América
¡A que no conocías estas actividades en Manhattan!
Porque si de Manhattan hablamos…¡Nunca es suficiente!

Siendo desde tiempos memorables, la joya de “La Gran Manzana”, Manhattan es también el barrio mas famoso de Nueva York, el mas visitado y todo un ícono de la moda, cultura y el arte. Es por eso que nos dimos a la tarea de contarte sobre estas actividades en Manhattan que seguro vas a disfrutar.
Por supuesto que una visita a Manhattan no estaría completa sin conocer su imponente “Empire State Building” que ha sido partícipe en cientos de películas y series, aunque debo confesarles que mis recuerdos sobre este edificio vienen de mi serie favorita “Gossip Girl” y todos los momentos super románticos y neoyorquinos que aquí suceden, tampoco puede faltar una vuelta por Times Square, la estatua de la libertad, Central Park y Rockefeller Center. Are you ready for NYC?.
Si de Manhattan se trata…¡Nunca es suficiente!
Hay mucho más en Manhattan que ninguna lista del top 10 alguna vez podría transmitir. Disfruta dim sum en Chinatown, cappuccino y cannoli en Little Italy, o comida ucraniana en el Lower East Side.
Toma el ferry hacia Governors Island o el tranvía hacia Roosevelt Island. Busca la obra “Starry Night” de Vincent van Gogh en el Museo de Arte Moderno, “Madame X” en el Museo Metropolitano de Arte, y T. rex en el Museo Americano de Historia Natural.
En Uptown, conoce la cultura e historia Afroamericana en Harlem, después dirígete a Washington Heights para probar comida dominicana y ver los famosos tapices de unicornio en The Met Cloisters.
Visitar Manhattan es simplemente una experiencia exquisita, en donde lo vintage se combina con lo mas nuevo para regalarnos una explosión de interesantes combinaciones y cientos de actividades por disfrutar.
Dentro de esta isla cosmopolita vas a encontrar infinidad de experiencias multiculturales, ya sea en negocios locales o si te quieres poner muy fancy, visita sus atracciones reconocidas mundialmente y abróchense los cinturones, ¡porque Manhattan nos espera!.
Descubriendo Lower Manhattan
Este es el vecindario más antiguo de la ciudad; y centro mundial financiero, con sitios históricos, así como atracciones contemporáneas.
Toma un paseo en el SeaGlass Carousel y luego disfruta de los paseos en bote. Si tu presupuesto es limitado, el ferry a Staten Island es gratuito y ofrece un vistazo de la Estatua de la Libertad y Ellis Island mientras atraviesa el puerto.
Para visitar Liberty Island, donde se encuentra la estatua, y Ellis Island, hogar del National Immigration Museum, debes comprar un boleto en Statue City Cruises. (El mismo barco hace paradas en ambos lugares.)
Otros sitios incluyen Museum of Jewish Heritage, National Museum of the American Indian, y Fraunces Tavern and Museum, donde el General George Washington despidió sus tropas después de que los británicos dejaran Nueva York en 1783.
Encontrarás la famosa estatua del toro en Broadway cerca de Morris Street, y la estatua de la “Niña sin miedo” en Broad Street cerca de Wall Street, frente al New York Stock Exchange. Federal Hall, en 26 Wall Street, es un edificio reconstruido del año 1842, donde George Washington tomó juramento como el primer presidente de la nación.
EL 9/11 Memorial & Museum ubicado en 180 Greenwich Street narra la historia de la construcción, destrucción y reconstrucción del World Trade Center, a través de fotos, videos y artefactos. Una pared de cuadros azules que simboliza el color del cielo el 11 de septiembre contiene esta frase de Virgil: “No day shall erase you from the memory of time.”
La frontera norte de Lower Manhattan es Chambers Street. City Hall y City Hall Park se localizan aquí frente a la entrada hacia el Brooklyn Bridge. Dos cuadras al norte en 290 Broadway está el African Burial Ground National Monument, un cementerio para africanos, tanto libres como esclavizados, que datan de los años 1630.
Las delicias culinarias de ChinaTown y Little Italy
Para esto de comprar souvenirs muy neoyorquinos, entonces te sugerimos tomar el tren R hacia Canal Street y dirigirte hacia Mott Street. Ahí se encuentra el maravilloso centro de ChinaTown, que es excelente para ir de compras o probar las delicias culinarias de sus food trucks, o bien, en sus variados restaurantes.
Compra una tarta de huevo en Golden Streamer, mariscos en Ping’s, dim sum en Nom Wah Tea Parlor, o la especialidad de la casa en Peking Duck House.
Para las compras, visita Ting’s Gift Shop, Yunhong Chopsticks y Ten Ren Tea. Si continúas al oeste de Mott Street vas a encontrar Columbus Park, un parque público al que acuden cientos de turistas y locales para disfrutar de tardes de ajedrez con sus amigos, juegos de ping pong, practicar yoga y hasta tai chi.
Vayamos a uno de nuestros favoritos de Manhattan: Little Italy, llamado así por haber estado poblada en sus orígenes por gran cantidad de inmigrantes italianos.
Prueba la pizza en Rubirosa, compra productos importados en Di Palo’s Fine Foods, y guarda un espacio para el postre de Ferrara Bakery, la cual abrió en 1892 y todavía sirve unos de los mejores gelato, cappuccino y cannoli.
Cada año durante 10 días a mediados de septiembre, Feast of San Gennaro se adueña del vecindario. Se trata de un festival napolitano e ítalo-estadounidense dedicado a San Genaro, el santo patrón de Nápoles y Little Italy, Nueva York.
Chic, glamoroso y lleno de arte…SoHo y Tribeca
Esa es la vibra en Tribeca (un acrónimo para “triangle below Canal Street”) y SoHo (south of Houston Street). Si de compras de lujo se trata entonces SoHo es el sitio indicado.
Solo para que te des una idea, tienes cientos de tiendas por elegir entre las cuales se encuentran Alexander Wang, Balenciaga, Chanel, Celine, Burberry, Prada, y Rag & Bone.
Pero también hay opciones muy económicas en Broadway para quienes no desean dañar a sus bolsillos. Ahora vayamos con los amantes del arte, ¡mucho ojo aquí!.
Visita The Earth Room, una escultura de la tierra al interior de 141 Wooster St., y Louis J. Meisel Gallery (141 Prince St.), la cual fue incluida en Sex and the City. Disfruta de una obra en The Public Theater (en donde se estrenó Hamilton), o agenda una visita para el Tribeca Film Festival, celebrado cada junio.
Otra pieza de arte imperdible es la torre de Jenga en 56 Leonard Street, que con sus cientos de apilados irregulares deja sorprendido a cualquiera que decide admirarla.
Midtown Manhattan
El Empire State Building, Times Square, Macy’s, Grand Central Terminal y Rockefeller Center: todos están dentro de las atracciones más icónicas de Nueva York, y todas están en Midtown Manhattan.
Localizado en 34th Street y Fifth Avenue, el Empire State Building es uno de los lugares más icónicos del mundo. Disfrutar la vista al exterior desde el mirador en el piso 86 sigue siendo una de las experiencias más emocionantes de la ciudad, y la experiencia completa del mirador fue remodelada recientemente.
Times Square está en Broadway y 42nd Street y no hay nada mejor que disfrutar del brillo al caer la noche con sus grandes y coloridos espectaculares ideales para unas fotos muy instagrameables.
Para disfrutar de actividades gratuitas, dirígete al este desde Times Square, a lo largo de 42nd Street hacia Bryant Park, un hermoso oasis urbano en 42nd y Sixth Avenue, con un carrusel, pista de patinaje, juegos y mucho mas.
Continuando al este sobre 42nd Street, llegarás a Grand Central Terminal, otro lugar histórico de Beaux Arts. Ingresa para ver los candelabros brillantes, pisos de mármol, arcos con azulejo, escaleras decoradas, ventanas de catedral, un reloj de cuatro caras, y el famoso techo representando las constelaciones zodiacales por la noche.
El rascacielos más nuevo del área, One Vanderbilt, abrió recientemente e incluye la experiencia inmersiva SUMMIT One Vanderbilt, la cual también cuenta con el mirador más nuevo de la Ciudad de Nueva York.
¡Visita Manhattan! Seguro encuentras tu actividad favorita entre sus calles multiculturales, coloridas y con cientos de aventuras que te esperan. #Nuncadejesdeviajar!.
América
¿Cómo volar en ALA DELTA en RÍO de JANEIRO? Vive una AVENTURA libre en el CIELO
Deslízate entre montañas, mar y selva en una experiencia que combina adrenalina, paisajes únicos y la emoción de volar en los cielos brasileños.

¿Te imaginas flotar sobre playas, montañas y la jungla urbana con una vista única del Cristo Redentor? Pues esto es posible con la popular experiencia de volar en ala delta por los cielos de Río de Janeiro, en Brasil. Y aquí te contamos cómo puedes vivir ese momento de libertad aérea que muchos sueñan tener…
Ala Delta: La MAGIA de VOLAR SIN MOTOR
El ala delta es una modalidad de vuelo libre donde el piloto va suspendido en un arnés bajo un ala rígida. No hay motor, solo viento y control aerodinámico. En Río de Janeiro, esta experiencia se realiza en tándem (conjunto de dos personas), junto a un instructor experto que se encarga del despegue, el planeo y el aterrizaje, mientras tú disfrutas el paisaje sin preocuparte por nada más.
Cómo LLEGAR al punto de DESPEGUE
La aventura del ala delta comienza mucho antes del vuelo. Lo más común es que te encuentres con tu instructor en la Playa de São Conrado, donde te llevará en transporte hasta la cima de Pedra Bonita. El recorrido sube por la Estrada das Canoas: una ruta pavimentada de unos 7 km llena de curvas y vistas panorámicas. En pocos minutos estarás en la pista de lanzamiento, con la ciudad a tus pies y el corazón acelerado.
El punto más famoso para practicar ala delta en Río es la rampa de Pedra Bonita, ubicada dentro del Parque Nacional de la Tijuca. Desde allí te lanzas directo hacia el océano y aterrizas en la Playa de Pepino, en el barrio de São Conrado. La vista es simplemente espectacular, aquí se combinan varios escenarios que parecen sacados de una postal.
La EXPERIENCIA del VUELO: De la PLAYA al CIELO
Una vez en la cima, comienza la emoción. Tu instructor de ala delta te colocará un arnés de seguridad, te explicará los movimientos y harán unas carreras de prueba. Luego, llega el gran momento: cuentan hasta tres y… ¡A volar!
El impulso inicial te eleva sobre el bosque, y en cuestión de segundos estás flotando sobre Río. Sientes el viento en la cara, el silencio del aire y una calma increíble. El piloto se encarga de controlar el ala, mientras tú solo disfrutas del paseo. Los vuelos suelen durar entre 8 y 15 minutos, dependiendo del clima y la fuerza del viento.
PAISAJES que TE DEJAN SIN ALIENTO
Durante el vuelo en Ala Delta, verás lo mejor de Río desde una perspectiva privilegiada: el Cristo Redentor, la Bahía de Guanabara, el Atlántico y los contrastes entre la jungla y la ciudad. El aterrizaje es suave, justo sobre la arena de la Playa. Además, muchas empresas incluyen fotos y videos GoPro, así que podrás revivir ese momento una y otra vez.
Un DATO CURIOSO sobre el Ala Delta en Río
¿Sabías que Río de Janeiro es uno de los destinos más visitados del mundo para practicar ala delta? Cada año, miles de viajeros llegan solo para lanzarse desde Pedra Bonita: un punto tan icónico que ha aparecido en documentales internacionales. Además, la Federación Brasileña de Vuelo Libre organiza aquí campeonatos y eventos, consolidando a Río como el epicentro del turismo de aventura en Brasil.
PRECIOS y DETALLES del ala delta en RÍO de JANEIRO
El costo promedio de un vuelo en ala delta ronda entre $800 y $880 BRL (aproximadamente $2,750 y $3,000 MXN o $150 y $165 USD o) dependiendo del tipo de cambio. Algunos paquetes incluyen transporte, video, fotografías y certificado de vuelo. La mayoría de los instructores acepta reservas con anticipación y pagos en línea.
Si te mueve la aventura y quieres ver Río de Janeiro desde otra perspectiva, el ala delta es una experiencia que simplemente debes vivir. No necesitas experiencia previa, solo ganas de volar y de dejarte llevar por la magia de los paisajes de Brasil. ❖
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PANIOLOS: Los vaqueros HAWAIANOS que conquistaron el PACÍFICO
Cuando piensas en cowboys, seguramente imaginas el Viejo Oeste o las extensas haciendas mexicanas. Sin embargo, a cientos de kilómetros, en medio del océano Pacífico, Hawái también tiene su propia tradición vaquera.

La historia de los Paniolos comienza en 1793, cuando el capitán y explorador británico, George Vancouver, regaló al rey Kamehameha I un pequeño grupo de reses. La idea del rey era prohibir su caza durante 10 años para que estos se reprodujeran, pero aquellos animales, sin depredadores naturales en Hawái, se multiplicaron rápidamente y comenzaron a causar estragos en la vida cotidiana de las aldeas hawaianas, arrasando los cultivos y dañando los campos.
Ante la magnitud del problema, el rey permitió cazarlos, pero la tarea era complicada y se necesitaba un método más organizado para controlarlos…

La llegada de los VAQUEROS MEXICANOS
En 1832, durante el reinado de Kamehameha III, se invitó a expertos en manejo de ganado provenientes de California, entonces territorio mexicano. Ellos trajeron consigo la doma del caballo, el uso del lazo, la construcción de corrales y todo el conocimiento del mundo vaquero. Los hawaianos los llamaban “Españoles”, y con el paso del tiempo esa palabra se transformó en “Paniolo”. Desde entonces, la tradición vaquera quedó arraigada en el corazón de las islas.

Y aunque las técnicas iniciales eran las de los vaqueros mexicanos, los hawaianos pronto las adaptaron a su entorno volcánico y a su cultura. Los sombreros se tejían con fibras locales y se adornaban con guirnaldas de flores; las monturas se enriquecían con artesanía propia y hasta la música cambió: la guitarra, introducida por aquellos vaqueros mexicanos, se fusionó con melodías isleñas, dando origen al célebre estilo slack-key guitar.

Incluso en la alimentación dejaron huella, pues se popularizó la pipikaula: una carne de res salada y seca que servía como alimento práctico para largas jornadas en el campo. Pero el reconocimiento internacional de los paniolos no llegó hasta 1908, cuando tres jinetes hawaianos participaron en el rodeo de Cheyenne, Wyoming.
Entre ellos, Ikua Purdy sorprendió al mundo al ganar la prueba de lazo de novillos, demostrando que los cowboys del Pacífico podían estar a la altura de los más experimentados del continente.

¿Dónde ver a los PANIOLOS hoy en DÍA?
En la actualidad, la tradición paniola sigue viva y forma parte esencial del turismo cultural de Hawái. En la Gran Isla se encuentra el Parker Ranch, uno de los ranchos más antiguos y extensos de Estados Unidos. Ahí es posible recorrer exposiciones históricas, ver colecciones de sillas, lazos y trajes originales, además de participar en actividades relativas a la cultura paniola.

En la isla de Maui, la región de Upcountry conserva el ambiente ranchero, y en el pueblo de Makawao aún se celebran rodeos y festivales donde los Paniolos muestran sus destrezas. También en distintas islas se organizan las llamadas Pā‘ū Parades: coloridos desfiles en donde los jinetes visten sus trajes tradicionales y cabalgan caballos decorados con flores. Las mujeres también son parte fundamental de la cultura paniola.

Pero para quienes buscan una experiencia más cercana, existen empresas turísticas que ofrecen cabalgatas guiadas por paisajes volcánicos. Aquí podrás sentirte parte del legado paniolo mientras recorres praderas, respiras el aire fresco de las montañas y aprendes sobre el día a día de los vaqueros isleños.
Estas actividades permiten ver de primera mano que, más allá de las playas y el surf, Hawái también es tierra de caballos y lazos.

Los PANIOLOS: El legado que CABALGA en el PACÍFICO
Los Paniolos no solo solucionaron un problema de ganado en el pasado de Hawái, sino que también dieron a las islas una identidad única que combina influencias mexicanas con el espíritu hawaiano. Hoy, recorrer sus ranchos, asistir a un rodeo o escuchar la música que nació en sus fogatas es descubrir una cara distinta y sorprendente de Hawái: un lugar donde el vaquero lleva sombrero de flores y cabalga al ritmo de las olas… ❖

#NuncaDejesDeViajar
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El OBELISCO de BUENOS AIRES abre su mirador al PÚBLICO
Este 2025, la gran capital argentina abre las puertas a una experiencia en las alturas, donde podrás conocer la ciudad desde otra perspectiva…

No cabe duda de que uno de los mayores atractivos de la ciudad de Buenos Aires es su increíble arquitectura. La ciudad goza de tener edificios hermosos y un gran número de monumentos que le dan un toque único, y el Obelisco de Buenos Aires es la joya de la corona. En la Plaza de la República —entre Avenida Corrientes y Avenida 9 de Julio—, el Obelisco se alza como el monumento más querido de los ciudadanos, y este 2025 se enorgullece de inaugurar una nueva experiencia en su interior…

¿Cómo es SUBIR al OBELISCO de Buenos Aires?
Con 67.5 metros de altura y una larga historia de casi 90 años, el Obelisco de Buenos Aires abre sus puertas para subir a su cúpula y apreciar una de las vistas más privilegiadas de la ciudad. La experiencia empieza en lo bajo del monumento donde, después de un pequeño tramo de escaleras, podrás encontrar un elevador con lateral de vidrio. Este elevador te recibe con una pantalla que te indica información y datos curiosos sobre esta mítica construcción.

Este elevador te lleva hasta la zona más estrecha del obelisco para seguir el recorrido por unas escaleras de caracol que te llevan hasta la cúpula. Ahí, y a través de 4 ventas con vistas a los puntos cartesianos, podrás admirar cada paisaje de la ciudad de Buenos Aires.

Las vistas están acompañadas de una narración cultural sobre la historia del obelisco. La experiencia de subir, escuchar la narración y disfrutar de las asombrosas vistas tiene una duración aproximada de 20 minutos.
Entrar al mirador del Obelisco de Buenos Aires tiene un costo de $18,000.00 ARS ($232.83 MXN o $12.60 USD) para residentes argentinos. Mientras que, para los viajeros extranjeros, el costo es de $36,000.00 ARS ($465.66 MXN o $25 USD). Puedes conseguir tus entradas desde la página web oficial de la experiencia.

Un LEGADO en forma de MONUMENTO
El Obelisco de Buenos Aires fue construido para celebrar el cuarto centenario de la fundación de Buenos Aires, siendo inaugurado en mayo de 1936. Su ubicación no es casualidad, pues se encuentra justo en el mismo lugar en donde se izó por primera vez la bandera de la ciudad.

La construcción es obra del arquitecto Alberto Prebisch, que, con ayuda de 157 constructores, se concluyó en tan solo 31 días. Curiosamente, se pensó en demoler la obra solo 3 años después de su construcción. Por fortuna, esto nunca pasó, y sigue en pie a más de 90 años de su inauguración.

Te invitamos a descubrir de una forma totalmente diferente uno de los íconos más importantes de Buenos Aires, Argentina. Disfruta de este monumento como nunca antes, y déjate maravillar por la nueva perspectiva que ofrece de la ciudad… ❖

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