La cocina tradicional se basa en alimentos básicos como frijoles, maíz, chile, garbanzo y un sinfín de plantas locales. Las tortillas ceremoniales son el pan de maíz de nuestros antepasados. Hoy en día vuelven a tomar su lugar en la mesa de toda celebración y por eso llegaron para quedarse.
De hecho, hay ciudades y pueblos que han cubierto a las culturas vivas que habitaban en ellos, para después quedar en el olvido, poblaciones enteras heredaron grandes secretos que poco a poco se revelan para sorprendernos con sus tradiciones.
Otomíes orgullosos de su cocina tradicional
Tal es el caso de “El Llanito”, un lugar en medio de Dolores Hidalgo, (Pueblo Mágico en Guanajuato), en donde persiste una comunidad Otomí que busca conservar su legado de unos 400 años de antigüedad.
De entre todos los alimentos que puedes probar destacan unas tortillas características de las festividades otomíes, alimento a base de maíz que es parte de la dieta de cualquier mexicano, pero en esta comunidad tienen la particularidad de tener figuras y colores.
¿Qué son las tortillas ceremoniales?
Se trata de una tortilla gigante y delgada que una vez pre cocida en el comal y antes de voltearla e inflarse, debe pasar por un sello de madera previamente pintado con tintes naturales. Una vez que se fija el sello en la tortilla para que tome el color y la figura, se retira y regresa al comal para terminar de cocerse.
Se trata de estampar el arte otomí en los alimentos de una manera rápida y sin complicaciones; Las figuras son variadas con diseños que van desde la fauna de la región como: coyotes, pájaros, conejos o venados, hasta imágenes religiosas como escudos, santos o alguna cruz antigua.
Estos sellos están hechos de madera de árbol de mezquite o de patol (ese que da los frijolitos rojos) y normalmente son los hombres quienes tallan este instrumento de cocina. Por su parte, son las mujeres quienes los heredan de generación en generación.
Sellos antiquísimos
hay familias que conservan celosamente los sellos hasta por más de cien años; estos tienen forma de una paleta de madera. Después de utilizarlos, se lavan y se dejan secar bajo la sombra o curarlos con ruda.
Debes saber que la tinta de las tortillas es vegetal y los distintos colores se obtienen de ingredientes que la naturaleza ofrece desde épocas remotas, por ejemplo, el verde se obtiene de la espinaca, la acelga o la alfalfa.
El morado es el resultado de machacar una planta local llamada muicle; el color amarillo se logra del famoso cempasúchil, el rojo del betabel, el cual también en menos cantidades, se puede tornar a un color rosado.
Comúnmente las tortillas con sello o ceremoniales no son parte de la dieta cotidiana, se preparan en eventos especiales como bodas, ceremonias, fiestas patronales o en muestras gastronómicas organizadas por la propia comunidad.
Son más grandes de lo normal y se venden por docena o cuarterones (un kilo más 400grs.)
¡Qué banquetes!
Recién salidas del comal son el alimento ideal para acompañar al arroz, al mole, guisados con garbanzos, sopa de jamaica o una rica sopa de verduras.
También se hacen taquitos de chicharras, insecto previamente empanizado o capeado, conocido también como “pedorras”.
Un encuentro directo con esta comunidad otomí, es descubrir que tiene una cultura fascinante que a pesar del tiempo y la mancha de la modernidad, sigue viva y guarda celosamente todas sus tradiciones. ¿Te animas a viajar?
Tour para convivir cocineras tradicionales
No te pierdas asistir este 1 y 2 de septiembre de 2018, un tour por las Cantinas de José Alfredo Jimenez para solteros; ahí tendremos un encuentro con las cocineras tradicionales porque van a preparar tortillas y guisados para ti; Mándanos un WhatsApp al 55-1800-7054. Más info y reservas del tour aquí.