

En Familia
¿Qué hacer en la Colonia Juárez CDMX? ¡La pequeña Europa!
Conocida como la Zona Rosa, este sitio es el lugar de encuentro para comer, beber, visitar y ligar, ven y descubre qué hacer en la Colonia Juárez CDMX.
Ubicada muy cerca del Centro Histórico, aquí te presentamos qué hacer en la Colonia Juárez CDMX, es un área delimitada por su historia, su evolucionado crecimiento, sus jardines, los sabores y el arte que rodea.
En esta colonia llena de contrastes existen negocios contemporáneos instalados en casonas del siglo XVIII.
Encontraremos jardines en las distintas plazas, escenarios de eventos culturales y conoceremos a su gente a través del talento emergente, característica de la propuesta artística entre las calles de “La Juárez”.
Su interesante arquitectura se puede observar cuando caminamos entre algunas de sus calles y te das cuenta que estas rodeado de verdaderas obras de arte.
Se trata de hermosas casonas que conservan su estilo porfiriano, reconocido por su belleza y su grandiosa decoración afrancesada.
Edificios que dejaron huella
Se dice que en su interior vivieron María Félix y Jorge Negrete, hoy en día este hermoso palacete te roba la vista por sus detalles arquitectónicos y las historias que hay alrededor de esta famosa pareja.
Las mansiones y casonas de la calle Havre: andar caminando por aquí, es como una regresión al tiempo.
Majestuosas obras de ladrillo, cantera y concreto hacen que sea un paseo obligado para los amantes de la arquitectura.
Por otro lado está la Parroquia del Sagrado Corazón de Jésus (calle Roma esquina Hamburgo): una iglesia con una torre que resalta entre la colonia por su altura. Su interior es de un blanco perfecto, pero sobrio.
Hay una gran cantidad de construcciones de la antigua colonia Americana que siguen de pie muy a pesar de acontecimientos históricos como la Decena Trágica y el sismo de 1985.
Hogar de otras nacionalidades
Si de comunidades se trata, esta zona de la ciudad reúne a dos importantes, la comunidad coreana y la comunidad gitana.
Entre Florencia y Lejía se localizan diferentes conjuntos habitacionales donde los coreanos caminan, comen, venden, compran y mantienen sus actividades en México.
Pequeños restaurantes (Londres 246), cafés y algunos mini-super de productos importados de aquel país se pueden encontrar al caminar al lado poniente de la Colonia Juárez (Hamburgo 214).
En la glorieta que se forma en la unión de las calles de Dinamarca y Londres los gitanos encuentran una zona de paz.
Aquí se puede vivir de cerca al escuchar música flamenca y la conversación de personas en ese marcado acento andaluz (Copenhague 28).
Variedad de ropa en conjunto con la comunidad LGBT
No se puede no hablar de la comunidad LGBT en la Colonia Juárez, quien encuentra un ambiente de tolerancia en la Zona Rosa (Calles de Amberes, Genova y Florencia).
Es bien sabido que se encuentran bastantes bares boutiques y antros que congregan a miles de personas que pertenecen a la comunidad gay.
El Almacén y el Taller (Florencia 37) es un bar de mucha historia que es considerado de los mejores en la ciudad.

La diversión nocturna nunca faltará y mas en estos tiempos de inclusión. Foto: archivo
Drrama Bar (Amberes 4) es un karaoke donde los miércoles hay espectáculos drags que llenan el lugar y la Suite (Amberes 21) es un antro de música electrónica donde la noche siempre será larga.
La colonia está muy marcada por plazas donde encuentras las marcas más prestigiosas como en el Centro Comercial Reforma 222, hasta pinturas, arte y antigüedades como La Plaza del Ángel.
Si te gustan los productores alternativos e independientes, puedes caminar por Liverpool y Hamburgo para entrar a distintas tiendas de artistas entre los que se encuentran diseñadores de moda, ceramistas y galeristas.

El Bazar Fusión en la calle de Londres 37, donde cada fin de semana se ofrecen alternativas de productores independientes. Foto: archivo
Y de comer en la Colonia Juárez
Cuando de comer se trata la Colonia Juárez tiene un sinfín de cosas por probar y descubrir.
La Cocina Internacional, repostería, panaderías, cocina mexicana, garnachas, cocina española, italiana, francesa, coreana, cortes de carne, sushi, jugos y comida rápida y vegetariana.
Además hay una gran cantidad de bares y cafés que siempre estarán esperando a que los descubras entre los cientos de comercios que se localizan entre las calles de la Colonia Juárez.
Milan 44, es un Mercado gourmet que cobra vida después de las 3 de la tarde, donde oficinistas y vecinos conviven al lado de un buen plato.
No te pierdas la Panadería Rosetta (Havre 73), se dice que es el pan más rico y aromático de la ciudad, y al parecer los cientos de personas que asisten están de acuerdo.
¿Qué descubrir en esta colonia?
Finalmente la cultura en la Colonia Juárez siempre está presente en cualquier sitio de nuestra ciudad, y la colonia no es la excepción.
El Museo de Ripley, el de Cera y el del Chocolate se muestran ante ti, como una propuesta llena de opciones para todos los gustos.
Hotel Geneve (Londres, Zona Rosa): Entrar aquí es trasladarte a uno de los hoteles más lujosos que tenía la CDMX a inicios del siglo XX. Realmente es un hotel-museo lleno de asombrosas antigüedades.

No olvides pasar por este bello museo que te explica un poco de la historia del chóclate en el mundo y en nuestro país. Foto: francerobert2001
Hotel Four Seasons (Paseo de la Reforma esquina Lejia): Si por fuera es un edificio atractivo, por fuera es un coqueteo al buen gusto: jardines, arcos y una elegancia que destaca por su estilo y armonía.
Si seguimos contándote de esta colonia sabrás que estás perdiendo tiempo para conocer más la ciudad.
Así que anímate a descubrir la Pequeña Europa de México, así lo muestra el nombre de sus calles, su arquitectura, la comida y mucho pero mucho más. #NuncaDejesDeViajar
América
El MÍSTICO LABERINTO PATAGONIA: PERDERSE para ENCONTRARSE
Inspirado en la kabbalah, la geometría sagrada y algo de mitología, el Laberinto Patagonia es un lugar de introspección, meditación y sabiduría…

Imagina un lugar donde perderse no solo está permitido, sino que también es una gran aventura. Un lugar donde los caminos serpentean entre árboles, el aire huele a bosque puro y cada paso te hace sentir misterio. Así es el Laberinto Patagonia: una joya escondida en Argentina, que te está esperando para desafiarte y maravillarte.

¿Qué es el LABERINTO PATAGONIA?
Con una extensión de 8,500 metros cuadrados, el Laberinto Patagonia es considerado el laberinto más grande de América del Sur. Fue diseñado por Claudio Levi y su esposa Doris Romero.

Su historia es muy curiosa: en 1982 se dirigía a El Bolsón, una ciudad al oeste de Argentina, pero en el tren escuchó a alguien hablar sobre “El Hoyo”, una localidad rural en La Comarca, poco antes de El Bolsón. A él le llamó tanto la atención que decidió bajarse ahí, descubriendo el lugar donde viviría por siempre.

Al siguiente año compro 3 hectáreas de terreno, con un costo de $150 dólares cada una. Su idea era crear un lugar turístico, y lo logró al encontrar, dentro de sus terrenos, un mosquetal de unos 4 metros de altura, que simulaba un laberinto natural. Ahí fue donde surgió la idea.

Tiempo después, Claudio y Doris Romero, su esposa, comenzaron a diseñar y plantar cipreses para dar forma al proyecto. Fue una labor difícil, ya que el terreno donde se encontraban era desigual. Para poderlo construir, sembraron poco más de 2,000 cipreses.

Finalmente, fue inaugurado en el año 2015. Su estructura está influenciada por conocimientos de la kabbalah, la geometría sagrada, mitología, filosofía y magia, convirtiendo e este laberinto en un espacio de introspección y exploración personal.

¿Qué hacer en el LABERINTO PATAGONIA?
La principal actividad en el Laberinto Patagonia es recorrer sus senderos. Consta de nueve entradas y nueve salidas, lo que hace que aumente su dificultad y desafío.

Además, puedes disfrutar de la gastronomía local, ya que dentro del complejo se ofrecen productos elaborados con frutos y cultivos originarios de La Comarca, permitiendo a los visitantes comer en un entorno único. De hecho, el Laberinto Patagonia cuenta con dos opciones para comer: La Confitería, donde se sirven pasteles; y Sidra Restaurante, donde se sirven pastas, vegetales y la especialidad: sidra. Todo esto con vistas impresionantes de las montañas.

Como recomendación, te sugerimos ordenar el ribs de cerdo con chucrut, acompañado de cremosas papas.

La BELLEZA del MISTICISMO
Como mencionamos anteriormente, el diseño del laberinto mezcla conocimientos de la kabbalah, la geometría sagrada y algo de mitología. La razón es que Claudio y Doris no solo buscaban un simple laberinto… sino que crearon un símbolo de la vida misma. Cada visitante es diferente, y su perspectiva del recorrido puede cambiar según la luz, la estación e incluso el estado de ánimo, haciendo de cada visita algo único.

Tienes que saber que la entrada al laberinto tiene un costo, y este varía dependiendo de la estación. Durante el verano del 2025, tendrá un costo de $12,500 pesos argentinos ($236 pesos mexicanos). Los niños de entre 7 a 12 años pagan $9,500 ($180 pesos mexicanos), y los jubilados $7,000 argentinos ($132 pesos mexicanos). Los menores de 7 entran gratis, siendo un plan ideal para familias.

Y si buscas algo extra… algo tal vez artístico, podrás encontrar a GAL: la Galería de Arte Laberinto. Aquí constantemente se realizan exposiciones, conciertos y hasta experiencias inmersiva con luces. La entrada cuesta unos $6,500 pesos argentinos ($122 pesos mexicanos).
Para llegar a este mágico lugar, tendrás que dirigirte hacia El Hoyo, un pueblito encantador en la provincia de Chubut, en plena Patagonia Argentina. Queda a 15 kilómetros de El Bolsón y a 14 del Lago Puelo, en el valle del río Epuyén. Para llegar, tienes que tomar la Ruta Nacional 40, que es icónica por atravesar la Patagonia.

Una EXPERIENCIA inmersiva
El Laberinto Patagonia se ha convertido en una experiencia tanto espiritual como existencial, en la cual puedes llevar tus pensamientos hacia un enfoque diferente, haciéndonos entender que perderse nunca había traído tanta plenitud… ¿Te animas a encontrar la salida? ❖

#NuncaDejesDeViajar

Más allá de su imponente arquitectura y el relato histórico que guarda, el Monumento a la Revolución es hogar de uno de los miradores más impresionantes de la ciudad.
Historia y arquitectura
Inaugurado en 1938, el Monumento a la Revolución fue diseñado originalmente como un Palacio Legislativo, pero los planes cambiaron tras el estallido de la Revolución Mexicana.
Su estructura art déco es una obra maestra, y subir al mirador también ofrece la oportunidad de descubrir los secretos de su construcción mientras se admira su inmensa cúpula de cobre, una de las más grandes del mundo.
Una experiencia elevada
El mirador, situado a 65 metros de altura, te ofrece una panorámica de 360 grados que abarca desde los rascacielos de Reforma hasta las montañas que rodean el Valle de México.
Subir hasta este punto es una experiencia única, ya que el recorrido incluye el uso de un elevador de cristal que atraviesa el corazón del monumento, permitiendo admirar los detalles arquitectónicos de cerca.
Desde el mirador, es posible disfrutar de espectaculares amaneceres, atardeceres de ensueño y una visión nocturna iluminada por las luces de la ciudad.
Ubicación
El Monumento a la Revolución está ubicado en la Plaza de la República, en la colonia Tabacalera, a tan solo unos pasos de Paseo de la Reforma y la Avenida de los Insurgentes.
Su ubicación estratégica lo convierte en un punto de partida ideal para explorar otras atracciones cercanas, como el Museo Nacional de la Revolución, el Centro Histórico, y los múltiples restaurantes y cafés que rodean la zona.
La ubicación es fácilmente accesible:
Metro: Línea 2, estación Revolución.
Metrobús: Línea 1, estación Plaza de la República.
Horarios y costos
Lunes a jueves: 12:00 a 20:00 horas (último acceso a las 19:30).
Viernes y sábado: 12:00 a 22:00 horas (último acceso a las 21:30).
Domingo: 10:00 a 20:00 horas (último acceso a las 19:30).
Los costos varían, pues en la página oficial del Monumento a la Revolución cuenta con paquetes, para que puedas elegir libremente la opción que más te agrade.
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#NuncaDejesDeViajar
Consejos de viaje
La escalera al cielo: El místico jardín de Edward James
¡Todo un portal a otra realidad!

Ubicado en la Huasteca Potosina, este jardín un destino único que transporta a los visitantes a un mundo de fantasía.
También conocido como Las Pozas, este jardín es un reflejo de la mente creativa y excéntrica de su creador, el poeta y mecenas británico Edward James, quien, fascinado por el surrealismo, decidió crear un paraíso tropical cargado de estructuras oníricas y formas abstractas.
El origen del sueño surrealista
Edward James fue uno de los mayores coleccionistas y promotores del surrealismo, estableciendo relaciones con artistas como Salvador Dalí y René Magritte.
Sin embargo, su pasión por lo exótico y lo sobrenatural lo llevó a buscar un lugar donde pudiera materializar sus visiones.
En la década de 1940, llegó a la Huasteca Potosina, una región rica en biodiversidad y belleza natural, que capturó su corazón.
Fue en este entorno exuberante donde decidió construir su jardín de esculturas, un espacio que se fundiría con la selva tropical.
Las Pozas: Un viaje entre naturaleza y arte
El jardín, que abarca unas 37 hectáreas, alberga más de 30 esculturas monumentales, mezcladas entre cascadas, pozas naturales y senderos rodeados de vegetación exuberante.
Las esculturas parecen fluir orgánicamente de la naturaleza, como si siempre hubieran pertenecido a ese espacio.
Con nombres tan intrigantes como “La Escalera al Cielo”, “La Casa de los Peristilos”, y “El Palacio de Bambú”, estas estructuras no tienen un propósito funcional específico, sino que están diseñadas para evocar emociones y llevar a los visitantes a un estado de contemplación.
Uno de los aspectos más fascinantes es cómo James integró su obra con el paisaje, usando materiales locales y técnicas tradicionales, pero con formas y conceptos fuera de lo común.
Caminando por los senderos del jardín, te encuentras con escaleras que no llevan a ningún lado, puertas flotantes y estructuras que desafían las leyes de la lógica y la física.
Este juego entre lo real y lo imposible es lo que hace que Las Pozas sea un verdadero homenaje al surrealismo.
El Jardín Escultórico de Edward James es un verdadero paraíso surrealista en medio de la Huasteca Potosina. Su belleza única y su conexión con la naturaleza hacen de cada visita una experiencia transformadora, recordándonos la magia que existe en el mundo natural y en la mente humana. Para llegar a este lugar, puedes confiar en el servicio de transporte de Autotur, que ofrece rutas seguras y cómodas en autobús y camionetas desde diversas ciudades de México.
Lo mejor es visitar el jardín en la mañana temprano, cuando el clima es más fresco y hay menos turistas.
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