Sanborns, una marca mexicana de tiendas y restaurantes tiene una gran tradición: representar la mexicanidad, desde el menú de los alimentos, la chocolatería, panadería y hasta los trajes de las meseras que te atienden. Acompáñanos y conoce la leyenda de la loza de Sanborns.
Leyenda de la loza de Sanborns
Algo que siempre ha sido toda una tradición dentro de los restaurantes, es la vajilla que se usa en donde se sirven los alimentos.
Sus colores enseguida te remontan a la Talavera mexicana azul con blanco, artesanía que representa una las denominaciones de origen y orgullo de nuestro México.
Ciertamente la loza conocida como “Willow Pattern” o “Diseño del Sauce”, tiene una historia que comenzó en el siglo XVIII cuando una fabrica de porcelana inglesa la introdujo como parte de sus diseños.
Sanborns al conservarla en sus restaurantes, primero la importó desde el Reino Unido y después la mandó producir con la famosa fabrica de cerámica “Anfora”.
Una historia de amor
Pero además de ser una loza agradable a la vista, quizá no sabrás de la historia que guarda su diseño. Una historia de amor de origen chino.
La leyenda cuenta que Koon See, una hermosa princesa hija de un poderoso mandarín, vivía enamorada de Chang, un joven pobre que trabajaba en la servidumbre de la dinastía See y a quien conoció en uno de los jardines del palacio mandarín.
Cierto día en el que Chang y Koon See se vieron a escondidas, su padre furioso los encontró besándose, como era de esperarse el mandarín le prohibió rotundamente volver a ver al joven plebeyo.
Para cumplir su castigo amenazó al joven con matarlo y a su hija la encerró en su habitación junto al río y mandó a construir una valla de madera para que nadie se acercara a ella.
Leyenda de la loza de Sanborns, la señal de un amor prohibido
El mandarín comprometió a su hija en matrimonio forzado con un gobernante poderoso llamado Ta-jín.
La boda se llevaría a cabo en primavera “cuando el árbol de durazno completaría su floración” de acuerdo al mandato del padre. Era la señal de un amor prohibido que no rendiría frutos.
En su tristeza, Koon See afuera de su habitación encontró una cáscara de coco y vio que en ella había una carta con un mensaje escrito de su amado Chang en donde decía que si no la veía más, iba a suicidarse.
Koong See, la bella princesa, enseguida le contestó con la siguiente frase “la fruta que más ansias, debe ser cosechada, cuando la flor del sauce se desparrame sobre el suelo” esta era la señal que Chang estaba esperando: llevársela en el momento de la boda.
El día de la boda
Al llegar la fecha de la boda, con todos los invitados y el gran banquete, Chang entró de incógnito robándose a Koong See, pero además tomó una caja de joyas que el prometido Ta-jín había dado en prenda para su futura esposa.
Al fugarse los amantes, cruzaron el puente debajo del sauce desparramado, perseguidos por su padre el Mandarín; escena que se ve claramente en la loza en donde ella porta un rueca símbolo de virginidad, Chang con la caja de joyas, y el padre con un látigo en mano.
La leyenda asegura que los amantes, -una vez que lograron cruzar el puente- pudieron refugiarse en una pequeña casita en donde nadie los pudo encontrar, para después huir en una balsa hasta una isla arbolada.
Con las joyas compraron una casita en la isla y construyeron el hogar que tanto deseaban. Se dedicaron a cultivar la tierra y vivir felices.
Leyenda de la loza de Sanborns, amor eterno
Pero como en toda leyenda, no todo termina en un buen final, Chang era muy dichoso con su amada Koong See y decidió plasmar su historia de amor en un libro.
Ta-jin quien juro vengarse de la ridícula situación que pasó al momento de la boda, le llegó por casualidad el libro de Chang. Era el tiempo de su venganza y junto con sus aliados atacó el lugar y mató a Chang.
De tristeza y desesperación Koong See decidió actuar rápido antes de que se la llevara Ta-jín y fue cuando prendió fuego a la hermosa casita en donde resolvió no salir y morir en llamas para estar con su amado Chang.
En la loza podrás observar los dibujos de esta leyenda, ubicarás a los enamorados como dos palomas mirándose de frente, transformados por los dioses en aves y jurándose un amor eterno.
En tu próxima visita a algún restaurante Sanborns, platícale esta leyenda a tus invitados y más si se trata de tu enamorad@, quizá hasta se animen a comprar alguna vajilla como muestra de su lealtad. ¡Ah y recuerda! #NuncaDejesDeViajar