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La leyenda del cempasúchil: Un amor que desafía la muerte

PORTADA LEYENDA CEMPASÚCHIL. FOTO- Agrotec

PORTADA LEYENDA CEMPASÚCHIL. FOTO- Agrotec

Teniendo no solo una conexión profunda con las celebraciones del Día de Muertos en México, el cempasúchil tiene una historia que se remonta mucho más atrás. ¡Descúbrela aquí y prepárate para conocer la leyenda de una de las flores más importantes de México!

Esta es una historia que nos transporta a los tiempos antiguos de los aztecas, cuando los dioses caminaban entre los mortales y las flores eran testigos de amores imposibles y destinos trágicos.

Una flor eterna que brilla con el recuerdo de un amor. FOTO-Blog Xcaret

La leyenda del cempasúchil: El origen místico

Según la mitología azteca, el cempasúchil era una flor que creció de las lágrimas de una diosa. Xóchitl era conocida por su extraordinaria belleza y su corazón generoso. Poseía la habilidad de hacer florecer las plantas con solo tocarlas, un don que admiraban tanto los nobles como el pueblo.

Xóchitl y Huitzilin. FOTO-Sol Quintana Roo

Por otra parte, estaba Huitzilin, un joven que compartió toda su infancia con Xóchitl, lleno de risas y aventuras, y que al final esa amistad se transformó en un dulce amor. Juntos disfrutaban sus tardes con juegos en los campos de su aldea y escalaban frecuentemente el cerro para ofrecer tributos a Tonatiuh, el Dios del sol, renovando allí sus votos de amor eterno en numerosas ocasiones.

Tonatiuh, Dios del sol. FOTO-Alamy.de

Impresionado por su profundo y puro amor, Tonatiuh los bendijo, fortaleciendo aún más su vínculo y protegiéndolos para que enfrentaran pocas dificultades. Sin embargo, el destino cruel no permitió que su amor floreciera por mucho tiempo.

La separación trágica

Huitzilin fue llamado a la guerra para defender a su pueblo y tuvo que separarse de Xóchitl. Él se unió al combate que duró meses, pero lejos de olvidar a su amado, Xóchitl anhelaba cada vez más verlo de nuevo.

Cempasúchil, también llamado como flor de 20 pétalos. FOTO-Paseando por México

Desgraciadamente, ese encuentro nunca ocurrió. La pobre Xóchitl recibió la noticia de que Huitzilin había fallecido en la batalla. La pena abrumó tanto a la mujer, que subió a la montaña para implorarle al Dios del Sol que le devolviera a su amor, o les permitiera reunirse de alguna manera.

La leyenda del nacimiento del cempasúchil

Tonatiuh, convencido del enorme amor que se tenían la pareja, permitió que se encontraran nuevamente. Sin embargo, en lugar de devolverla en forma humana, transformó a Xóchitl en un botón con un largo tallo dorado mediante un rayo de luz.

Amor eterno. FOTO-Yaninrb

Un día, un precioso colibrí revoloteando en el cielo se acercó al botón para alimentarse del néctar. Al acercarse con su largo pico para besarlo, el botón se abrió de inmediato, transformándose en una hermosa flor con pétalos naranjas súper brillantes.

Sus brillantes pétalos dorados. FOTO-BlogsUninter

Por supuesto, este colibrí era Huitzilin, quien reconoció desde lejos el resplandor de su amada. Así, el Dios del sol consagró para siempre el amor entre Xóchitl y Huitzilin.

Se dice que, a medida que se acerca la época del “Día de Muertos”, el espíritu de Xóchitl se hace presente en las resplandecientes flores de cempasúchil, esperando ansiosamente que Huitzilin aparezca en forma de colibrí para demostrarse mutuamente su amor.

Un vínculo entre dos mundos. FOTO-Redacción Online

Así que, mientras existan los colibríes y la flor de cempasúchil, ¡su amor perdurará para siempre!

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