Curiosidades
El SALTO DEL PASTOR: un DEPORTE en las ISLAS CANARIAS
Deslizándose por una lanza para bajar rápidamente las montañas, el salto del pastor nace por una necesidad, pero se practica por pura diversión cultural.
¿Te imaginas un deporte donde solo requieras de una lanza y tu fuerza física? Tal vez te venga a la mente el lanzamiento de jabalina; sin embargo, las Islas Canarias tienen otra opción. Se trata de una práctica tradicional empleada para bajar altos riscos, y se llama El Salto del Pastor.

La NECESIDAD del MOVIMIENTO
Originándose en consecuencia de la orografía (forma de las montañas) de las Islas Canarias, el Salto del Pastor es una práctica que consiste en deslizarse por una larga lanza hacia el fondo de riscos o pequeñas barrancas.

Esto sucedió gracias a que sus habitantes buscaban medios y técnicas para superar esos grandes obstáculos naturales que abundan en las islas. En general, era usada por los pastores para poder seguir a sus rebaños, ya que muchas veces los animales deambulaban por lugares inaccesibles para el paso humano.

¿Qué se NECESITA para hacer el SALTO DEL PASTOR?
Para hacer el Salto del Pastor, primero necesitarás de un palo largo de madera, usualmente de pino canario, con una medida de 1.5 a 4 metros. La longitud depende de los desniveles de cada isla.

A su extremo se le añade una punta metálica afilada, conocida como regatón. Esta punta mide entre 20 y 35 centímetros, esto solo para asegurar un mejor agarre al suelo. En la antigüedad, en lugar de una punta de metal se colocaba un cuerno de cabra, pero dejó de hacerse con la llegada de los europeos.

Por último, justo en el borde del regatón, se coloca un guardapalos, que es una funda de cuero. Y al otro extremo del palo, se coloca un collarín, que se trata de una funda metálica en el extremo contrario al regatón. Estos son para evitar que se abra la madera, aunque es opcional, ya que no siempre están presentes.

¿Cómo HACER el SALTO DEL PASTOR?
Una vez que tengas tu lanza lista, la forma habitual de usarla es clavando el regatón en un lugar inferior al que te encuentras; puede ser el fondo de un risco. Una vez clavado, tendrás que deslizarte por él para llegar abajo.

Este salto tendrás que repetirlo cuantas veces sea necesario para llegar a la parte más baja de la montaña. Y aunque pueda parecer una práctica extraña, la realidad es que es muy popular; de hecho, hasta cuenta con leyendas, una de ellas es la del “Salto del Enamorado”.
La LEYENDA del SALTO del ENAMORADO

Esta leyenda habla sobre un pastor que estaba profundamente enamorado de una joven, y que, a pesar de que ella no le correspondía, el pastor no cesaba de cortejarla. La joven, fastidiada, le propuso realizar una imposible prueba de amor, con el fin de deshacerse de él.

La prueba consistía en saltar 3 veces, dando una vuelta sobre su lanza en el aire, hacia el vacío de un risco; si superaba el desafío, ella aceptaría su amor. Los dos primeros saltos salieron bien, pero en el tercero cayó hacia el precipicio, y nunca se encontró su cuerpo. En su honor, existe una estatua en el barrio de Galga, en el municipio de Puntallana.

Por otro lado, existe el icónico y peligroso “salto a regatón muerto”, que consiste en dejarse caer desde alturas el doble de altas que el palo, sin antes apoyarlo sobre el suelo.

Parte de UNA CULTURA
Muchos aseguran que el Salto del Pastor no es una práctica exclusiva de pastoreo, y de hecho existen algunas anécdotas que lo demuestran, como la de un pastor en la localidad de Mogán, que se desplazaba hasta San Mateos en busca de medicinas. Se dice que tardaba menos que los hombres que hacían el mismo recorrido a caballo.

La cultura del Salto del Pastor es tal, que incluso existieron numerosos retos entre los pastores para determinar el grado de habilidad de sus saltos: saltar a mayor altura, saltar desde lo alto del campanario de la iglesia o incluso conseguir hacer un agujero con su lanza en una moneda puesta en el suelo, solo para demostrar su precisión.

Fue así que en 1994 se crearon los primeros clubs de saltos, llamados “Jurrias o Colectivos”. Su objetivo era acceder a una mutualidad deportiva, promocionar y enseñar el Salto del Pastor. Finalmente, en 1997 se dieron los primeros pasos para la formación de la Federación Canaria, que comenzó a organizar actividades complementarias con el Salto del Pastor.

Manteniendo la CULTURA del SALTO…
Hoy en la actualidad, el Salto del Pastor se practica en todas las Islas Canarias, aprovechando días festivos y fines de semana para salir al campo y disfrutar del paisaje. De hecho, si te gustaría practicarlo, tienes que saber que existen varios lugares para poder comprar una lanza. Estas llegan a tener un costo de aproximadamente € 60 euros ($1,300 pesos mexicanos o $65 dólares estadounidenses).

También hay varios grupos que se dedican a practicarlo y enseñarlo, e incluso hacen rutas específicas por las islas. Y a pesar de que muchos habitantes no lo consideran un deporte, se ha convertido en un recurso perfecto para mejorar la condición física, la fuerza, flexibilidad, resistencia, equilibrio y coordinación, todo en compañía de la belleza del entorno natural de las islas.

Así que no te sorprendas si en tu próximo viaje a las Islas Canarias te encuentras con personas saltando de riscos con un palo en la mano, pues están preservando una de las culturas más hermosas de las Islas Canarias. ❖

#NuncaDejesDeViajar
Curiosidades
El FESTIVAL del BAILE del OSO: una TRADICIÓN SALVAJE que emociona a Rumania
Cada invierno, los montes rumanos rugen al compás de los tambores y los pasos de “osos danzantes”, llenando las calles de color, música y energía para despedir el año viejo…
El Festival del Baile del Oso (o en rumano, Jocul urșilor, que se traduce como “El Juego de los Osos”) es una fiesta que se celebra cada año en la región de Moldavia, especialmente en la localidad rural de Comănești, al norte de Rumania, entre el 25 y el 30 de diciembre. Durante estos días, hombres, mujeres y niños se visten con auténticas pieles de oso —algunas heredadas por generaciones— y recorren las calles realizando una danza tradicional que simboliza la muerte y el renacimiento del ciclo natural.

Esta antigua costumbre tiene sus raíces en las creencias precristianas de los dacios, quienes consideraban al oso un animal sagrado, protector y símbolo de fuerza. Se creía que, al bailar como osos, las personas podían ahuyentar los espíritus malignos del invierno y atraer la buena suerte para el año que estaba por comenzar.

Del ritual al ESPECTÁCULO CULTURAL
Con el paso del tiempo, esta “práctica ritual” se transformó en una gran celebración folclórica, donde la música, los tambores, los cantos y los trajes elaborados son los protagonistas. Cada grupo de bailarines ensaya durante semanas, preparando coreografías que simulan los movimientos y rugidos del animal. Después de eso empieza el baile. Puede darse en un escenario formal, o en caminando entre las calles con ferocidad, torpeza y rudeza características en un oso.

Hoy, el Festival del Baile del Oso se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de Rumania y atrae cada vez a más visitantes curiosos de todo el mundo. Lo que alguna vez fue un rito espiritual, ahora es también un espectáculo visual impresionante que combina tradición, identidad y orgullo comunitario. Aquí nadie queda fuera, ya sea como espectador o participante.

Además, al asistir al festival, también puedes disfrutar de desfiles, danzas, ferias gastronómicas y mercados navideños. Y aprovechando la época decembrina, es casi obligatorio recorrer los pueblos de la región, que encienden sus chimeneas y posan frente a las montañas nevadas.

El FESTIVAL del BAILE del OSO recordando lo ANCESTRAL
Al ritmo de tambores y pasos que se repiten desde tiempos inmemoriales, el Festival del Baile del Oso en Rumania, nos recuerda que las tradiciones no solo cuentan el pasado: nos enseñan a renacer. En cada piel, en cada rugido y en cada sonrisa compartida por la comunidad, late la prueba de que el miedo se enfrenta con arte, que lo antiguo puede abrazar lo nuevo y que, juntos, preservamos la memoria y la esperanza.
Venir a este festival no es solo ver un espectáculo, es ser parte de un círculo que celebra la vida, despide lo que ya no sirve y abre la puerta a un año lleno de fuerza y buena fortuna… Todo eso a través de osos. ❖
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América
Entre FALDAS y GOLPES: Así son las espectaculares LUCHAS de CHOLITAS
En el Alto, Bolivia, cada domingo se enciende un espectáculo que demuestra que la lucha también puede tener identidad, historia y mucha pasión.
Si algo es común de la cultura andina boliviana, seguramente son las cholitas: esas mujeres trenzadas con hermosas polleras y bombín, que son icónicas de las etnias aymara y quechua. Usualmente, estas mujeres habían estado encajonadas en un ritmo de vida que incluía la crianza de niños, madres de casa, vendedoras y artesanas… Pero allá por el año 2000, las cosas dieron un giro, dejándonos como resultado las famosas luchas de cholitas.

¿Qué son las LUCHAS de CHOLITAS?
La lucha libre de cholitas nació a principios de los años 2000, como una forma de protesta y visualización femenina dentro de un ámbito dominado por hombres. Inspiradas en la lucha libre mexicana, las cholitas adaptaron este deporte al contexto andino, mezclando el espectáculo con una poderosa reivindicación social…

Cada combate es más que entretenimiento: es una representación simbólica de la resistencia y la fortaleza de la mujer indígena boliviana. En el ring, las cholitas se enfrentan con movimientos acrobáticos, saltos espectaculares y coreografías que dejan sin aliento al público.

POLLERAS, trenzas y PODER: Identidad que se DEFIENDE
Lo más llamativo del espectáculo es que las luchadoras no dejan de lado su identidad cultural. Las cholitas pelean con sus coloridas polleras, largas trenzas y blusas bordadas, lo que añade un toque visual único al show.

Sus nombres de batalla, como “Martha la Andina” o “Juanita la Imbatible”, evocan tanto poder como orgullo. Cada presentación combina humor, drama y acción, mientras el público grita y aplaude con emoción. La mezcla entre teatro popular y lucha libre convierte este show en un ícono del turismo cultural boliviano.
EL ALTO: Donde las cholitas se VUELVEN LEYENDA
El epicentro de este fenómeno está en la ciudad de El Alto, a pocos minutos de La Paz. Los combates se realizan principalmente los domingos por la tarde en el Coliseo 12 de Octubre, aunque también hay funciones especiales para visitantes. Por cierto, aunque el coliseo se marque en los mapas con un cierre permanente, este está abierto y más vivo que nunca…

Los boletos pueden comprarse directamente en agencias locales o en la entrada del coliseo. Los precios oscilan entre $40 y $80 pesos bolivianos ($40 a $215 MXN / $6 a $12 USD) e incluyen transporte desde La Paz, guía turístico y, en algunos casos, una foto con las cholitas.

Consejos para vivir la LUCHA de CHOLITAS
Asistir a la lucha de cholitas es una de las experiencias más auténticas de Bolivia. Se recomienda llegar temprano, llevar abrigo (El Alto tiene un clima frío) y disfrutar el espectáculo con respeto. Las cámaras son bienvenidas, pero lo ideal es vivir el momento y sumarse a la energía del público.
Más que una simple función de lucha libre, este evento celebra el poder de las mujeres indígenas y su lucha constante por el reconocimiento.

Cuando la CULTURA pelea su LUGAR
La lucha de cholitas no solo es un espectáculo deportivo: es una declaración de identidad y resiliencia. En cada salto y cada golpe, hay una historia de superación. Estas mujeres han transformado la tradición en arte y la discriminación en aplausos. Verlas en acción es descubrir que la cultura también puede luchar, resistir y brillar sobre un cuadrilátero. ❖

#NuncaDejesDeViajar
América
El FESTIVAL de las ALASITAS: La tradición de DESEAR
En Bolivia los deseos se llevan a un nivel muy pequeño… Específicamente con objetos en miniatura, que si son bien enfocados, pueden cumplir grandes anhelos.
El Festival de las Alasitas tiene su origen en La Paz, Bolivia, aunque con el paso del tiempo se ha ido extendiendo por otras regiones vecinas, como Argentina, Perú y Chile… Se trata de una celebración que se lleva a cabo cada 24 de enero —desde 1781—, y se hace en honor al dios Ekeko de la abundancia, perteneciente a la cultura aymara.
Este personaje se representa como un hombre robusto, con bigote, cigarro y un gorrito andino, y en el Festival de las Alasitas, sus esculturas son cargadas de objetos miniatura, como un símbolo de prosperidad y atracción de las cosas más deseadas…

¿Cómo se CELEBRA el FESTIVAL de las ALASITAS?
Durante el Festival de las Alasitas, los creyentes compran figuras en miniatura que representen aquello que quieren obtener o lograr durante ese año. Estas pequeñas figuras se ofrendan al dios Ekeko a través de un ritual de activación, que incluye oraciones y limpiezas con humo, para después colocarlas sobre él, buscando que las escuche como un deseo y las materialice.

La palabra “Alasitas” proviene del aimara (antiguo pueblo boliviano que habita en la región del lago Titicaca), y significa “cómprame”. Y si te preguntabas qué es lo que puedes comprar en miniatura, la respuesta es todo… Desde bienes materiales —como autos, casas, muebles, motos y negocios— hasta objetos que simbolizan la prosperidad —como billetes, comida y lingotes de oro—.

También hay otros objetos que simbolizan el anhelo de lograr una meta, como, por ejemplo, pequeños títulos universitarios para terminar tu carrera con éxito, pequeños contratos para lograr tener un buen trabajo o diminutos pasaportes, para tener un año lleno de viajes. Y si lo que deseas se trata de algo sentimental, también hay alasitas para ello, como figuras de parejas o anillos de matrimonio.

¿Deseas agrandar a tu familia? Pues también puedes encontrar bebés o cunas, así como alasitas de animales, si lo que quieres es tener una mascota que te acompañe en tu día a día. No hay límites para esto, pues lo importante aquí es desear, y desear con todas tus fuerzas, para que el año te bendiga con aquellos anhelos cumplidos.

Visualizando lo que quieres para TODO EL AÑO
El Festival de las Alasitas es una de las tradiciones más simbólicas de toda la región boliviana. Incluso es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pues, además del arte que involucra hacer las pequeñas figuras —usualmente de yeso con moldes—, también implica la unión familiar, las creencias que se comparten de generación en generación y la importancia de mantener vivo el deseo…

Y es que, con este tipo de tradiciones, Bolivia nos invita a mantener la ilusión por aquello que anhelamos atraer para cada año. Aquí el pensar cómo lograrlo o preocuparse por el futuro, pasa a un segundo plano, dejando espacio a los enormes suspiros y a las fes inagotables. ❖

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