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Leyenda de las cuevas de Veracruz, ven y conócelas

Dicen por ahí que Veracruz tiene un sinfín de cuevas que te llevan a lugares recónditos o inimaginables, sobre todo aquellas que sabemos que están cerradas por algún motivo que no conocemos. Aquí te presentamos la leyenda de las cuevas de Veracruz.

Por el momento el único consejo que te podemos dar es que cada 24 de junio no te acerques a una cueva porque te puede pasar alguna historia parecida a estas dos leyendas:

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Campesino. Imagen: Archivo

El 24 de junio es el día del encanto, se trata de la fiesta de San Juan y por tradición muchas cuevas en el estado de Veracruz permanecen abiertas hasta las 12 de la noche de ese día.

La historia comienza con un campesino de nombre Cirilo quien salió a trabajar en su milpa llegando a su terreno, se percató que la montaña frente a él, se veía luz en la cueva que siempre le había llamado la atención, pero que nunca había ido a ver.

La curiosidad hizo que entrara al abismo siguiendo esa luz. De pronto, a unos cuantos pasos de la entrada, se encontró que la cueva contaba con un enorme lago de aguas cristalinas y en este nadaban cisnes blancos que se iban convirtiendo en hermosas mujeres

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Cisnes. Imagen: Archivo

Leyenda de las cuevas de Veracruz: LA CUEVA DEL ENCANTO

La belleza de lugar mantenía a Cirilo extasiado durante horas, viendo entrar y salir mujeres en el lago y él siendo un afortunado espectador. Cirilo pensó que había pasado un día maravilloso, pero en realidad había transcurrido un año completo dentro de la cueva.

Su esposa preocupada porque no regresó Cirilo a la hora que acostumbraba, pidió ayuda a sus vecinos para que lo fueran a buscar.

Tardaron varios días los hombres del pueblo en encontrar alguna pista y lo único que hallaron fue solamente sus herramientas para trabajar en la milpa y su acostumbrado morral de campesino. Lo dieron por muerto y desaparecido por mucho tiempo.

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Lago. Imagen: Archivo

Sin embargo Cirilo se encontraba en la cueva pensando que ya era muy tarde ese día 24 de junio y debía pensar en regresar, sobre todo debía recoger su herramienta que dejó afuera de la cueva para que nadie se la fuera a robar.

Al no ver sus cosas, emprendió el camino a casa y se fue encontrando casualmente con varias personas que habían participado en su búsqueda, ellos se acercaban y le preguntaban que a dónde había estado, que todos estuvieron preocupados  por él.

Cirilo solo se limitó a contestar que simplemente se había ido a trabajar en la milpa. Los vecinos solo se reían a manera de burla. Él no le dio mucha importancia, pero cuando llegó a su casa, su esposa Genoveva se encontraba triste y vestida de negro.

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Casa. Imagen: Archivo

¿Te atreverás a viajar a estos lugares?

Al verlo se quedó muda por instantes y comenzó a llorar pidiéndole que le explicara en dónde había estado un año completo sin avisar. Cirilo le explicó lo que había visto en la cueva y el encanto de los cisnes, pero que no había ido a ningún otro lado.

Él comprobó que ya había pasado un año al ver a sus hijos más grandes y a su esposa llena de canas ocasionadas por la preocupación.

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Puerta de piedra. Imagen: Archivo

Leyenda de las cuevas de Veracruz: LA PUERTA DE PIEDRA

En otra comunidad veracruzana existe una cueva que siempre permanece tapada con una enorme piedra. Jacinto un hombre dedicado a la herrería, rumbo a su trabajo diario siempre había intentado entrar a una cueva sin tener suerte.

Ya que la piedra que cubría la entrada era muy pesada y solo conseguía mirar hacia adentro por una pequeña grieta por donde cabía su nariz. Un 24 de junio Jacinto iba caminando en su acostumbrado andar y se encontró que la cueva estaba abierta y la enorme piedra a un lado.

Decidió entrar para acabar con su curiosidad y se encontró con una especie de mesón que alumbraba el interior con luces de vela. Entró silenciosamente para ver de qué se trataba

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Restaurante en cueva. Imagen: Archivo

Las mesas estaban cubiertas de manteles finos y en estas se encontraban deliciosos platillos servidos que parecía un manjar para reyes.

Curiosamente el lugar alumbrado por las velas resaltaba el color oro de las monedas que había por todo el lugar, además de joyas preciosas y perlas regadas por el suelo.

¿Se trataría de algún tesoro de esos que los piratas guardaban con tanto recelo en aquellas épocas de ataques contra el Fuerte de San Juan Ulúa? Si esos de los que se hablaba en la Villa Rica de la Vera Cruz (hoy Veracruz).

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Cueva. Imagen: Archivo

La leyenda continua…

Todo pasaba por la mente de Jacinto, mientras esperaba que alguna de las mujeres que servían las mesas lo atendiera. Lamentablemente las mujeres llevaban un rebozo fino que les cubría la cara y Jacinto pacientemente esperaba por ver alguna de ellas.

Mientras se llevaba los manjares a la boca. En una esquina pacientemente lo veía un hombre alto de piel muy oscura quien se acercó y se presentó como propietario de la cueva.

Jacinto al verlo, tuvo miedo y decidió marcharse, sin embargo el hombre misterioso no lo dejó ir, debía terminar todo lo que hubiera en su mesa, esa era la condición.

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Cueva. Imagen: Archivo

Nuestro herrero insistió al hombre quien solo accedió cuando Jacinto dijo que prometería regresar al tercer día, pero que ya era tarde y finalmente lo dejó ir.

Jacinto se dirigió a su casa y en el camino se encontró a muchas personas que se dirigían a la cueva porque estaba abierta, él sólo trató de prevenirlos pero nadie le hizo el menor caso, ya que pensaron que estaba desquiciado.

Al platicar con la gente, él se dio cuenta que había transcurrido un año. Jacinto murió al tercer día de haber contado los hechos y fue encontrado junto a la cueva atrapado en la puerta de piedra.

Leyenda de las cuevas de Veracruz. Campesino. Imagen: Archivo

¿Qué piensas de estas leyendas?

Se dice que nadie puede mover la enorme piedra que funciona como una entrada a otra dimensión.

Así que ya lo sabes, si andas por ahí curioseando en alguna cueva y algún lugareño te pide que no entres, más vale que no lo hagas ya que los secretos en las cuevas se pueden quedar guardados y tú adentro de ellas. Y recuerda, “Nunca dejes de viajar“.

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