Fui a conocer la Ruta del Vino con Club Premier, pero de una manera especial, de esas que jamás podrían pasar en un viaje.
Si yo te contara lo que acabo de vivir, pensarías que estoy exagerando las cosas. Pero acabo de regresar de un viaje por Ensenada, Baja California, que me ha dejado literalmente con el mejor sabor de boca.
Ya me habían dicho en algún momento que las experiencias de viaje eran completamente así: diferentes, divertidas y llenas de sorpresas.
Así iniciamos en esta Ruta del vino con Club Premier
Entonces me apresuré a acumular mis puntos de Club Premier para ser uno de los pocos afortunados en asistir a este viaje por el mundo del vino que te voy describir a continuación.
La Ruta del Vino me esperaba en el Valle de Guadalupe así que me uní al grupo de socios de Club Premier para viajar a Tijuana.
La recepción en el aeropuerto de la Ciudad de México fue increíble, caminé por una alfombra roja como si fuera yo una celebridad de Hollywood.
La amable atención de los integrantes de Club Premier, incluyendo al fotógrafo, fue especial, ya nos esperaban con el itinerario y paquete de souvenirs para darnos la bienvenida.
Mientras subía al avión sabía que la magia comenzaba en esta. El equipo de Club Premier nos sorprendió al brindarnos una degustación tipo cata de vino con maridaje, aquí comenzó la Ruta del vino.
Toda una experiencia complementada
Nos invitaron jamón serrano y un par de quesos. Me pareció interesante identificar los aromas de las uvas Chenin Blanc y Tempranillo oliendo y percibiendo ingredientes dentro de unos especieros.
Como el viaje era un tributo al vino, estuve acompañado en todo momento de productos hechos por vinícolas mexicanas que sorprendían mi paladar y hacían del trayecto una experiencia de sabores y aromas entre las nubes.
De camino a nuestro destino, Ensenada nos esperaba para presumirnos una tierra llena de bondades culinarias y viñedos que pacientemente han crecido en un clima semidesértico, habría mucho que aprender y probar.
Pero mientras, mi mente se perdía disfrutando de la hermosa “Escénica”. Una carretera que bordea el mar Pacifico y abraza las tierras mexicanas a través de su olas, provocando así un espectáculo difícil de olvidar.
Todavía recuerdo ese mar lleno de reflejos del sol y un aire cálido que te enchina la piel. Esta Ruta del vino con Club Premier nos deleitaba con cada detalle.
Disfrutando al máximo el paraíso langostero de México
Una comida glamorosa nos esperaba al caer la tarde, llegamos al restaurante La Casa de la Langosta. Los aromas a mar se respiraban ya en nuestra mesa.
La anfitriona del lugar, Susana Plascencia, nos platicó que este fue el lugar en donde se originó el famoso estilo de preparación de langosta que le da fama a Puerto Nuevo, paraíso langostero de México.
La velada comenzó con unas empanadas de marlín, ¡deliciosas! Después dimos paso a probar una crema de almejas acompañada de un refrescante vino Chardonnay Santo Tomás 2014.
Este elevaba los sabores de esos dos primeros platos. Todos los socios estábamos animados de vivir una fiesta llena de sabor.
La estrella del lugar, la langosta, llegó decorada con frijoles, arroz, salsa mexicana, tortillas de harina y la característica mantequilla derretida. ¡Sin lugar a dudas fue una comida inolvidable!
Miramar, la primer bodega de Ensenada en esta Ruta del vino de Club Premier
Los integrantes de Club Premier estuvieron atentos a consentirnos en todo momento. Para refrescarnos, nos llevaron al hotel, el Coral & Marina de Ensenada, un maravilloso resort lleno de detalles.
Pero el día no terminaba aquí, me apresuré para abrigarme bien para continuar con el tour. Nos esperaba Miramar, una bodega vinícola majestuosa que nos recibiría con luces tenues y más copas de vino.
Hicimos una breve e interesante visita por lo que fue la primera bodega vinícola del Valle de Guadalupe y curiosamente hizo explotar mis sentidos.
En el lugar había exhibiciones de artistas locales en donde destaca el arte indígena. También estaban ahí formando parte del escenario unas barricas antiquísimas.
Pero una cava con vinos premium fue la grata sorpresa de la noche, estaba aprendiendo inmerso en el mundo del vino.
Un maridaje más
Eran ya las 10 de la noche y pensábamos que iríamos a descansar, pero al salir, una nueva sorpresa nos esperaba. Una zona de mesas, velas y músicos “Méxicubanos” ambientaban lo que sería nuestra cena.
Los anfitriones anunciaban una cata de vino, quesos y moles oaxaqueños. El halo de ese mole hirviendo y los quesos llenaban mis pulmones con deliciosos aromas a los cuales no me iba a resistir.
Así que todos le entramos con gran alegría a pesar de la comilona que habíamos tenido por la tarde.
En total: siete vinos, siete quesos y siete moles nos dieron momentos agradables mientras charlábamos y descubríamos los aromas y sabores de nuestra mesa.
Estos momentos hicieron de una velada, toda una experiencia culinaria. Después de ese día llegué a descansar al hotel, ¿Cuál fue la sorpresa? ¡Más obsequios!
El mejor final para un día lleno de sorpresas
Lociones, chocolates, vino y accesorios encontré en mi habitación. ¡Qué viaje tan enriquecedor y especial!
Me recosté en la cama y al empezar a dormir, recordé con una enorme sonrisa: Este es mi primer día de una Experiencia Premier en esta Ruta del vino.
Te dejamos el link del segundo día y también del último día de este gran viaje. Si aún no estás acumulando tu puntos de Club Premier para disfrutar de esta Ruta del vino, inscríbete aquí. Recuerda, #NuncaDejesDeViajar.