Hace unos días, en una reunión, de pronto alguien sugirió pasar ese fin de semana en un Pueblo Mágico cercano a la CDMX. Por lo que pasamos el fin de semana en Metepec.
Decidimos que no debía ser tan popular para poder descubrirlo juntos; así que después de considerarlo, elegimos este lugar en el Estado de México.
Fin de semana en Metepec
A la mañana siguiente justo a las 8:00 am salíamos con nuestras chamarras puestas para enfrentar el frío.
Éramos 5 personas en total subiendo al auto para arrancarnos hacia esta nueva aventura.
Un buen desayuno antes de continuar
Antes de tomar la carretera, pasamos por los rascacielos de Santa Fe, que se ven espectaculares en fin de semana cuando el tráfico es nulo.
Faltaba el desayuno, así que decidimos hacer una parada en La Marquesa, una zona boscosa famosa por sus puestos de comida a pie de carretera.
Nuestro fin de semana en Metepec
Una sopa calientita de hongos, unos sopes con frijol y carne recién asada en el comal, era justo lo que necesitábamos a esa hora para enfrentar el frío y el hambre.
De vuelta a la carretera, ya estando en contacto con la naturaleza boscosa en las laderas del Nevado de Toluca.
Más adelante encontramos la desviación para Metepec y después de las casetas pudimos llegar a nuestro destino mexiquense.
Llegando al Pueblo Mágico
Bajando del auto, ya en el centro, lo primero que nos sorprendió es que el pueblo tiene unas calles muy limpias y en su mayoría las casas son de un solo piso, con decoración típica colonial.
Ventanas de herrería, arcos y macetas florales en algunos balcones nos daban la bienvenida.
Como por instinto empezamos a tomar muchas fotografías y una que otra selfie. Estábamos inmersos en Metepec curioseando sin un rumbo fijo, pero fascinados porque todo era nuevo y encantador.
Un recorrido para todos los gustos
Andar por el pueblo es una experiencia muy buena cuando lo haces en grupo observando que cada uno tiene gustos o intereses distintos.
Así que si alguien deseaba un helado o un elote, ahí íbamos todos juntos entre risas y bromas.
Fin de semana en Metepec
Para ubicarse, vale la pena recorrer las calles antes del medio día ya que hay muy poca gente.
La mayoría de las familias desayunaban en los restaurantes y los comercios del centro los cuales apenas abrían sus puertas para recibir a los visitantes de fin de semana.
Artesanías de Metepec
Llegando a la plaza principal nos sorprendió el exquisito aroma a pan de pueblo y por inercia nos dejamos llevar por el sentido del olfato.
Después del tentempié nos encaminamos al quiosco de la plaza rodeado de pequeñas carretillas repletas de artesanías asomándose, todo un colorido regalo.
Comprando artesanía local
Cada quien empezó a ver lo interesante que se vendía por ahí. Unos veíamos las pinturas, otros figurillas de barro, otras las joyas.
Mientras tanto las monedas iban saliendo de nuestros bolsillos para pagar las obras de los artesanos.
Lugares visitados en nuestro fin de semana en Metepec
Dicen que para conocer un pueblo y sus costumbres, hay que ir a sus templos, así que pasamos al Ex Convento de San Juan Bautista de un hermoso color amarillo.
Su interior es algo sobrio pero hechizante, esto nos hizo pensar en cuál habrá sido el motivo para estar así, con un aire de olvido.
Vimos ahí mismo la impresionante construcción, el claustro y los altares llenos de arte sacro.
Lugar de tradiciones y leyendas
Mientras tomábamos fotos, un señor se nos acercó y nos preguntó si estábamos interesados en el recorrido de leyendas que se hacen los fines de semana.
Nos recomendó acercarnos por la noche junto a la fuente de La Tlanchana en donde comienza el tour.
¿Y de comer?
Después de una buena caminata, buscamos la opción para comer y alguien nos recomendó ubicarnos sobre la calle Hidalgo, ahí está la zona de restaurantes, elegimos uno.
Para ese momento ya traíamos algunas compras encima y la platica en la mesa se basaba en presumir qué tan buenos somos para escoger souvenirs.
Fin de semana en Metepec
Lo mejor de la comilona fue que cada platillo típico que iba llegando a nuestra mesa era mejor que el anterior.
Como la sopa de tortilla y el chamorro de cerdo en coloradito. Terminamos con la panza satisfecha y el corazón más que contento.
Artesanías y souvenirs por doquier
Para bajar la comida y evitar el famoso mal del puerco, entramos al Museo de Barro para ver toda la labor que hacen artesanos con este material.
A un par de amigos les encantó el Árbol de la Vida, artesanía única y llena de color que simboliza mucho para los habitantes de Metepec.
Muchos dicen que este tipo de piezas han cruzado fronteras y son altamente cotizadas en el extranjero debido a su belleza.
Arte hecho en barro
A mí en particular me fascinó el trabajo que se hace con las cazuelas de barro y las ollas labradas de una manera impecable.
Ahí mismo pude conocer la cazuela más grande del mundo que presume un Guinnes Record.
Ya entrado el atardecer, de repente vimos cómo el pueblo se iba iluminando por el alumbrado. Caminamos hacia la Iglesia del Calvario que se encuentra en la cima del parque municipal o cerro Metepec.
Vista de postal
Esta pequeña capilla con sus jardines y sus escaleras cruzadas son un reto para la condición.
Valió la pena hacer el esfuerzo de subir y disfrutar desde la cima, la maravillosa panorámica del pueblo.
Ahí estuvimos sentados en una banca sin decir nada guardando en la memoria esta estampa de México.
Muchas compras en nuestro fin de semana en Metepec
Al caer la noche pasamos a las galerías de arte, encontramos árboles de la vida en tamaño miniatura y decidimos llevar algunos como souvenir para nuestras familias.
También en las banquetas muchos comerciantes salen a vender bufandas de lana tejida y artículos de madera muy bonitos.
Y ¿Qué crees? También nos llevamos unas cuantas antes de tomar el tour de leyendas.
Una mañana encantadora
Después de unos tragos en uno de los barecitos del centro y una cena a base de antojitos, nos hospedamos en un hotel en el centro.
Amanecer en un pueblito es algo que debes hacer, el despertar con el canto de los pájaros y con un desayuno calientito es algo que debes agradecer, sobre todo en compañía de tus amigos.
Mercado de artesanías en Metepec
Antes de regresar a la Ciudad de México pasamos por el mercado de artesanías, un lugar encantador en donde cada puesto es como una caja hexagonal de cristal.
Desde afuera puedes apreciar lo que venden y así vas decidiendo que te gustaría llevar: arboles de la vida, alebrijes, jarrones, angelitos, entre muchas otras obras de barro.
Metepec es el pretexto ideal para pasar el tiempo entre risas o bromas, comer delicioso y pasar un fin de semana.
Disfruta de este pueblo mágico y recuerda #NuncaDejesDeViajar.