Recetas
Caguamanta, un manjar sonorense ¡para los mas enfiestados!
¿Enfiestaste de mas? Aquí un remedio infalible.
Sonora, la tierra de sierras y costas en el norte del país; verdes montañas, grandes valles silvestres, un desierto tan basto y maravilloso y lo increíble y atrapante de sus aguas azules, esto gracias al Mar de Cortes. Cuna de Seris, Yaquis, Mayos y diversas etnias indígenas, parte de su patrimonio cultural y herencia tan rica.
Se dice que en Sonora encuentras a las mujeres más bellas de México y las conquistas con la mejor carne asada del mundo. Reúne en su basto territorio una suerte de combinación entre las dos culturas que convergen entre sí, lo más colorido, típico y chido de ser mexicano con ese lado industrial, peculiar e
insólito de la vida americana, fronteras unidas dan lugar a una cultura muy movida, gente cálida y consciente de lo que significa tener que viajar y en ocasiones, dejar atrás el hogar.
El origen de la Caguamanta
En el Souvenir queremos aprovechar tan grata oportunidad para hablar sobre uno de sus muchos y tan ricos platillos típicos; la Caguamanta. Sabroso manjar lleno de sabor e historia detrás, con un origen peculiar y sus beneficios considerados “casi” milagrosos, sobre todo para aquellos amigos fiesteros, un domingo por la mañana.
Su humilde origen se remonta a finales del siglo XIX, en la Ciudad de Obregón, preparada en sus comienzos por pescadores y costeños con carne de tortuga caguama y mantarraya; en un tipo caldo de
jitomates, chile, zanahoria, apio en cantidades amenas y era aromatizado con orégano, comino y ajo.
De los platillos mas populares de Sonora
El toque final y mayor atractivo entre aquellos que disfrutaban del llamado “sabor del mar” era acompañarlo de una salsa de chile de árbol, cebolla morada y col finamente picadas, ¡Una maravilla!
Hoy, la carne de caguama fue removida de la receta, debido a que la especie se encuentra en peligro de extinción.
Su pesca es en estricto prohibida, sin embargo, ese sabor ha sido remplazado de manera acertada con camarones u otros productos del mar; caracoles, pescados y hasta pulpo.
Desde su creación, el platillo se volvió un furor entre la clase obrera, quien ni cortos ni perezosos lo volvieron un esencial en bares, cantinas y restaurantes “de pasada”, lo que brindo al platillo de una popularidad que se extendió a las demás ciudades del estado de Sonora.
Fue así como llegó hasta Sinaloa, siendo bien recibido en Los Monchis y Mazatlán.
Ahí, el platillo recibiría su propia revisión, intercambiando el picor de su salsa de chile de árbol por salsa tipo kétchup.
Incluso variando en su proceso de elaboración, quitando el caldo y dejando casi exclusivamente los mariscos y siendo ahora degustados con tostadas de maíz.
¡Un buen remedio para quitar la cruda!
La caguamanta en la actualidad esta presente en casi todos los estados del Norte, en su propia variante, pudiéndolo encontrar en Baja California Sur, Tijuana, California o incluso también en regiones costeñas como lo son Nayarit y Jalisco, siendo recomendadas en todas estas tierras como “el santo remedio” para la resaca del Domingo, o como le dicen aquellos que saben; “quitas crudas”.
La Caguamanta en estricto sentido es considerado un guisado de cuchara, un estofado, sin embargo, es muy común encontrar su variante a través de tacos; preparados con repollo, cebolla, su típica salsa de chile de árbol o en defecto, chile pico de pájaro y bañadito con un toque de limón.
Cuando solamente queda el caldito de tan sabroso platillo, se le conoce como Bichi (Del yaqui; calvo, desnudo). En Sinaloa se prepara un brebaje con el caldito del guisado y acompañado en su mayoría con carne de camarón, servido listo para llevar y disfrutar conocido como chuqui (Del cahita; nachuqui; muy bueno).
Recetas derivadas de tan tradicional platillo usan otros tipos de carnes; destacando su variante con o su versión de aletas de atún con pez vela, pulpos, mejillones o incluso pescados locales, bagres y hasta mojarras.
Hay versiones de caguamanta que ni siquiera son elaboradas con su esencia de sabor del mar, sino con carne de cerdo o chicharrones.
Pero…¿y la tortuga caguama?
Aunque la población sonorense tiene muy presente el platillo en el núcleo de su cultura, cuidado con recelo y cariño, también es consciente del mal que carga detrás de si, oficialmente desde el año 2012 la caza, compra y venta de la tortuga caguama es considerado un delito, penado hasta con 9 años de prisión.
Desde entonces la población ha mantenido una lucha sin descanso para tratar de reparar dicho daño.
Considerada como especie a proteger y conservar, dedicándole santuarios, una fiesta regional para generar conciencia, en especial entre los más peques y realizando todo tipo de practicas para intentar preservar a tal majestuoso espécimen.
En 2024, se tiene registro de por lo menos 3 mil hembras anidando en playas mexicanas, número que, en primera instancia pareciera no ser suficiente, es en realidad un reflejo del gran esfuerzo de su población, debido a que dicho dato se encontraba por debajo de los 700 ejemplares en el verano del 2014.
La caguamanta solo queda como un recuerdo…
Es una lucha que Sonora, no está dispuesto a perder, un platillo con tal historia y relevancia detrás es sin duda alguna un reflejo del cambio y avance como sociedad que hemos conseguido con el porvenir de los años, adaptando y modificando lo que resta, en el caso específico de este delicioso platillo típico; la caguamanta, solamente el nombre queda como recuerdo de tan peculiar origen, el sabor sin embargo sigue siendo garantía que ahora también guarda tanto significado para los sonorenses.
Y ahí lo tienes, tan sabor e historia en tan solo una cucharada. Ya sea es un versión más tradicional, exceptuando claro el uso de su carne primera, o en su variante sin caldo, con salsa de chile de árbol, o con kétchup, con carne de pez vela, de atún, su versión más gourmet de Salmon o si te atreves a un sabor más mediterráneo su versión de tampiqueña o carne de cerdo.
Sea cual sea tu elección, te aseguramos que disfrutaras de lo mejor que Sonora tiene por ofrecer en cuestión de sabores.
Quizás hasta “te cure” uno que otro malestar, y si lo puedes hacer mientras disfrutas de un sol de domingo en la playa con amigos y familia, mucho mejor. #Nuncadejesdecomer!
En Familia
Galletas de jengibre: Cómo hacerlas irresistibles esta Navidad
¡La receta perfecta para sorprender!
La Navidad trae consigo una atmósfera mágica, llena de luces, aromas y sabores inconfundibles. Entre ellos, las galletas de jengibre ocupan un lugar especial en el corazón de la tradición navideña.
¿Listo para aprender a prepararlas y conocer más sobre su origen?
La historia de las galletas de jengibre
El origen de las galletas de jengibre se remonta a la Edad Media. Los primeros registros de una preparación similar provienen de monjes europeos que las elaboraban mezclando jengibre con otros ingredientes para crear una masa que se cocía al horno.
El jengibre era conocido por sus propiedades medicinales, ya que ayudaba a conservar los alimentos y también aliviaba dolencias digestivas.
Sin embargo, fue en el siglo XVI cuando las galletas de jengibre comenzaron a tomar su forma más conocida: la de pequeñas figuras humanas.
Esta idea se atribuye a la reina Isabel I de Inglaterra, quien sorprendía a sus invitados con galletas en forma de personas, decoradas para parecerse a ellos.
Desde entonces, las “galletas de jengibre” han sido una parte integral de las festividades navideñas en todo el mundo.
Con el tiempo, estas galletas se convirtieron en un símbolo de la Navidad, especialmente en países como Alemania, donde los “Lebkuchen” (galletas de jengibre) formaban parte de los tradicionales mercados navideños.
Los colonos europeos llevaron la receta a América del Norte, donde las galletas de jengibre se popularizaron aún más, especialmente en su forma de hombrecitos, casas de jengibre y otros diseños festivos.
¡Manos a la masa! Receta clásica de galletas de jengibre
Ingredientes:
- 3 tazas de harina de trigo
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de jengibre molido
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1/4 cucharadita de clavo molido
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 taza de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 1/2 taza de azúcar moreno
- 1 huevo grande
- 2/3 taza de melaza (o miel de caña)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Para decorar:
- Glaseado real (azúcar glas, clara de huevo y jugo de limón)
- Chispas de colores, caramelos o cualquier otra decoración navideña de tu elección.
Preparación:
1. Preparar la masa:
En un tazón grande, tamiza la harina, el bicarbonato de sodio, la sal y las especias (jengibre, canela, clavo y nuez moscada). Reserva.
En otro tazón, bate la mantequilla y el azúcar moreno hasta que esté esponjoso. Añade el huevo, la melaza y el extracto de vainilla. Mezcla bien.
Poco a poco, incorpora la mezcla de harina hasta obtener una masa homogénea.
2. Enfriar la masa:
Divide la masa en dos porciones y envuélvelas en plástico adherente. Refrigérala por al menos 1 hora (esto ayuda a que la masa sea más manejable).
3. Precalentar el horno:
Precalienta el horno a 180°C (350°F) y forra dos bandejas con papel encerado.
4. Cortar las galletas:
En una superficie ligeramente enharinada, estira la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 5 mm.
Usa cortadores de galletas con forma de hombrecito de jengibre (u otros motivos navideños) para cortar la masa.
5. Hornear:
Coloca las galletas en las bandejas preparadas y hornea durante 8-10 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Deja enfriar por completo antes de decorar.
6. Decorar:
Con el glaseado real y las decoraciones que prefieras, da vida a tus galletas de jengibre.
Puedes usar el glaseado para dibujar los detalles como ojos, botones y bocas, y agregar caramelos pequeños o chispas para darle un toque festivo.
Sugerencias para hacerlas aún más especiales
Casitas de jengibre
Si te sientes creativo, usa la misma masa para construir casitas de jengibre. Es un proyecto perfecto para hacer con amigos o familiares.
Diversión en familia
Haz que decorar las galletas sea una actividad familiar, donde cada miembro pueda dar rienda suelta a su imaginación y crear diseños únicos.
#NuncaDejesDeViajar
Recetas
Comidas rápidas y saludables en Freidora de Aire
Aprende cómo la freidora de aire puede ayudarte a preparar comidas saludables y sabrosas, perfectas para tus aventuras diarias y viajes.
Hoy en día, mantenerse saludable es más que una moda; es una necesidad. Ya sea en casa o mientras viajas, llevar un estilo de vida saludable es esencial para mantener la energía y disfrutar al máximo de cada experiencia. Uno de los aspectos clave para lograrlo es cuidar lo que comemos, y aquí es donde entra en juego una herramienta que se ha vuelto indispensable en muchas cocinas: la freidora de aire.
Freidora de aire: ¡Salud y sabor en un solo bocado! Descubre cómo revolucionar tu cocina y tus viajes.
La freidora de aire ha revolucionado la forma en que preparamos nuestros alimentos, ofreciendo una alternativa más saludable sin comprometer el sabor. ¿Cómo funciona? Utiliza aire caliente para cocinar los alimentos, lo que permite reducir significativamente la cantidad de aceite necesario en la preparación. Esto no solo es beneficioso para quienes buscan reducir su consumo de grasas saturadas, sino que también facilita la preparación de comidas rápidas y deliciosas, ideales para aquellos con un estilo de vida activo.
Cuando piensas en viajar, lo primero que viene a la mente son las nuevas experiencias, las aventuras y, por supuesto, la comida. Mantener una dieta equilibrada mientras estás de viaje puede ser un desafío, pero no tiene por qué serlo. La freidora de aire se convierte en una aliada perfecta para quienes desean mantener su salud en óptimas condiciones, incluso lejos de casa.
Cocina saludable en cualquier lugar
Los viajes de salud y bienestar son cada vez más populares, y con razón. Desde retiros de yoga en las montañas hasta escapadas de spa en la playa, la búsqueda del equilibrio entre cuerpo y mente es una tendencia en crecimiento. Parte de este equilibrio se encuentra en la alimentación, y aquí es donde entra en juego la importancia de una buena preparación.
Cuando te hospedas en un lugar que permite cocinar, llevar una freidora de aire portátil puede ser una gran idea. Esto te permitirá preparar tus propias comidas saludables, asegurándote de que sigues una dieta equilibrada mientras disfrutas de tu destino.
Imagina poder preparar unas deliciosas verduras asadas o un pescado rebozado crujiente después de un día lleno de actividades, todo con menos aceite y de forma rápida. Esto no solo te mantendrá dentro de tus objetivos de salud, sino que también te dará la tranquilidad de saber exactamente lo que estás comiendo
No importa si estás explorando una nueva ciudad o disfrutando de la tranquilidad de la naturaleza, llevar una vida saludable es posible en cualquier lugar. Incorporar herramientas como la freidora de aire en tu rutina diaria y en tus viajes puede hacer una gran diferencia en tu bienestar general.
Así, no solo disfrutas de cada momento al máximo, sino que también te aseguras de que tu cuerpo recibe lo mejor, manteniéndote lleno de energía para todas las aventuras que te esperan.
#NuncaDejesDeComer
Gastronomia Internacional
¿Sabías que el 14 de Julio se celebra el día del Mac and Cheese?
¡Un platillo emblemático que ha conquistado los paladares de millones de personas alrededor del mundo!
Los Macarrones con Queso, o Mac and Cheese, son un platillo emblemático que ha conquistado los paladares de millones de personas alrededor del mundo, y que, por lo mismo, tienen innumerables versiones y modos de preparación.
De cara al Día de los Macarrones con Queso, que se celebrará el próximo 14 de julio, vale la pena ahondar en esta receta simple pero deliciosa que combina pasta y queso en una armonía perfecta y
que es el deleite tanto de niños como de adultos.
Una receta que se remonta a la Edad Media…
Los primeros indicios de este tipo de combinación de pasta y queso se remontan a la Edad Media en Europa. Los cocineros de la época, especialmente en Italia, experimentaban con pasta fresca y la mezclaban con queso rallado.
Uno de los primeros registros de una receta similar aparece en un libro de cocina medieval italiano llamado “Liber de Coquina”, escrito a finales del siglo XIII, el cual describe una receta que consiste en pasta cocida en agua y mezclada con queso rallado.
Se dice que el platillo llegó a América a través de Thomas Jefferson, quien se enamoró de los macarrones durante su estancia en Europa. Jefferson importó de Italia una máquina para hacer pasta y comenzó a servir macarrones con queso en las cenas que ofrecía en Monticello, su residencia en Virginia.
Así, poco a poco, esta delicia culinaria se popularizó entre la élite americana y fue convirtiéndose en un plato habitual en los hogares estadounidenses.
Para 1937 la compañía Kraft Foods lanzó su versión pre empacada, lo que revolucionó la forma en que las familias preparaban este platillo. El producto se promocionaba como una comida rápida y accesible, especialmente durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, los Macarrones con Queso se convirtieron en un ícono de la gastronomía norteamericana.
¡Te dejamos la receta del Mac and Cheese clásico!
Vas a necesitar…250 g de macarrones, 1 cucharadita de sal, 150 g de queso cheddar, 50 g de parmesano, 400 ml de leche, rebanadas de queso americano de 50 g, 40 g de mantequilla, 50 g de harina común,
2 pizcas de nuez moscada, 1 pizca de pimienta y 1.75 L de agua
- Añade agua al bol y deja hervir durante 10 minutos a 120°C y velocidad 1.
- Coloca la cesta de cocción a fuego lento en el bol y agrega los macarrones. Cocina la pasta según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente con la taza medidora insertada durante 12 minutos a 110 °C y velocidad 1. Una vez cocida, retira la cesta de cocción a fuego lento con la espátula y colócala en un bol grande. Escurre la pasta y vacía el bol.
- Corta el queso cheddar y el parmesano en cubos. Añade el queso cheddar, el parmesano y el americano al bol y ralla el queso durante 10 segundos a velocidad 7.
- Añade al bol la leche, la mantequilla, la harina, la nuez moscada y la pimienta. Cocina la salsa durante 10 minutos a 110 °C y velocidad 2.
- Añade los macarrones al bol y mezcla durante 30 segundos a velocidad 2. Retira el vaso medidor y coloca la espátula dentro de la abertura de la tapa para revolver.
- Sazona al gusto y sirve. ¡Disfruta de tu comida!
Datos que debes saber…
Se dice que el rey Enrique II de Inglaterra disfrutaba de una versión temprana de los Macarrones con Queso, lo que demuestra que este platillo ha tenido un atractivo universal y duradero.
En Estados Unidos, el 14 de julio se celebra el Día Nacional del Mac and Cheese, una fecha dedicada a disfrutar y experimentar con esta comida clásica.
Aunque la versión de EU es la más conocida, muchos países tienen sus propias versiones. En Suiza, por ejemplo, se prepara con papas y queso gruyère; en el Caribe se le añade pimiento y otros condimentos locales; y en México hay numerosas versiones que incluyen distintos tipos de queso y, por supuesto, diversas preparaciones con distintos chiles, para hacerlos cremosos y picantes.
Elige el queso adecuado, pues éste es la clave para un buen Mac and Cheese. Puedes usar una mezcla de quesos para obtener un sabor más complejo. El cheddar es clásico, pero añadir un poco de gruyère
o gouda ahumado puede elevar el plato a otro nivel.
Asegúrate de cocinar la pasta al dente, ya que continuará cocinándose cuando se mezcle con la salsa de queso y se hornee. Esto evitará que los macarrones se vuelvan demasiado blandos. Al mismo tiempo, prepara una salsa de queso cremosa; comienza con una base de roux (mezcla de harina y mantequilla) para espesar la salsa.
Añade leche poco a poco y luego incorpora los quesos rallados. Cocina la salsa lentamente y con cuidado asegura una textura suave y cremosa. Para un acabado perfecto, puedes cubrir el Mac and Cheese con una mezcla de pan rallado y mantequilla antes de hornearlo. Esto le dará una textura crujiente que contrasta deliciosamente con la cremosidad del queso.
Y, finalmente, ¡experimenta! No tengas miedo de añadir otros ingredientes para personalizar tu Mac and Cheese. Tocino, jalapeños, espinacas o incluso langosta pueden transformar este plato clásico en una obra maestra gourmet. #Nuncadejesdecomer!
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