Llévate una sorpresa con estas minas naturales de color blanco y sorpréndete con el trabajo de los mineros que ha trascendido a través de generaciones. Si quieres ser testigo de esto te recomendamos visitar Salineras de Maras en Perú.
¡Visita Perú!
No hay viajero en el mundo que no sueñe con visitar Perú, si tú eres uno de ellos no caigas en la trampa de creer que en este maravilloso país sudamericano solo existen las ruinas de Machu Picchu.
Eso es tan solo una prueba de lo que tiene este increíble país.
De hecho, hay una gran oferta cultural, natural, turística y recreativa para que llenes tus días de diversión y descanso.
Una de esas paradas imperdibles que siempre recomiendo en la zona de Cuzco, son las salineras de Maras.
Salineras de Maras en Perú
El trayecto desde Cuzco a Maras es de apenas una hora, sin embargo en mi viaje, no pude resistir la tentación de caer profundamente dormida en el asiento trasero del automóvil.
Únicamente me desperté cuando el taxista se detuvo y nos indicó que podíamos bajarnos para poder apreciar las salineras desde lo alto, fue así que un golpe de aire frío pego en mi rostro, mientras yo bajaba mi vista atónita hacia donde se localizaban.
Las Salineras de Maras son minas en pleno funcionamiento, su explotación es tan antigua como el mismo imperio de los incas y es el sustento económico para su población desde hace siglos.
Incluso, la tradición se ha heredado por generaciones, ya que su funcionamiento depende de toda la comunidad.
El nombre en quechua es, Kachi Raqay y la salinera está compuesta de más de cinco mil pozas de 5m2 cada una aproximadamente.
Me sentía tan hipnotizada por su belleza que no me di cuenta que el sol empezó a ocultarse lentamente, y para cuando me percaté de lo que sucedía tuve que correr antes de que luz huyera y desapareciera ese sueño sin antes haberme aproximado a estas piletas de sal.
Maravillas de la naturaleza
Cuando por fin pude acercarme a alguna de las pozas, entonces una felicidad gigantesca se apoderó de mí ser.
Siempre he sentido una genuina pasión por la naturaleza, y aunque esta maravilla este intervenida por el hombre lo hace de una forma respetuosa, de la misma manera en que los incas trabajaron la tierra desde hace siglos.
En momentos me recordaba a Marruecos, esa ocasión en la que tuve la oportunidad de visitar a las curtidoras de la ciudad de Fez con sus pocitas semicurvas llenas de tintes de colores.
Solo que en este caso su contenido era blanco, y eso de alguna manera las hace ver puras y limpias.
El proceso es muy simple, el agua corre y se filtra en las pozas sobre las cuales se evapora con los rayos del sol, provocando que después de un mes broten los cristales de sal gruesa que serán cosechados tras alcanzar 10cm de altura. y así el proceso se repetirá una y otra vez.
El viaje continúa…
En mi viaje por este bello y encantador lugar, la luz se fue ocultando poco a poco y con ella, mi sueño.
Después de unas cuantas fotos, corrimos rápidamente hasta el auto para que nos deje en Ollantaytambo, un destino cercano donde tomaríamos el tren camino con destino a Aguas Calientes para trasnochar y partir muy temprano a Machu Picchu.
Los regalos que nos da la naturaleza son tan bellos y distintos uno del otro, que no nos alcanzaria la vida para conocerlos todos.
Y bajo esa idea te invito a que te atrevas a dar un paso más allá de los destinos comunes y te dejes sorprender porque los sueños que a veces formamos con la mente, quizá se pueden hacer realidad.
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Recuerda que para conocer este y mas lugares, #NuncaDejesDeViajar.