Las representaciones prehispánicas de seres extraordinarios como serpientes, caracoles, aves y jaguares han formado parte de un legado cultural mexicano. Un claro ejemplo es el Xoloitzcuintle, perro mexicano.
Animales vivos eran adorados como seres divinos y fueron plasmados en glifos, templos y estelas bajo distintas técnicas de labrado, pintura o esculturas.
¿Sabias que la figura de un perro también representaba la compañía divina a gobernantes y sacerdotes en el camino entre lo terrenal y el mundo de los muertos?
A lo largo del país existen aún estos perros llamados Xoloitzcuintles y se pueden ver en museos, casas o albergues y visitarlos para convivir con tan singulares mascotas.
¿De donde sale el Xoloitzcuintle?
Algunos documentos mencionan que en la antigüedad los animales domesticados eran enviados de los dioses para estar cerca de los humanos y cuidarlos.
Otras versiones mencionan que eran los mismos animales quienes personifican a las deidades en el plano material.
Así es como se le conoció; “Perro (Itzcuintli) extraño (Xólotl)”, y a su vez este significado tiene relación con Xolotl, el dios gemelo de Quetzalcóatl cuya representación se relaciona con la muerte y lo desconocido.
Concepto que hasta el día de hoy tenemos sobre este animal; pero recordemos que para nuestros ancestros y según nuestras tradiciones la muerte es simplemente estar en otro lugar sin sufrimiento.
Un noble perro ceremonial
Los perros también ayudaban a los aztecas a atravesar el Mictlan, un escenario fabuloso rodeado de obstáculos para llegar finalmente al inframundo y convivir con los dioses.
Por ello eran enterrados junto a sus dueños. Los animalitos fueron venerados por ser fieles a sus amos en el lecho de su muerte, y por tal motivo andaban libres y eran muy queridos.
Pero también esta la otra parte menos espiritual, el perro era consumido por los aztecas ya que era un alimento elevado en proteínas.
Su carne era deliciosa y se ocupaba en platillos principales, se preparaba como cualquier ave de corral, con maíz y a veces con pepitas de calabaza.
¿Dónde vemos un Xoloitzcuintle?
El Xoloitzcuintle, raza canina ancestral y de origen mexicano, ha sido formada y protegida por ininterrumpidas generaciones de adoración, relación y crianza por parte de sus dueños.
Su figura la encontramos plasmada en las distintas artesanías mexicanas como vasijas, esculturas y tejidos demostrando con ello que este perrito a estado entre nosotros con el paso del tiempo y es parte de nuestra cultura.
Lo cierto es que hoy en día los Xoloitzcuintles son una raza venerada por adultos y por ancianos. Mas en poblaciones del Distrito Federal y en algunas zonas de Jalisco, Baja California y la Península de Yucatán.
Un poco de historia…
Frida Kahlo y Dolores Olmedo criaban a estos perros, parte de la museografía de estas dos artistas, contiene fotografías, e inclusive en el patio de Xochimilco de “Lola” podemos encontrar a estos juguetones.
Con más de 5 mil años lo de menos es considerar esta raza como parte de nuestra mexicanidad
Entonces ahora imagínate tenerlo como una mascota moviendo la colita, sacando la lengua mientras camina junto a ti por las calles de la ciudad.
Hace unos pocos años estuvo al borde de la extinción, por ello te invitamos a ayudar a su preservación y a su desarrollo quizá adoptando a uno, para que así los Xolos sigan regalándonos sonrisas y una excelente compañía.
Por cierto son excelentes compañeros de viaje y es por ello que te recordamos, #NuncaDejesDeViajar