México es considerado como un país que produce vinos del Nuevo Mundo, pero en realidad tiene una tradición que comenzó hace algunos siglos atrás.
¿Sabías que en México cada vez se consume más vino nacional? un dato dice que cada año el consumo aumenta el 15% y que, de cada 5 botellas consumidas, una de ellas proviene de México a pesar de sus impuestos.
Novedoso el Vino de Sonora
Existen estados en México que han posicionado sus vinos a nivel internacional, pero el clima y las condiciones ambientales demuestran que nuestro país tiene todo para hacer vinos de calidad y hoy te vamos a contar acerca del Vino de Sonora ¿Lo habías escuchado?
Siendo un estado enorme y con grandes territorios de cultivo, la parte noroeste de Sonora cuenta con características ideales para lograr vides sanas y fuertes: temperatura, agua, altura, montañas, tierra fértil, etc.
En la Ruta del Río Sonora, bien merece la pena hacer un recorrido por los pueblitos que se instalaron junto al río y de paso podrás visitar algunos viñedos que están cambiando la forma de elaborar vino.
Viñedos Giotonnini
Cerca de Ures se ubica este viñedo que a nuestro parecer es espectacular, se trata de una finca con un campo de vides que se cultivan con elementos orgánicos amables con la tierra frondosa y rica en minerales, arcillas y rocas.
Llegar a este lugar es remitirte al pasado, fue aquí donde Mexico ganó la segunda batalla contra Francia (la primera fue la de Puebla) en llanos de Guadalupe, Sonora allá en 1866.
Fueron 1400 soldados bajo el mando del General Pesqueira quienes derrotaron al ejercito de Napoleón.
Cómo inició la idea de hacer vino
El propietario del lugar, el Ing. Francisco Salazar compró esta tierra hace 18 años, se manejó desde un principio como un terreno orgánico para no dañar los cultivos que se sembraban alrededor
Pero con el tiempo, el método al que le apostaron para cultivar la vid se le conoce como biodinámica, un proceso que es más estricto para lograr mejores resultados en la cosecha.
La biodinámica se rige con las lineas astrales, los movimientos de la luna, la posición magnética, las gravedades para entender cuándo sembrar y cuándo no, todo es parte del método del austriaco Rudolf Stainer, creador de esta corriente.
Este método nos indica qué tan puro está el viñedo al observar el suelo; la tierra es rica en yerbas, raíces y hasta lombrices. Si lo comparamos con otros campo libres de todo lo orgánico parecen suelos muertos, es cuando se puede entender que…
“La agricultura moderna mató a la tierra, por más de 100 años tenemos envenenada con grandes cantidades de químicos, insecticidas y tóxicos” señala el ingeniero.
Conociendo el “terroir” de los campos
Por ello, la idea es convertir al viñedo en un ser vivo, darle los nutrientes que la planta necesita, pero no solamente con el agua como si fuera un suero, sino a través de un suelo rico, fuerte y robusto capaz de alimentar a la planta.
Para lo anterior debemos observar que los suelos de Sonora son tipo borgoña: rocosos y arcillosos con condiciones de temperatura que van de -9 a +45 grados.
Por otro lado, se debe entender que el terroir (condiciones del suelo) de estos campos con alta radiación solar, agua mineral y un ambiente de monte sano, se deben tomar en cuenta para cultivar la vid sin agregar levaduras o químicos que solo dañan el suelo.
“La producción del vino es como un atleta: bien comido y descansado no funciona, tiene que estar castigado, limitar su comida y darle al ejercicio para incrementar su fortaleza”.
Es por eso que los terrenos de arcilla y graba roja, junto con los climas rudos, son ideales para que la uva se fortalezca. Incluso se le debe dosificar el agua para su mejor maduración y así adquiera acides, dulzor y buquét. ¡No se trata de consentirla!
Biodinámica funcional
A este campo se le conoce como experimental de uva, porque poco a poco se van haciendo pruebas para que la vid crezca en las mejores condiciones fuera de estrés y adaptándose libremente, como si fuera de manera silvestre.
Si la tierra requiere de cierto elemento se le provee de plantas ricas en ellos, aunque no sean nativas y las traigan hasta de otros lugares, el suelo lo agradecerá con cultivos orgánicos.
Por ello en el terreno existen árboles de olivo, datileras árabes, guerigos silvestres, manzanos, higueras y algunas manzanillas que funcionarán como polinizadores.
Jamás se ha utilizado bactericidas, para ello se provienen de aceites orgánicos como el de Nim (nuez de un árbol de la India) además se utilizan otros remedios para proteger la planta como el estracto de ajo o de canela.
De la misma forma, los rosales se encuentran en la cabecera de las vides porque es ahí donde llegan las primeras plagas y se puede prevenir el control de las mismas.
Uvas felices en el paraíso
Como se trata de un terreno en donde hay mucha agua subterránea y mucho sol, el método ideal para cultivar la planta es aquel que se le conoce como plantación en forma de pérgola.
Para lo anterior los racimos deben crecer más alejados del suelo por el calor de la tierra, así como deben estar cubiertos por el follaje de la misma planta para su protección solar.
Entonces, al mirar este viñedo apreciarás entre otras cosas la hierva que le proporcionará salud a las plantas y con ello tendremos al final vinos que expresen su vida orgánica.
Es asombroso que pájaros, mariposas, escarabajos y abejas contribuyan al entorno, a través de lo que saben hacer: polinización, control de otras plagas y hasta el podado de hojas.
No pierdas oportunidad de buscar entre los animales al petirrojo mexicano, un pájaro endémico de la zona, símbolo del viñedo.
Anfitriones vinícolas
En el viñedo de 11 hectáreas trabajan 9 personas quienes hacen todo el proceso de la uva en el campo: plantar, desyerbar, podar, injertar y otras actividades importantes de campo.
Ellos son quienes te explicarán el proceso del vino en la cava, ahí mismo te enterarás de los caldos que se elaboran a partir de uvas como Syrah, Cavernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Zinfandel, Grenache, Tempranillo y Sauvignon Blanc.
Conocerás el equipo artesanal de molienda, la prensa, la etiquetadora, además del el proceso de embotellado a mano.
La prueba de la ¡salud!
Después de la degustación de sus tres etiquetas, no olvides visitar sus tanques de refrigeración, así como las barricas subterráneas. Bien vale la pena una copa con pan recién horneado.
llévate alguno de sus vinos listos para abrir en tu mesa. Te recomendamos el ensamble de uvas Syrah con Tempranillo.
Por supuesto, el lugar cuenta con mesas y sillas de madera para que puedas descansar un rato bajo la sombra. Si te llegas a quedar como huésped en una cabaña, no olvides nadar en su alberca para refrescarte. Suena como un sueño ¿no?
Cuando abras uno de los vinos en casa, recuerda que esta vinícola produce 15 mil botellas de vino orgánico libre de tóxicos e insecticidas y que su proceso ha sido completamente artesanal.
Qué estás esperando para realizar tu próximo viaje a Sonora. Si quieres vivir esta aventura contacta a Turismo Taruk, o llama aquí (662-310 5213).