Curiosidades
Día de San Juan: ¿El inicio de la festividad de MUERTOS?
Un ritual de siembra de Cempasúchil, donde la vida y muerte se encuentran en medio de una hermosa tradición.
El día 24 de junio se celebra el día de San Juan Bautista, quien, según la tradición cristiana, fue quien bautizó a Jesús de Nazaret. Sin embargo, para los agricultores, el día de San Juan simboliza el inicio de las temporadas de lluvia, por lo que se considera como símbolo de presagio para una cosecha favorable.
De mano a mano: Una flor que perdura hasta el día de San Juan
Con un olor característico, y un color llamativo y deslumbrante, la flor de cempasúchil es, sin duda, la reina de todos los altares, por lo que, prescindir de su presencia sería una falta muy grave. Afortunadamente, las preocupaciones quedan en vano, ya que, desde el día de hoy, inicia su siembra.
Desde el 30 de noviembre del año pasado, los agricultores recolectan las semillas de las flores de los altares de esa fecha, con ayuda de una manta. Esas semillas se guardan durante casi 7 meses, y son descubiertas el día de hoy, para iniciar una nueva cosecha. Es decir, las flores de las nuevas generaciones son las flores de las generaciones pasadas, pasando de mano en mano.
Sembradas las semillas, las flores podrán ser cosechadas los últimos días de octubre, para así poder iniciar su distribución por el país.
Por otra parte, las flores de cempasúchil no nacen solas, ya que el Día de San Juan también se aprovecha para sembrar a su prima, la Manita de León (o Flor Terciopelo), una flor suave con tonos fucsias, que se levanta en los escalones más altos del altar.
Esta fecha también es ideal en la ganadería, ya que se comienzan a comprar y engordar a los animales que serán utilizados para preparar los platillos de Día de Muertos, como vacas, cerdos o guajolotes.
Una fusión de costumbres en el día de San Juan
Con la llegada de los españoles, no cabe duda de que la tradición de la siembra de cempasúchil se fusionó con la celebración del día de San Juan; esa coincidencia en fechas, y el simbolismo que comparten ambas culturas, refuerzan la importancia de este ritual, que dividen una visión indígena, una fe cristiana, y una gran identidad mexicana.
Saliendo de la Ofrenda
Y ya que conoces un poco más de la tradición del día de San Juan, no sobra más que esperar la cosecha, pero mientras esperas, te recomendamos algunos de los muchos usos que tiene esta endémica flor:
Infusión de Cempasúchil: aunque no lo parezca, la flor de cempasúchil tiene usos medicinales. Este año puedes secar y conservar algunos de sus pétalos para realizar infusiones, que te servirán durante todo el año para dolores digestivos, colitis, tos o resfriado.
Mascarilla de Cempasúchil: licuando los pétalos frescos de dos flores, y haciendo una pasta con miel, podrás crear una mascarilla para tu rostro, que tendrás que aplicar durante 15 minutos, una vez a la semana. Esta mascarilla ayudará a limpiar, relajar y proteger tu piel de arrugas, además de dejar un delicioso aroma.
Atole de Cempasúchil: licuando tres flores con leche, colándola y añadiendo maicena, podrás preparar un delicioso atole de cempasúchil, ideal para estos días fríos.
Recuerda que la siembra del cempasúchil en el día de San Juan no es solo una actividad agrícola, sino un ritual cultural de gran profundidad. Establece el comienzo del Día de Muertos, y representa el inicio de la vida y florecimiento.
¡Acompaña a México este 24 de junio en el Día de San Juan!
#NuncaDejesDeViajar
América
LUNA LUNA lleva el ARTE a New York
En 1987, al artista André Heller se le ocurrió una de las ideas más vanguardistas y extravagantes del mundo: un parque de diversiones intervenido por artistas.
“El arte debe presentarse en formas no convencionales y ser llevado a aquellos que no lo buscarían en entornos más predecibles“. Esta idea fue la que hizo que el artista austriaco, André Heller, concibiera una de las experiencias más fascinantes del mundo del arte: Luna Luna.
Luna Luna fue un parque de diversiones artístico donde artistas de la talla de Basquiat, Keith Haring, Salvador Dalí y Roland Topor diseñaron y crearon las atracciones. El parque se mantuvo abierto durante poco más de 4 años, hasta que, por supuestos incumplimientos de contratos, fue almacenado en contenedores en un rancho en Texas.
Rescatando el ARTE
35 años después, Drake, el rapero canadiense, junto con su firma de entretenimiento, rescató y restauró el parque, regresando sus artísticas atracciones de nuevo al público. Su reaparición inició en Los Ángeles… y ahora se llega, creando emoción en New York.
Esta exposición se vivirá a partir del 20 de noviembre en el centro cultural The Shed. Cabe recalcar que el uso de las atracciones no es posible, esto ya que se busca preservar las piezas, que, como imaginaras, son completas obras de arte, lo que convierte al antiguo parque en un museo.
¿Qué PODRÁS ver en LUNA LUNA?
Entre sus atracciones más aclamadas, encontrarás el Árbol Encantado de David Hockney, un cilindro que crea en su interior ramificaciones de luz…
La Capilla Nupcial de André Heller, donde los visitantes podían casarse con quien quisieran, siendo una de las atracciones favoritas de la exposición.
El Pabellón con Escenas Surrealistas de Roland Topor: una habitación llena de escenas surrealistas y música que genera incomodidad y pesadillas.
O la Galería de Tiro con Imágenes Políticas de Jörg Immendorff, donde los visitantes disparaban a vasos como acto de aniquilación que evocaba los restos de la Alemania de posguerra.
Son más de 30 atracciones de diferentes artistas de todo el mundo, que podrás conocer. Así que, si eres un amante del arte, de las ferias y la nostalgia, Luna Luna es el lugar perfecto para ti.
Puedes reservar tus boletos en su página web… y recuerda:
#NuncaDejesDeViajar
Asia
La BARBACOA mexicana triunfa en el LEJANO JAPÓN
La barbacoa oaxaqueña viaja hasta Japón, logrando ganar batalla en los paladares de las altas islas de volcanes de Hokkaidō.
En una visita a Oaxaca, México, el chef Marco Gurushia, quedó encantado con uno de los sabores más emblemáticos del país… la barbacoa. Las manos creadoras de este delicioso plato fueron Mimi con su restaurante al aire libre Maíz Cocina Tradicional.
El inicio de una AVENTURA
Meses después, Yu, uno de los amigos de Marco, lo contacto porque quería preparar barbacoa en Hokkaidō, y Marco, que aún tenía el sabor de la barbacoa oaxaqueña, se le ocurrió contactar de nuevo con Mimi… y fue así como inició esta reciente y asombrosa aventura.
Mimi viajó a Japón acompañada de su familia, algunos chiles, especias, una parrilla y dos comales de 42 centímetros, de los cuales solo uno sobrevivió al vuelo.
BARBACOA… solo a la MEXICANA
La preparación de esta deliciosa barbacoa duró dos días: el primero se dedicó a construir el horno desde cero: excavar el agujero, poner los ladrillos y cemento, y dejar secar mientras se realizaba una clásica verbena mexicana, con música, mezcal y cervezas.
El segundo día fue de cocinada, no sin antes echar la bendición con mezcal al horno, para que todo saliera bien. Conseguir los ingredientes faltantes en Japón fue todo un reto. La carne fue conseguida de un borrego de una granja local, y las pencas de maguey fueron mandadas desde otra ciudad.
Unas horas después de calentar el horno, y en presencia de todos, se pudo meter la barbacoa, para que tiempo después, chefs, artistas y amigos se citaran en Hokkaidō para probar la deliciosa creación que resultó un rotundo éxito.
Sin duda, esta pequeña crónica compartida por Mimi y Marco no solo representa un profundo amor por la gastronomía mexicana; si no también enaltece la curiosidad y cercanía que une y crea México más allá de sus fronteras.
Y como bien se dice por ahí… el único problema de la barbacoa es que se acaba demasiado rápido.
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Campeche
EDMUNDO RODRÍGUEZ, el héroe ANÓNIMO de la arquitectura mexicana
Si vives o viviste en la Ciudad de México, seguramente recuerdes o hayas visto alguna vez las bancas de Edmundo Rodríguez: enormes y pesadas piezas de concreto que, al día de hoy, aún se mantienen en pie en algunos espacios públicos de la ciudad.
Durante la década de 1970 en el Distrito Federal —ahora conocido como Ciudad de México—, se realizó un ambicioso programa de remodelación urbana, que consistía en embellecer y restaurar los espacios públicos de la ciudad. Para realizar esta dura tarea, se designó a un arquitecto, quien sería el encargado de diseñar el mobiliario urbano y de los espacios restaurados. Su nombre: Edmundo Rodríguez Saldívar, un joven arquitecto que se encuentra ausente en la historia de la arquitectura mexicana.
Edmundo Rodríguez y su huella en la CIUDAD
Como mencionamos antes, Edmundo Rodríguez es un nombre desconocido para muchos historiadores del arte y la arquitectura. Esto tiene que ver con que, a pesar de que ayudo y colaboro con arquitectos de renombre antes de terminar su licenciatura, dejó de ejercer casi a principios de 1980, para dedicarse, a lo que se piensa, fue el arte, convirtiéndose en un arquitecto olvidado.
Sin embargo, su trabajo no pasa del todo desapercibido. En el México de 1970, el arte contemporáneo y la arquitectura brutalista ganaron gran popularidad, y Edmundo Rodríguez supo utilizar esta inquietud.
Teniendo gran preferencia por la prefabricación y comodidad, Edmundo Rodríguez intervino con diseños de muebles de concreto en gran parte de las ciudades de México, destacándose por realizar bancas y juegos infantiles con un estilo que emanaba durabilidad, solidez, estandarización y neutralidad.
Como ejemplos, están las bancas y jardineras de la Plaza Concepción Cuepopan, las bancas campechanas en Campeche Nuevo, o las reconocidas bancas en el Parque Salesiano.
Un antiguo México VANGUARDISTA
Todos los diseños de Edmundo se muestran eficaces para solucionar problemas de mantenimiento, ergonomía y durabilidad, considerándose en ese entonces como vanguardistas y modernos, dependiendo del lugar donde se colocaron. Además, su realización era sencilla: consistía en moldes que eran llenados de concreto.
Claro que antes de retirarse, Edmundo Rodríguez participó en otras grandes obras, como el diseño del Deportivo Guelatao o el Deportivo Plateros. No obstante, su trabajo y obra en las bancas de los parques y jardines cambiaron para siempre la perspectiva de los espacios públicos, convirtiéndolos en lugares seguros, de descanso y encuentro dentro de la memoria colectiva.
Si visitas la CDMX y logras encontrar una de las bancas de Edmundo Rodríguez, no dudes en tomarte una foto con ellas. Y recuerda:
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