San Miguel de Allende tiene el privilegio de ser reconocida como la mejor ciudad del mundo, lo que la convierte en un destino único y fabuloso.
Visitarla te da la oportunidad de conocer los sitios emblemáticos que la convirtieron en Patrimonio Mundial, pero también guarda algunas sorpresas que esperan ser descubiertas.
¿Sabías que en San Miguel de Allende hay por lo menos 12 viñedos?
Todos tienen un encanto especial que los hace una buena alternativa a los de Querétaro y Zacatecas, pero en esta ocasión hablaré de uno en particular: Vinícola Toyan.
Vigilantes de las uvas
Vinícola Toyan, que significa “donde nace el conocimiento”, es un lugar que destaca por su misticismo.
Monjes, gárgolas, ángeles y árboles con rostros protegen cada rincón de las 68 hectáreas de cultivos orgánicos del único viñedo que produce vinos de crianza en el país.
Al hacer el recorrido en la cava subterránea de Toyan, cuya decoración tiene tintes prehispánicos, verás que exhiben un meteorito al inicio del recorrido que sirve para canalizar la energía dentro del lugar.
En la semioscuridad podrás percibir la humedad, el aroma a barrica, característico de estos sitios, y el silencio que predomina en los 14 metros de profundidad del recorrido.
Sabores acompañados con vino
La michoacana Martha Molina es la propietaria de Vinícola Toyan. Mujer apasionada por el campo y con una sazón espectacular.
Ofrece a sus visitantes platillos preparados con vegetales y hortalizas orgánicos de su propio terreno, dentro del restaurante del viñedo, abierto de miércoles a domingo.
Los sabores de las delicias gastronómicas de la cocina guanajuatense como la vitualla (un guiso de bodas).
Las tortitas de quelites y las salsas asadas y molcajeteadas, van de la mano con los vinos de crianza de Toyan. Para cada platillo se sabe qué vino marida perfectamente.
Hay dos vinos en particular que te sorprenderán: Uno es Mar de Nexus (70% Cabernet Sauvignon, 30% Merlot), es un vino tinto ensamble 2011 con aromas a tierra, madera y caramelo que estarán presentes en tu paladar.
El otro es Anuk (20% Chardonnay, 80% Sauvignon Blanc), es un vino blanco considerado como vino de aguja por tener pequeños toques de gas carbónico.
Catar este vino es una delicia y si lo acompañas con quesos, la experiencia es inmejorable (tiendas como la Vía Orgánica o el TOSMA, Tianguis Orgánico de San Miguel de Allende, ofrecen gran variedad de quesos y lácteos).
Actividades en vínicola Toyan en Querétaro
Cada año, Vinícola Toyan realiza la vendimia en una fiesta que dura más de 6 horas.
Entre conciertos, degustaciones de platillos típicos, recorridos por el viñedo, pisa de uvas y el clásico ritual de protección para el campo por parte de chamanes, son algunas de las actividades que se llevan a cabo.
Además de la fiesta anual de la uva, hay otras actividades que puedes disfrutar.
Por medio de reservaciones en su página web, podrás sembrar semillas para colaborar en este viñedo orgánico, manejar un tractor, pasear por el casco antiguo de la vinícola y hacer catas con los enólogos.
Los niños podrán aprender sobre la sustentabilidad que requiere un terreno 100% natural y decorar las macetas que hayan sembrado.
Vinícola Toyan ofrece ser el anfitrión de tus eventos especiales; cuenta con el Salón Cofradía, un área con mesones y decoración medieval, donde podrás realizan catas colectivas o eventos hasta para 100 personas.
Pero si lo que quieres es un momento romántico con tu pareja, la vinícola te ofrece la cava como espacio ideal para proponer matrimonio.
Una cena bajo una tenue luz azul y rodeados de barricas hará que ese momento sea irrepetible.
Es momento de descubrir todo esto por ti mismo y ser testigo de un viñedo con estilo y un peculiar concepto.
En el cual los vinos jóvenes no están permitidos y la cosecha de la vid se realiza sólo por mujeres que están en armonía con Pachamama (la Madre Tierra).
Martha Molina dice: “Es importante que la vida te lleve a dónde ella quiera”, y creo que la vida te llevará más seguido a San Miguel de Allende para vivir esto y muchas cosas más. Conoce más en vinicolatoyan.com
#NuncaDejesDeViajar