San Blas es un encantador pueblo pesquero en la costa nayarita lleno de maravillas naturales, atardeceres inolvidables, sabores auténticos y leyendas bien guardadas. ¡Descúbrelo ahora!
No hay nada mejor que aventurarse a lo desconocido, sobre todo cuando se trata un viaje que incluya impactantes amaneceres, de esos que te hacen desviar la mirada y observar colores grisáceos azulados contrastando con las montañas.
Un verdadero espectáculo cada mañana que cualquier persona desearía presenciar a diario, ya sea acompañado o en solitario.
¿A quién no le gusta sentir el cosquilleo sabrosón en la barriga cuando está por iniciar una nueva aventura?
Siempre me pasa cuando voy de viaje, es una nueva oportunidad para hacer nuevos amigos, recuerdos inolvidables y probar lo desconocido.
Recorrido por San Blas
Iniciamos el día en el mercadito de San Blas donde buscamos desayunar algo rico entre el colorido y los aromas de los ingredientes típicos de la región.
Mi abuela solía decir, “si quieres saber la escencia de un lugar, siempre ve al mercado del pueblo”.
¡Cuánta razón! Fue una experiencia maravillosa porque pude encontrar sabores típicos de la región pesquera.
Después nos dirigimos al Fuerte de la Contaduría, construido en 1760 sobre el cerro El Basilio, alguna vez considerada la más importante estación naval de la Nueva España. Aquí sabrás el porqué San Blas es un sitio histórico.
Desde ahí se tiene una panorámica perfecta para sacarse una selfie con el pueblo a lo lejos, donde la mar y el estero se funden como uno mismo junto con la densa vegetación tropical llena de enormes árboles y bastos palmares.
Ruinas del Templo
A pocos metros de ahí se encuentran las ruinas del Templo de la Virgen del Rosario también conocida como “La Marinera”.
En este majestuoso santuario doña Chagua (encargada de limpiar los alrededores del templo) nos recibió gustosa para darnos un recorrido por las ruinas del templo.
¡Qué maravilla de lugar! ideal para sacar a tu fotógrafo interno y hacer unas topas increíbles.
Doña Chagua nos contó algunas historia del puerto y del templo donde todavía se celebran bodas aún cuando la bóveda es inexistente.
Aquí se encontraban las campanas de bronce mencionadas por el poeta romántico estadounidense Henry W. Longfellow, en su poema “Las campanas de San Blas”. He aquí un fragmento:
“Para mí que siempre he sido de sueños un vidente; para mí que he confundido lo irreal con lo existente, no son de nombre solamente las campanas de San Blas, ya que tienen un extraño y salvaje repicar”.
Gracias a la densa vegetación, los jejenes no se hicieron esperar por lo que tuvimos que salir huyendo. No sin antes aprender que el limón es un repelente de este salvaje mosquito.
Para que funcione el limón como repelente, hay que frotarlo en las manos y untarlo en la piel.
“La Tovara”
El siguiente punto en nuestro itinerario fue “La Tovara”, un manglar en donde por solo 100 pesos el boleto puedes hacer un recorrido en lancha por un bello estero.
El tour en lancha dura aproximadamene dos horas y media, durante el recorrido se incluye una visita rápida al cocodrilario y a un restaurante donde nos relajamos con unas cervezas mientras admirábamos el paisaje
Cabe mencionar que también hay un manantial hermoso en la zona en donde podrás darte un chapuzon
Si eres de los que le gusta la observación de aves o “pajarear” como le llaman ahí, debes de hacerlo muy temprano por la mañana cuando despiertan cientos de aves migratorias que hacen de la costa Nayarita
El pueblo pesquero
En el pueblo no hay nada más típico que caminar por la plaza principal y comprar artesanía huichol tradicional de Nayarit, aquella hecha a base de chaquira o estambre de colores.
Mientras estábamos por ahí nos cayó la noche por lo que buscamos un hotel donde pernoctar.
Para nuestra agradable sorpresa fuimos a parar a “La Misión de San José”, un hotelito pequeño cerca de la playa con tan sólo 6 habitaciones.
Pepe el dueño del lugar que resultó ser paisano de Puerto Vallarta que nos hizo sentir en confianza desde el primer momento en que llegamos, lo mejor es que después de una noche de descanso te estará esperando con el desayuno servido.
Playa del Borrego
Esa tarde comimos en la Playa del Borrego, gracias a la sugerencia de Don Pepe.
Degustamos varias delicias como pescado zarandeado, ostiones, coctel de camarones y pulpo, asi unas inolvidables tostadas de ceviche.
No puedes irte de San Blas sin probar el pan de plátano, es fácil encontrarlo ya que mientras comes en la playa pasarán varios vendedores a tu mesa.
Segundo día
A la mañana siguiente amanecimos con ganas de algo para alivianar la cruda que había dejado la noche anterior.
Así que fuimos al mercado y al llegar nos llamó la atención una mesa en la calle en donde la gente se amontonaba. Para nuestra sorpresa resultó ser el mejor menudo del pueblo, que por cierto, es blanco.
Doña Chuy vende tan exquisito manjar en ese mismo lugar desde hace 50 años; ella comenzó ayudándole a su mamá y hasta a la fecha continúa con la tradición con solo una mesa y unas cuantas sillas.
La Loca del muelle de San Blas
El hermano de Doña Chuy, quien le ayudaba ese día, nos comenzó a hacer la plática de la tradición del menudo y terminó contándonos la historia de La Loca del muelle de San Blas.
Cuyo nombre en realidad es Rebeca Méndez Jimenez y cuyas cenizas hoy están reunidas con su amado, en la mar.
Sí, la misma mujer que hizo famosa la canción del grupo Maná, lo cual resultó muy curioso, pues ahora ya contamos con la versión de los habitantes del pueblo.
De acuerdo a lo que nos contó, la gente del pueblo le llamaba “La Chica de Humo” porque se la pasaba fumando y desaparecía como una bocanada.
Llegó a San Blas procedente de Guadalajara siguiendo a un novio que era marinero y que un día se fue para no regresar jamás, pues la mar le cobró la vida.
Con el tiempo ella se consiguió otro novio en el pueblo, quien también estaba algo loquito, sin embargo, Rebeca se la pasaba entre Puerto Vallarta y San Blas.
Fue así que el vocalista del grupo la conoció y se inspiró en su historia para hacer la famosa canción, aunque claro, tuvieron que exagerar algunas cosas para que sonara más dramática la trágica historia de Rebeca.
San Blas es todo un paraíso
Hay muchas actividades que puedes realizar estando en un lugar tan maravilloso como lo es San Blas.
Desde caminar por su puerto, probar su gastronomía, aventurarte su selva, visitar el cocodrilario, nadar en sus playas, pasearte por su plaza principal y hasta comprar alguna artesanía o ir a comprar al mercado de mariscos.
Todo comienzo, tiene un fin
Otras de las tantas cosas que puedes comer ya estando aquí es el Marlín a la leña y la huevada de pescado, que fue lo que hicimos antes de terminar con este corto, pero agradable e inolvidable paseo por San Blas en Nayarit.
¡El mundo es un libro, y quienes no viajan sólo leen una página, así que a viajar!
Y a escribir nuestros propios libros llenos de aventuras, historias y bonitos recuerdos.
y…#NuncaDejesDeViajar