Artesanías
Jueves de Corpus: ¿Por qué es el día de las “mulitas”?
Nuestros antepasados llegaban a las iglesias con sus mejores ropas y en mulas cargadas de ofrendas.
¿Esta semana, al pasar por las iglesias, te encontraste con artesanos vendiendo sus “mulitas” tejidas en palma o con hoja de maíz? ¿O quizás te remontaste a esos días de infancia cuando te vestían de “indito” para ir a misa? Si estas escenas te traen recuerdos o simplemente picaron tu curiosidad, acompáñanos a descubrir el Jueves de Corpus y su colorida tradición aquí en México. ¡Es una mezcla fascinante de fe, folclor y, por supuesto, mucha creatividad!
Origen de la Celebración
En la Iglesia Católica, se celebra el Jueves de Corpus sesenta días después del Domingo de Resurrección. Esta festividad se enfoca en la Eucaristía, específicamente en la hostia consagrada durante las misas, que simboliza el cuerpo de Jesucristo, de ahí el nombre Corpus Christi.
El origen de esta celebración se remonta a un evento antiguo, cuando un sacerdote que dudaba de la presencia real de Dios en la Eucaristía, fue testigo de cómo la hostia consagrada sangraba durante la misa. Este milagro dio lugar a la institución de la festividad. Hoy en día, la reliquia asociada a este milagro se conserva en Italia y puede ser visitada.
Jueves de Corpus y su relación con las “mulitas”
La relación de esta festividad con las “mulitas” nace de dos historias: Una de ellas cuenta que San Antonio de Padua, con solo mostrar la hostia a una mula, hizo que la criatura se postrara frente a ella, como adorando a Dios.
La festividad del Jueves de Corpus llegó a México gracias a la colonización, por lo que esta celebración es antiquísima en el país. La historia dice que en ese jueves, los indígenas iban a la iglesia vestidos con sus mejores ropas: calzones de manta, sombreros de palma recién tejidos y blusas bordadas. De ahí el origen que a muchos niños los llevan vestidos de “inditos” para ser bendecidos después de misa.
Esos mismos indígenas llegaban a la iglesia en sus mulas, cargadas con huacales y jarrones llenos de frutas, semillas y bebidas, para ofrendarlas a Dios en agradecimiento por la abundancia de sus cosechas. Es así como la figura de la “mulita” pasó a ser representativa en el Jueves de Corpus.
“Mulitas”: La artesanía que se vende en Jueves de Corpus
Actualmente es costumbre ver en vísperas del Jueves de Corpus a muchos artesanos vendiendo sus “mulitas” afuera de las iglesias, recordando aquel pasaje antiguo cuando nuestros antepasados llegaban a los templos con sus mulas cargadas.
La elaboración de las “mulitas” es un proceso artesanal que requiere paciencia, habilidad y mucho amor. Los artesanos utilizan hojas de maíz secas y las tejen con gran precisión, dando forma a las mulas y decorándolas con coloridos papeles celofán, cuentas, listones, huacalitos y jarritas de barro.
Fe, folclor y creatividad
Más allá de una celebración religiosa, es interesante ver cómo los mexicanos adaptaron esta festividad y le dieron más significado, agregando elementos como la artesanía de las mulitas o llevar a los niños vestidos de “inditos” a misa.
Si te dijeron “¡felicidades!” este jueves que pasó, pues ahora sabes que fue porque era “Día de las Mulitas”, como también se le conoce aquí en México a la festividad de Corpus.
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Artesanías
Las MÁSCARAS KOLLON: Los rostros olvidados de CHILE
Usadas en las ceremonias mapuche, en las guerras y como utilería de payaso, estas antiguas y poco recordadas máscaras son parte esencial de la historia latina.
De origen mapuche (considerado el pueblo indígena más numeroso de Chile y Argentina), las máscaras Kollon —o también conocidas como máscaras mapuches— son artefactos usados desde tiempos inmemorables. Y a pesar de su larga existencia, el mundo se ha ido olvidando de ellas, lo que también lleva al olvido un extenso pasado lleno de guerras, rituales ancestrales, risas e incluso prohibición. Es por eso que en esta ocasión te invitamos a descubrir uno de los semblantes más extraños e interesantes de toda Latinoamérica…

Los SIMBOLISMOS del KOLLON
Las máscaras Kollon tienen una historia llena de simbolismo y significados. La razón es que estas máscaras tuvieron diferentes usos durante la antigüedad, pasando a tener gran presencia en ritos ceremoniales, en donde servían como máscaras para que los guardias castigaran a los que no ponían atención. También fueron portadas por payasos que buscaban sacarle una sonrisa a cualquier persona. E incluso, fueron usadas como feroces máscaras de guerra, que fungían como una forma de intimidar al enemigo.

Al final, entre tantos usos, estas máscaras fueron perdiendo un poco de su significado. Lo que sí se sabe es que “Kollon” significa rostro en mapudungun, lo que se traduce como “rostro oculto” u “otro rostro”. Y a pesar de que la mayoría de máscaras tienen un semblante raro y humano, estas pueden representar a seres espirituales, a ancestros de la comunidad o incluso personificar mensajes de otro mundo.
Es decir, las máscaras Kollon canalizan voces que no pueden hablar directamente, como los muertos, los espíritus del bosque o entidades protectoras. Eso significa que ponerse una máscara Kollon implica convertirse en otro.

El olvido a las MÁSCARAS KOLLON
Con el paso de las décadas, entre 1520 y 1536, cuando llegaron los colonizadores españoles a lo que conocemos actualmente como Chile y Argentina, las máscaras Kollon comenzaron a ser satanizadas, con el objetivo de imponer las creencias europeas en los nativos. Fue así como muchas de estas máscaras, junto con sus tradiciones, comenzaron a perderse con el paso de los años. La prohibición fue absoluta, y solo unas pequeñas piezas fueron rescatadas, siendo ahora valiosos objetos exhibidos en museos.

En la actualidad, se pueden encontrar máscaras Kollon en el Museo de Arqueología e Historia Francisco Fonck, en Viña del Mar (con 3 ejemplares). También las hay en el Museo Nacional de Historia Natural, en Santiago (con 15 ejemplares). Y hay unas más en el Museo Andino en Buin (con 2 ejemplares). La mayoría en Chile.

¿Cómo se hacían las MÁSCARAS KOLLON?
La elaboración de las máscaras Kollon se realizaba en tallado de madera en una sola pieza (la mayoría hechas de raulí, roble y laurel). Estas eran talladas por ambos lados: por el frente, se les daba forma de rostro, con ojos, nariz y orejas. Y por la parte trasera, se le daba espacio para la nariz del portador. En general, estas máscaras tenían orificios para los ojos y la boca, y eran decoradas con pintura, grabados o aplicaciones de pelo de animal, para formar bigotes, barbas, cejas o cabello.

También hay ejemplares más raros, como una máscara Kollon hecha de metal, otras de cueros de animal e incluso una hecha de caparazón de tortuga. Estas últimas exhibidas en el Museo Nacional de Historia Natural de Chile. Y a pesar de que su uso está mayormente extinto y se mantiene poco arraigado a las comunidades mapuches actuales, ahora fungen el papel de símbolos de resistencia y transformación cultural…

¡Conoce las MÁSCARAS KOLLON!
Hoy en día, las máscaras Kollon son difíciles de encontrar en el mercado, pues se trata de objetos históricos de invaluable valor. Aunque sí es fácil encontrar réplicas en mercados o bazares de artesanías. Además, diferentes museos y centros culturales de Chile suelen realizar conferencias, talleres y demostraciones de la elaboración de estas piezas, así como explicaciones para niños.

Y es que las máscaras Kollon son un interesante material histórico que, si tienes la oportunidad de conocer, te recomendamos que lo hagas. Y no solo por ser un recuerdo de lo perdido, sino por ser un recuerdo de lo que no tenemos que olvidar. ❖

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Artesanías
El JABÓN de ALEPO: Un cosmético con MILES de años de antigüedad
Uno de los jabones más antiguos del mundo —que incluso se dice que era utilizado por Cleopatra— aún se hace en la actualidad, y es uno de los tesoros más grandes de Siria.
El jabón de Alepo, también llamado “el oro verde de Siria” o jabón Ghar, es conocido por ser, quizá, uno de los jabones más antiguos del mundo. No ha cambiado su fórmula para nada, y continúa transmitiendo un largo legado de beneficios cosméticos. Es considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, siendo de los pocos productos en haber sobrevivido a cambios históricos, invasiones, divisiones geopolíticas, guerras y, sobre todo, a la tecnología.

Y es que el jabón de Alepo tiene sus orígenes en la ciudad siria de Alepo; algunas fuentes mencionan que hace más de 4000 años comenzó su producción. Esto simboliza una gran muestra de innovación, pues la realidad es que en la antigüedad, los jabones eran una suerte de emulsiones jabonosas líquidas. Pero en Alepo se realizó por primera vez el proceso de saponificación (proceso de realización del jabón), mezclando aceite de oliva (metraf), aceite de laurel (ghar) y sosa natural.

Un PROCESO artesanal. ¿Cómo se HACE el JABÓN de ALEPO?
El jabón de Alepo, sorprendentemente, sigue realizándose de la misma forma en la que se realizaba en la antigüedad. Desgraciadamente, debido a la guerra, los talleres se encuentran en túneles en la ciudad de Alepo. La magia solo comienza en el otoño… Las familias que producen este milenario jabón recolectan las bayas de laurel silvestre en los bosques; estas son hervidas en agua. Cuando el aceite sube a la superficie, se desnata.

Finalmente, en diciembre comienza la producción del jabón. La sosa y los aceites se cocinan, se vierte la mezcla sobre enormes moldes en el suelo y se deja enfriar por 2 días. Es entonces que los artesanos caminan por encima, utilizando una barreta que va cortando las barras. Después, los jabones se marcan con unos sellos que contienen el nombre de la familia que lo fabrica, ya que se trata de conocimiento que es pasado de generación en generación.

Una vez que el jabón de Alepo se corta, se conservan a través de un sistema de torres; el mínimo que se deja añejar un jabón es de nueve meses, aunque algunos se añejan por hasta tres años. El resultado es un jabón muy firme, que no pierde su aroma, sin aditivos ni conservadores, y 100% amigable con el medio ambiente. Lo mejor de todo esto es que las barras de jabón de Alepo original se pueden conseguir en línea. El costo puede alcanzar hasta los $100 MXN por barra ($5.50 USD).

Los BENEFICIOS del ORO VERDE de SIRIA
El porcentaje de aceite de laurel en cada jabón de Alepo puede variar, pues los hay en diversas concentraciones. Del 5% al 15% son más económicos y se pueden usar diario en todo tipo de piel.; del 15% al 25% es jabón para piel mixta y se pueden usar diario. Y del 30% al 40% es para pieles grasas y se usa contra la caspa.

Los más elevados van del 40% al 80% y se recomiendan para pieles con problemas como psoriasis, eczema o acné. Se puede usar su espuma para lavar el cabello, como mascarilla al aplicar en el rostro, y si se deja reposar, como espuma de afeitar. Además, es buenísimo para lavar ropa (incluso si es ropa blanca). Es gracias a estos beneficios rebosantes que incluso se dice que el jabón de Alepo era parte del ritual de belleza de Cleopatra.

El JABÓN de ALEPO… ¿Es verde o café?
El color de un jabón de Alepo es café por fuera, porque el proceso de oxidación de los aceites, al estar en contacto con el aire, los cambia. Pero al partir una barra, su interior es verde, por toda la clorofila que ha permanecido intacta. Este jabón también se ha comenzado a fabricar en lugares cercanos a Siria, como Turquía, Túnez e incluso en Francia, pues muchos artesanos jaboneros que emigraron o se exiliaron, escapando del ambiente bélico de su ciudad para continuar con la tradición. Para asegurar que tu jabón es original, busca la mención en árabe de “Alepo”, que es esta: حلب.
Este jabón es un gran aliado de los viajeros gracias a su multifuncionalidad, pues algo que puede sobrevivir por tantos miles de años no podría ser más que extraordinario. ❖

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Artesanías
Conociendo el SALTERIO: Las cuerdas olvidadas de la ORQUESTA MEXICANA
Un sonido suave, relajado y lleno de vida ha acompañado a tradiciones y costumbres mexicanas durante años, y la razón viene de este mítico instrumento de madera…
En México el arte no solo se ve, sino que también se escucha, y un claro ejemplo de ello es el salterio: uno de esos instrumentos que crean un sonido tan representativo del país que, a pesar de su poca visualización, aún se niegan a desaparecer. Y es que este instrumento suena desde Jalisco, Querétaro y hasta Tlaxcala.
Su sonido recuerda a orquestas religiosas y danzas típicas, pues, a pesar de tener su origen en Medio Oriente, ha vivido en México desde el siglo XVII y fue fuertemente adoptado junto a instrumentos como la marimba (de origen africano), la guitarra séptima mexicana y el bandolón (de origen alemán).

El SONIDO del PATRIMONIO inmaterial
Aunque en zonas de Jalisco y Querétaro el salterio tenga un gran valor para las comunidades de músicos, es Tlaxcala el que tiene este instrumento como Patrimonio Inmaterial del Estado desde el 2016. Esto gracias a que en el municipio de Atltzayanca, el salterio se sigue fabricando a mano, con métodos tradicionales heredados de generación en generación.

Este instrumento está compuesto por varias cuerdas metálicas tensadas sobre un “tambor” en forma de trapecio. Está hecho de maderas como el nogal, el pino canadiense, la caoba o maderas viejas, que le dan su sonido dulce característico. El tamaño puede variar según el fabricante, pues un salterio puede tener de 90 hasta 120 cuerdas, las cuales se tocan con ambas manos y una uña de metal o plástico.
Cada instrumento tarda entre 20 días y medio año en hacerse, y puede costar desde $4,000 MXN ($217 USD) hasta los $20,000 MXN ($1,084), esto según las decoraciones, tamaño y tipo de madera que pida el cliente.

¡Así SUENA el SALTERIO!
A pesar de que pueda ser un poco desconocido para algunos, el salterio en México es bastante escuchado, pues es parte de la armonización de distintas melodías y baladas mexicanas. Durante el porfiriato, fue uno de los instrumentos más populares en las regiones de Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos, Estado de México, la Ciudad de México (antiguamente conocida como Distrito Federal) y Tlaxcala, que hasta ahora es el único estado con una escuela de salterio, ubicada en Atltzayanca.

Con el paso del tiempo, este instrumento fue pasando desapercibido, y los nuevos músicos ya no lo consideraban necesario en su trabajo. Sin embargo, es posible aún encontrarlo en orquestas mexicanas, algunos mariachis y grupos de boleros.
Además, entre los artistas que han basado su trayectoria en este instrumento, nos encontramos con Eulalio Armas y Sus Salterios, el Dueto Dulcemelos (que también cuentan con la orquesta infantil Makochi Dulcemelos) y el maestro Daniel Armas Salterio, que también ha participado en el Festival Internacional de Salterios en Atltzayanca.

El SALTERIO y la belleza saliendo de sus CUERDAS
En México, el salterio te transporta a esos pueblos mágicos coloniales, sonando por calles coloridas y transmitiendo un sonido y un ritmo que te invita a zapatear. Sus cuerdas metálicas, acompañadas de guitarras, tambores y flautas, aún no dejan de tocar del todo, pues la tradición del salterio resiste a la pérdida, con fuerza y carácter, que preservan un sonido muy mexicano. ❖
#NuncaDejesDeViajar
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