Europa
Las ISLAS FEROE: cascadas, pueblos… ¿Y OVEJAS?
Con un estilo de vida tranquilo, húmedo y muy relajante, las Islas Feroe son el destino ideal para los amantes de los paisajes, el mar y la lana
Descansando en el océano Atlántico, en una ubicación aproximada a Noruega, Islandia y Escocia, se encuentran las Islas Feroe. Un archipiélago conformado por 18 islas separadas por angostos estrechos y golfos. En su tiempo fueron parte del reino de Dinamarca hasta 1948; desde entonces han sido un país independiente.
De sus 18 islas, solamente 17 se encuentran pobladas, y cada una de ellas está llena de increíbles sorpresas…

¿Cómo es VIVIR en las ISLAS FEROE?
Como podrás imaginar, la vida en las Islas Feroe es tranquila y pacífica. El día de los pobladores depende drásticamente del clima; lluvia y aire son cosas abundantes aquí. Además, es uno de los lugares más seguros del mundo.

Y es que la calidad humana en las Islas Feroe sorprende a muchos visitantes, pues sus pobladores son amigables, fiesteros y con mucha confianza. Aquí la gente no toca las puertas para entrar a tu casa, simplemente lo hace. Y desde la guardería enseñan a los niños la importancia de la amabilidad.

Además, está lleno de ovejas, y cuando decimos “lleno”, es completamente lleno…
OVEJAS, ovejas y más OVEJAS…
A lo largo de las Islas Faroe viven aproximadamente 54,000 personas, un número modesto, ¿no es así? Si no fuera por el hecho de que la cantidad de ovejas asciende al sorprendente número de ¡70,000!

Este reino de ovejas no es algo nuevo para los habitantes de las islas, ya que la presencia de estos animales se remonta a hace siglos. Los primeros colonos irlandeses se dedicaron a la cría de ovejas para la obtención de lana y carne, una tradición que se ha mantenido con el tiempo.

Y es que, gracias a esto, muchas familias están involucradas en la cría y conservación de estos rebaños. Así que, que no te parezca raro ver a estas criaturas por todas partes.

Los ASOMBROSOS túneles de las ISLAS FEROE
Los túneles sin duda forman parte del día a día de los habitantes de las islas, ya que durante mucho tiempo estos y los visitantes fueron limitados en su movilidad a lo largo y ancho de las islas. Esto se debe al terreno irregular y lleno de pendientes.

Esto sin duda forma un paisaje encantador; sin embargo, dificultaba la movilidad, llevando al gobierno a tomar la decisión de construir túneles. Los primeros túneles en las Islas Feroe se construyeron en la década de 1960. El túnel más recientemente inaugurado en las islas es el Sandoyartunnilin de 10.8 km de longitud; alrededor de 700 vehículos al día recorren este tramo.

GASTRONOMÍA de las ISLAS FEROE
Como mencionamos, al ser una gran mancha de islas repartida en medio del mar, la gastronomía de las Islas Feroe es, de cierta manera, limitada a productos de origen animal. La mayoría de sus proteínas son provenientes del mar, a excepción del cordero.

Los vegetales y el producto vacuno escasean en la isla, haciendo que la carne seca, las salchichas y el pescado fresco sean los principales ingredientes de la gastronomía del archipiélago. Casi todo se seca, se fermenta o pasa por un proceso de ahumado antes de consumirlo.

Estos son algunos de los alimentos que puedes encontrar en las islas:
Skerpikjot
Cordero puesto a secar al viento durante 6 a 9 meses da como resultado el skerpikjot, una especie de embutido crudo muy parecido al jamón ibérico. Su sabor es ligeramente picante y salado.

Garnatálg
Siguiendo con el cordero, este platillo típico es una receta hecha a base de vísceras. Se preparan grandes piezas ovaladas que se secan al aire libre; después se cortan en rodajas y se fríen en una sartén con abundante grasa.

Grind og Spik
Este enorme cetáceo conocido como calderón o ballena piloto es muy abundante en las aguas de las islas y su carne es utilizada para preparar este platillo típico con grasa y papas.

Los habitantes tradicionalmente consumen carne de calderones y delfines, algo que puede ser no muy bien visto por parte del resto del mundo; sin embargo, al ser animales que están dispersos por estas aguas, los feroeses los consideran parte de su dieta.
ACTIVIDADES en las ISLAS FEROE
Al tener un espacio tan grande, las cosas que puedes hacer aquí son variadas, iniciando por sus paisajes acantilados, que son extremadamente bellos; es así como una de las principales actividades en las Islas Feroe es navegar entre los acantilados de Vestmanna.

Navegando por el ACANTILADO de VESTMANNA
Los acantilados de Vestmanna son una parada imperdible para tu viaje. Emprende una travesía épica en barco desde el puerto en la que podrás disfrutar de vistas impresionantes de los acantilados; estos llegan a medir hasta 600 metros. Durante la excursión podrás explorar cuevas marinas, pasar por debajo de arcos de piedra y avistar fauna marina.

TORSHÁVN, la CAPITAL de las ISLAS FEROE
Visitar Tórshavn también puede ser una actividad interesante y sumamente hermosa. Con un legado nórdico, su arquitectura cuenta con casas de madera, tejados cubiertos de hierba y detalles hechos de piedra.

Kirkjubøur y la CASA DE MADERA más antigua de EUROPA
Siendo el lugar más histórico de las Islas Feroes, Kirkjubøur fue el principal asentamiento en la Edad Media, esto gracias a la llegada de troncos que venían desde Noruega, un material indispensable para la isla, ya que no contaba con árboles.

También está la Catedral de Magnus, que fue construida en el año 1300, y la Roykstovan Farmhouse, considerada la casa de madera habitada más antigua de Europa, pues sus registros datan del año 1100.

Con todos estos datos, lugares y comidas, seguro que ya tienes ganas de seguir descubriendo las Islas Feroe. ¿No es cierto? Adéntrate y descubre este paraíso en medio del océano Atlántico. ❖
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Curiosidades
El FESTIVAL del BAILE del OSO: una TRADICIÓN SALVAJE que emociona a Rumania
Cada invierno, los montes rumanos rugen al compás de los tambores y los pasos de “osos danzantes”, llenando las calles de color, música y energía para despedir el año viejo…
El Festival del Baile del Oso (o en rumano, Jocul urșilor, que se traduce como “El Juego de los Osos”) es una fiesta que se celebra cada año en la región de Moldavia, especialmente en la localidad rural de Comănești, al norte de Rumania, entre el 25 y el 30 de diciembre. Durante estos días, hombres, mujeres y niños se visten con auténticas pieles de oso —algunas heredadas por generaciones— y recorren las calles realizando una danza tradicional que simboliza la muerte y el renacimiento del ciclo natural.

Esta antigua costumbre tiene sus raíces en las creencias precristianas de los dacios, quienes consideraban al oso un animal sagrado, protector y símbolo de fuerza. Se creía que, al bailar como osos, las personas podían ahuyentar los espíritus malignos del invierno y atraer la buena suerte para el año que estaba por comenzar.

Del ritual al ESPECTÁCULO CULTURAL
Con el paso del tiempo, esta “práctica ritual” se transformó en una gran celebración folclórica, donde la música, los tambores, los cantos y los trajes elaborados son los protagonistas. Cada grupo de bailarines ensaya durante semanas, preparando coreografías que simulan los movimientos y rugidos del animal. Después de eso empieza el baile. Puede darse en un escenario formal, o en caminando entre las calles con ferocidad, torpeza y rudeza características en un oso.

Hoy, el Festival del Baile del Oso se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de Rumania y atrae cada vez a más visitantes curiosos de todo el mundo. Lo que alguna vez fue un rito espiritual, ahora es también un espectáculo visual impresionante que combina tradición, identidad y orgullo comunitario. Aquí nadie queda fuera, ya sea como espectador o participante.

Además, al asistir al festival, también puedes disfrutar de desfiles, danzas, ferias gastronómicas y mercados navideños. Y aprovechando la época decembrina, es casi obligatorio recorrer los pueblos de la región, que encienden sus chimeneas y posan frente a las montañas nevadas.

El FESTIVAL del BAILE del OSO recordando lo ANCESTRAL
Al ritmo de tambores y pasos que se repiten desde tiempos inmemoriales, el Festival del Baile del Oso en Rumania, nos recuerda que las tradiciones no solo cuentan el pasado: nos enseñan a renacer. En cada piel, en cada rugido y en cada sonrisa compartida por la comunidad, late la prueba de que el miedo se enfrenta con arte, que lo antiguo puede abrazar lo nuevo y que, juntos, preservamos la memoria y la esperanza.
Venir a este festival no es solo ver un espectáculo, es ser parte de un círculo que celebra la vida, despide lo que ya no sirve y abre la puerta a un año lleno de fuerza y buena fortuna… Todo eso a través de osos. ❖
#NuncaDejesDeViajar
Europa
El mercado de RAVENNA GORGE: Encanto NAVIDEÑO bajo un puente
Este mercadito navideño es la prueba de cómo un simple puente puede transformarse en un símbolo de calidez, tradición y espíritu festivo…
Entre montañas nevadas y luces de colores, se esconde el Mercado de Ravenna Gorge: uno de los mercados navideños más sorprendentes del mundo. Este no se encuentra en una plaza ni en una avenida, sino bajo un puente de piedra que se ilumina entre la blanca y espesa nieve, creando una postal invernal única…

Bien ESCONDIDO entre los Alpes
El Mercado de Navidad de Ravenna Gorge —conocido en alemán como Ravennaschlucht Weihnachtsmarkt— se coloca cada mes de diciembre en el corazón de la Selva Negra (Schwarzwald), en Alemania. A diferencia de los tradicionales mercados que llenan las plazas de las ciudades europeas, este se encuentra bajo el Höllentalbahn… Un impresionante viaducto ferroviario que atraviesa el estrecho valle del río Ravenna.

El escenario es sencillamente espectacular… El puente se ilumina en tonos cálidos, los árboles se cubren de nieve y el sonido del río acompaña a los comerciantes en los puestos de madera, donde se venden artesanías, dulces, vino caliente y productos locales. Es un lugar donde la magia navideña se mezcla con la naturaleza, el comercio y la historia…

Tradición, arte y SABOR LOCAL. ¿Qué comprar en el Mercado de RAVENNA GORGE?
El Mercado de Ravenna Gorge cuenta con más de 40 puestos, que ofrecen desde decoraciones hechas a mano hasta productos típicos de la región, como el pan de jengibre (Lebkuchen), las salchichas alemanas, el vino caliente (Glühwein) y los quesos de montaña. Además, los visitantes pueden disfrutar de espectáculos musicales, talleres para niños y presentaciones de coros locales.

Lo más especial es el ambiente: los aromas de canela y madera quemada, el contraste del frío con el calor de las luces y la sensación de estar en un rincón secreto del invierno europeo. Pero este no solo es un sitio para comprar regalos, sino para vivir una experiencia navideña completa.

Y es que el Mercado de Ravenna Gorge se encuentra en una zona donde se pueden hacer rutas de senderismo, visitar pueblos tradicionales, como el pueblo Hinterzarten o el pueblo Breitnau, o incluso alojarse en cabañas alpinas con vista al puente.

Una POSTAL NAVIDEÑA imposible de OLVIDAR
La entrada al Mercado de Ravenna Gorge cuesta alrededor de 7 € ($150 MXN o $8 USD), y solo se pone durante los fines de semana, a finales de noviembre y a lo largo de diciembre. Lo recomendable es llegar en tren o transporte público, ya que el acceso en automóvil es limitado.

Visitar el Mercado de Ravenna en Alemania es un recordatorio de que la magia de la Navidad puede encontrarse incluso en los lugares más inesperados, entre la nieve, las luces y el eco de los villancicos, bajo un viejo viaducto de piedra… ❖

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Europa
LES LINDARETS VILLAGE: La VILLA de las CABRAS en Francia
En las montañas de los Alpes franceses, en la región de Portes du Soleil, existe una pequeña villa en donde cabras suben, bajas, saltan y corren en total libertad…
La cordillera de los Alpes alberga lugares mágicos que parecieran salidos de cuentos de hadas. Cruza ocho países y su principal atractivo es el esquí invernal. Uno de los centros de esquí favoritos para esta actividad es compartido entre Suiza y Francia, y se llama Portes du Soleil.
Esta pequeña región se ubica en el corazón de la zona, y en su lado francés, que yace a poco más de 1,400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra una pequeña villa llamada Les Lindarets, o mejor conocida como la Villa de las Cabras.

De ZONA de PASTOREO a sitio de interés turístico
En los años 30, Les Lindarets recibía durante el verano alrededor de 900 vacas, 200 cabras y cientos de caballos para su pastoreo. Para ello, fue necesario construir alrededor de chalets (vivienda alpina) para albergar a los pastores y sus familias. Posteriormente, en los años 50, estos refugios comenzaron a convertirse en restaurantes y tiendas, dando como resultado una villa que podía recibir visitas durante todo el año.

A pesar de este giro, los chalets siguen siendo aquellos que se habían construido anteriormente, demostrando la firmeza de la madera con la que fueron hechos y manteniendo el hermoso espíritu pastorero que les da vida. Sin embargo, el mayor atractivo de esta villa —tanto para pequeños como para grandes— no son las cabañas coloridas ni el imponente paisaje verde, sino su rebaño de cabras, que visitan el lugar durante el verano.

Y, gracias a que es un rebaño dócil al que le gusta socializar con la gente, muchas cabras se acostumbraron a ser alimentadas por los turistas. Por lo que no es de extrañarse ver a cabras persiguiendo autos, estorbando a la gente o buscando alimento entre las manos. De hecho, todo en la villa se convirtió en un intercambio entre cabras y gente: me das de comer, te dejo pasar.
En algunas de las tiendas de la Villa de las Cabras, encontrarás pequeños conos de papel con alimento especial, para poder llevar a cabo tus negociaciones e intercambios con las cabras de la manera más efectiva posible…

Una experiencia CULINARIA
La Villa de las Cabras es famosa por sus restaurantes tradicionales, en donde, seguramente, podrás probar el mejor queso de cabra de tu vida. Pero, además, encontrarás todo tipo de alimentos a diversos precios, como omelettes, goulash (estofado de carne y verduras), crepas, ravioles, pizza, pasta, hamburguesas, platillos de pollo, res y otras carnes.
Todo esto lo podrás acompañar con café, vino y bebidas en general, para tener una experiencia culinaria completa. Como recomendación, es imposible irse de la Villa de las Cabras sin antes haber probado el pay de queso de zarzamora.

¿Qué más hacer en la VILLA de las CABRAS?
Visitar la Villa de las Cabras es una actividad de un día, en el que, además de poder convivir con estos bellos seres, comprar souvenirs y comer riquísimo, también podrás visitar majestuosas bellezas naturales cercanas. Entre ellas, se encuentra el Lago Montriond, donde puedes hacer un picnic, practicar el paddle board y kayak. También está muy cerca la Cascada Brochaux.
Todos estos lugares quedan a tan solo algunos minutos caminando desde Les Lindarets. De por sí, llegar a la villa ya es un paseo por sí mismo, sobre todo si eres amante de la naturaleza y las caminatas.

La Villa de las Cabras en Francia es uno de esos lugares que se tienen que visitar en cuanto tengas la oportunidad, pues seguramente se tratará de un paseo inolvidable. Ya sea solo o acompañado, ver los paisajes significa guardar un recuerdo por siempre y, lo más importante, las cabritas te esperarán con mucha alegría… ❖

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