Valle Sagrado, el Perú que no conoces

Cerca de Cusco, existen otros sitios que van tomando auge debido a su importancia histórica, cultural y natural, entre ellos destaca el Valle Sagrado una importante zona que podrás visitar en un tour de un día.

Todos los viajeros que deseamos conocer Machu Picchu hacemos toda una travesía para llegar a la ciudad de los antiguos Incas.

Son varios los sitios o pueblos antiguos que se pueden visitar y son parte del Valle Sagrado, que se extiende por el río Urubamba, una zona de tierra fértil y clima agradable.

Chincheros, conociendo el Valle Sagrado

Sí, requieres de varios días para conocer poblaciones como Pisac, Calca, Lamay, Urumbamba y Ollantaytambo.

Ahora te recomendaremos otra parte de este valle, un hermoso camino lleno de terrazas, centros ceremoniales, cultura viva y cultivos agrícolas que podrás disfrutar en una travesía de un solo día.

El tour comienza en el Pueblo de Chincheros a 30 kilómetros de Cusco, este lugar de origen inca era camino obligado para ir hacia Machu Picchu.

Ahí en el Valle te recibe el Nevado Chicón que significa “Hombre Valiente” en dialecto quechua sinchi.

Chinchero es el hogar de varias comunidades indígenas que aún mantienen la forma de vida social como sus ancestros los ayllus, con una máxima autoridad, una agricultura basada en el cultivo de la papa y un comercio que se mantiene gracias al trueque.

Un antiguo pueblo inca

Se puede notar el trazo urbano de los incas gracias a su sistema de construcción a base de piedras monolíticas o poliedros ensamblados a la perfección; son los restos de un palacio en donde hoy solo hay vestigios con muros de grandes dimensiones.

Arriba de la base de piedra se erigió una hermosa iglesia que mantiene el sincretismo religioso de la zona.

Obras de arte, cruces, santos, muebles y altares barrocos se mantienen firmes a pesar del paso de los años y la humedad.

En este lugar tan frágil se prohíbe tomar fotografías, pero la visita es realmente encantadora.

Afuera del atrio de la iglesia se encuentra la plaza en donde las mujeres tejedoras y alfareras brindan sus magníficas obras de arte al turismo.

Sin lugar a dudas, es una estampa peruana para los amantes de la fotografía.

Además de la gran cantidad de tiendas de souvenirs, en Chinchero podrás asistir a una muestra de cómo se elaboran los textiles de lana en alguno de los talleres ubicados en el pueblo.

Vale la pena ver cómo el proceso de teñir con pinturas naturales y el bordado en telar de cintura, es una tradición que se conserva.

Terrazas de Moray

La visita continua con la llegada a Moray, otro sitio arqueológico famoso por sus colosales terrazas concéntricas.

Era inusual este tipo de construcción a manera de anfiteatro, pero obedecían a cierta utilidad: mantener y medir alrededor de 20 microclimas que aseguraban la producción agrícola del imperio inca.

Estas terrazas en forma de embudo, son cuatro y tienen una profundidad de hasta 45 metros y cada anden es de casi dos metros de altura.

Ahí se cultivaban distintos tipos de plantas y hortalizas a través de un sistema de irrigación que funcionaba con las lluvias.

Algunos estudios informan que las terrazas de Moray fungieron también como observatorio astronómico debido a las sombras y a la luz solar.

De acuerdo a las investigaciones se lograron cultivar hasta 250 especies de vegetales que ayudaban a la población a mantener sus cosechas en épocas de sequía.

Se han encontrado alrededor de 8 tipos de papas como parte de su dieta diaria.

Las terrazas de Maras

Al seguir con el recorrido, toca visitar otra zona de cultivo, pero de la época colonial. Se trata de la Salinera Maras, una serie de pozas construidas para la producción de la sal orgánica.

Son alrededor de 5 mil estanques que sirven para capturar el agua que entra de las montañas.

El escenario es encantador sobre todo cuando el color blanco brilla en medio de las verdes montañas al momento que llega la luz del sol.

Estos estanques de sal fueron construidos por el hombre y actualmente es la fuente de trabajo de más de 450 familias.

En una visita a esta salinera se puede entender más acerca de esta industria y conocer datos curiosos, por ejemplo, por cada poza de 5m2 se puede generar hasta 100 kilos de sal al mes.

Esto se debe a que, por cada litro de agua, el 70 % del líquido es salado. Este producto que se exporta se le conoce como Sal de Cordillera y se encuentra en color blanco y rosado.

A 10 kilómetros se ubica el pueblo de Maras, fue muy importante en la época virreinal, aún se conservan casas de adobe con paredes blancas, techos y ventanas color azul, así como calles de piedra y barro.

Aguascalientes, la entrada a Machu Picchu

Saliendo de Cusco y continuando en el Valle Sagrado los viajeros deben llegar a Ollantaytambo, ciudad antigua que guarda vestigios de una fortaleza inca como terrazas, templos y fuentes que fueron saqueados.

Esta población es el centro de reunión para todos los viajeros que entusiasmados llegan a la estación de tren con destino a Aguascalientes, lugar de entrada a Machu Picchu.

El tren de pasajeros es toda una aventura, sobre todo si se escoge aquel de grandes ventanales para admirar las montañas, los campos y el río que corre por el cañón durante todo el camino.

Después de un lapso de 1:30 hrs, el tren llegará a Aguascalientes, lugar a donde arriban todos los viajeros y punto de entrada a Machu Picchu.

Lo recomendable es quedarse una noche en cualquiera de los hoteles para conocer el pueblo, comprar algún textil, tomarse un pizco y acostumbrarse a la altura.

Al siguiente día por la mañana, se tendrán bastantes energías para caminar y disfrutar la zona arqueológica de Macchu Picchu, “la Vieja Montaña” con los primeros rayos del sol y para cargarse de energía.

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