

Turismo Cultural
Conoce a los guardianes de las tierras Árticas: La Tribu Nenet
Supervivientes de la industrialización y el cambio climático…
La tribu Nenet, también conocida como Nenets o Nenecos, son un grupo étnico que reside en el norte de Rusia, principalmente en la región autónoma de Yamalia y en la península de Gydan. Son un pueblo indígena de la tundra ártica y forman parte de la familia de los pueblos samoyedos.
Sin embargo, la forma de vida tradicional de los Nenet ha enfrentado desafíos en los últimos tiempos. La
industrialización, el cambio climático y la disminución de los pastizales han afectado su estilo de vida nómada y la cría de renos. Además, el contacto con la sociedad rusa y la influencia de la cultura dominante han llevado a cambios en su forma de vida e identidad, ¡te invitamos a conocerlos!
Un pedacito de sus costumbres
Los Nenet son tradicionalmente nómadas y se dedican principalmente a la cría de renos, que proporciona sustento, transporte y materiales para la confección de ropa y viviendas. Su estilo de vida está estrechamente ligado a la migración de los renos, que siguen a lo largo del año en busca de pastizales.
Viven tradicionalmente en tiendas de campaña portátiles llamadas “chums”. Estas tiendas están hechas de materiales naturales como madera, cuero y pieles de reno. Los chums son construidos con un armazón de postes de madera que se cubren con pieles de reno, creando una estructura resistente al viento y al
frío.
En su interior se coloca un fuego central para proporcionar calor y cocinar alimentos. También se utilizan pieles de reno adicionales como aislamiento en el suelo y en las paredes para mantener el calor dentro de la tienda.
Los chums son fácilmente desmontables y transportables, permitiendo a los Nenet moverse según las necesidades de su estilo de vida nómada.
Confeccionan prendas tradicionales utilizando principalmente piel de reno y otros materiales naturales. Utilizan abrigos largos y pesados hechos de piel de reno para protegerse del frío extremo. Estas prendas suelen ser decoradas con bordados y detalles ornamentales.
Además de los abrigos, los Nenet usan botas altas también hechas de piel de reno, que son resistentes y cálidas. Utilizan gorros y sombreros con orejeras para protegerse del viento y del frío intenso. También hacen uso de capas interiores de ropa, como camisas y pantalones de piel, para mantener el calor corporal.
Su vestimenta tradicional está diseñada para soportar las condiciones extremas del Ártico, brindando protección contra el frío y el viento. Sin embargo, es importante destacar que en la actualidad, muchos Nenet han adoptado prendas de vestir modernas en su vida diaria, aunque aún conservan y utilizan su ropa tradicional en ocasiones especiales y festivales culturales.
La rica tradición cultural de Los Nenet
Tienen una rica tradición cultural que incluye varias tradiciones y costumbres. Iniciemos con su profunda conexión espiritual y práctica con la naturaleza. Ven a los renos y otros animales como seres sagrados y tienen un profundo respeto por el entorno natural.
Valoran la armonía con la tierra y tienen conocimientos tradicionales sobre cómo interactuar de manera sostenible con el medio ambiente.
La transmisión oral de la historia, los mitos y las leyendas es una parte importante de la cultura Nenet. Los ancianos de la tribu son los guardianes de la tradición oral y comparten conocimientos y enseñanzas a través de historias transmitidas de generación en generación.
La música y la danza desempeñan un papel vital en las celebraciones y festividades de los Nenet. Utilizan instrumentos musicales tradicionales como tambores, flautas y arpas de boca, y realizan danzas que reflejan la vida en la tundra y la relación con los renos.
Son conocidos por su habilidad artesanal en la fabricación de objetos utilitarios y decorativos. Utilizan materiales naturales como piel de reno, marfil y madera para crear ropa, calzado, joyería, tallas y otros artefactos.
Celebran varias festividades y eventos comunitarios a lo largo del año. Estas celebraciones suelen estar relacionadas con la migración de los renos, el cambio de estaciones y otros aspectos de la vida tradicional. Durante estas festividades, se llevan a cabo rituales, danzas, competencias y otras actividades.
¿Que alimentos consumen?
Y como seguro te has preguntado, ¿en que se basa la dieta de los Nenet? aquí la respuesta. La carne de reno es una parte fundamental, se consume en diferentes formas, ya sea asada, hervida, ahumada o en forma de embutidos. Es una fuente importante de proteínas y grasas para su alimentación.
Los Nenet también aprovechan los productos lácteos de los renos, como la leche y el queso. La leche de reno se consume fresca o se fermenta para producir yogurt y otros productos lácteos tradicionales.
Complementan su dieta con pescado, que obtienen de los ríos y lagos de la región ártica. Además, también cazan animales como aves, liebres y zorros para obtener carne adicional.
Durante el verano, recolectan bayas y plantas silvestres que crecen en la tundra. Estas incluyen arándanos, moras, frambuesas y hierbas comestibles, que se utilizan para complementar la dieta y como ingredientes
en platos tradicionales.
Entre los platos tradicionales de los Nenet se encuentra el “stroganina”, que consiste en finas láminas de carne de reno cruda congelada. También preparan “balichan”, que es carne de reno seca y ahumada, similar al “jerky”.
También preparan bebidas tradicionales como el “chaga”, un té de corteza de abedul fermentado con propiedades medicinales. Consumen té de hierbas y, en ocasiones especiales, pueden beber licor de bayas fermentadas.
¿Que tal, eh? El mundo no deja de sorprendernos con la variedad de costumbres que lo rodean. Y es que cada cultura sin duda alguna tiene algo para ofrecernos, o bien, ¡para sorprendernos! Y recuerda, #Nuncadejesdeviajar!
América
Entre REJAS y MEMORIA. Conoce el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé
Lo que antes fue una cárcel femenil, ahora es un sitio turístico en donde podrás aprender sobre la vida dentro de la cárcel en Argentina.

En pleno corazón del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, Argentina, se alza un edificio que guarda más de dos siglos de historia. Se trata del Museo Penitenciario Antonio Ballvé: un lugar que alguna vez funcionó como cárcel de mujeres y que después abrió sus puertas como museo. Sus muros de piedra, pasillos estrechos y celdas silenciosas transportan al visitante a un tiempo donde la privación de la libertad convivía con la disciplina religiosa, las luchas sociales y los cambios en la justicia…

De misión jesuítica a CÁRCEL de MUJERES
La historia de este edificio comienza en 1735, cuando los jesuitas iniciaron la construcción de un complejo que incluía iglesia, colegio y casa de ejercicios espirituales. Tras la expulsión de la orden en 1767, el inmueble atravesó distintos usos: depósito, hospital y prisión de deudores. No fue sino hasta finales del siglo XIX que el lugar fue destinado al Asilo Correccional de Mujeres, bajo la congregación del Buen Pastor.

Allí convivieron mujeres procesadas por delitos comunes, menores de edad y hasta internas consideradas de “vida disipada” (exceso y libertinaje). Con el tiempo, la institución pasó a manos del Servicio Penitenciario Federal, que en 1978 trasladó a las reclusas a otra unidad en Ezeiza. Ese hecho marcó el inicio de una nueva etapa: la transformación del espacio en un museo.

Finalmente, en 1980 se inauguró oficialmente el Museo Penitenciario, en honor a Antonio Ballvé, quien fue director de la antigua Penitenciaría Nacional y pionero en la organización del sistema penitenciario argentino.

¿Qué encontrarás en el MUSEO PENITENCIARIO Antonio Ballvé?
Hoy, los visitantes del Museo Penitenciario pueden recorrer un sitio donde la arquitectura colonial se mezcla con la memoria carcelaria. Algunos de sus atractivos más destacados son la Capilla de Nuestra Señora del Carmen: uno de los espacios mejor conservados del antiguo complejo jesuita.

También hay salas que exhiben trajes a rayas, grilletes, mobiliario carcelario y herramientas utilizadas por internos y autoridades. Hay documentación histórica que incluye fotografías, expedientes criminológicos, revistas y publicaciones penitenciarias. Esto se complementa con recorridos guiados que te permiten comprender el rol de la prisión en la historia argentina y el impacto social que tuvo la reclusión femenina.

El museo no solo exhibe objetos, sino que también ofrece una mirada crítica sobre la evolución del sistema penitenciario, el papel de la religión en la disciplina y el lugar de la mujer dentro de estas instituciones.

Una visita PRÁCTICA y ENRIQUECEDORA
El Museo Penitenciario Argentino Antonio Ballvé se encuentra en Humberto Primero 378, San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La entrada es gratuita; sin embargo, solamente abre dos días a la semana: martes y sábados de 11:00 a.m. a 03:00 p.m.

El recorrido suele tomar entre 30 y 45 minutos, siendo ideal para combinarlo con otros atractivos de San Telmo, como el Mercado, la Plaza Dorrego o el Museo de Arte Moderno. Es una visita recomendable para quienes disfrutan del turismo cultural e histórico, y en especial para aquellos interesados en la memoria social y las transformaciones urbanas de Buenos Aires.

Y es que el Museo Penitenciario es mucho más que un conjunto de salas con objetos antiguos: es un espacio de reflexión sobre la privación de la libertad, las políticas penitenciarias y la condición femenina en épocas pasadas de Argentina. La reconversión de una cárcel en un centro cultural lo convierte en un símbolo de transformación, donde los muros que antes callaban ahora se dedican a contar historias…

Asilo Correccional de Mujeres. Foto – Museo Penitenciario Antonio Ballvé (Facebook)
Geek
HR GIGER MUSEUM: El oscuro universo del CREADOR de ALIEN
Sumérgete en una experiencia única en Gruyères, Suiza, donde el arte surrealista y la ciencia ficción se encuentran en un espacio que parece de otro mundo

Imagínate entrar a un castillo medieval de más de 400 años, en lo alto de una colina de Gruyères, Suiza, y descubrir que ahí se esconde un universo oscuro, surrealista y perturbador. Ese es el HR Giger Museum: un espacio único donde cada muro de piedra —de dos metros de grosor— guarda la visión de Hans Ruedi Giger, el inquietante artista gráfico que dio vida al diseño del Xenomorfo de Alien.
La saga del XENOMORFO: El ORIGEN de una LEYENDA
Todo comenzó en 1979 con la película “Alien: el octavo pasajero”, dirigida por Ridley Scott. Fue tanto el impacto que se convirtió en una saga referente del cine de ciencia ficción y terror. Con secuelas, precuelas y spin-offs, la historia del Xenomorfo atrapó al público con su atmósfera sofocante, criaturas mortales y una estética que marcó generaciones. Pero ese universo no sería lo mismo sin la mente oscura de Giger.
Hans Ruedi Giger, mejor conocido como H.R. Giger, nació en Suiza en 1940 y dejó huella como uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Su estilo “biomecánico”, que une lo orgánico con lo mecánico, dio vida al icónico Xenomorfo y a escenarios de pesadilla que revolucionaron el cine. Su genialidad lo llevó a ganar un Óscar en 1980, confirmando que su visión estaba destinada a ser leyenda.
¿Qué ver en el HR GIGER MUSEUM?
Inaugurado en 1998, el HR Giger Museum alberga la colección más completa del artista. Aquí puedes ver desde sus primeras obras en los años 60, hasta piezas que marcaron y modificaron por completo su carrera. Entre ellas destacan exposiciones como “El Hechizo y Pasajes“, junto con los diseños que realizó para películas como Alien, Dune, Species y Poltergeist 2.
Entrar a este museo es como tener un recorrido por la mente de Griger.
Por su parte, las esculturas creadas por Giger son pura locura visual: piezas hechas con materiales industriales que parecen salidas de otro mundo. Sus formas evocan esqueletos, órganos y máquinas al mismo tiempo. Son una extensión física de la estética biomecánica que lo convirtió en un icono mundial.
Otra de las joyas del museo son las obras hechas con aerógrafo. Aquí el artista jugaba con transiciones suaves y fluidas que fusionan lo orgánico con lo mecánico. Este estilo, tan característico se convirtió en la base para los mundos oscuros que hoy relacionamos con Alien… Tenebrosos, deformes y con una emoción ruidosa, que no termina de despegar.
Además de sus obras, el museo también cuenta con libros que muestran la historia y el pensamiento de Giger. Sus escritos dejan ver a un artista que no solo pintaba y diseñaba, sino que también narraba su universo con un estilo profundo y provocador. Es una mirada íntima que te ayuda a entender mejor su retorcida mente.
HR GIGER BAR: En el vientre de la BESTIA
Junto al museo se encuentra el HR Giger Bar, inaugurado en 2003. Entrar aquí es como adentrarte en el vientre de una criatura: techos, paredes, mesas y sillas parecen huesos gigantes que envuelven todo el espacio. Diseñado personalmente por Giger, este bar es mucho más que un lugar para tomar algo: es vivir dentro de una de sus obras. Además, puedes disfrutar de cafés, licores, destilados, pizzas, hot dogs y más.
Ubicación, HORARIOS y costos de HR GIGER MUSEUM
HR Giger Museum está ubicado en Rue du Château 2, Gruyères, Suiza. Abre de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 06:00 p.m. y los fines de semana se mantiene abierto hasta las 06:30 p.m. La entrada cuesta 12,50 francos suizos (unos $290 MXN o $16 USD). Antes de entrar, tienes que considerar estas recomendaciones:
- Algunas obras no son aptas para niños. Menores de 16 años deben ir acompañados.
- La visita dura entre 30 minutos y 1 hora.
- No se aceptan reservas ni se venden boletos en línea. Todo se compra en la taquilla el mismo día.
Visitar HR Giger Museum no es solo recorrer un museo, es entrar a un universo donde el arte, el cine y la oscuridad se mezclan en plena armonía. Además puedes llevarte un lindo recuerdo como esculturas, pósters, tarots y piezas que son auténticos íconos de la cultura pop. Si eres fan de Alien, del arte surrealista o simplemente quieres conocer el legado de HR Giger, este castillo en Suiza es una parada obligada en tu viaje. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Leyendas
La ZOMBIFICACIÓN en Haití: El ritual vudú que DESAFÍA a la MUERTE
Adéntrate en los rituales más enigmáticos de Haití, donde la magia ancestral se mezcla con creencias que siguen cautivando a viajeros curiosos.

Imagínate visitar Haití y enterarte de que hay comunidades donde creen que algunas personas han vivido la muerte… Y vuelven sin voluntad propia. Eso es la zombificación, una práctica del vudú haitiano que mezcla espiritualidad, creencias antiguas y para muchos, un turismo misterioso que te invita a explorar lo desconocido.
¿QUÉ es el VUDÚ HAITIANO?
El vudú haitiano es una religión sincrética que integra rituales de origen africano, elementos del catolicismo, creencias indígenas y prácticas espirituales locales. Se le atribuye poder sobre espíritus llamados lwa, quienes interactúan con los fieles mediante ofrendas, tambores, canticos y danzas. La zombificación es uno de los fenómenos más controvertidos dentro de estas creencias.
El proceso comienza con la preparación de una pócima compuesta de toxinas de animales, restos humanos, hierbas, incluso veneno de pez globo. Esta mezcla se administra al “victimario” mediante ingestión, inhalación o inyección. Luego, la persona puede ser declarada muerta, enterrada, pero horas después “resucitada” en un estado alterado: sin memoria, sin voluntad clara, dominada por quien realizó la zombificación.
¿Quién y REALIZA el ritual de la ZOMBIFICACIÓN?
El agente encargado de realizar este ritual es el bokor: un practicante del vudú especializado en magia oscura, que, en colaboración con otros miembros de la comunidad, puede realizar ceremonias secretas. El vudú interviene como un sistema de creencias y sin esta fe colectiva, nadie aceptaría el ritual. Esto permite que los rituales funcionen —para los creyentes— no sólo como actos mágicos, sino psicológicos.
¿Qué LUGARES aún practican la ZOMBIFICACIÓN?
Un lugar que suele mencionarse es la región rural de Haití donde operan sociedades secretas como Los Bizango. La capital Port-au-Prince también también aparece en estas redes, que son señaladas en relatos de estos muertos vivientes, pues se dice que algunos bokors allí ejercen este poder para castigar o controlar.
Físicamente, una víctima zombificada, puede entrar en un estado de letargia profunda: desplazamiento lento, mutismo, falta de respuesta voluntaria y cambios en el metabolismo. Es como si estuviera entre la vida y la muerte. Psicológicamente, hay pérdida de memoria, confusión, trauma, una dependencia extrema de quien ejerce control sobre ella. El zombi vive en un limbo: consciente pero sin libertad real.
¿Se puede PRESENCIAR la ZOMBIFICACIÓN?
Si te interesa este lado más misterioso del mundo y planeas viajar a Haití, hay comunidades donde puedes aprender sobre el vudú como parte de la cultura local en ceremonias abiertas. Pero la practica en sí suele ser secreta, privada y rara vez mostrada al público por su carga espiritual y tabú. Hay museos como el Musée du Quai Branly en París, Francia, que exponen la historia de la zombificación como mito y realidad simultánea.
Si te gusta lo desconocido, visitar Haití es una opción que te sumergirá en una experiencia vudú única, que te permite descubrir la cultura que rodea la zombificación. Te recomendamos ir con la mente abierta, manteniendo el respeto ante estas tradiciones, porque más allá del terror, adentrarse a conocer las historias sobre zombificación es conectar con raíces profundas que pocos conocen de la cultura haitiana. ❖
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