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Pueblo fantasma Real de Catorce. De película

Portada.Pueblo Fantasma.Real de Catorce.Foto.Viajes en el Gran Valle

Portada. Pueblo Fantasma Real de Catorce. Foto: Viajes en el Gran Valle

Cuando pisé por primera vez el famoso Pueblo Fantasma Real de Catorce, me sentí en la locación de un auténtico filme vaquero. Sus paisajes desérticos, casonas en ruinas y calles solitarias, te transportan a un escenario fuera de serie.

Real de Catorce. S.L.P. Foto: Gavinseim.

Pueblo fantasma Real de catorce: Adéntrate en este lugar.

Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos de Catorce, como antiguamente era llamado, es un pueblo que se ubica en San Luis Potosí, a 254 km. de la capital estatal.

En su época de bonanza (1778), fue un centro minero de plata, y en sus tiempos de penumbra, un pueblo fantasma.

Real de Catorce. Foto. El Sol de San Luis.

Como viajero sólo tienes dos opciones de acceso a este singular sitio: la sinuosa Sierra de Catorce o un gélido túnel llamado Ogarrio, éste último, es la entrada principal y mide 1.9 kilómetros.

Decidí arriesgarme y entrar alPueblo Fantasma Real de Catorce por la cadena montañosa que rodea al Altiplano Potosino.

Tunel Ogarrio en Real de Catorce. Foto: Recorri2.

Mi aventura comenzó en la Estación de Catorce, un pequeño poblado que se ubica a poco más de 60 kilómetros de Real de Catorce. Aquí, renté una Willy, (vagonetas 4×4 conocidas mundialmente por ser las abuelas de los Jeeps).

Estas peculiares camionetas, fueron usadas por el ejército en la Segunda Guerra Mundial y años después llegaron a San Luis para fines propios de PEMEX; actualmente los pobladores te ofrecen cruzar toda la sierra a bordo de estos antiguos autos.

La experiencia es intrépida y única, pues lo ideal es que subas a la canastilla del Jeep para que te trasladen.

Willy en Real de Catorce. Foto: Archivo.

Adrenalina y un poco de magia

Por más de tres horas, estuve sentada en el toldo, con la adrenalina a tope y admirando los paisajes rodeados de palmas tipo yuca.

Como las curvas son angostas, las llantas de la camioneta rosaban el borde del camino, así que más de una vez me sentí como en una montaña rusa.

Paisaje, Real de Catorce, S.L.P. Foto: WARP.la.

Pasé por pequeños pueblitos, sitios abandonados y por las faldas de Wirikuta, la tierra sagrada de los huicholes. Esta etnia, forma gran parte de los pobladores de Catorce y son ellos los que aportan magia, historia y misticismo a la zona.

Año con año, celebran el culto al peyote, al que veneran y adoran como su dios.

Músicos huicholes. Foto: Dummy Irish.

Pueblo fantasma Real de catorce: Es real, existe

Después de pasar por este vibrante centro ceremonial, la vagoneta llegó al Pueblo Fantasma Real de Catorce.

Al bajarme, quedé sorprendida con las construcciones que conservan sus fachadas en ruinas y en el interior resguardan modernos hoteles boutique, casas y restaurantes.

Entré a su plaza de toros, hecha en cantera rosa y ubicada en el extremo del poblado.

Pueblo Fantasma Real de Catorce. Foto: Flickr.

Caminé hasta la Capilla de Guadalupe, una modesta iglesia con pinturas murales que reproducen temas religiosos, y visité el palenque de gallos, edificado en forma de un anfiteatro romano.

Finalmente me dirigí al Jardín Hidalgo, el corazón del pueblo, circundado por árboles, locales comerciales, restaurantes y galerías de arte.

Entré a una pequeña fonda a comer, y pedí uno de los platillos tradicionales, el asado de boda aderezado con un trago de aguardiente.

Palenque de Gallos, Real de Catorce. Foto: La Roja.

No importa el lugar en el que elijas comer, durante los siete días de mi estadía conocí la mayoría y en todos venden exquisita comida casera.

Era sábado y los fines de semana se instalan los tradicionales tianguis en los que se pueden encontrar verdaderas obras de arte tales como las artesanías hechas por los huicholes.

Arte huichol en Real de Catorce. Foto: Alexander Bunkenburg.

El Pueblo Fantasma Real de Catorce no brilla pero es místico

Cuando me fui, salí por el túnel y me despedí por un pueblo que más allá de regalarme un viaje, me sumergió en un entorno excepcional lleno de leyendas, historias de fantasmas y cultos milenarios.

Real de Catorce no se parece a ningún otro lugar, no es pintoresco, no tiene calles perfectamente adoquinadas, ni se distingue por tener hermosos edificios.

Edificaciones conservadas, Real de Catorce. Foto: Manuel Catalina.

Es un sitio imperfecto que guarda una magia única en el mundo, tanto, que parece haber salido de la pantalla grande para volverse una realidad.

Si vas desde la Ciudad de México, tienes que tomar la carretera no. 57 San Luis-Matehuala. Continúa por la carretera Cedral-Vanegas que te lleva hasta el Pueblo fantasma Real de Catorce y recuerda #NuncaDejesDeViajar.

Túnel Ogarrio. Pueblo Fantasma Real de Catorce. Foto: Líder Empresarial.

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