No sabia que el sur de Sonora tiene sorpresas guardadas para todos aquellos que nos gusta recorrer Pueblos Mágicos. Recién llegué a Cócorit el Pueblo de las Aves, ubicado a unos minutos de Ciudad Obregón, Sonora, y me dejé llevar por la recomendación de un buen amigo.
Resulta que Cócorit es uno de los 8 pueblos en donde se desarrolló la población de los Yaquis, una etnia que celosamente ha guardado sus tradiciones y tú las puedes conocer en su museo ubicado en el pueblo.
Paseo por el YaquiTour
Mi amigo me dijo: Toma el “YaquiTour” una especie de tranvía-bus que recorre los lugares principales que rodean este encantador pueblito. Así que, a pesar del intenso sol, me subí a la parte descubierta del transporte.
Entrando a la localidad lo primero que vi fueron las famosas letras monumentales de colores que dicen, Cócorit, ideales para la foto del recuerdo. Junto a las letrotas pude ver una enorme iguana que me daba la bienvenida.
De acuerdo al guía del YaquiTour, estos reptiles son muy comunes en la población y las podrás ver de repente tomando el sol.
Me pareció un detalle muy curioso que los habitantes mandaron hacer enormes iguanas para colocarlas en distintos puntos de la población.
Cuenta la leyenda que las iguanas cobran vida y se mueven de lugar, esto lo han ido transmitiendo a los niños de la localidad y a ellos les parece algo fantástico.
Visita guiada por Cócorit
Por muchos años a Cócorit le llamaron “Yohuara” que en lengua de los Yaquis quiere decir “Lugar de encanto”, este distintivo se lo dieron los mismos pobladores debido a su excelente clima y ubicación.
Hoy en día Cócorit es una palabra Yaqui que significa “chiloso” o “chile chiltepín”, una especia muy apreciada en el estado de Sonora que no puede faltar en las mesas de las casas y restaurantes.
El pueblito fue fundado en 1617, es decir tiene más de 400 años, la iglesia fue construida en esos tiempos por la orden de los Jesuitas quienes llegaron a evangelizar esta población a pesar de que los Yaquis fueron rebeldes.
Durante el recorrido pude ver los lugares más importantes del pueblito, sobre todo cuando el bus tomó rumbo a la calzada Valdés Herrera.
Clima envidiable
Con tan solo 4 grados de diferencia, el pueblo conserva una tierra muy fértil, además se ubica muy cerca del río Yaqui, lo que permite el crecimiento de árboles frutales como mandarinas, toronjas, naranjas, mangos, ciruelos y limones.
Además de la vegetación desértica y tropical, no todas las calles están pavimentadas, eso baja mucho la temperatura y permite que el pueblo se mantenga fresco. ¡Qué tal con ese detalle!
Pude observar cómo algunas personas se ubican afuera de sus casas para ver pasar la vida de todos los que habitan y visitan el lugar.
Había personas sentadas en sus sillas, mecedoras y hasta en sus hamacas.
También vi que algunas mujeres se dedican a vender antojitos como burritos, pero los hacen con unas tortillas muy especiales que preparan en sus enormes comales; se llaman “sobaqueras” o tortillas de agua.
Así que pude bajarme por unos instantes y conocer cómo las elaboran y te puedo asegurar que son muy hábiles con las manos.
Además de comer burritos pude probar el famoso café de talega comúnmente llamado “de calcetín”.
Cócorit el Pueblo de las aves
Continuando el recorrido, me enteré que se le llama “el Pueblo de las Aves” porque gracias a su ubicación, Cócorit pertenece a la parte Sur de Sonora, donde confluye lo mejor del desierto y la zona tropical.
Por lo tanto, el clima es ideal para que las aves -tanto locales como migratorias- escojan este pedacito de México como su hogar, ya sea temporal o permanente.
Desde colibríes, cernícalos, cenzontles, lechuzas, pinzones y águilas, hasta cuervos y cardenales, son parte de los cantos que sin querer se pueden escuchar sin la menor provocación.
Cantos y bullas aviarías
Otro ejemplo es la gran cantidad de Zanates negros (o Chanates) que habitan en las ceibas y álamos que rodean la plaza principal en donde se ubica el quiosco del pueblo.
El espectáculo es increíble sobre todo cuando va cayendo la tarde, cientos de estas aves se juntan como si fueran a contar todo lo que les sucedió durante el día. El escándalo es encantador, pero eso no es todo…
Al momento de ponerse de acuerdo, todas emprenden el vuelo al mismo tiempo creando nubes negras que parecen trazar pinceladas obscuras en el cielo. Definitivamente me quedé un buen rato observando el espectáculo.
Casas pintadas con plumas
Pero eso no es todo lo relacionado con los pájaros, durante el recorrido pude ver cómo la gente se ha ido organizando para pintar las fachadas de sus casas con las aves más representativas que habitan en Cócorit.
Sí, muchas casas están pintadas de colores vivos y como si fueran lienzos de algún pintor famoso, las aves son las protagonistas.
Hay muchos muros, porches y paredes que se ven espectaculares y todo esto es gracias al proyecto que involucra artistas locales, algunos de ellos pertenecen a la etnia de los Yaquis.
Alas en mi Pueblo, es un proyecto que organiza el Instituto Sonorense de Cultura para impulsar a los artistas plásticos y promover la belleza del pueblo.
Los habitantes facilitan los muros de sus casas para que se vean pintados con calandrias, gorriones, gallos, pericos del amor y palomas pitayeras, entre otras encantadoras aves.
Otros encantos de Cócorit
Al recorrer las calles del pueblito, me pude percatar que hay una gran variedad de cafés y restaurantes ideales para pasar la tarde tomando algo refrescante, típico y saludable.
Algunas cosas de las que me pude enterar durante el recorrido es que, en la Plaza de armas se hacen comúnmente los bailes tradicionales de la población.
Por otro lado, la Parroquia de Nuestra Señora Guadalupe tiene un estilo neogótico y data desde la evangelización.
Además, existe un proyecto para rescatar las ceibas de mas 300 años y mantenerlas de pie con un programa de arboles tallados con elementos Yaquis, como la danza del venado o algunas imágenes religiosas
En una de las esquinas se ubican las ruinas de lo que fue el mercado del pueblo donde se usaba el trueque; se intercambiaban puercos, gallinas, arroz, elotes y frijol, entre muchos otros productos.
Más puntos que pude visitar fueron “la Casa del Escritor” la cual perteneció a el primer embajador de Estados Unidos en México, Jhon Gavin Pablos, quien además fue actor de Hollywood.
Otra parada obligada fue la de los tres monos sabios: no veo, no hablo y no escucho, que se ubican en una banca.
Además, pude conocer por fuera la Quinta Rosalía, cuyo dueño fue un benefactor por muchos años para con la comunidad.
Museo de los Yaquis
Para terminar el recorrido decidí visitar el Museo de los Yaquis; cuenta la historia que fue un indio Cajeme quien defendió la causa de la etnia para que no fueran conquistados por los españoles.
En este museo pude conocer los usos y costumbres de los Yaquis, sus tradiciones, historia, deidades, danzas, rituales, artesanías, herbolaria y un sinfín de relatos que me parecieron muy interesantes.
Supe que los Yaquis se rigen por sus propias leyes y no por las del gobierno. También dentro de sus costumbres se realiza la famosa “Danza del Venado” y durante la Semana Santa se queman algunas máscaras.
Durante 11 salas conocí el apego a las tradiciones de una cultura que continua viva y con recelo a que estas costumbres se hereden y las puedan compartir a los “Yoris”, es decir, a aquellos que no somos Yaquis.
Dónde Comer
Por último, me di un tiempo para comer tranquilamente en el restaurante Los Chanates (o los Cuervos), una antigua casona con más de 100 años, con un enorme patio, una galería de arte y un faro al aire libre.
Allí probé la famosa sopa de tortilla y un plato de antojitos mexicanos que consistía en dos taquitos, una chimichanga y una gordita. De postre pedí una “delicia cocoreña”, una empanada con nieve y cajeta ¡Deliciosa!
Por otro lado, está el Restaurante La Komunila que en lengua yaqui quiere decir “lugar de poder”, se trata de una ramada yaqui, que antes fue cuartel militar y escuela, pero hoy tiene dos restaurantes y un bar con cervezas artesanales
Ahora si puedo decirte que Cócorit tiene naturaleza, historia, gastronomía, arquitectura y una etnia incomparable.
Todos los que habitan ya se sienten orgullosos de esta villa; que para muchos quienes lo conocemos, ya lo consideramos un Pueblo Mágico de México.
Como llegar a Cócorit
Aeromexico tiene un vuelo directo a Ciudad Obregón, Desde el centro de la ciudad toma la carretera 15N Rumbo a Guaymas y en el kilometro 14 toma la desviación a Cócorit. Llegarás en 20 minutos.