Todos los días, la historia de la CDMX se reescribe. Amanece y tal parece que la rutina de ir a la escuela para los niños comienza distinta; las amas de casa cuando llegan al mercado encuentran todo listo para la vendimia.
El trafico está presente mientras que los boleros limpian el calzado para que los oficinistas lleguen a tiempo a su trabajo.
Pero no creas que esto es un sufrimiento, al contrario, también hay momentos de esparcimiento: tomar un café con los amigos, salir de compras, hacer ejercicio, jugar en el parque, entre otros.
Un día normal en CDMX …
La ciudad tiene movimiento. Mientras algunos visitan los canales al sur, los edificios en construcción avanzan hacia el cielo y los comercios atienden de manera normal.
Y qué decir del transporte; autos, bicicletas, metrobus, triciclos y metro, son solo algunas de las opciones en donde se trasladan los personajes que tienen una historia que mostrar.
Parece curioso, pero entre todo ese hormiguero de gente, te puedes sentir especial. EL día transcurre como cualquier otro, los animales del zoológico están acostumbrados a las fotos.
¡No solo se vive de día!
Los museos, parques, bibliotecas y comercios van cerrando sus puertas conforme cae la noche para darle paso a la vida nocturna de los bares y restaurantes.
Es entonces cuando la ciudad se ilumina y se pinta de colores para el romance o el baile de salón. No todo en la CDMX es rutina también es diversión.
Así pasa cuando no conoces una ciudad, te puede enganchar con tan solo ver sus colores, personajes, escenarios y comida. Solo necesitas: 24 horas.
Recuerda #NuncaDejesdeViajar