Viajar por el sureste de México es una de las aventuras más sorprendentes que podemos experimentar, no solo por su cultura y gastronomía, sino también por sus maravillas naturales como las Grutas de Coconá en el estado de Tabasco.
No voy a negar que antes de visitar este estado lo primero que pensaba al escuchar su nombre eran pejelagartos, chocolate y petróleo.
Sin embargo, mi sorpresa fue encontrar un lugar lleno de grandes ríos, imponentes lagos y grandes extensiones de tierra. Debo aceptar que nunca se me ocurrió pensar que también cuenta con una majestuosa sierra selvática.
Es justo en una de esas montañas que se encuentran las Grutas de Coconá, uno de los secretos mejor guardados de Tabasco.
La primera impresión que tuvimos al llegar es que nos habíamos topado con una pared natural. Ahí donde termina la carretera y se junta con los cerros se localiza la entrada a las cavernas.
Un guía se acercó rápidamente a nosotros para llevarnos casi de la mano por sus pasillos y recovecos mientras nos explicaba las diferentes formas que se dibujan en las paredes.
Coconá significa: agua onda en lengua zoque
Grutas de Coconá en Tabasco: ¿Cómo es el pase en las grutas?
Ve preparado para caminar porque el paseo por las Grutas de Coconá en Tabasco se extienden por 500 metros de ida y la misma distancia de regreso.
Al principio, el ambiente es muy fresco en comparación con el cálido exterior, pero conforme avanzamos comenzamos a sentir como se eleva la temperatura y la humedad al mismo tiempo.
A lo largo del camino fuimos encontrando diversas cámaras donde se crearon una infinidad de estalactitas, estalagmitas y otras divertidas formaciones.
Salón de los fantasmas
La primer bóveda se llama “El Salón de los fantasmas”. A pesar de su nombre no nos dejamos intimidar aunque ganas no nos faltaban debido a su obscuridad.
Ahí pueden observar al monje – dijo el guía- señalando con su lámpara su sotana, su cara tapada y hasta una mano. Esa fue la primera figura que logramos distinguir.
De ahí en adelante continuaron decenas de imágenes sobre las paredes: la iguana, la muela el juicio, un racimo de uvas y una virgen fueron de las más memorables explicaciones coloquiales.
Estalactita: Una formación alargada y puntiaguda que cuelga de las cuevas creada a base de los minerales que escurren del constante goteo del agua que se filtra por el techo de una bóveda.
Estalagmita: Una estructura tubular que crece del piso de las cavernas erigidas por las gotas que caen de las estalactitas.
Cuando las dos crecen tanto que llegan a unirse, se le llama columnas.
Grutas de Coconá: Salón los niños perdidos
El siguiente salón es de “Los Niños Perdidos”, y es que -aunque no lo creas- si parecieran dos parejas de infantes que se quedaron petrificados, una escena muy impactante que recordaremos por mucho tiempo.
Debo de aceptar que no siempre identificaba las figuras a primera vista, en ocasiones tenía que esforzarme un poco por ver los tres barquillos de nieve o la gallina sin cabeza.
Otras eran muy sencillas como el Buda, los tres reyes magos o la serpiente de tres colas que recorre todo la orilla de una pared.
Un dato muy interesante de las Grutas de Coconá en Tabasco es que cuando llueve demasiado todas las cámaras se llenan de agua y solo una parte de las grutas es visitable, así que no te frustres si no puedes llegar hasta el final, ¡Es parte de la aventura!
Cuando creíamos que ya lo habíamos viso todo llegamos a un salón que alberga un cenote de 35 metros de profundidad. ¡Nos quedamos tan sorprendidos como tú!
Claro, las cuevas son el elemento natural donde se encuentran estas acumulaciones de agua pero nunca habíamos imaginado que lo encontraríamos en Tabasco.
Lo más alucinante es que en sus aguas viven peces ciegos sin escamas, sí leíste bien, peces que se alimentan de lama y que han logrado sobrevivir a estas extremas y aisladas condiciones.
Aunque nos son los únicos habitantes de estas tierras, también nos topamos con algunos murciélagos de fruta que revolotearon a nuestro alrededor.
Las grutas de Coconá fueron descubiertas en 1892 por los hermanos Rómulo Calzada quienes vivían en una población cercana.
Bóveda Celeste
A pocos metros de ahí se encuentra la pabellón más grande de las grutas de Coconá, imagina una cavidad de 20 metros de alto por 63 metros de ancho, ahora combínalo con una gran humedad y guano de murciélago.
Es el ambiente que se aspira en “La Bóveda Celeste”, como se le conoce a esta caverna. Lo que te puedo decir es que estar ahí es impresionante debido a sus dimensiones.
La figura más visitada es “El cristo” incrustado en uno de sus muros, su silueta es tan definida que pareciera que fue mandada a construir específicamente para los visitantes.
Una estalactita o una estalagmita crecen en promedio 1 centímetro cada cien años.
Pronto llegamos a otro cuerpo de agua de 5 metros de profundidad, en el pasado era posible meterse a bañar, hoy en día está prohibido, pero eso no te limita a admirar su belleza. Recuerda que debes respetar las indicaciones de los guías y no salirte de los senderos.
Desafortunadamente llegamos al final de las grutas y ahí comenzó la travesía de regreso. Ya de vuelta recordé la conversación que había tenido con un minero quien afirmaba que “la tierra llama”; me explicó que una vez que has entrado en ella, querrás regresar siempre.
Las grutas de Coconá son la puerta que nos dejó abiertas la madre tierra para visitarla. Si aún no lo has experimentado date la vuelta por Tabasco y vive por ti mismo esta maravilla natural. Porque como dicen por ahí “Tabasco es un Edén”
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Agradecemos el apoyo en el tour por las grutas en Tabasco a Danta Viajes de Aventura, y recuerda #Nuncadejesdeviajar.