Vive este Recorrido en Cenotes de Yucatán. Existen alrededor de 7 mil cenotes en el estado, y de esos únicamente 2 mil 300 están registrados en el departamento de ecología.
Imaginar la gran cantidad de pozas naturales debajo de la tierra todas conectadas través de los ríos subterráneos; es algo surreal como ¡Si se tratara de un queso gruyere!.
Como es bien sabido, hace 65 millones de años un meteorito cayó en la península de Yucatán; y acabó con la vida animal del planeta extinguiendo todo, incluso a los enormes dinosaurios.
Los Mayas no se equivocaron.
Esto me lleva a pensar la exacta ubicación de esta zona que por millones de años fue mar y ahora está en la superficie de la tierra con ese suelo calizo y una selva abundante.
Esto nos da la oportunidad de descubrir las bellezas que se quedaron como testimonio en grutas, cavernas y los enigmáticos cenotes.
Los mayas no se equivocaron al escoger este sitio como su hogar, y encontraron en los cenotes la fuente de vida de su cultura. Bajo una filosofía de respeto y de purificación.
Recordemos que los cenotes simbolizan para los ellos, el encuentro con el inframundo y a la vez el lugar donde venimos: de la tierra. Para los mayas entrar a un cenote era todo un ritual de purificación.
¡Así que nos animamos a viajar por una ruta de cenotes en Yucatán!
Hay tantos y de distintas formas que no acabarías de conocerlos, así que decidimos recorrer un par de rutas que pertenecen al “Anillo de los Cenotes”.
Una región en donde el meteorito dejó un radio de 300 km2 de cenotes a la redonda y muchos de ellos son visitables y aptos para darse un buen chapuzón. Lo ideal es contratar un guía experto con transporte para que no pierdas tiempo en encontrar los sitios.
Una vez tomando el tour, lo primero que hicimos fue pasar por un pueblito llamado Acancéh (donde rumia el venado).
Y precisamente es una población que en su pequeña plaza hay una escultura de venados. Cuenta con un palacio municipal, un mercado principal, una iglesia y ¡un templo maya enorme!
Siguiendo el camino…
Nos topamos con la maravillosa iglesia de la soledad o de la aguja de año 1900 que perteneció a una hacienda cuyo dueño la donó a la población de Eknakán (casa de la serpiente negra).
No dejes la oportunidad de fotografiarla te va a sorprender el hermoso estilo gótico de la iglesia que rompe con la forma de construcción de esa época. La hacienda así como el 90% de este tipo de construcciones, está abandonada y se puede rescatar con la mente la época de su bonanza.
Ruta Cuzamá- Chunkanán
Siguiendo los señalamientos y después de una hora de camino desde Mérida, hay una desviación para nuestro objetivo y es tierra adentro. Esta ruta está dividida en dos estaciones, cada una con la experiencia de nadar en tres cenotes distintos.
Si ya vienes en transporte contratado o propio, está bien, de otra manera puedes subirte en los moto-taxis que te llevarán a cualquiera de las dos rutas.
La primera estación mantiene su nombre de Cuzamá y los cenotes a visitar son: Chanukil (lugar del piojo pequeño), Chansinic’Ché (árbol de hormigas rojas) y Bolón-Chohol (Hoyo de murciélago).
¡Nosotros nos decidimos por la segunda ruta!
Que a pesar de que está a unos 500 metros más al fondo, fue la más recomendada. Lleva el nombre de la hacienda Chunkanán otra finca abandonada que se dedicó a la explotación del oro verde (henequén) en la época de auge (1852 a 1952).
La hacienda se encuentra completamente en ruinas y quedan vestigios de lo que fue el casco, el cuarto de máquinas, la chimenea y la casa del hacendado; apenas se puede poner de pie entre los árboles y la hierba.
Enseguida, nos preparamos para abordar un curioso transporte de madera llamado truck que es tirado por un caballo.
Y va sobre una riel entre lo que antes fueron los caminos para transportar henequén y son parte de la selva baja que abraza una gran cantidad de árboles y fauna.
¡El paseo es emocionante!
Como si fuera un trenecito para 5 personas, además el “truckero” nos indicará las “curvas” para que nos agarremos bien del transporte. El camino es divertido y fuera de lo común, debíamos ir a cierto ritmo porque aquí si nos detenemos.
Podemos ser presas de los famosos tábanos que persiguen al caballo y a uno que otro viajero, hay que evitar los piquetes más dolorosos y punzantes de la selva maya.
Los hacendados al viajar a Francia, vieron este sistema de transportar con una mula las grandes cantidades de uvas que se producían en las regiones de Champagne, Bourbone y Cognac.
Ellos adoptaron este sistema en Yucatán y mandaron construir estos serpenteantes caminos de vía para llevar el producto fibroso del maguey henequenero.
Hoy los trucks curiosamente están adaptados y nos llevan hasta los cenotes. El costo por cada transporte es de 300 pesos mexicanos (18usd) e incluye el paseo y entrada por los tres cuerpos de agua.
Al ser un territorio ejidal, esta es la única opción de visita y no hay manera de hacerlo a pie por las distancias.
¡Nuestra primera parada finalmente!
Con ese calor que se siente que no puedes estar ni bajo la sombra, es el Cenote Santa Cruz, se trata de una caverna. La cual desciendes por una escalera de madera entre las rocas y te encuentras una bóveda cuajada de estalactitas, ¡qué maravilla de lugar!.
Debo confesar que aquí ya había solicitado permiso a los dioses mayas –como lo hacían ellos-para poder adentrarme al fondo de la tierra y disfrutar de la experiencia.
Así que sin más preámbulos dejamos nuestra ropa y nos quedamos con nuestro traje de baño listísimos y nos metimos al agua la cual siempre estará a 22 grados, ¡ah que refrescante!. Ir metiendo los pies mientras desciendes por las escaleritas de piedra.
Este lugar es ideal para iniciar el recorrido ya que la profundidad promedio es de 1.30 metros y es muy seguro, claro hay una parte donde puede llegar hasta 6 metros.
Pero aquí el objetivo era contemplar la caverna y dejarnos llevar por la plática de nuestro guía, Andrés Lara.
Una vez que el tiempo se venció, salimos al renacer entre la selva y caminamos en un pequeño sendero de cien metros y ahí estaba nuestra siguiente parada. Es el Cenote Dzapakal (cuello corto) de bóveda cerrada también.
Aquí debíamos bajar en tiro vertical de 16 metros por unas escaleras que nos llevarían a esta caverna oscura pero iluminada artificialmente por una planta de luz, gracias a ello se podía contemplar perfectamente.
¡Bajando te reciben unas formaciones rocosas bellísimas y el agua está ahí!
Se trata de una poza con 3m de ancho y unos 13m de largo, pero con una profundidad de 24 metros. El chaleco para flotar es obligatorio para quienes no saben nadar bien, incluso es difícil sostenerse de las paredes
El agua es cristalina recordemos que los cenotes están interconectados por los ríos subterráneos y el agua fluye todo el tiempo. Te puedo decir que este lugar te deja exhausto, pero con una enorme sonrisa.
Salimos para abordar nuestro truck y dejarnos llevar por otros tres kilómetros más de senderos hasta llegar a nuestro tercer encuentro con el inframundo maya.
El Cenote Chelentún (arcoíris de piedra), ahí hay más infraestructura, te rentan equipo de snorkel y hay baños. Es un cenote de media bóveda así que de la misma manera hay que bajar unos 40m para poder llegar al agua cristalina.
¡¡Quedé más impresionado!!
Gracias a la luz natural del cielo que iluminaba este enorme cenote con 24 metros de profundidad.
El lugar tiene un rampa para practicar tus mejores clavados, además si rentas equipo verás la magnitud y profundidad del cenote y los peces bagre negro que se acercan curiosos a ti. Son otros cuarenta minutos que debes aprovechar al máximo.
Regresamos al truck para terminar nuestra experiencia hasta la hacienda, en el camino decidimos que somos seres acuáticos y debíamos continuar con este tour así que nos fuimos al siguiente parador turístico:
Ruta Homún
También pertenece al anillo de cenotes y aquí hay 265 de ellos, al llegar al poblado principal se acercan los prestadores de servicios con catalogo en mano. Son otra especie de tábanos porque cuando menos te das cuenta, estas rodeado de ellos.
Debo confesar que la gran oferta de cenotes te pone en una disyuntiva al no saber cuál opción tomar.
Así que decidimos visitar primero el que se encuentra en la misma comunidad, El Cenote Tza Ujun Kat (sonido del barro) de media bóveda el cual tiene plantas en el centro.
Se afirma que este lugar es donde hace algunos años un ovni salió del cenote, quienes lo vieron pasaron por una prueba de polígrafo y se comprobó que no mentían, el caso atrajo a los más expertos en el tema.
También se cuenta que por las noches de luna llena una sirena sale del cenote para cuidar sus aguas.
¡Esto es algo que tienes que vivir!
Si te acercas por fuera del cenote el cual se encuentra cercado, podrás ver cómo la gente se divierte en ese balneario bajo la tierra.
Para que lo veas más claro, pon tus manos en los ojos como si hicieras unos binoculares, el efecto te va a sorprender.
Ahí afuera hay algunos puestos que rentan chalecos salvavidas y venta de comida típica de la zona.
Al descender al cenote comunitario, primero debes pagar una cuota de recuperación de tan solo diez pesos (menos de un dólar).
El acceso es por un lugar alterno, es una pequeña escalinata labrada, los escalones rojos son más altos, es estrecho. Pero al entrar a la bóveda verás la majestuosidad del lugar.
Hay una formación rocosa en forma de “copa de futbol” y se ve mucha gente divirtiéndose en el agua. Las plantas y rocas en medio forman una isla.
Ahí por mucho tiempo vivieron un álamo y un mamey, pero estos árboles se ahogaron con la crecida del agua durante el huracán Isidore. Las columnas de roca caliza que fueron la unión de estalactitas y estalagmitas.
Se puede apreciar el ojo de cenote ahí nace el agua cristalina y le da toda la vuelta a la caverna, no pudimos esperar a lanzarnos y apreciar las formaciones dentro y fuera del agua.
Son el vivo testimonio de que la península emergió hace unos veinte millones de años y ahora están sumergidas en el agua de este cenote con profundidades de hasta 8 metros.
¡Finalmente!
Después de reconocer y divertirnos otro buen rato en este lugar, debíamos escoger nuestra última morada del día. De toda la oferta de cenotes, nos decidimos por una recomendación de un guía local llamado Jesús.
El Cenote Yaxbacaltun (mazorca verde sobre piedra) se ubica a unos diez minutos del parador turístico.
¡¡Al llegar nos esperaba otra enorme sorpresa!!
Sin embargo, se trata de un cenote también de media bóveda, está cercado porque si andas caminando por ahí sin conocer el lugar puede resultar fatal una caída. Incluso se ve un agujero en el suelo en donde puedes bajar a rappel.
Rodeando el cercado, ahí está la escalera que unos 30 metros abajo te llevará al paraíso. Este cenote es enorme, tiene una profundidad bastante considerable de unos 35 metros.
¡Y el atractivo principal es una enorme liana que pende desde arriba en el suelo firme!. (Recordemos que estamos bajo la tierra).
Esta cuerda ayuda a lanzarse desde la plataforma firme del cenote y dejarte llevar como tarzán al agua.
Toda el agua que fluye bajo la península de Yucatán que viene desde Guatemala bajando hacia el Golfo de México.
Se filtra en la tierra calcárea para dar paso a estos hermosos ríos subterráneos y pozas naturales de admirable belleza y frescura.
Esto me deja siempre meditando en lo afortunados que somos de entrar a estos cenotes sagrados por las culturas ancestrales y mi deseo es reconocer ese mismo valor y respeto.
Recordando dar gracias a la madre tierra por dejarnos siempre llegar a sus entrañas en un viaje por el Mundo Maya.
Si quieres vivir este recorrido en Cenotes de Yucatan:
Cómo llegar: Desde Mérida tomar la carretera rumbo a Chichen-Itzá, desviarse en la población Acancéh y de ahí derechito a Cuzamá.
Dónde reservar: Paquete y tours con Mi escape: Cenotes de Cuzamá y Cenotes de Homún
Operado por: Turistransmerida Tour Operador
Recomendación de hospedaje: Hotel Art57 y Hotel Embajadores
Y recuerda, #NuncaDejesDeViajar
________________________________________________________________________________________________________________
Y si ya andas por Yucatán o estás planeando una visita, te recomendamos el siguiente tour que estamos seguros que te encantará.
Tour de día completo a cenotes de Cuzamá desde Mérida.
Se trata de una experiencia con una duración de 8 horas que incluye transportación, guía bilingüe, y viajes en camión o bicicleta.
¿Qué vas a hacer?
- No puedes perderte la oportunidad de nadar en 3 cenotes.
- Disfruta de un relajante paseo en bicicleta o si lo prefieres, puedes gozar de el paseo en un camión que se utilizaba para transportar hojas de agave en la antigüedad .
- Degusta un delicioso desayuno típico de la región.