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Mi primer viaje en un avión de turbohélice

Mi primer viaje en un avión de turbohélice Foto. Aeromar

Mi primer viaje en un avión de turbohélice Foto. Aeromar

La experiencia de viajar en un avión “pequeño”, impulsado por dos motores turbohélice y no por el motor de reacción que utiliza la mayoría de los aviones comerciales sí que me asustaba un poco.

Fui a pasar unos días a Acapulco, así es que el viaje duraría solo alrededor de una hora -saliendo de la terminal 2 de la ciudad de México y en la aerolínea Aeromar- por lo que decidí respirar profundo y disfrutar el vuelo.

Como había llegado con tiempo pasé un agradable rato tomando café en el Salón Aeromar, que por cierto está abierta para todos sus pasajeros, para que tomen un bocadillo mientras esperan la salida de su vuelo.

Comienza el vuelo

De lo primero que me di cuenta al abordar es que en los ATR (Avión de Transporte Regional) que son ideales precisamente para viajes cortos, es que uno accede a la nave por la puerta que está en la cola del avión.

viaje en un avión de turbohélice ATR. Foto El Souvenir

El compartimiento de carga se ubica, no abajo, sino detrás del piloto, por lo que hay que abordar por la parte trasera.

Otro detalle de estos aviones de Aeromar  fabricados en Francia e Italia y con motores canadienses, es que las alas están desplegadas desde el techo y no a la mitad del fuselaje como solemos estar acostumbrados a verlas.

Seguridad y fiabilidad

Mi primer viaje en un avión de turbohélice Foto. Julio García Castillo

Me tocó viajar en ATR 42. Aeromar es la única operadora comercial en México, que utiliza este modelo- el número solo indica los pasajeros para los que tiene capacidad, otros de los famosos de Aeromar son los ATR 72.

El caso es que ante los ojos de la mayoría de los viajeros que se acostumbran a ver pesadas naves cualquiera de estos ejemplares les parecen “pequeños”.

Mi primer viaje en un avión de turbohélice. Foto Peter Webber

Si a esta percepción le añadimos que los ATR vuelan más bajo que las aeronaves de motor de reacción a muchos no les agrada la idea de abordarlos.

Sí, un ATR vuela normalmente a una altura de 7mil 700 metros y un Boeing  o Airbus a aproximadamente alcanza una altitud de 10 mil metros.

viaje en un avión de turbohélice ATR. Foto El Souvenir

En un ATR se sienten más las turbulencias, sin embargo, cuando descubres que sus dos hélices son  el turbopropulsor más avanzado que existe en el mundo realmente realizas un viaje confiado y seguro.

Aeromar más  de 30 años a la vanguardia

Mi primer viaje en un avión de turbohélice Foto. Youtube/Merino Cansino

Desde sus inicios en 1987, Aeromar se encuentra entre las empresas pioneras en viajes cortos en México, uno de los más solicitados por los capitalinos es por supuesto el que va a la placentera bahía de Acapulco.

Entre otros son los de Puerto Vallarta -y su nuevo vuelo a la Huasteca Potisina–  definitivamente este tipos de vuelos directos son una experiencia totalmente recomendable.

Al cumplir 30 años, Aeromar anunció la adquisición de aeronaves de última generación ATR 42 y ATR 72 de la Serie-600 podrán transportar a 42 y 72 pasajeros y una cabina que garantiza la comodidad de los pasajeros.

Mi primer viaje en un avión de turbohélice. Foto Waywuwei

Finos y ligeros asientos, Iluminación interior LED, Compartimentos superiores con un 30% de capacidad adicional y silenciosos motores PW 127M de Pratt & Whitney Canada, son algunas de sus características.

También el fabuloso hecho de que ahorran combustible -un 40% con respecto a modelos anteriores- lo que permite menor impacto ambiental, también sus nuevas flotas son más silenciosas.

¡Nunca dejes de Viajar!

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