Estando en dos ruedas descubrí Austin por un recorrido en bicicleta desde diferentes aristas: el ambiente musical, jovial y fiestero. Las tribus urbanas y un rostro natural e histórico que guarda celosamente esta ciudad multifacética.
Por la bici no te preocupes.
Lo primero que hice cuando llegué a la capital de Texas fue acercarme a B-Cycle, un sistema de bicicletas en renta que están distribuidas en muchas esquinas de la ciudad.
Con un mapa en la mano, y mi mochila en los hombros comenzó una aventura. Que me permitió conocer diferentes rostros de la Capital Mundial de la Música en Vivo, Austin.
Ajusté mi manubrio y comencé mi recorrido en bicicleta por Austin para pedalear hasta Sixth Street District. Una enorme calle en la que se imponen casonas antiguas con aires del Viejo Oeste –casas que hoy son restaurantes, y antros–. En esta famosa avenida vibra el alma de Austin, Texas.
Son apenas las 11:00 am, y ya se escuchan algunas bandas de rock, country, pop o metal tocando en los bares de fachadas añejas. Sin duda, este perímetro –ubicado en el área central de la ciudad– es el corazón del entretenimiento y la diversión.
Una raya mas para un tigre.
Dentro de los comercios de esta vivaz avenida, destacan locales de tatuajes –la mayoría de la gente trae grabado un dibujo en la piel–. Es tanto el furor que yo estuve a punto de hacerme uno pero me detuvo el miedo. Aunque la verdadera moda es que te tatúes todo el cuerpo, tanto que incluso se ve extraño aquel que no trae ninguno o sólo uno.
En mi recorrido en bicicleta por Austin, quedé sorprendida, en mi vida había visto tantas tribus urbanas de un sólo golpe. Hipsters, hippies, punks, rockeros y muchas otras subculturas conviviendo.
Sus looks y vestimentas no sólo van acorde a las corrientes a las que pertenecen, muchos se visten de una manera muy extravagante y poco común. El slogan de la ciudad lo dice todo: “Keep Austin Weird“, que significa mantén raro a Austin.
Mientras observaba el panorama de Austin en bicicleta vi de frente la escultura de una guitarra. Estas obras artísticas expresan el alma musical de la capital texana, y alrededor de toda la ciudad existen 48.
El récord entre los habitantes es tomarse fotos en todas ellas. Conocí a Brad, un chavo que llevaba 46, yo sólo me la tomé en dos pero segura volveré.
Austin, bicicleta, música y comida… piénsalo.
Mi siguiente parada fue en South Congress, una avenida con una gran oferta de restaurantes con terrazas al aire libre y con más música en vivo. Es este sitio también hay una infinidad de food trucks, camiones decorados y acondicionados que venden comida de paso.
Hay muchas que ofrecen las costillas a la barbecue, el platillo típico de la ciudad. Me frené a comer en uno y pedí una torta de cerdo ahumado ¡una delicia!
Este barrio, también conocido como SoCo, es muy alternativo. Se caracteriza por las boutiques de diseñador. Tiendas con objetos raros o de segundo uso, bares y tiendas de botas vaqueras.
Más tarde en mi recorrido en bicicleta por Austin, me dirigí a Hike & Bike Trail. Un sendero destinado para ciclistas que bordea el Lady Bird Lake, una reserva del Río Colorado. Esta zona arbolada te permite admirar Austin desde una perspectiva mucho más natural y serena.
Detengamos un momento el recorrido en bicicleta por Austin, y vamos a remar un rato.
Mientras pedaleaba me alegró descubrir Barton Springs Pool, unas pozas alimentadas por manantiales. El color cristalino de sus aguas fluye a lo largo de piedras calizas en las que la gente se asolea.
Frente a las piscinas hay un aparcamiento de bicis, así que no lo dudé ni un segundo –y aunque no traía traje de baño– metí mis pies para relajarme. Alrededor del área hay una cabaña en donde rentan canoas para hacer kayak y así recorrer el Colorado.
Subí a una que me condujo hasta el cause principal del río. Gracias a la mezcla de los árboles y los edificios que se levantan a orillas de esta belleza natural contemplas la ciudad de abajo hacia arriba.
Observas los cansados puentes e imponentes construcciones como el Frost Bank Tower, un rascacielos que basó su simetría en la figura de un búho.
Este recorrido en bicicleta por Austin esta llegando a su final. Una vez que bajé del bote me dirigí a toda velocidad a Palmer Events Center. Un centro de convenciones con un espectacular mirador que te regala el mejor rostro de la capital de Texas.
Desde este punto son visibles las construcciones modernas y de alto diseño. Además de pequeños lagos y áreas verdes en las que frenamos un momento para respirar aire fresco.
La arquitectura en Austin es digna de admirar
Finalmente aceleré hasta llegar a Congress Avenue, una vistosa avenida custodiada por edificios de arquitectura vanguardista. Al final de la calle se abre un panorama que permite ver de frente el monumental Capitolio Estatal de Texas.
Éste es el más alto de las acrópolis de Estados Unidos, por encima del Capitolio de Washington. Fue edificado en 1888 bajo un estilo neo-renacentista y está inscrito al Registro Nacional de Lugares Históricos. Si entras ahí puedes integrarte a una visita guiada para conocer su interior, y lo mejor, sin costo alguno.
Descubrir Austin desde un recorrido en bicicleta es una arista diferente. Por un lado, su ambiente musical, jovial y fiestero. Por otro, tribus urbanas que convergen de una manera muy extraña pero especial. Finalmente, un rostro natural e histórico.
No importa de qué lado la mires, el ambiente y esencia de Austin es multifacético. Un consejo, para ser testigo de estas perspectivas, ¡Renta una bici!. Para conocer mas ciudades como esta, #NuncaDejesDeViajar.
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Portada: Dave Johannes