando origen al pozole tal como lo conocemos hoy.
Pozole… ¿verde?
En las costas de este estado, se prepara una deliciosa versión del pozole, el pozole verde guerrerense.
Este se distingue por su caldo hecho a base de tomates verdes, epazote y pepita de calabaza.
Acompañado de una variada botana que puede incluir chiles rellenos de queso, tacos de requesón, tostadas, chalupitas de pollo, chicharrón de cerdo y rábanos, el pozole verde es una verdadera explosión de sabores.
Todo esto, por supuesto, se marida a la perfección con un buen mezcal guerrerense.
Así que, ya sea en un jueves pozolero o durante las festividades patrias, no dejes de probar este delicioso platillo que ha trascendido el tiempo.
#NuncaDejesDeViajar
Guerrero
Celebrando 50 Años de Ixtapa Zihuatanejo: Un paraíso costero en evolución
Descubre cómo este destino ha logrado combinar el turismo con la preservación de la naturaleza y la cultura.
El pasado 26 de junio, Ixtapa Zihuatanejo celebró su 50 aniversario después de su fundación en 1974. Desde entonces, ha experimentado un crecimiento significativo, convirtiéndose en una de las playas favoritas tanto para turistas nacionales como internacionales. Sus zonas turísticas también apoyan la conservación de los ambientes naturales, el bienestar social inclusivo y la seguridad de los viajeros, lo que lo convierte en un verdadero desarrollo turístico.
A continuación, te presentamos los mejores sitios para visitar en Ixtapa Zihuatanejo, lugares que le han otorgado el título de Desarrollo Turístico en México:
1. Campos de golf “Palma Real” y “Marina”
Ixtapa Zihuatanejo cuenta con dos campos de golf diseñados por expertos en el deporte, que se han convertido en escenarios de torneos de talla mundial. Rodeados de palmeras y con hermosas vistas al mar, estos campos de golf demuestran que el turismo puede coexistir con una gran infraestructura sin perder la tradición y la calidez que hacen icónico al lugar.
A diferencia de los campos de golf convencionales, que a menudo son considerados grandes contaminantes y consumidores de agua, estos campos son amigables con el medio ambiente. Ambos fueron construidos en huertas de cultivo de coco, manteniendo sus lagunas naturales y su vegetación exuberante.
2. La ciclopista de Ixtapa
Esta ciclopista, con casi 25 kilómetros de recorrido, es uno de los sitios más emblemáticos de la región. Une Ixtapa con Zihuatanejo y ofrece una experiencia visual única. Comienza en la Marina, pasa por la Zona Hotelera, la Reserva Ecológica Aztlán, llegando hasta Playa Linda y el Paseo del pescador.
La ciclopista es tan icónica en la región que muchos hoteles ofrecen servicio de renta de bicicletas para que puedas vivir esta experiencia.
3. La Isla Ixtapa
Ubicada a pocos minutos de Playa Linda, esta pequeña isla se puede recorrer de punta a punta. Cuenta con 4 playas principales:
Cuachalalate: Nombrada así por un árbol medicinal típico de la región, es ideal para avistar la playa, relajarte y disfrutar de pescado fresco.
Varadero: Similar a Cuachalalate, esta playa es perfecta para probar pescado fresco y sumergirte en aguas tranquilas.
Coral: Con un enorme arrecife rocoso, es ideal para hacer snorkel y admirar la fauna multicolor que vive bajo el mar.
Sacrificio: Siendo la más pequeña de las 4, la playa Sacrificio no cuenta con comercios, pero está llena de conejos y venados que te saludarán si la visitas.
4. Cocodrilario Tamakún
Nombrado así en honor al “Rey de los Cocodrilos”, el Tamakún fue un personaje que se dedicaba a alimentar y proteger a estos enormes reptiles. El santuario no solo te permite presenciar cocodrilos en su hábitat natural, sino también ver tortugas, iguanas y aves exóticas. Además, el Cocodrilario Tamakún se ha vuelto popular por ser uno de los mejores lugares para tomar fotos, gracias a su densa naturaleza.
5. Playas, playas y más playas.
Ixtapa y Zihuatanejo cuentan con un gran número de playas, muchas de las cuales han sido galardonadas por su preservación natural, su inclusión y sus tradiciones. Zihuatanejo tiene 4 playas principales, las mismas que se encuentran en la Isla Ixtapa y que mencionamos en el punto 3.
Sin embargo, Ixtapa no se queda atrás en cuanto a playas, cada una con una belleza singular que hace difícil decidir cuál visitar primero. Para ayudarte a tomar una decisión, aquí te presento sus tres mejores playas:
Playa El Palmar: Certificada como una playa limpia por Blue Flag, El Palmar es una de las más extensas, con 2 kilómetros de longitud y un oleaje alto que permite practicar surf y disfrutar de atardeceres impresionantes.
Playa Linda: Siendo una de las principales playas, aquí encontrarás una abundante fauna y vegetación, así como tiendas, artesanías, exhibiciones culturales y restaurantes.
Playa Quieta: Con solo 300 metros de longitud y con el distintivo de ser una “Playa Incluyente”, está ubicada frente a la isla de Ixtapa, por lo que no permite la entrada de olas. Sin embargo, como su nombre indica, es muy tranquila, ideal para caminar, remar en kayak o dar un paseo en velero.
Para llegar a este paraíso costero, tienes varias opciones. Si prefieres la carretera, puedes optar por Autotur, donde puedes rentar camionetas o camiones con choferes certificados, ideal si viajas con toda la familia. Si prefieres volar, Aeroméxico ofrece vuelos a este destino. Y para que no te preocupes por el alojamiento, Mi Escape puede armar un paquete de viaje a Ixtapa Zihuatanejo.
Ixtapa Zihuatanejo se ha convertido sin duda en un símbolo de la tradición playera de México, demostrando que no siempre es necesario sacrificar la cultura y la naturaleza de la región para convertirse en un gran centro turístico.
#NuncaDejesDeViajar
Guerrero
Corredor Cultural de Acapulco: ¡Más allá de sus playas!
¡Conoce estos 4 museos escondidos en el puerto, con artesanías e historia de Guerrero y la Bahía!
Si bien, Acapulco es una zona turística donde la playa está directamente en el ojo de los viajeros, existen muchas otras actividades interesantes que puedes encontrar si sabes donde buscar. Y es que, detrás de sus olas hipnotizantes y fiestas hasta el amanecer, Acapulco esconde un tesoro que a menudo pasa desapercibido por los visitantes.
En esta nota hablaremos de la Cerrada Morelos: el “Corredor Cultural de Acapulco”. Ubicado aproximadamente a 10 minutos del Zócalo, esta pequeña vía aloja 4 museos que no te puedes perder en tu próxima visita a Guerrero.
Museo Naval
La primera parada en el Corredor Cultural de Acapulco es un museo verdaderamente impresionante. Fundado en el año 2000, el Museo Naval tiene como objetivo principal difundir la fascinante historia marítima del Pacífico. Su colección es impresionante, con mapas, barcos a escala, piezas originales de embarcaciones, cañones, grabados, libros y fotografías, entre otras muchas maravillas que te ayudarán a descubrir la historia de la navegación de manera detallada.
Lo que hace que este museo sea aún más especial es que gran parte de su contenido ha sido donado por coleccionistas y amantes del mar. Esto le da un valor adicional a cada pieza, ya que cada objeto tiene una historia detrás de él. Además, el museo también funciona como taller de modelismo naval, donde expertos han creado modelos exactos de embarcaciones extintas.
HORARIOS: martes a domingo de 10:00 a.m. a 05:00 p.m.
COSTOS: Locales: $30 / Foráneos: $50 / Maestros, estudiantes y adultos mayores con credencial: $20 / Entrada libre a niños menores de 10 años.
Museo de la Máscara
Justo a unos pasos del Museo Naval, nos topamos con el Museo de la Máscara en el Corredor Cultural de Acapulco. Este lugar fue establecido en 2018 y alberga alrededor de 285 máscaras, la mayoría elaboradas con madera, cartón y cuero. Algunas incluso incluyen elementos como colmillos de jabalí o huesos, añadiendo un toque único y misterioso.
Con una representación detallada de la vida y la muerte, este museo destaca por su colección, donde el 60% de las máscaras son de origen guerrerense, ofreciendo un vistazo a la riqueza cultural nacional. Pero eso no es todo, ya que también exhibe máscaras de diversas partes del mundo, como Canadá o Egipto.
Al igual que en el Museo Naval, gran parte de las piezas en exhibición han sido donadas por generosos colaboradores externos, lo que realza el valor y el aprecio por la diversidad cultural.
HORARIOS: martes a domingo de 10:00 a.m. a 05:00 p.m.
COSTOS: Entrada libre.
Museo de las 7 Regiones
En el tercer paso del Corredor Cultural de Acapulco, nos encontramos con el Museo de las 7 Regiones. Fundado en 2018, este espacio fue diseñado para promover y difundir la rica cultura étnica de Guerrero. Aquí, artistas locales y algunos internacionales pueden exhibir sus obras, como pinturas, bordados y artesanías.
Lo mejor es que las exposiciones cambian con cierta frecuencia, por lo que te recomendamos estar atento para no perderte ninguna de las sorpresas que este museo puede ofrecer. ¡No te pierdas la oportunidad de descubrir nuevas obras y artistas en cada visita!
HORARIOS: martes a domingo de 10:00 a.m. a 05:00 p.m.
COSTOS: Entrada libre.
Fuerte de San Diego
Y finalmente, al final del Corredor Cultural de Acapulco, se encuentra el imponente Fuerte de San Diego, un lugar imprescindible para visitar. Fundado en 1986, este Museo Histórico de Acapulco cuenta con 15 salas de exhibición que albergan información fascinante sobre este monumento militar en forma de estrella y la historia de la formación y desarrollo de la ciudad de Acapulco.
Desde temas políticos, asentamientos prehispánicos, piratas y reinados, el museo exhibe una impresionante colección de objetos arqueológicos e históricos que conforman un valioso patrimonio cultural. Pero eso no es todo, ya que también cuenta con una sala temporal donde se muestran exposiciones tanto locales como internacionales, ofreciendo siempre algo nuevo y emocionante.
Y aunque pareciera que el Fuerte de San Diego no pudiera ofrecer más, te sorprenderá saber que también cuenta con un auditorio, áreas verdes, una tienda de souvenirs y, lo mejor de todo, un mirador en la parte superior del monumento con vistas espectaculares del puerto de Acapulco. ¡Es el lugar perfecto para tomar las mejores fotos de tu viaje!
HORARIOS: martes, miércoles, viernes, sábado y domingo de 10:00 a.m. a 04:00 p.m.
COSTOS: Entrada general: $90 / Entrada libre a maestros, estudiantes y personas de la tercera edad con credencial. ¡Los domingos la entrada es libre!
Recuerda que un verdadero viajero no solo disfruta el destino, también contribuye a su desarrollo y preservación, y conocer la cultura del lugar te dará una experiencia más significativa y personal; así que, qué dices… ¿Nos vamos a Acapulco?
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