

México
Tabasco y sus culturas: Olmeca Maya y Zoque
Tabasco y sus culturas: Olmeca, Maya y Zoque, conoce cada una de ellas y sus diferentes curiosidades
Tabasco y sus culturas son variadas, como la olmeca, quienes aparecieron unos 1200 años a.C y su pasado ahora se considera la madre de todas la culturas mesoamericanas.
La mayor prueba de ese magnífico pasado son las enormes piedras labradas que sirven como testimonio del trabajo religioso y civil.
Entre estas piezas se encuentran adoratorios, animales y las famosas cabezas colosales, ¿su esplendor? allá en los años 800 a.C.
Tabasco y sus culturas: Olmeca Maya y Zoque, La Venta, Huimanguillo
El mayor testimonio de esta cultura fueron las distintas zonas arqueológicas que se encuentran abrazadas por las abundante vegetación de Tabasco:
Ubicado en una Zona Pantanosa de Tabasco, aquí fue el apogeo de los olmecas, los habitantes de la tierra del hule.
Grandes obras labradas en piedra de tamaños impresionantes dejan un misterioso pasado de quienes eran estos hombres de rasgos toscos.
Comalcalco
Una ciudad Maya elaborada de barro cocido y conchas de ostión provenientes de un lago cercano.
Su poderío se desarrolló por estar cercana al río “dos bocas”. El área núcleo de la zona cuenta con edificios con tres conjuntos de edificios. Sin embargo se han encontrado alrededor de 280 estructuras
Pomoná
Ubicada en la cuenca del rio Usumacinta, esta zona arqueológica es una muestra fiel de la zona comercial del Petén, se encuentra junto a Bonampack o Palenque, grandes ubicaciones mayas.
Debido a su ubicación estratégica que se encontraba en el paso hacia la costa. No te puedes perder sus distintos edificios hechos de ladrillo, altares y estelas.
Malpasito
Otra cultura que se desarrolló en la Sierra de Huimanjillo fueron los zoques. Quienes construyeron sobre las montañas terrazas artificiales y más de una veintena de montículos.
El juego de pelota es testigo de asentamientos mayas, pero los símbolos de cacería y fertilidad son testigo de su influencia zoque.
Moral Reforma
Otro sitio Maya que creció junto al cauce de un río es San Pedro Mártir. Cuyo afluente y cascadas permitían navegar para comercializar productos.
Con un total de 87 edificios, sobresalen los del primer cuadro ceremonial, algunos de ellos con 24mts de altura.
Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara”
La colección prehispánica más exquisita de Tabasco se encuentra en Villahermosa.
Una gran cantidad de objetos de piedra, barro, concha, hueso y otros finos materiales que muestran la escultura y objetos de uso común de estas grandes culturas.
No te pierdas el monumento 6 de “El Tortuguero”, llamado el tablero del tiempo.
Sí, esa inscripción que marcaba el fin de una etapa maya y el comienzo de una nueva era en el 2012. #nuncadejesdeviajar
Consejos de viaje
Actividades IMPERDIBLES para vivir el DÍA DE MUERTOS al máximo
Desde hacer tu propio pan de muerto hasta recorrer canales a la luz de la luna, estas experiencias te invitan a descubrir el Día de Muertos de una forma especial y diferente…

El Día de Muertos ya se siente en el aire, con el aroma del copal, los tonos naranja del cempasúchil y el papel picado revoloteando en el viento. Esas son algunas de las experiencias más comunes que se disfrutan durante esta fiesta; pero si quieres vivirla de otra forma, te presentamos algunas opciones diferentes y emocionantes para disfrutar del Día de Muertos… Desde hornear tu propio pan hasta caminar bajo una noche de luces y sombres, envuelto entre leyendas…

CDMX
NOCHE VIVA del Día de Muertos en el MUSEO ANAHUACALLI
Una de las formas más culturales para disfrutar el Día de Murtos es visitando el Museo Anahuacalli. Ubicado en la Alcaldía Coyoacán y construido con piedra volcánica a cargo de Diego Rivera, en su interior se respira un gran homenaje al Día de Muertos. Allí se montará un altar monumental, y entre sus bóvedas podrás encontrar distintas ofrendas arqueológicas, que nos regresan al pasado latente de esta celebración.

TRAJINERAS, leyendas y PAN de MUERTO
Después del museo, la experiencia continúa en Xochimilco. A bordo de una trajinera iluminada recorrerás canales al ritmo de historias fantasmales. Mientras tanto, se servirán tamales, chocolate caliente y por supuesto, un rico pan de muerto casero —una forma literal de saborear la temporada—. Y es que los canales de Xochimilco son una de las zonas más especiales de la CDMX para honrar a la muerte… El agua golpeando las orillas y el silencio penetrante serán tus mejores acompañantes…

PUEBLA
Taller de PAN de MUERTO
En Puebla, puedes inscribirte a un taller para hornear pan de muerto. Con harina, huevos, mantequilla y naranja, aprenderás a dar forma a los sabrosos “huesitos” espolvoreados con azúcar, que evocan la dulzura de la vida. Este es el pan más famoso del Día de Muertos, con un simbolismo ancestral y un sabor que atrapa a la memoria, y aprenderlo a hacer, sin duda será una experiencia llena de emociones.
Y mientras amasas y el aroma del azahar impregna el ambiente, podrás escuchar diferentes curiosidades de este pan; como por ejemplo… ¿Sabías que en algunas regiones el azúcar del pan de muerto es roja por su vinculación con ofrendas prehispánica? Cuando logres tu pieza horneada, la saborearás aún caliente, con tu taza de chocolate.
Es una forma íntima y deliciosa de conectar con la tradición del Día de Muertos.

OAXACA
La procesión “MURTEADA” que revive el MITO
En Etla, Oaxaca, podrás conocer la “Muerteada”: un desfile nocturno lleno de arte y simbolismos. Aquí diablos, curas, médicos y espiritistas desfilan unidos por la memoria de la muerte, acompañados de música en vivo e historias locales, mientras recolectan el pan de muertos oaxaqueño y el mezcal de las ofrendas. Esta procesión te hace caminar sobre la delgada línea que divide lo vivo de lo inmortal…
Entre el SABOR y la LEYENDA del Día de Muertos
Estas, y más actividades, las puedes vivir con la agencia de experiencias Civitatis, las cuales no solo son visuales o culturales, sino que también puedes acompañarlas con degustaciones gastronómicas. En algunas rutas con Civitatis, al final del taller o caminata te ofrecen degustaciones de pan de muerto junto con tamales u otros antojitos locales, haciendo que el Día de Muertos se experimente con todos los sentidos.
Así que si quieres vivir algo más emocionante, te invitamos a participar en estas experiencias únicas de Día de Muertos. Hornea tu propio pan, camina bajo la luna, escucha relatos y deja que esa noche te transforme. Vive México en su forma más profunda y acompáñanos en esta tradición eterna. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Artesanías
Las CAJAS de OLINALÁ: La artesanía que GUARDA SECRETOS en el sur de MÉXICO
Naciendo en el estado de Guerrero, estas cajas de aroma tan especial son conocidas como una de las artesanías más bellas del sur…

Las Cajas de Olinalá reciben su nombre del municipio de Olinalá, en Guerrero, que proviene de la palabra náhuatl “ollinallan“, que significa “lugar donde la tierra tiembla”. Es en esta zona rural en donde abundan los aromáticos árboles de Linaloé, que son utilizados para hacer estas famosas cajas, que presumen de una belleza inigualable, conservando dentro de sí, y casi como un secreto, un dulce aroma amaderado…

¿De DÓNDE SURGEN las CAJAS de OLINALÁ?
Antes de empezar, tienes que saber que el Olinalá es por sí sola una técnica de laqueado con decoración, que consiste en colocar varias bases de pintura para después rasparla y crear figuras. Esta técnica se realizaba desde antes de la colonia española, y el objeto más popular para aplicarla son sin duda, las cajas.
Sus materias primas y herramientas son todas de origen natural, comenzando con la madera del linaloé con la que se elaboran las piezas. Para el color base y el decorado, se utiliza el polvo de piedras como el tezontle o el carbón, así como pigmentos hechos a base de plantas naturales o flores.

Las resinas son hechas con ajo, chía o linaza. Y para el pulido, limpieza, grabado y decorado, se utilizan como herramientas el cuarzo, las espinas de huizache, el algodón natural, la cola de venado y las plumas. Los talleres de Olinalá son casi siempre familiares… Herencia de los abuelos de los abuelos. Y aunque la técnica es la misma, cada dibujo se hace al momento, lo que significa que cada pieza es única, pues aunque puedan parecerse entre sí, ninguna es igual a otra.

Todo es hecho a mano en cada una de sus etapas. Desde la mezcla del color de la base, así como el grabado y el decorado. Aquí no existen los atajos, dando como resultado una pieza que tarda en hacerse y secarse hasta 15 días. Eso sí, las piezas grandes o de concurso pueden tardar en terminarse hasta un año y medio.

La ELABORACIÓN de las CAJAS de OLINALÁ
El proceso para elaborar una Caja de Olinalá es muy meticuloso y requiere de paciencia, precisión y atención al detalle. Todo comienza con el corte del árbol, el secado y el tratado de la madera para evitar plagas. Las cajitas las elabora un carpintero, pero el artesano resana las hendiduras naturales y lija con delicadeza los bordes hasta dejarlos suaves.

Una vez lista la caja, se pega la tapa con el cuerpo para trabajarla como una sola pieza. Se barniza con una mezcla de tezontle y aceite de linaza con chía y se deja secar. El color base para la pieza se elige en ese momento, y aunque el más popular es el negro, se pueden elegir muchos otros más.

Esta base se aplica sobre una capa de resina para que se adhiera bien a la caja, y se lija con cuarzo para fijar el color base a la madera. Después de eso inicia el grabado… El artesano decide qué va a dibujar; los motivos son principalmente animales y plantas endémicas de la zona.

Este proceso se divide en tres partes: el tallado vaciado, que hace el relieve. El dorado a pincel, que es cuando se decora la cajita con más motivos. Y el rallado punteado, que es cuando se le colocan los característicos patrones punteados de las Cajas de Olinalá, que le dan textura y movimiento.

El VALOR de las CAJITAS
El valor de las Cajas de Olinalá no es caro, si consideras el gran trabajo que conlleva. Una Caja de Olinalá clásica pequeña, tipo alhajero, cuesta alrededor de $300 MXN ($16 USD). Pero también existen piezas decorativas, como bateas de más de 1 metro de diámetro, con un valor que puede alcanzar hasta los $180,000 MXN ($9,795 USD).

También puedes encontrar el estilo del Olinalá en otros objetos, como servilleteros, lapiceras, portarretratos, fruteros, biombos y más. Lamentablemente, mucha gente no está dispuesta a pagar el precio justo de este trabajo, haciendo que varios talleres se vean obligados a agregar a su catálogo piezas más económicas hechas con otras maderas.

Aún así, nadie se atreve a poner en duda la belleza de estas curiosas cajas, que logran deslumbrar hasta a la persona menos apasionado al arte. Y es que, por ahí Antonio I. Delgado cantaba: “Guerrero es una cajita pintada en Olinalá, abre pronto la cajita, ábrela pronto, ábrela…” Así que, abre una Caja de Olinalá y descubre esta artesanía única con aroma a Guerrero… ❖
Puebla
El PUNCHE: El desconocido POSTRE del DÍA de MUERTOS
Con un color inusual y proveniente del estado de Puebla, este postre en peligro de extinción te invita a saborear el Día de Muertos de una forma diferente…

El Día de Muertos es una de las festividades mexicanas más importantes a nivel mundial, que se caracteriza por tener un gran ambiente colorido, que no se asusta de la muerte, sino que la celebra. Y como toda celebración mexicana, obviamente la comida deliciosa no podía faltar. Y es que durante estas fechas se empieza a hacer presente el tradicional pan de muerto, el dulce de calabaza o las icónicas calaveritas de azúcar o chocolate.

Pero, muy oculto en el estado de Puebla, se encuentra un postre llamado punche —o también conocido como punchi— que muy seguramente no conocías, pero que también es parte esencial del Día de Muertos…

¿Qué es el PUNCHE?
El punche es un postre dulce, parecido a una natilla, con una consistencia espesa y cremosa, y un peculiar color azulado. Es originario del estado de Puebla y Tlaxcala, y en las ofrendas simboliza un sentimiento de afecto. La receta se remonta a épocas prehispánicas, manteniéndose viva por comunidades indígenas que lo preparan únicamente durante las festividades de Día de Muertos. Aunque en Atlixco, se prepara durante el Corpus Christi (junio), y es de color rosa.

La razón de su color es porque se elabora con maíz azul. Este tipo de maíz suele cosecharse durante octubre. Además, su preparación requiere de agua de azahar, que es típica del Día de Muertos. Sin embargo, a pesar de ser un postre de temporada, al igual que el pan de muerto o las calaveritas, este nunca trascendió.
Esto se debe a que no fue comercializado masivamente y a que su preparación puede ser un poco complicada, pues no puede dejarse de mover ni un momento.

Si tuvieras que mencionar algún postre parecido al punche, tendríamos que hablar al nicuatole: una gelatina a base de maíz hecha en Oaxaca. Pero también tenemos el atole de nalga (sí, así se llama), originario de Veracruz. Este tiene casi los mismos ingredientes y consistencia, pero se le agrega chocolate. Lo curioso es que este último también es una receta especial para el Día de Muertos.
Sin embargo, el punche es dulce, cremoso, con ese sabor escalonado tan característico del maíz, que va aumentando con cada cucharada… Y aunque se come frío, siempre logra atrapar al paladar.

¿Dónde PROBAR el PUNCHE?
Encontrar el punche en la actualidad puede ser una tarea complicada. Para empezar, se trata de una receta en posible extinción. No es común encontrarla en restaurantes ni mercados. Y si lo encuentras, seguramente no tenga mucha difusión. Pero no te preocupes, que no te vas a quedar con el antojo, pues aquí te dejamos una receta para que aprendas a hacer tu propio punche…

Ingredientes
- ½ kilo de masa de harina de maíz azul
- 1 litro de agua
- 1 litro de leche
- 250 gramos de azúcar blanca
- 100 gramos de leche condensada
- Agua de azahar
- Vainilla
- Ralladura de una naranja
- 1 rajita de canela

Preparación
Calienta a fuego lento la masa con el agua y disuélvela perfectamente, sin dejar ningún grumo. A esta mezcla agrega unas cuantas gotas de esencia de azahar y esencia de vainilla al gusto, y continúa moviendo hasta que se espese. Al espesar, agrega el litro de leche, los 250 gramos de azúcar, la raja de canela, la ralladura de una naranja y los 100 gramos de leche condensada.

Continúa mezclando a fuego bajo. Cuando la mezcla espese nuevamente, sirve en moldes pequeños y refrigera por unos 30 minutos para que cuaje. La consistencia tiene que ser similar a la de una natilla, aunque si cuaja demasiado, puedes incluso desmoldarlo como una gelatina. La decoración del punche es con frutos secos, flores o semillas como ajonjolí o amaranto.

SABOREANDO el Día de Muertos
Este Día de Muertos te invitamos a darle una oportunidad a aquellas recetas perdidas que provienen de un antiguo legado. Disfruta de las fiestas, y recuerda que allá en Puebla existe un postre poco conocido, que aún sigue esperando para llegar a tu altar y a tu boca… ¿Te atreverías a probar el punche? ❖

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